Ley 1/2003, de 19 de febrero, de universidades de Catalu馻

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Sumario

EL PRESIDENTE DE LA GENERALIDAD DE CATALU袮

Sea notorio a todos los ciudadanos que el Parlamento de Catalu馻 ha aprobado y yo, en nombre del Rey y de acuerdo con lo que establece el art韈ulo 33.2 del Estatuto de autonom韆 de Catalu馻, promulgo la siguiente

LEY

Pre醡bulo

Las universidades catalanas se hallan, en este principio de siglo, ante nuevas realidades, nuevos retos y nuevas oportunidades. Los procesos de internacionalizaci髇 afectan plenamente a nuestro mundo universitario y requieren pol韙icas y estrategias bien afinadas en 醡bitos como la calidad de la docencia y la investigaci髇, la movilidad de los estudiantes y del profesorado o la convergencia hacia la constituci髇 de un espacio europeo de ense馻nza superior. Por otra parte, la evoluci髇 r醦ida del entorno econ髆ico y social pide una adaptaci髇 constante de las ense馻nzas y de los m閠odos operativos de las universidades a fin de permitir combinar de forma efectiva la creaci髇 y la transmisi髇 de conocimientos cient韋icos, t閏nicos y human韘ticos con la preparaci髇 para el ejercicio profesional y con el fomento del pensamiento cr韙ico, el pluralismo y los valores propios de una sociedad democr醫ica. Asimismo, la generalizaci髇 de la ense馻nza superior en Catalu馻, complementada con una cierta disminuci髇 de la presi髇 demogr醘ica, permite desarrollar, con decisi髇 creciente, pol韙icas de calidad encaminadas a situar las universidades catalanas en posiciones de vanguardia y a ofrecer un servicio de primera l韓ea a la poblaci髇 de Catalu馻 en el campo de la educaci髇 superior. Finalmente, las tecnolog韆s de la informaci髇 y las comunicaciones abren posibilidades hasta ahora insospechadas y pueden constituir instrumentos esenciales para la mejora permanente de las universidades.

En la tarea de afrontar las nuevas realidades, la presente Ley se fundamenta en tres premisas b醩icas. En primer lugar, en la existencia de una realidad universitaria catalana, heredera de una tradici髇 intelectual, educativa y cient韋ica que nos es propia y que llamamos 玸istema universitario de Catalu馻�. En segundo lugar, en la voluntad de esta realidad de integrarse plenamente en el espacio europeo de ense馻nza superior y de obtener un papel protagonista en su construcci髇. Finalmente, en la excelencia como instrumento indispensable de progreso en todos los 醡bitos de la actividad universitaria y, en particular, en la docencia, en la investigaci髇 y en la transferencia de tecnolog韆 y de conocimientos.

El sistema universitario de Catalu馻 constituye una realidad con siglos de historia. El rey Jaime II cre� el Estudio General de Lleida, en el a駉 1300, orientado por los principios de autonom韆 universitaria y de universalidad del saber. Entre 1533 y 1645 se pusieron tambi閚 en funcionamiento estudios generales o universidades en Barcelona, Girona, Tarragona, Vic, Solsona y Tortosa. Es interesante constatar que las ordenaciones (estatutos) regulaban con precisi髇 su funcionamiento interno y, entre otras cosas, la elecci髇 del rector, cargo que se repart韆n alternativamente un catal醤 y un aragon閟. Tambi閚 pon韆n ya 閚fasis en la voluntad de atracci髇 de estudiantes for醤eos.

La derrota de 1714 se llev� las universidades hist髍icas. Durante el siglo XVIII la Junta de Comercio promoci髇 en la ciudad de Barcelona una actividad educativa de esp韗itu a la vez moderno y pr醕tico. La restauraci髇, largamente reivindicada, de la Universidad de Barcelona en el a駉 1837 fue un gran paso adelante en el restablecimiento universitario. Mil� i Fontanals, Duran i Bas y otros intelectuales de la 玆enaixen鏰� fueron profesores de la misma. En el 醡bito m閐ico, podr韆mos mencionar las investigaciones de Ram髇 y Cajal y de la escuela de fisiolog韆 de August Pi i Sunyer. La universidad restaurada fue, sin embargo, una universidad burocr醫ica y de dependencia muy centralizada, una universidad provincial y subordinada -salvo el par閚tesis de los a駉s treinta del siglo XX, hasta 1954 no se pudieron otorgar doctorados en la Universidad de Barcelona-, donde la realidad de Catalu馻 encontraba dificultades de expresi髇 y su lengua propia estaba del todo ausente. Todo ello condujo a dos l韓eas de acci髇. Por una parte, a un impulso externo y ajeno a la universidad oficial para fortalecer la ense馻nza superior y la investigaci髇, en Catalu馻 y sobre Catalu馻, que culmin� con la fundaci髇 del Instituto de Estudios Catalanes y los Estudios Universitarios Catalanes. Por otra parte, a un impulso interno de reforma de la universidad, conducido, en palabras de Pere Bosch i Gimpera, por una generaci髇 玵ue sent韆 apasionadamente un ideal catal醤, ideal que lleva a la universidad no s髄o para tratar de mejorarla, sino de transformarla y de incorporarla a la vida catalana�. Era una generaci髇 inspirada en el lema de Torres i Bages: 獷l d韆 en que la Universidad sea de verdad catalana, comenzar� el renacimiento de Catalu馻�. Este movimiento se expres� con lucidez y un gran car醕ter innovador en el Primer Congreso Universitario Catal醤 (1903) y en el Segundo (1918), espacios de reflexi髇, debate y reivindicaci髇 en que se trataron cuestiones como la catalanidad de la universidad, la autonom韆, la libertad de c醫edra y la renovaci髇 pedag骻ica y cultural y se reclam� la transformaci髇 de la universidad para situarla en condiciones de alcanzar un nivel alto de calidad.

Todos estos movimientos confluyeron en el extraordinario florecimiento de la Universidad Aut髇oma de Barcelona, con un patronato presidido por Pompeu Fabra y, como rector, Pere Bosch i Gimpera, que sucedi� a Jaume Serra i H鷑ter. El estatuto de autonom韆 de la Universidad de Barcelona, promulgado en el a駉 1933 y vigente, con interrupciones, hasta 1939, introduc韆 innovaciones muy destacadas en aspectos tan importantes como la selecci髇 del profesorado, la regulaci髇 del profesorado no perteneciente a los cuerpos estatales, la incorporaci髇 de los estudiantes en los 髍ganos de gobierno y la renovaci髇 de planes de estudio.

En la resistencia contra el franquismo, destac� el papel de la universidad como espacio de reivindicaci髇 democr醫ica y pac韋ica de las libertades y de afirmaci髇 de sus funciones sociales. Son exponentes de ello episodios como el acto de constituci髇, el 9 de marzo de 1966, del Sindicato Democr醫ico de Estudiantes de la Universidad de Barcelona, en el convento de los Capuchinos de Sarri�, donde, en presencia de intelectuales como Jordi Rubi�, Joan Oliver o Manuel Sacrist醤, se present� el 玀anifiesto para una universidad democr醫ica�, o documentos como el Manifiesto de Bellaterra, en el a駉 1975, que, con el objetivo de lograr una universidad catalana, cient韋ica y democr醫ica, impulsaron la renovaci髇 universitaria en la primera etapa de la transici髇 democr醫ica.

Ya en esta nueva etapa, hay que destacar la constituci髇 del Consejo Interuniversitario de Catalu馻 y la celebraci髇 del Tercer Congreso Universitario Catal醤, en 1978, que pretend韆 玪legar a un an醠isis global que permita elaborar una alternativa pol韙ica universitaria adaptada a las posibilidades de un marco pol韙ico democr醫ico�.

En 閜ocas m醩 recientes, recuperada ya la Generalidad de Catalu馻, se ha ido consolidando un sistema universitario propio, a la vez catal醤, cient韋ico y democr醫ico. Un sistema, adem醩, moderno, plural, muy extenso y distribuido en el territorio. Asimismo, las universidades catalanas han profundizado su relaci髇 con las universidades de dem醩 territorios de habla catalana con la creaci髇 de la Red de Universidades Instituto Joan Llu韘 Vives. Paralelamente, el Gobierno de la Generalidad se ha dotado de una estructura adecuada en el 醡bito universitario, que culmina con la creaci髇 del Departamento de Universidades, Investigaci髇 y Sociedad de la Informaci髇, en abril del a駉 2000.

De la misma forma que la presente Ley quiere ser heredera de la dilatada e intensa tradici髇 universitaria de Catalu馻 y reivindica el catalanismo pol韙ico como inspiraci髇 para la creaci髇 de un marco propio de ense馻nza superior, tambi閚 quiere impulsar las aportaciones que la universidad catalana puede hacer al avance del conocimiento, de las ciencias, de las humanidades y del conjunto de la experiencia universitaria. La presente Ley pretende contribuir a la construcci髇 de un sistema universitario profundamente universalista y, en particular, europe韘ta. En este sentido, es bueno recordar que, en un escrito de Francesc Layret, la primera propuesta de estatutos para una universidad aut髇oma de Barcelona, hecha en el Segundo Congreso Universitario Catal醤 (1918), dec韆 que la universidad hab韆 de ser un rgano propulsor de la cultura catalana� y a馻d韆 que 玡sta catalanidad m醩 que a singularizarse debe tender a aportar el esfuerzo y el esp韗itu del pueblo catal醤 al patrimonio espiritual de la Humanidad�.

Con esta perspectiva, hay que notar que el proceso de integraci髇 europea ha avanzado en los 鷏timos a駉s con algunos proyectos de gran significaci髇. La creaci髇 de un espacio europeo de ense馻nza superior, a partir de la Declaraci髇 de Bolonia de 1999, firmada por los ministros europeos de educaci髇, debe contribuir a dar coherencia a un 醡bito universitario que, por definici髇, no conoce fronteras. Son aspectos fundamentales de este espacio europeo la nueva estructura c韈lica de las ense馻nzas, por una parte, y la transportabilidad de los cr閐itos, que debe permitir la comparaci髇 entre titulaciones, por otra. La estructura de ciclos que se desprende de la Declaraci髇 de Bolonia pretende armonizar los ciclos universitarios y fomentar unas ense馻nzas superiores m醩 generalistas en las primeras etapas y m醩 especializadas en las 鷏timas. As�, a una primera fase de formaci髇 general en una o en varias 醨eas, con 閚fasis en la capacitaci髇 para hacer frente a un mundo complejo y la transmisi髇 de habilidades para la resoluci髇 de problemas, sigue una segunda fase mucho m醩 especializada, con una orientaci髇 hacia el ejercicio profesional o la investigaci髇. El sistema se completa con una 鷏tima fase de profundizaci髇 profesional o de doctorado. Esta nueva estructura y esta nueva orientaci髇 habr� que introducirlas progresivamente en el sistema universitario de Catalu馻.

La europeizaci髇 y la internacionalizaci髇 tambi閚 se promueven con la movilidad de estudiantes y de profesores. La movilidad fomenta la integraci髇 europea, el aprendizaje de lenguas y el conocimiento y el di醠ogo entre culturas. Por lo que respecta a la investigaci髇 y al doctorado, cabe a馻dir que la movilidad es consecuencia necesaria de la universalidad del saber y de la investigaci髇 cient韋ica.

La internacionalizaci髇 y la movilidad deben ser compatibles con el mantenimiento de la presencia de las caracter韘ticas culturales de Catalu馻 en la universidad y, en particular, de la lengua propia, que es tambi閚 la lengua propia de las universidades catalanas. Toda lengua de cultura necesita estar viva y ser fuerte en la ense馻nza superior; eso lo sab韆n muy bien quienes impulsaron los procesos de apertura de la universidad a la realidad catalana durante los siglos XIX y XX. Hoy estamos en una situaci髇 mucho mejor que la suya, pero mantener lo que se ha conseguido exige y exigir� un esfuerzo continuado y, a la vez, la pr醕tica sostenida de una pol韙ica de fomento.

La 鷏tima premisa fundamental del sistema universitario de Catalu馻 debe ser una apuesta, sin retirada o compromiso, por la excelencia y la calidad en todos los 醡bitos. La funci髇 social de la universidad s髄o puede cumplirse con eficacia si las instituciones de ense馻nza superior se plantean constantemente nuevos hitos, con la ambici髇 de situarse continuamente en la frontera del conocimiento y de las otras facetas de la actividad universitaria. Ello requiere un esfuerzo permanente de mejora de la docencia y de los procesos de aprendizaje y formaci髇 de los estudiantes, de la calidad de la investigaci髇, de la transferencia tecnol骻ica y de conocimientos hacia la sociedad y, tambi閚, de introducci髇 de t閏nicas modernas de gesti髇 en las propias universidades. Son cuestiones capitales, en este sentido, la incorporaci髇 de los principios de buena gobernanza en el mundo universitario; las pol韙icas de selecci髇, formaci髇, promoci髇 y movilidad del profesorado; la colaboraci髇 entre equipos de investigaci髇, o, finalmente, el desarrollo de f髍mulas oportunas para la valoraci髇 de los activos intelectuales de las universidades, por ejemplo, mediante el est韒ulo de la creaci髇 de empresas de base tecnol骻ica.

La presente Ley nace de un proceso de larga reflexi髇 sobre los nuevos retos y los nuevos hitos de las universidades del siglo XXI, que se produce en todas partes y que en Catalu馻 es fruto de un debate permanentemente abierto con la comunidad universitaria y con la sociedad en general. Estas reflexiones se han visto reflejadas en documentos como el informe Higher Education in the Learning Society (informe Dearing, julio de 1997, Gran Breta馻), o bien el informe Universidad 2000 (marzo de 2000), encargado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Espa駉las y, en Catalu馻, el informe 玃er un nou model d'universitat� (marzo de 2001), de la Comisi髇 de Reflexi髇 sobre el Futuro del 羗bito Universitario Catal醤. Documentos todos, y tambi閚 otros, de gran inter閟 para dar fundamento y cohesi髇 a un nuevo pensamiento abierto y plural y para una nueva universidad.

La presente Ley se ampara en las competencias que corresponden a la Generalidad de Catalu馻 reconocidas por los art韈ulos 15 y 9.7 del Estatuto de autonom韆 de Catalu馻, en materia de ense馻nza y de investigaci髇, respectivamente, y en un respeto escrupuloso del derecho fundamental a la autonom韆 universitaria, en virtud del cual corresponde a las universidades concretar la regulaci髇, en sus estatutos y dem醩 normativa interna, de un n鷐ero considerable de aspectos contenidos en la Ley. Asimismo, la presente Ley se inserta en el marco b醩ico establecido por la Ley org醤ica 6/2001, de 21 de diciembre, de universidades.

Esta es la primera ley de universidades aprobada por el Parlamento de Catalu馻, pero tiene especialmente en cuenta las normas aprobadas en los 鷏timos a駉s en materia de universidades, algunas de las cuales han quedado incorporadas, con las modificaciones correspondientes, a la nueva Ley, como son la Ley 15/1998, de 28 de diciembre, del Consejo Interuniversitario de Catalu馻, y la Ley 16/1998, de 28 de diciembre, de los consejos sociales de las universidades p鷅licas de Catalu馻.

La Ley se estructura en un t韙ulo preliminar y ocho t韙ulos. El t韙ulo preliminar define el sistema universitario de Catalu馻 como el que est� integrado por las universidades establecidas en Catalu馻, que se relacionan, as� como por las que sean creadas o reconocidas en adelante por el Parlamento de Catalu馻, y detalla los objetivos y los principios informadores del sistema universitario de Catalu馻, que inspiran el resto de preceptos de la Ley. Se define el catal醤 como lengua propia de las universidades de Catalu馻, remitiendo su regulaci髇 a la normativa vigente en esta materia, en concreto a la Ley 1/1998, de 7 de enero, de pol韙ica lingstica, que reconoce el derecho del profesorado y el alumnado a expresarse en la lengua oficial que prefieran. En este sentido, el profesorado debe tener las competencias lingsticas necesarias, de acuerdo con las exigencias de la labor docente.

El t韙ulo primero trata de la actividad universitaria, que comprende el estudio, la docencia y la investigaci髇. En el 醡bito del estudio y la docencia se pone especial 閚fasis en la formaci髇 integral de los estudiantes, la adaptaci髇 de los planes de estudio al espacio europeo de ense馻nza superior, el fomento de titulaciones transversales que permitan una formaci髇 generalista, la internacionalizaci髇 de los estudios de doctorado, la educaci髇 superior a lo largo de la vida y la calidad docente. En particular, y con la finalidad de agilizar el proceso de armonizaci髇 europea, la Ley posibilita que las universidades expidan titulaciones propias, dentro de los actuales estudios oficiales, en correspondencia con las titulaciones europeas.

La universidad deviene una instituci髇 central del sistema de investigaci髇. Se definen los centros de investigaci髇 universitarios, con una menci髇 especial de los institutos universitarios, los parques cient韋ico-tecnol骻icos y los servicios cient韋ico-t閏nicos. Se considera la universidad como motor de la econom韆, mediante el est韒ulo a la innovaci髇. En este sentido, hay que destacar la importancia de la colaboraci髇 entre las universidades y las empresas para la transferencia de conocimientos y tecnolog韆. Especialmente, se promueve la movilidad del profesorado entre la universidad y el mundo de la empresa y la aplicaci髇 fuera de la universidad de la investigaci髇 que en ella se lleva a cabo. As�, las universidades deben fomentar la capacidad emprendedora de los investigadores y de los estudiantes y la creaci髇 de empresas e iniciativas innovadoras.

La comunidad universitaria, integrada por los estudiantes, el personal docente e investigador, los investigadores y el personal de administraci髇 y servicios, es el objeto del t韙ulo II. En 閘 se prev� la posibilidad de que las universidades catalanas puedan coordinarse para ofrecer procesos comunes de acceso, que deben tener en cuenta la oferta de plazas disponibles, deben valorar 鷑icamente el m閞ito y la capacidad, y deben ser en todo caso transparentes y objetivos y garantizar el anonimato en la correcci髇 de las pruebas de acceso. La experiencia dilatada y provechosa de coordinaci髇 en el acceso a las universidades catalanas avala este sistema. Se detallan los derechos y los deberes de los estudiantes, que, como m韓imo, deben tener en cuenta las universidades en su normativa reguladora y se dispone la acci髇 coordinada de las universidades, mediante el Consejo Interuniversitario de Catalu馻, para la determinaci髇 de los mecanismos para su garant韆. Se establece la necesidad de aplicar medidas de acogida, asesoramiento e integraci髇 de los estudiantes en la vida universitaria, tanto por lo que respecta a los aspectos acad閙icos como a los sociales y de convivencia. Es especialmente importante que las universidades contribuyan al desarrollo de las potencialidades de los estudiantes. En este sentido, adquiere relieve la vida universitaria como experiencia vital para los estudiantes, y como espacio en el cual se fomenta la implicaci髇 y la participaci髇 en 醡bitos asociativos.

Uno de los aspectos m醩 innovadores de la presente Ley es la regulaci髇 del profesorado contratado. Se abre una nueva v韆 de carrera acad閙ica, basada en la contrataci髇 laboral, que puede ser complementaria o sustitutiva de la funcionarial, pero no menos exigente que 閟ta. Esto coincide con una reivindicaci髇 hist髍ica de los movimientos catalanes de reforma universitaria -los nombres de 玴rofesorado lector� y 玴rofesorado agregado� est醤 tomados de esta tradici髇-. As�, por ejemplo, la carrera acad閙ica de un doctor puede empezar por un contrato como investigador posdoctoral en alg鷑 centro de investigaci髇 o universidad, seguido, en la misma universidad o departamento o en otra, de un contrato, por un plazo m醲imo de cuatro a駉s, como profesor lector (ayudante doctor). Debe destacarse que se regulan, por primera vez desde la Generalidad republicana, figuras de profesorado contratado con contrato laboral indefinido: la de catedr醫ico, la de profesor agregado -ambas, dentro de la tipolog韆 de profesorado contratado doctor- y la de profesor colaborador permanente. Este profesorado es seleccionado directamente por las universidades y requiere una acreditaci髇 previa de investigaci髇, en el caso de los profesores agregados y de los catedr醫icos, y un informe previo favorable, en el caso de los profesores colaboradores permanentes, emitido por la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Catalu馻. La Ley regula distintos aspectos relativos al r間imen jur韉ico de este profesorado y, en particular, las licencias y las excedencias, que pretenden facilitar su movilidad, as� como su implicaci髇 en la transferencia de conocimiento y de tecnolog韆 y la creaci髇 de empresas de base tecnol骻ica.

La presente Ley destina un cap韙ulo al personal acad閙ico de investigaci髇, integrado por los profesores de la universidad y por los investigadores con t韙ulo de doctor, que pueden ser propios de la universidad, con una menci髇 especial de la contrataci髇 por las universidades de personal investigador posdoctoral, o hallarse vinculados mediante un convenio de colaboraci髇 para el desarrollo de proyectos, sin que quede alterado su v韓culo jur韉ico con la entidad de procedencia. Los becarios de investigaci髇 y los ayudantes son considerados investigadores en formaci髇.

El t韙ulo III, bajo el ep韌rafe 玡l gobierno y la representaci髇 de las universidades p鷅licas�, hace una referencia puntual a las figuras del rector o rectora y del gerente o la gerente; lleva a cabo la regulaci髇 de los consejos sociales y considera, como novedad a destacar, la posible creaci髇 de un consejo de antiguo alumnado y de personas amigas de la universidad. Por lo que respecta a los consejos sociales, la nueva regulaci髇 reduce su composici髇 a quince miembros, nueve de los cuales son personas representativas de la sociedad catalana, nombradas por el Parlamento de Catalu馻, el Gobierno de la Generalidad y las organizaciones sindicales y empresariales, con la representaci髇 de una persona antigua alumna, y seis de los cuales son miembros del consejo de gobierno de la universidad. De esta forma se mantiene la proporci髇 entre los representantes internos de la propia universidad y externos a 閟ta que se determinaba en la regulaci髇 anterior, y a la vez se agiliza el funcionamiento y se mejora la operatividad de este importante 髍gano de participaci髇 de la sociedad en la universidad. La Ley detalla las funciones, organizaci髇 y funcionamiento de los consejos sociales y sustituye la regulaci髇 anterior, contenida en la Ley 16/1998, de 28 de diciembre. El consejo de antiguo alumnado y de personas amigas de la universidad se configura como un 髍gano de relaci髇 de la universidad y su antiguo alumnado y de participaci髇 de 閟te en la vida de la universidad, y representa una innovaci髇 en consonancia con la importancia que se da a este colectivo en muchos pa韘es de nuestro entorno.

El t韙ulo IV se dedica al r間imen jur韉ico de las universidades y a la ordenaci髇 de los estudios y las estructuras universitarias. Los instrumentos b醩icos de ordenaci髇 del sistema universitario de Catalu馻, objeto del t韙ulo V, son la Programaci髇 universitaria de Catalu馻 y la financiaci髇 universitaria. La Ley reconoce por primera vez la posibilidad de que las universidades privadas que lo soliciten incluyan sus ense馻nzas en la Programaci髇 universitaria de Catalu馻. Por lo que respecta a la financiaci髇 de los gastos de funcionamiento de las universidades p鷅licas, establece tres clases de aportaciones: la gen閞ica, la complementaria, mediante contratos-programa, y la obtenida por convocatorias p鷅licas. La financiaci髇 de las infraestructuras y los equipamientos se articula mediante el Plan de inversiones universitarias. Se hace una menci髇 especial al hecho de que las aportaciones del Gobierno de la Generalidad deben limitarse a la oferta universitaria que se presta con car醕ter no empresarial, en previsi髇 de la liberalizaci髇 de este sector en el marco de las negociaciones dentro de la Organizaci髇 Mundial del Comercio.

El Consejo Interuniversitario de Catalu馻, regulado por el t韙ulo VI, es el 髍gano de coordinaci髇 del sistema universitario de Catalu馻 y de consulta y asesoramiento del Gobierno de la Generalidad en materia de universidades. La regulaci髇 contenida en este t韙ulo sustituye a la establecida en la Ley 15/1998, de 28 de diciembre, del Consejo Interuniversitario de Catalu馻, a pesar de que mantiene pr醕ticamente sus mismas funciones. Como novedad, la Junta del nuevo Consejo puede funcionar en pleno o como junta permanente. En el primer caso, se considera posible la participaci髇 de hasta tres rectores de las universidades privadas sin 醤imo de lucro que se acojan a la Programaci髇 universitaria de Catalu馻.

Las garant韆s de calidad de las universidades son tratadas por el t韙ulo VII. La Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Catalu馻 se define como el principal instrumento para la promoci髇 y la evaluaci髇 de la calidad y se configura como una entidad de derecho p鷅lico sometida al derecho privado. La Agencia es fruto de la transformaci髇 del consorcio creado por el Decreto 355/1996, de 29 de octubre, en el cual participan la Generalidad de Catalu馻 y las universidades p鷅licas catalanas. Este cambio ha sido necesario para afrontar las nuevas responsabilidades que se derivan de la Ley org醤ica 6/2001, de 21 de diciembre, de universidades, con las garant韆s adecuadas de independencia, profesionalidad y libertad de obrar, que caracterizan las principales agencias europeas. La nueva entidad mantiene la representaci髇 de las universidades p鷅licas en el Consejo de Direcci髇 y a馻de la participaci髇 del rector o rectora de la Universitat Oberta de Catalunya y hasta tres rectores de las universidades privadas que hayan adoptado una figura jur韉ica propia de las entidades sin 醤imo de lucro. Para el ejercicio de las funciones de evaluaci髇, se crean dentro de la Agencia una comisi髇 de evaluaci髇 de la calidad, una comisi髇 de profesorado lector y colaborador y una comisi髇 de evaluaci髇 de la investigaci髇, que aprueban las evaluaciones de los 醡bitos respectivos con independencia t閏nica, a la vez que son sus responsables finales.

El t韙ulo VIII, bajo el ep韌rafe 玡l r間imen econ髆ico y financiero de las universidades p鷅licas�, regula determinados aspectos relativos al patrimonio de las universidades. Destaca la posibilidad de que los proyectos de obras para la instalaci髇, ampliaci髇 y mejora de estructuras destinadas a servicios y equipamientos de los campus universitarios y de los parques cient韋ico-tecnol骻icos puedan ser declarados de utilidad p鷅lica o inter閟 social a efectos de expropiaci髇. Por lo que respecta al presupuesto de las universidades, debe hacerse menci髇 a las disposiciones relativas a la autorizaci髇 de los costos de personal y la supervisi髇 econ髆ica de la universidad.

Finalmente, se determina la creaci髇 de una oficina sobre el espacio europeo de ense馻nza superior en el marco del Consejo Interuniversitario de Catalu馻, como observatorio de las tendencias en esta materia y promotora de la adaptaci髇 de las universidades catalanas a este espacio.