Ley 17/1999, de 18 de mayo, de R間imen del Personal de las Fuerzas Armadas

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Sumario

T閚gase en cuenta que queda derogada la presente Ley 17/1999, de 18 de mayo, excepto los art韈ulos 150 a 155, 160 a 162; la disposici髇 final 2.�; las disposiciones adicionales octava, und閏ima y duod閏ima; las disposiciones transitorias tercera, s閜tima, octava, d閏ima apartado 2, und閏ima, decimoquinta, decimosexta y el apartado 4 de la disposici髇 derogatoria 鷑ica, conforme establece el n鷐ero 1 de la disposici髇 derogatoria 鷑ica de Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar (獴.O.E.� 20 noviembre). LE0000251864

V閍se R.D. 1064/2001, 28 septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de Evaluaciones y Ascensos del Personal Militar Profesional (獴.O.E.� 11 octubre).LE0000160496

Exposici髇 de Motivos

I

Una de las consecuencias m醩 importantes de los cambios estrat間icos experimentados durante los 鷏timos a駉s ha sido la potenciaci髇 de las organizaciones colectivas de seguridad y defensa, aunque sin olvidar las concepciones fundamentadas en las capacidades militares propias. Este nuevo escenario, en el que surgen nuevas misiones a馻didas a las tradicionales de autodefensa y donde la convergencia de esfuerzos impone la necesidad de entenderse con los aliados, es indudablemente m醩 exigente con el factor humano y obliga a buscar soluciones compaginando el n鷐ero de efectivos con su calidad y preparaci髇.

Paralelamente, la revoluci髇 tecnol骻ica ha introducido importantes cambios en la forma de resolver las situaciones de crisis, por lo que el tipo de operaciones que se plantean aumenta la importancia del recurso de personal en el sentido de disponer del n鷐ero de hombres y mujeres necesario y, sobre todo, de que 閟tos cuenten con la especializaci髇 suficiente para manejar unos medios cada d韆 m醩 complejos t閏nicamente.

Este contexto determina la necesidad de contar con unas Fuerzas Armadas con un elevado nivel de preparaci髇 y un alto grado de disponibilidad, lo que aconseja que la totalidad de sus componentes sean profesionales, sin olvidar la necesaria cohesi髇 social que haga sentirse al militar 韓timamente ligado al servicio de la sociedad a la que pertenece y a 閟ta parte integrante del gran entramado que constituye la defensa nacional.

Los condicionantes expuestos exigen una revisi髇 a fondo de las Fuerzas Armadas que en la pr醕tica totalidad de las naciones occidentales se encuentra ya en marcha.

En Espa馻 tambi閚 ha tenido lugar un per韔do de an醠isis y reflexi髇 para determinar el nuevo modelo de Fuerzas Armadas, capaces de cumplir eficazmente con sus misiones y de constituir un adecuado instrumento de disuasi髇 y de pol韙ica exterior en el nuevo panorama estrat間ico del siglo XXI , dentro del marco de seguridad compartida que disfruta Espa馻 mediante su participaci髇 en organizaciones de seguridad colectiva.

La sociedad espa駉la est� convencida de la necesidad de dotarse de una defensa eficaz que garantice el 醡bito de seguridad imprescindible para seguir construyendo el sistema de libertades, de bienestar econ髆ico y de igualdad social que nuestra Constituci髇 proclama, al mismo tiempo que es consciente del deber de contribuir al mantenimiento de la paz mundial y del esfuerzo econ髆ico que supone para la Naci髇 la consecuci髇 de estos objetivos.

Estos criterios determinaron la constituci髇 de una Comisi髇 Mixta, no permanente, Congreso de los Diputados-Senado, para establecer la f髍mula y plazos para alcanzar la plena profesionalizaci髇 de las Fuerzas Armadas, lo que conllevar� la no exigencia de la prestaci髇 del servicio militar obligatorio. En el Dictamen de la citada Comisi髇, aprobado por el Pleno del Congreso de los Diputados el 28 de mayo del a駉 1998 y por el Pleno del Senado el 9 de junio del mismo a駉, se determinan los principios generales del nuevo modelo de Fuerzas Armadas profesionales, entre los que se recogen el n鷐ero m醲imo de efectivos, los rasgos b醩icos de los compromisos, del reclutamiento y de la formaci髇 de los militares profesionales de tropa y mariner韆 y el per韔do transitorio adecuado para su implantaci髇, de forma que no se vea reducido el nivel de operatividad de los Ej閞citos.

Hay que destacar que las innovaciones para la implantaci髇 del nuevo modelo se encuentran en el plano organizativo y no en el de los principios fundamentales rectores de las Fuerzas Armadas, que contin鷄n siendo los de pleno sometimiento a la Constituci髇 y a los poderes por ella instituidos. Tales principios ejercer醤 su virtualidad sobre un modelo militar distinto, pero muy acreditado en pa韘es de arraigada tradici髇 democr醫ica.

Cabe a馻dir que la instituci髇 militar se renueva y se perpet鷄, como toda instituci髇, a trav閟 del cambio de las personas que la integran. Se transforma en parte el m閠odo de renovaci髇 del personal militar, pero se deja intactos el modo de ser, el esp韗itu y los valores que, recogidos en las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, permiten a la instituci髇 militar sucederse a s� misma a trav閟 de las vicisitudes de su organizaci髇.

II

La total profesionalizaci髇 de las Fuerzas Armadas para conseguir que 閟tas sean m醩 operativas, m醩 flexibles, m醩 reducidas y mejor dotadas, supone un importante e hist髍ico reto, pues el objetivo que se persigue no es dotarlas de soldados y marineros profesionales, sino algo m醩 ambicioso, como es el construir unas nuevas Fuerzas Armadas profesionales.

Lo anterior hace necesario establecer un nuevo r間imen para sus miembros, buscando un equilibrio entre la continuidad de los par醡etros esenciales de la Ley 17/1989, de 19 de julio, reguladora del R間imen del Personal Militar Profesional, que supuso un considerable esfuerzo de integraci髇 de la dispersa legislaci髇 de los Ej閞citos, y un importante componente de renovaci髇 que d� respuesta a las exigencias del modelo de Fuerzas Armadas profesionales.

La presente Ley aborda todos los aspectos que configuran el r間imen de los militares profesionales, con los objetivos de facilitar su gesti髇 con la introducci髇 de factores que proporcionen la necesaria flexibilidad; integrarles en un 鷑ico concepto de militar profesional, asimilando sus reg韒enes en todo lo posible; dar prioridad a los intereses y demandas de la organizaci髇 y, subordinado a este criterio, lograr un mejor desarrollo profesional de todos sus miembros; estructurar un modelo de ense馻nza que permita formar al personal de manera que les capacite para desempe馻r con eficacia sus cometidos y definir criterios y arbitrar procedimientos que permitan identificar y potenciar el m閞ito y la capacidad.

III

Con esa idea de integraci髇, el concepto de militar profesional engloba a los militares de carrera, que constituyen los cuadros de mando con una relaci髇 de servicios de car醕ter permanente; a los militares de complemento, que completan los anteriores con una relaci髇 de servicios de car醕ter exclusivamente temporal, y a los militares profesionales de tropa y mariner韆 que, con una relaci髇 de servicios de car醕ter temporal, que puede transformarse en permanente cumpliendo determinados requisitos, constituyen los efectivos de esta categor韆 de los Ej閞citos.

La decisi髇 de profesionalizar las Fuerzas Armadas lleva aparejada no s髄o un aumento cuantitativo de los efectivos profesionales de tropa y mariner韆 en relaci髇 con el anterior 玬odelo mixto�, en el que los militares de reemplazo eran componente esencial, sino tambi閚 un cambio cualitativo que afecta a la concepci髇 de dicha categor韆. Por ello, su r間imen queda relacionado, en todo lo razonablemente posible, con los aspectos b醩icos que configuran el del militar de carrera. Asimismo, en l骻ica consecuencia con el nuevo modelo, se establece un sistema de selecci髇 continuada que facilite y agilice las operaciones necesarias para alcanzar los efectivos m醲imos fijados, ajust醤dose a los cr閐itos establecidos en las Leyes de Presupuestos Generales del Estado. Por su parte, los militares de complemento cuentan con una regulaci髇 m醩 detallada que en la Ley 17/1989, en la que se resalta el car醕ter exclusivamente temporal de su relaci髇 de servicios, por lo que para acceder a una relaci髇 de car醕ter permanente tendr醤 que optar a las plazas que se determinen para promoci髇 interna a las Escalas de los militares de carrera.

IV

En el nuevo r間imen de personal, regulado con la finalidad de que las Fuerzas Armadas est閚 en condiciones de cumplir la misi髇 definida en el art韈ulo 8 de la Constituci髇, la condici髇 de militar en su sentido m醩 amplio queda configurada por la sujeci髇 a los principios de disciplina, jerarqu韆 y unidad caracter韘ticos de la organizaci髇 militar, a unas reglas morales de actuaci髇 y a las leyes penales y disciplinarias militares. Dicha configuraci髇 exige que el militar tenga un r間imen espec韋ico y cuente con la habilitaci髇 suficiente para el ejercicio profesional en las Fuerzas Armadas a partir de su incorporaci髇 a la Escala o especialidad correspondientes. Igualmente, se considera muy necesario clarificar las funciones del militar y darle el necesario respaldo en su ejercicio profesional, mejorar las definiciones de los Cuerpos y Escalas de los militares de carrera, establecer sistemas de promoci髇 interna y facilitar la reinserci髇 en el mundo laboral de los que tienen una relaci髇 de servicios de car醕ter temporal.

En este sentido, se lleva a cabo una asignaci髇 de cometidos y responsabilidades de acuerdo con el empleo, categor韆 y formaci髇 de cada uno de los militares profesionales, que deber� completarse con las medidas de ejecuci髇 y desarrollo de esta Ley y tener el debido reflejo en la promoci髇 profesional y en las retribuciones de aqu閘los; se define la 玣unci髇 de mando� como el ejercicio de la autoridad, con la consiguiente responsabilidad, que corresponde a todo militar en raz髇 de su empleo, destino o servicio en las Fuerzas Armadas, quedando, no obstante, restringido el t閞mino 玬ando� a la preparaci髇 y empleo de la fuerza de los Ej閞citos, que corresponde a los miembros de los Cuerpos Generales y de Infanter韆 de Marina, y se a馻den referencias esenciales a los valores y virtudes que emanan de las Reales Ordenanzas y a la capacidad para el desempe駉 de los cometidos de los militares profesionales.

Los Cuerpos y Escalas, as� como los cometidos de sus miembros y las funciones que ejercen, quedan definidos de una forma m醩 amplia para conseguir una estructura que cubra las necesidades que requiere una organizaci髇 compleja como las Fuerzas Armadas y que permita disponer del personal capacitado para desempe馻r los cometidos de los diferentes puestos de la organizaci髇 militar, a la vez que, buscando una mayor permeabilidad entre las diferentes Escalas, se potencia el acceso por promoci髇 interna dentro del mismo Ej閞cito.

Por este sistema, los militares de carrera pueden acceder a la Escala inmediatamente superior de su Cuerpo y, caso de pertenecer a los Cuerpos de Especialistas, pueden hacerlo tambi閚 a la que corresponda de los Cuerpos Generales y de Infanter韆 de Marina; los militares de complemento a las Escalas del Cuerpo al que est閚 adscritos, y los militares profesionales de tropa y mariner韆 a las Escalas de Suboficiales, en las que se les reservan la totalidad de las plazas.

De otro lado, no cabe duda de que el militar debe tener un r間imen espec韋ico para un mejor cumplimiento de su misi髇, como se deduce de nuestra propia Carta Magna, que refrenda las singularidades de las Fuerzas Armadas. No obstante, no puede ser ajeno a los planteamientos que con car醕ter general definan la funci髇 p鷅lica y el sistema educativo general, por lo que se ha tratado de compatibilizar en lo posible el r間imen militar con las disposiciones legales que regulan los anteriores. As�, sin olvidar la especificidad de lo militar, se incluyen las equivalencias, convalidaciones y homologaciones con los sistemas generales que se consideran convenientes para el nuevo r間imen del militar profesional, en el que es fundamental la figura de la relaci髇 de servicios de car醕ter temporal. De esta forma, adem醩 de reconocer los niveles educativos que se alcanzan en el sistema de ense馻nza militar, se pretende que aquellos que despu閟 de un tiempo de servicios deban abandonar las Fuerzas Armadas est閚 en las mejores condiciones profesionales y de formaci髇 para su reincorporaci髇 al mundo laboral, en beneficio de los propios interesados, de la sociedad y de las Fuerzas Armadas que necesitan consolidar este modelo.

V

Con la finalidad de asegurar que los Ej閞citos dispongan de los mejores profesionales en los empleos m醩 elevados de cada Escala, con las aptitudes y edades adecuadas, para conseguir la m醲ima eficacia de las Fuerzas Armadas, se definen criterios y se arbitran procedimientos que permitan identificar y potenciar el m閞ito y la capacidad, a la vez que se incentiva la preparaci髇 y dedicaci髇 profesional, plasmados principalmente en la regulaci髇 de los sistemas de ascenso, sin dejar de considerar en ning鷑 momento las caracter韘ticas esenciales de la carrera reglada de los militares que aseguran la cohesi髇 y eficacia en la organizaci髇.

En referencia a la legislaci髇 anterior, se mantiene el sistema de ascenso por elecci髇 para promocionar a los m醩 id髇eos a los empleos m醩 altos de cada Escala y se matiza el de selecci髇, definiendo, dentro de 閟te y como novedad, un sistema de retenciones que permitir�, sin llegar a la declaraci髇 de no aptitud para el ascenso, retrasarlo en los porcentajes que se determinen o declarar la permanencia en sus empleos de los evaluados que sean retenidos por segunda vez.

Asimismo, se incluye el ascenso por antig黣dad con reordenaci髇 de promociones a Comandante de las Escalas Superiores de Oficiales, al considerar que el personal que tiene la responsabilidad de ejercer la funci髇 directiva dentro de las Fuerzas Armadas debe estar sometido a un proceso de evaluaci髇 m醩 exigente que los componentes del resto de las Escalas. Este sistema se regula de tal forma que cada uno de los evaluados pasar� a formar parte de los diferentes grupos en los que, en relaci髇 con los m閞itos acreditados, se clasifique cada promoci髇, si bien dentro de cada uno de ellos, el orden en el que se producir醤 los ascensos se corresponder� con el que se tenga en el empleo de Capit醤.

VI

En otro orden de ideas, tambi閚 se ha tratado de dar respuesta a los problemas detectados en la aplicaci髇 de la normativa en vigor, as� como a otros aspectos referidos principalmente a las expectativas de promoci髇 profesional de sus integrantes. Especial menci髇 merece la nueva regulaci髇 sobre el momento y circunstancias de pase a la situaci髇 de reserva. La aplicaci髇 de la Ley 17/1989 ha tenido efectos beneficiosos, como el rejuvenecimiento de los cuadros de mando y la adecuada regulaci髇 de los modelos de carrera, pero ha ocasionado una sobrecarga sobre los gastos de personal en el presupuesto del Ministerio de Defensa y ha supuesto para los afectados inconvenientes de tipo retributivo y profesional.

Para paliar lo anterior, se modifican las edades de pase a la situaci髇 de reserva y se regulan con mayor amplitud los destinos y comisiones de servicio del personal en situaci髇 de reserva, lo que permitir� acceder de una forma reglada a aquellos puestos de la organizaci髇 que se determinen.

No obstante, se mantiene el pase a la situaci髇 de reserva por a駉s de permanencia en las Escalas Superiores de los Cuerpos Generales y de Infanter韆 de Marina y se ampl韆 al resto de las Escalas de dichos Cuerpos y a los Cuerpos de Especialistas, por considerarse que es en ellos donde las exigencias derivadas de sus cometidos y responsabilidades obligan a buscar procedimientos que hagan posible una l韓ea de rejuvenecimiento moderado, aumentando el per韔do a treinta y tres a駉s, como f髍mula que salvaguarda los intereses de la organizaci髇 sin que suponga un adelanto exagerado en el abandono del servicio activo en perjuicio de los afectados.

VII

Otros asuntos de especial relevancia que esta Ley aborda son los referidos al r間imen de la mujer en las Fuerzas Armadas y a los derechos y deberes de los militares. La legislaci髇 anterior abri� a la mujer las puertas de acceso a los Ej閞citos, pero es en 閟ta donde el principio de igualdad se aplica con todas sus consecuencias al suspenderse la prestaci髇 del servicio militar que s髄o obligaba a los hombres y eliminarse cualquier discriminaci髇 a la mujer al no hacer distinciones en los destinos que puedan ocupar en el desarrollo de su ejercicio profesional, sin perjuicio de que puedan establecerse diferencias en las condiciones f韘icas para el acceso al aplicar distintos par醡etros al hombre y a la mujer. Ello obligar� a efectuar todav韆 un mayor esfuerzo en la superaci髇 de los problemas que representa la concurrencia de personal de ambos sexos en determinadas instalaciones y unidades militares.

Respecto al r間imen de derechos, los militares profesionales son titulares de los derechos y libertades establecidos en la Constituci髇, con las imprescindibles restricciones o limitaciones en su ejercicio que la Carta Magna y las Leyes Org醤icas de desarrollo de la misma establecen, como respuesta a las exigencias derivadas de los rasgos esenciales de funcionamiento de las Fuerzas Armadas, que se resumen en la necesaria disciplina.

Dicho r間imen de derechos se considera que est� adecuadamente regulado en las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, marco legal refrendado por la Ley Org醤ica de criterios b醩icos de la defensa nacional y la organizaci髇 militar. No obstante, en este campo se abren nuevos cauces para la presentaci髇 de propuestas o sugerencias mediante la creaci髇 de Consejos Asesores de Personal en el 醡bito de cada Ej閞cito, que contar醤 con componentes de los diversos Cuerpos, Escalas y categor韆s.

VIII

Con el fin de integrar en un solo texto legal todos los aspectos b醩icos de la gesti髇 del personal militar, se ha considerado oportuno incluir un T韙ulo en el que se definen las plantillas legales, org醤icas, reglamentarias y de destinos, se dan normas para su provisi髇 y se fija en 48.000 el n鷐ero m醲imo de cuadros de mando y en un total entre 102.000 y 120.000 el de los efectivos de militares profesionales de tropa y mariner韆, de acuerdo con la entidad m醲ima de 170.000 efectivos fijada en el Dictamen de la Comisi髇 Mixta Congreso de los Diputados-Senado. Esto supone un importante esfuerzo de reducci髇 si se tiene en cuenta que en el a駉 1984 los efectivos totales ascend韆n a 373.000, de los cuales 66.505 eran cuadros de mando, y que seg鷑 el modelo de Fuerzas Armadas 2000, aprobado por el Congreso de los Diputados en el a駉 1991, los efectivos deb韆n ser 180.000, repartidos en 49.720 cuadros de mando y 130.280 de tropa y mariner韆, de ellos 50.000 profesionales.

No se especifica la plantilla de cuadros de mando correspondiente a los diferentes empleos, Escalas, Cuerpos y Ej閞citos, competencia que queda reservada al Consejo de Ministros que lo har� con vigencia para per韔dos de cinco a駉s, debiendo informar a las Cortes Generales cada vez que la ejercite y establezca las plantillas en detalle. No obstante, s� se determina el n鷐ero de Oficiales Generales que ocupar醤 puestos org醤icos asignados espec韋icamente a los diferentes Cuerpos, que ser� de 201, y el de los que cubrir醤 las necesidades de los 髍ganos centrales, incluido el Estado Mayor de la Defensa, y de las organizaciones internacionales, que no ser� superior a 64. Tambi閚 se ha estimado conveniente establecer el n鷐ero m醲imo de Coroneles que servir� de plantilla de referencia en el primer per韔do quinquenal, fijado en 1.235, as� como unas reglas de amortizaci髇 de excedentes para adaptar los efectivos a las plantillas establecidas.

IX

Novedosa es tambi閚 la regulaci髇 que se lleva a cabo de la aportaci髇 suplementaria de recursos humanos a las Fuerzas Armadas en situaciones de crisis o riesgo grave para la seguridad nacional, para asegurar la participaci髇 de todos los ciudadanos cuando las necesidades de la defensa lo exijan, imponiendo las menores obligaciones posibles.

En el T韙ulo dedicado a esta materia, se definen las figuras de reservistas temporales, que ser醤, durante un tiempo limitado, los militares profesionales que cesan en su relaci髇 con las Fuerzas Armadas; de reservistas voluntarios, que ser醤 los espa駉les que resulten seleccionados al optar a las plazas que se convoquen al efecto, y de reservistas obligatorios, que ser醤 los ciudadanos declarados como tales por el Gobierno, previa autorizaci髇 del Congreso de los Diputados, cuando las necesidades de la defensa nacional lo hagan necesario.

Asimismo, se determinan las modalidades de incorporaci髇 de reservistas con car醕ter selectivo, ordinario y general y se establece la posibilidad de que los reservistas temporales y voluntarios puedan participar en misiones en el extranjero.

La incorporaci髇 de reservistas a las Fuerzas Armadas estar� motivada por la imposibilidad de atender a las necesidades de la defensa nacional con los efectivos de militares profesionales. En todo caso, el Gobierno deber� dar cuenta al Congreso de los Diputados de las medidas adoptadas.

Igualmente, se establece que en la incorporaci髇 de reservistas obligatorios se respetar� el derecho a la objeci髇 de conciencia, al admitirla con la simple declaraci髇 de los interesados, por lo que en caso de una incorporaci髇 obligatoria ser韆n asignados a organizaciones con fines de inter閟 general en las que no se requiera el empleo de armas.

X

La Constituci髇 define en su art韈ulo 8 la misi髇 de las Fuerzas Armadas y habilita al legislador en su art韈ulo 30 a disponer lo necesario para dotarlas de personal.

Esa habilitaci髇 se cifra en autorizarle a fijar las obligaciones militares de los espa駉les, que pueden llegar a consistir en la realizaci髇 de un servicio militar obligatorio.

Pero la Constituci髇 no impone la f髍mula de conscripci髇 forzosa como 鷑ica posible para la capacitaci髇 y organizaci髇 del personal de las Fuerzas Armadas.

Nada impide que en esta Ley se sustituya la atribuci髇 imperativa de obligaciones militares por su adquisici髇 voluntaria mediante el encuadramiento en unas Fuerzas Armadas enteramente profesionales. De este modo, se suspende la prestaci髇 del servicio militar obligatorio y se introduce un nuevo sistema en el que todo el personal militar estar� vinculado a las Fuerzas Armadas por una relaci髇 de servicios profesionales.

No obstante, como se ha se馻lado anteriormente, tambi閚 se regula la aportaci髇 suplementaria de recursos humanos a las Fuerzas Armadas cuando la defensa de Espa馻 as� lo exija. Las obligaciones militares pasan as� a cumplirse de forma distinta por los espa駉les, pero su naturaleza e importancia permanecen inalteradas, al amparo de lo previsto en el art韈ulo 30.2 de la Constituci髇, como inalterado queda tambi閚 el deber de defender a Espa馻 que declara el apartado primero del mismo precepto.

En este sentido, se recogen las directrices emanadas del Dictamen de la Comisi髇 Mixta Congreso de los Diputados-Senado referidas a suspender la prestaci髇 del servicio militar, incluyendo las correspondientes disposiciones al respecto, as� como las que regulan el necesario r間imen transitorio. La adaptaci髇 de la Ley Org醤ica por la que se regulan los criterios b醩icos de la defensa nacional y la organizaci髇 militar al nuevo modelo de Fuerzas Armadas profesionales, constituir� el marco adecuado para proceder a la derogaci髇 de la Ley Org醤ica del Servicio Militar.

XI

En relaci髇 con la Guardia Civil, se hace referencia a una nueva Ley espec韋ica para el personal perteneciente a dicho Cuerpo, que tendr� que ajustarse a la legislaci髇 de aplicaci髇 a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y, dada la naturaleza militar de este Instituto Armado, deber� basarse adem醩 en la presente Ley. Tambi閚 se establece el r間imen transitorio por el que se regir� el personal del Cuerpo de la Guardia Civil hasta que entre en vigor su Ley espec韋ica.