Sumario

Ley [CASTILLA-LA MANCHA] 2/1993, 15 julio, derogada por el apartado uno de la disposici�n derogatoria de la Ley [CASTILLA-LA MANCHA] 3/2015, 5 marzo, de Caza de Castilla-La Mancha (�D.O.C.M.� 12 marzo), el 1 de abril de 2015. V�ase D [CASTILLA-LA MANCHA] 141/1996, 9 diciembre, por el que se aprueba el Reglamento General de aplicaci�n de la Ley 2/1993, de 15 de julio, de caza de Castilla-La Mancha (�D.O.C.M.� 20 diciembre).

Exposici�n de Motivos

La caza constituy� una necesidad vital para el hombre desde los comienzos de su existencia. Si �ste, antes que nada fue cazador por instinto de conservaci�n, desde una concepci�n �tica de hoy d�a, con una sociedad cada vez m�s culta y desarrollada, la caza no debe plantearse como una forma de supervivencia, sino como una necesidad de ocio para satisfacer una afici�n deportiva de manera racional para no alterar los equilibrios naturales.

Castilla-La Mancha es una regi�n especialmente privilegiada por la naturaleza con h�bitats que permiten la existencia de numerosas especies de fauna silvestre entre las que se encuentran aquellas que, pudiendo cazarse, constituyen un gran atractivo para el cazador.

Prueba de ello es el importante n�mero de ciudadanos, tanto de la propia Comunidad Aut�noma como de fuera, que practican la caza en nuestro territorio. Por ello los recursos cineg�ticos de la regi�n, adecuadamente administrados, pueden suponer una ayuda para impulsar el desarrollo de determinadas zonas rurales castellano-manchegas.

Constituye, pues, la caza para nuestra Comunidad una actividad que debe mantenerse, fomentarse y mejorarse, pero reordenando el aprovechamiento para que sus posibilidades de contribuir al bienestar social alcancen plenitud.

La Ley de Caza de 1970, a la que la presente Ley sustituye, surgi� en un contexto social diferente al de hoy: Actualmente la sociedad exige otros planteamientos en relaci�n con la conservaci�n de la naturaleza. Por otra parte, la incorporaci�n del Estado espa�ol a la Comunidad Europea, su adhesi�n a convenios internacionales, la promulgaci�n de nuevas leyes b�sicas estatales, as� como la asunci�n de las competencias que corresponden constitucional y estatutariamente a la Comunidad Aut�noma, aconsejan regular la actividad cineg�tica en la Regi�n.

De todo lo anteriormente expuesto, surge la necesidad de esta Ley de Caza para Castilla-La Mancha, cuyos principios inspiradores son, esencialmente, la conservaci�n de la naturaleza, facilitar el ejercicio de la caza como una actividad de ocio y deportiva a los ciudadanos, y promoverla como actividad econ�mica generadora de empleo, y no s�lo de rentas, e impulsora del desarrollo tur�stico de muchas zonas de nuestra regi�n.

La presente Ley se estructura en diez t�tulos, con cien art�culos, tres disposiciones adicionales, once transitorias y dos finales. En el t�tulo preliminar, se recogen los principios generales de la Ley. El t�tulo I define las especies y las piezas de caza, clasific�ndolas. El t�tulo II trata de la protecci�n y conservaci�n de los recursos cineg�ticos, prestando especial atenci�n a la conservaci�n de la diversidad gen�tica de las especies de caza, a sus h�bitats, as� como a los aspectos sanitarios y a otras medidas de protecci�n de las poblaciones cineg�ticas.

El t�tulo III se ocupa del cazador, estableciendo los requisitos necesarios para la pr�ctica de la caza. En el t�tulo IV se contemplan los medios y modalidades de caza, la adquisici�n de las piezas por el cazador, as� como la caza con fines cient�ficos. La planificaci�n y ordenaci�n de los aprovechamientos cineg�ticos es objeto del t�tulo V de la Ley, el m�s extenso de la misma, en el que se regula lo concerniente a los terrenos cineg�ticos, a los planes de aprovechamiento de la caza y a las �rdenes de vedas. El t�tulo VI establece las condiciones en que deben desarrollar su actividad las explotaciones cineg�ticas industriales, as� como la comercializaci�n de la caza. El t�tulo VII recoge medidas para protecci�n de los cultivos. La administraci�n, cooperaci�n y vigilancia de la actividad cineg�tica es considerada en el t�tulo VIII y, por �ltimo, en el t�tulo IX se tipifican las infracciones, se recoge el procedimiento sancionador y se asignan competencias a los �rganos de la Administraci�n Regional para la imposici�n de sanciones.