Ley 8/1998, de 26 de junio, de conservaci髇 de la naturaleza y de espacios naturales de Extremadura

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Sumario

T閚gase en cuenta que, conforme establece la disposici髇 adicional primera de la Ley [EXTREMADURA] 9/2006, 23 diciembre, por la que se modifica la Ley 8/1998, de 26 de junio, de conservaci髇 de la naturaleza y de espacios naturales de Extremadura (獶.O.E.� 30 diciembre), las alusiones contenidas en la presente Ley a la Consejer韆 de Medio Ambiente, Urbanismo y Turismo se entender醤 referidas a la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente.LE0000238727

T閚gase en cuenta que, conforme establece la disposici髇 adicional segunda de la Ley [EXTREMADURA] 9/2006, 23 diciembre, por la que se modifica la Ley 8/1998, de 26 de junio, de conservaci髇 de la naturaleza y de espacios naturales de Extremadura (獶.O.E.� 30 diciembre), las alusiones contenidas en la presente Ley a la unidad monetaria peseta, se entender醤 referidas a la unidad monetaria euro, con los efectos y alcance determinado por la Ley 46/1998, de 17 de diciembre, sobre introducci髇 del euro.LE0000238727

EXPOSICION DE MOTIVOS

El deterioro de la naturaleza es un hecho constatable en la diversidad de agresiones y graves alteraciones, reales o potenciales, que pueden apreciarse en las aguas, la atm髎fera, los suelos, la tierra o los seres vivos.

Tal deterioro era un proceso creciente a medida que la naturaleza iba pasando a ser objeto de apropiaci髇, convirti閚dose en simple mercanc韆. De este modo el desarrollo se entend韆 como un proceso sostenido de crecimiento econ髆ico a costa de la naturaleza y de otros grupos humanos.

A medida que la sociedad va tomando m醩 conciencia ante el deterioro de la naturaleza y la habitabilidad del planeta ir� surgiendo un inter閟 creciente por su protecci髇.

Cuando a鷑 resta la soluci髇 a multitud de problemas de estricta supervivencia, discriminaci髇 o clara injusticia social, se plantea un problema a馻dido y de indudable magnitud, como es el que origina el conocimiento de la progresiva destrucci髇 de la naturaleza y de las condiciones de habitabilidad y pervivencia del Planeta. Es en ese contexto en el que, asumiendo la imperiosa necesidad de luchar contra todo tipo de discriminaci髇 o situaci髇 de desigualdad, surge una obligada toma de postura solidaria con la naturaleza y, sobre todo, con las sociedades que la habitan y que por diferentes razones han sido las m醩 desfavorecidas o empobrecidas.

En el umbral del siglo XXI se llega al tramo final de un camino no demasiado largo, pero s� dif韈il, en el que la conservaci髇 de la naturaleza, la protecci髇 por el medio ambiente y la defensa de los colectivos humanos en ese marco de protecci髇 han ido ganando terreno en cuanto a la percepci髇 social y la toma de decisiones de los Estados, las regiones y las instituciones supranacionales.

Desde la Conferencia de Estocolmo de 1972 hasta el Informe Brutland de 1987 o la Cumbre de R韔 de 1992 y la Agenda 21, han existido avances y retrocesos en lo que constituye una revoluci髇 tranquila y trascendente, que consiste en tratar de modificar la actitud ante la naturaleza y las caracter韘ticas del desarrollo social que han existido hist髍icamente.

Estos hitos, jalonados por multitud de peque駉s y grandes acontecimientos que pon韆n de manifiesto la fragilidad del planeta y la necesidad de establecer el doble criterio de solidaridad con la naturaleza y con la humanidad, han ido configurando un concepto cada vez m醩 asumido y defendido como es el desarrollo sostenible, que se propicia desde Naciones Unidas o la propia Uni髇 Europea (V Programa Marco de la Uni髇 Europea Hacia un Desarrollo Sostenible. Programa Comunitario en Pol韙ica y Actuaci髇 en Materia de Medio Ambiente de Desarrollo Sostenible, 1993). Aplicado a diferentes pol韙icas sectoriales y, en particular, a la del Medio Ambiente, es un principio que trata de asegurar la utilizaci髇 racional de los recursos naturales, propiciando el desarrollo econ髆ico y social de los grupos humanos a la vez que se asegura la preservaci髇 de tales recursos para las generaciones futuras.

De este modo, debe auspiciarse, a trav閟 de leyes como la presente, la compatibilidad y complementariedad de las actividades socioecon髆icas y la protecci髇, conservaci髇, restauraci髇 y mejora del medio ambiente.

La Comunidad Aut髇oma de Extremadura, por su parte, amparada en su Estatuto de Autonom韆 y en el Real Decreto 1594/1984, de 8 de febrero, sobre transferencias en materia de conservaci髇 de la naturaleza a la Comunidad Aut髇oma de Extremadura, ha ido desde hace tiempo desarrollando diferentes normativas en materia de protecci髇, en unos casos con car醕ter general, estableciendo criterios b醩icos de organizaci髇, como fueron la creaci髇 de la hoy extinta Agencia de Medio Ambiente (Decreto 131/1989, de 21 de noviembre) o el Decreto 45/1991, de 16 de abril, sobre Medidas de Protecci髇 de Ecosistemas en la Comunidad Aut髇oma de Extremadura. En otros casos se han desarrollado leyes de car醕ter sectorial como la Ley de Caza de Extremadura (Ley 8/1990, de 21 de diciembre) o la Ley de Pesca (Ley 8/1995, de 27 de abril) que inclu韆n no s髄o la gesti髇 y uso racional de tales recursos sino que aplicaban, evidentemente, consideraciones precisas relativas a la conservaci髇 de la naturaleza a ciertos espacios en que se desarrollan tales actividades o a las especies objeto de uso y gesti髇. Por 鷏timo, y de un modo puntual, se han ido declarando algunos espacios protegidos en el territorio extreme駉, una protecci髇 que -independientemente de sus valores intr韓secos reconocidos- supuso una bandera para la conservaci髇 en Espa馻, en el caso de Monfrag黣 (Real Decreto 1927/1979, de 4 de abril). Posteriormente fue ampli醤dose el n鷐ero de espacios protegidos con la sucesiva declaraci髇 de 醡bitos representativos como Cornalvo (Decreto 110/1988, de 29 de diciembre y Decreto 27/1993, de 24 de febrero), en peligro grave de deterioro como la Garganta de los Infiernos (Decreto 132/1994, de 14 de noviembre), o con unos valores singulares como Los Barruecos (Decreto 29/1996, de 19 de febrero), Cuevas de Casta馻r (Decreto 114/1997, de 23 de septiembre) y Mina de la Jayona (Decreto 115/1997, de 23 de septiembre); declaraciones que se ampliaron en el marco de las Directivas de zonas de especial protecci髇 de aves (Directivas 79/409/CEE, de 2 de abril de 1979 y Directiva 92/43/CEE de 21 de mayo de 1992).

En el 醡bito estatal la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservaci髇 de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres constituy� un hito importante en materia de protecci髇 de la naturaleza y de los espacios protegidos. Si en ella se recog韆n algunas normas dictadas por la Uni髇 Europea relativas a las aves (Directiva 79/409/CEE, de 2 de abril de 1979), con posterioridad a la misma se han promulgado y transpuesto ordenamientos de indudable valor y trascendencia como es el relativo a los h醔itats y especies de inter閟 comunitario (Real Decreto 1997/1995, de 7 de diciembre). Por otra parte, el justo alcance de algunos de los preceptos de la Ley 4/1989 ha sido aquilatado por la Sentencia del Tribunal Constitucional de 26 de junio de 1995.

En ese contexto de reflexi髇 y preocupaci髇 supranacional, nacional y regional sobre el medio ambiente, la naturaleza y las actividades antr髉icas que inciden en 閘, resulta oportuna la promulgaci髇 de una norma marco que reconozca los valores ambientales naturales y culturales de Extremadura; una Ley en la que se asuma el compromiso por la conservaci髇, mejora y restauraci髇 del patrimonio natural extreme駉, y que signifique un compromiso activo y solidario con la naturaleza y con los extreme駉s de hoy y del futuro.

Debe alcanzarse un ordenamiento oportuno y necesario que ayude a preservar los h醔itats de inter閟 y la biodiversidad, pero que signifique el compromiso con el desarrollo econ髆ico y social de Extremadura, que contribuya activamente a transformar los modelos estrictamente economicistas presentes en mentalidades, actitudes y acciones diversas, lo cual supondr� un cambio transcendental para un espacio siempre fronterizo que quiere encontrar en ese referente de frontera un valor positivo de diversidad natural y cultural, de reconocimiento de la pluralidad en el respeto y reconocimiento del imprescindible entendimiento entre hombre y naturaleza. Se trata de una norma sobre un patrimonio natural colectivo en el que son necesarios la voluntad y el compromiso del conjunto social de los extreme駉s as� como una acci髇 decidida de los poderes p鷅licos.

La Ley de Conservaci髇 de la Naturaleza y de Espacios Naturales de Extremadura se fundamenta jur韉icamente en el desarrollo legislativo y ejecuci髇 de normas adicionales de protecci髇 del medio ambiente, t韙ulo competencial recogido a favor de la Comunidad Aut髇oma en el art韈ulo 8.9 del Estatuto de Autonom韆, tras la reforma operada mediante Ley Org醤ica 8/1994, de 24 de marzo. Su referencia b醩ica e inexcusable, adem醩 de la potestad de los poderes p鷅licos de velar por la utilizaci髇 racional de todos los recursos naturales (consagrada en el art韈ulo 45.2 de nuestra Constituci髇 de 1978), es la constituida por la Ley 4/1989, algunos de cuyos preceptos b醩icos se han transcrito en este texto, con una finalidad sistematizadora y clarificadora; pero ello no es obst醕ulo para que se hayan incluido particularidades propias.

La presente Ley se articula en cinco T韙ulos que abordan de un modo sistem醫ico las cuestiones relativas al patrimonio natural y com鷑 de los extreme駉s y de los moradores del Planeta.

El T韙ulo I establece el objeto, la finalidad y el 醡bito de aplicaci髇 de la Ley, as� como los deberes de conservaci髇 y colaboraci髇. Esta Ley, que incide en la idea de que los recursos naturales son un patrimonio natural y com鷑 de los extreme駉s, habilita mecanismos para que en su defensa, conservaci髇 y restauraci髇 se impliquen tanto la propia Administraci髇 como los particulares y agentes sociales en un aut閚tico ejercicio colectivo de solidaridad. Por ello se insiste en la relevancia de los 髍ganos de participaci髇 social y cooperaci髇.

El contenido del T韙ulo II abarca la planificaci髇 y ordenaci髇 del patrimonio natural, como paso previo, desde un punto de vista l骻ico, a la actuaci髇 protectora sobre algunos determinados espacios concretos del territorio extreme駉. As�, se regula la voluntad de actuaci髇 global de las Directrices B醩icas de Ordenaci髇 de los Recursos Naturales de Extremadura y el car醕ter b醩ico para la planificaci髇 ambiental de los Planes de Ordenaci髇 de los Recursos Naturales.

El T韙ulo III aborda todo lo relativo a la protecci髇 de los espacios naturales en su triple vertiente de tipolog韆, conformaci髇 de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Extremadura y declaraci髇 y gesti髇 de los mismos. La tipolog韆 establecida prev� los diferentes grados de protecci髇 atendiendo a la representatividad, singularidad, rareza o peligro de conservaci髇 de algunos de nuestros h醔itats o de sus elementos m醩 singulares; se trata de una clasificaci髇 que no s髄o consagra el reconocimiento de h醔itats de especies de inter閟 comunitario, sino que introduce figuras nuevas de indudable valor y alcance, como los Corredores Ecol骻icos y de Biodiversidad, por su car醕ter de h醔itats que permiten la conexi髇 de espacios protegidos, o los Corredores Ecoculturales, categor韆 tambi閚 innovadora.

La conformaci髇 de la red y todo lo relativo a la gesti髇 de la misma y cada uno de sus componentes a partir de 髍ganos unipersonales y colegiados, los Centros de Informaci髇 e Interpretaci髇, el r間imen financiero de los Espacios Naturales Protegidos, las Areas de Influjo Socioecon髆ico y el r間imen de usos constituyen otros aspectos de este T韙ulo.

Tambi閚 en 閘 tienen cabida los instrumentos de gesti髇 y manejo de Espacios Naturales Protegidos. Se pretende lograr el adecuado tratamiento de cada h醔itat protegido y la correcta gesti髇 de las especies amenazadas considerando los contenidos, aprobaci髇, vigencia y efectos que tiene en su pertinente 醡bito cada uno de los instrumentos de gesti髇 y manejo establecidos.

Por otra parte, el T韙ulo IV aborda la biodiversidad, para lo cual establece la clasificaci髇 de flora y fauna amenazadas y el Cat醠ogo de Especies Amenazadas de Extremadura, as� como la regulaci髇 de la indemnizaci髇 de da駉s producidos por fauna silvestre. Especial significado tiene la inclusi髇 de ciertos aspectos que permitan la salvaguarda del patrimonio gen閠ico mediante el establecimiento de un Banco de Diversidad Gen閠ica, recogiendo as� las disposiciones relativas a los organismos modificados gen閠icamente en aras a la preservaci髇 de la biodiversidad real y naturalmente existente.

Un desarrollo normativo con los contenidos, objetivos y alcance existentes en la presente Ley exige el desarrollo de un T韙ulo V, dedicado a las infracciones y r間imen sancionador. La clasificaci髇 de las infracciones y las sanciones que llevan aparejadas, as� como la regulaci髇 de la prescripci髇 o de la responsabilidad constituyen aspectos b醩icos a los que tambi閚 se unen peculiaridades como, por ejemplo, los supuestos en los que cabe una reducci髇 de la multa, as� como la publicaci髇 en el 獶iario Oficial de Extremadura� de las sanciones impuestas por infracciones graves o muy graves.

La Ley tambi閚 cuenta con cinco disposiciones adicionales, que establecen el Inventario B醩ico de Espacios Naturales Protegidos, la acci髇 p鷅lica, medidas en el supuesto de destrucci髇 de los Espacios Naturales Protegidos, un Registro de Taxidermistas y Peleteros y consecuencias de las Zonas Especiales de Conservaci髇.

Las tres Disposiciones Transitorias realizan las puntualizaciones que son habituales en normas como 閟ta.

Tras las dos Disposiciones Derogatorias, una de ellas espec韋ica, las disposiciones finales habilitan al Consejo de Gobierno a desarrollar la Ley, que entrar� en vigor al mes de su publicaci髇 en el 獶iario Oficial de Extremadura�.