Sumario

La designaci�n de Santiago de Compostela como sede de las instituciones auton�micas, por la Ley de Galicia 1/1982, de 24 de junio, de fijaci�n de la sede de las instituciones auton�micas de Galicia, supuso un hito que vino a a�adir a la tradicional din�mica de la ciudad, determinada por su singularidad monumental, condici�n de capital espiritual y meta de peregrinos, ciudad universitaria y s�mbolo de cultura, civilizaci�n y progreso, la necesidad de afrontar nuevos retos, particularmente en relaci�n con la prestaci�n de servicios p�blicos, as� como con la implantaci�n de dotaciones y equipamientos, directamente determinados por la presencia de las instituciones auton�micas en el t�rmino municipal.

Es preciso poner de manifiesto la importante acci�n coordinada que, para la preservaci�n y potenciaci�n del papel que corresponde a esta urbe singular, vienen realizando las diferentes administraciones p�blicas; acci�n que se materializa desde el a�o 1992 a trav�s del Consorcio de la Ciudad de Santiago de Compostela.

Partiendo, por tanto, de la anterior constataci�n, la presente ley, por la cual se dota a la ciudad de Santiago de Compostela de un estatuto especial de capitalidad, tiene como objeto, en primer lugar, la plasmaci�n normativa expresa, el reconocimiento formal de Compostela como capital de la Comunidad Aut�noma, con lo que tal declaraci�n significa en el proceso de identificaci�n de Galicia como pueblo, completando a nivel normativo las determinaciones contenidas en la Ley 1/1982, de 24 de junio, de fijaci�n de la sede de las instituciones auton�micas de Galicia.

Este car�cter emblem�tico que corresponde a la ciudad como capital de Galicia se refleja tambi�n en los principios rectores de la organizaci�n y funcionamiento del Ayuntamiento santiagu�s, reforzando su autonom�a al servicio de una gesti�n administrativa eficaz, moderna y solidaria, con una efectiva participaci�n ciudadana, y con una opci�n decidida por el reconocimiento y la aplicaci�n de las nuevas t�cnicas y tecnolog�as que permita afrontar los retos de la sociedad del nuevo milenio desde la tradici�n que Compostela representa.

Debe destacarse, igualmente, la creaci�n por la ley de un �rgano colegiado estable de relaci�n entre las administraciones auton�mica y municipal, el Consejo de la Capitalidad, al cual se encomienda la adecuada coordinaci�n de las pol�ticas respectivas en aquellos aspectos que se estimen de inter�s concurrente de las dos administraciones en relaci�n con el hecho de la capitalidad. Su composici�n, as� como el sistema de adopci�n de acuerdos, hacen compatible el ejercicio de las competencias que la presente ley atribuye a este �rgano con el obligado respeto al principio de autonom�a municipal.

Finalmente, el estatuto establece una previsi�n de financiaci�n espec�fica en los presupuestos de la Comunidad Aut�noma, en atenci�n, precisamente, a la condici�n de capital de la Comunidad Aut�noma, y sede de sus instituciones, circunstancia que, como ya se ha dicho, implica la necesidad por parte de Santiago de Compostela de establecer una serie de servicios para cuyo sostenimiento se pretende contribuir con esta previsi�n.

Se establecen, por tanto, los mecanismos adecuados para el tratamiento jur�dico-administrativo y financiero de este espec�fico hecho, la capitalidad, dotando a la ciudad de Santiago de Compostela de un estatuto especial, como, por otro lado, ya contempl� el art�culo 89.2 de la Ley 5/1997, de 22 de julio, de Administraci�n local de Galicia.

Por todo lo expuesto, el Parlamento de Galicia aprob� y yo, de conformidad con el art�culo 13.2 del Estatuto de Galicia y con el art�culo 24 de la Ley 1/1983, de 22 de febrero, reguladora de la Xunta y de su presidente, pormulgo en nombre del Rey, la Ley del estatuto de la capitalidad de la ciudad de Santiago de Compostela.