ANEXO

Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil

CAP蚑ULO 1

Una visi髇 integral de la protecci髇 civil

1. Introducci髇

En un mundo global, cambiante e interdependiente, las causas y consecuencias de los distintos tipos de amenazas naturales o tecnol骻icas con efecto directo para las personas y sus bienes, traspasan fronteras. Esta realidad representa un desaf韔 al que las estrategias y pol韙icas p鷅licas de protecci髇 civil no pueden resultar ajenas.

La evidencia cient韋ica indica que en el proceso hist髍ico de evoluci髇 de la tierra se han producido alteraciones clim醫icas de diferente origen y naturaleza, que han transformado los mares en desiertos o que han provocado alteraciones en los ecosistemas incidiendo en la extinci髇 de algunas especies de animales y plantas, entre otros efectos. Sin embargo, en esta nueva era de desarrollo industrial el cambio clim醫ico viene marcado por el impacto directo de la actividad del hombre, lo que est� provocando una alteraci髇 en el referido proceso.

Por otra parte, estamos ante un nuevo tiempo en el que los avances tecnol骻icos del 鷏timo siglo han facilitado la comunicaci髇 global entre sociedades diversas y diferentes, en un mundo cada vez m醩 conectado e interdependiente. En este contexto, la gesti髇 integral de las emergencias supone un reto global que concierne a la comunidad internacional en su conjunto. La Estrategia Internacional para la Reducci髇 de Desastres de las Naciones Unidas representa una herramienta de encuentro y consenso, para hacer frente a una situaci髇 que, a todos, en mayor o menor grado, concierne.

Pese al car醕ter global del desaf韔, la actividad principal dirigida a la reducci髇 del riesgo de desastres tiene como primeros y principales responsables a los Estados y es precisamente en el 醡bito nacional, de acuerdo con el marco de la citada Estrategia Internacional redefinida en Sendai en 2015 (Marco de Sendai), d髇de se han de establecer y poner en pr醕tica las pol韙icas necesarias para hacer frente a las amenazas que nos afectan.

Esa responsabilidad de los Estados respecto de la seguridad de sus ciudadanos, aparece a su vez acompa馻da de la necesidad de transitar hacia una concepci髇 que vaya m醩 all� de la seguridad entendida en t閞minos tradicionales. Un enfoque vinculado a la denominada 玸eguridad humana�, que considere a los individuos como referentes centrales de su acci髇 y que suponga tambi閚 una ampliaci髇 respecto a las amenazas o riesgos que le afectan.

Para avanzar hacia una acci髇 p鷅lica basada en esa seguridad humana, es preciso poner el foco en las pol韙icas y servicios de protecci髇 civil, y en la importancia de considerar la diversidad de la sociedad sobre la que proyecta su actuaci髇. Por este motivo, afrontar los nuevos escenarios y profundizar en la generaci髇 de una verdadera resiliencia social, exige de un enfoque estrat間ico que incorpore entre los factores potenciadores del riesgo aquellos condicionantes sociales, econ髆icos o personales que pueden situar a las personas en una situaci髇 de especial vulnerabilidad ante las cat醩trofes y emergencias.

Espa馻 es un pa韘 con un nivel global de riesgo moderado en su conjunto. Los incendios forestales, las inundaciones y aquellos derivados de la ocurrencia de fen髆enos meteorol骻icos adversos, ocasionan peri骴icamente da駉s importantes que pueden llegar a afectar a la seguridad de las personas y sus bienes, contribuyendo, adem醩, al deterioro del medio ambiente. En menor medida, est醤 presentes, entre otros, los riesgos s韘micos, volc醤icos y de origen tecnol骻ico, si bien sus efectos pueden ser muy importantes en caso de producirse, por tratarse de eventos de baja probabilidad de ocurrencia, pero de alto impacto en sus consecuencias.

Espa馻 cuenta con un sistema de protecci髇 civil adecuado para dar una respuesta eficaz y coordinada a las emergencias originadas por estos riesgos, que ha ido evolucionando hasta cristalizar, con la entrada en vigor de la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil, en un sistema que ordena las acciones y pol韙icas p鷅licas en torno a los diferentes procesos del ciclo de las emergencias: anticipaci髇, prevenci髇, planificaci髇, respuesta inmediata y recuperaci髇. A este ciclo se incorpora el proceso de coordinaci髇 general de la acci髇 pol韙ica, tal y como se ilustra en la figura 1, siguiente.

La gesti髇 de riesgos implica un conjunto de acciones de naturaleza compleja, que precisa de la coordinaci髇 del conjunto de las Administraciones p鷅licas. En Espa馻, las competencias en este 醡bito est醤 distribuidas en tres niveles: Administraci髇 General del Estado, Comunidades Aut髇omas y Administraci髇 local, que act鷄n bajo los principios de solidaridad, complementariedad y subsidiariedad.

La compleja organizaci髇 del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil en el 醡bito de la gesti髇 de riesgos requiere una estrategia nacional concertada, como las que ya existen en otros campos de la actividad p鷅lica. Por ello, la referida Ley 17/2015, prev�, en su art韈ulo 4 la elaboraci髇 de dos estrategias diferentes:

• – Una Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil que integrar� y alinear� todas las actuaciones de la Administraci髇 General del Estado en el 醡bito de la protecci髇 civil, que debe ser aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional a propuesta del Ministro del Interior.
• – Una Estrategia del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil que debe servir de base a las actuaciones de las distintas administraciones territoriales en el 醡bito de sus respectivas competencias. Las l韓eas b醩icas de esta Estrategia del Sistema, las aprobar� el Consejo Nacional de Protecci髇 Civil, m醲imo 髍gano de coordinaci髇 interadministrativa en este 醡bito.

El presente documento, como Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil, desarrolla un an醠isis de las principales amenazas y riesgos de origen natural, humano y tecnol骻ico que pueden dar lugar a emergencias y/o cat醩trofes en nuestro pa韘, as� como las l韓eas de acci髇 estrat間icas para integrar, priorizar y coordinar todos los esfuerzos que permitan optimizar los recursos disponibles para su gesti髇.

2. Visi髇 integral de la protecci髇 civil

La presente Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil parte de una visi髇 integral de la protecci髇 civil, entendida esta como servicio p鷅lico que protege a las personas y bienes garantizando una respuesta adecuada ante los distintos tipos de emergencias y cat醩trofes originadas por causas naturales o derivadas de la acci髇 humana, sea esta accidental o intencionada.

La protecci髇 civil, como instrumento de la seguridad p鷅lica, ha tenido un eficaz desarrollo en los 鷏timos a駉s y se ha configurado como uno de los espacios p鷅licos genuinos y legitimadores de la acci髇 del Estado. Esto ha propiciado, sin duda, una paulatina reducci髇 de la vulnerabilidad de la sociedad espa駉la ante las emergencias y cat醩trofes de origen natural y tecnol骻ico.

Ahora bien, la constataci髇 del aumento significativo, a nivel mundial, del n鷐ero y gravedad de las emergencias y cat醩trofes en las 鷏timas d閏adas (existiendo zonas geogr醘icas de especial vulnerabilidad identificadas, tal y como se ilustra en la figura 2, siguiente) y la previsi髇 de que estas ocasionen en el futuro efectos de mayor duraci髇 y alcance global como consecuencia del cambio clim醫ico, obliga a estar preparados para hacerles frente y adoptar un enfoque cada vez m醩 integrado de su gesti髇.

La protecci髇 civil en Espa馻, ha tenido en las 鷏timas d閏adas un desarrollo importante y constante, no exento de dificultades de coordinaci髇 en un sistema con m鷏tiples actores, abierto y flexible que le dota de una reconocida complejidad.

A lo largo de este periodo se han creado nuevos medios y recursos estatales, entre los que destaca la Unidad Militar de Emergencias (UME). Asimismo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han incrementado y potenciado sus capacidades y recursos en este 醡bito, al objeto de poder dar una mejor respuesta desde el Estado a este tipo de situaciones. De igual manera, las Comunidades Aut髇omas y Entidades locales se han ido dotando de m醩 y mejores recursos en el 醡bito de sus competencias, sumando por tanto una mayor capacidad de respuesta ante las emergencias.

Este enfoque hol韘tico de la protecci髇 civil a escala nacional, implica la necesidad de fortalecer permanentemente un Sistema Nacional de Protecci髇 Civil que integre la contribuci髇 de todas las administraciones, entidades privadas y ciudadanos. Igualmente, es necesario contemplar una dimensi髇 internacional que refleje la demostrada vocaci髇 solidaria de la sociedad espa駉la.

3. La protecci髇 civil como elemento esencial del Sistema de Seguridad Nacional

La dimensi髇 nacional de la protecci髇 civil se contempla en el marco de la Estrategia de Seguridad Nacional aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional en 2017.

Tal y como ilustra la figura 3, siguiente, esta incluye a las emergencias y cat醩trofes como uno de los principales desaf韔s del mundo moderno, pues su impacto no solo afecta a la vida y salud de las personas sino, tambi閚 a los bienes patrimoniales, al medioambiente y al desarrollo econ髆ico.

Consecuentemente, la Estrategia de Seguridad Nacional incluye como objetivo la consolidaci髇 del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil en cuanto instrumento integrador de todas las capacidades nacionales en la gesti髇 de las emergencias y cat醩trofes (cuyos principales elementos y estructuraci髇 se recogen en la figura 4, siguiente), as� como asegurar su integraci髇 en el Sistema de Seguridad Nacional configurado por la Ley 36/2015, de 28 de septiembre.

En este contexto integrador, Espa馻 debe fomentar, dentro de la cultura de Seguridad Nacional, la concienciaci髇 ciudadana sobre las principales amenazas y riesgos que pueden provocar situaciones de 韓dole catastr骹ica. Para ello, resulta esencial potenciar las conductas de autoprotecci髇 y resiliencia de la sociedad espa駉la. En definitiva, una protecci髇 civil eficaz requiere de la sensibilizaci髇 social de los ciudadanos, como destinatarios de la acci髇 p鷅lica dirigida a afrontar tales situaciones.

4. La protecci髇 civil en la agenda internacional

Espa馻 tiene una clara identidad europea, mediterr醤ea y atl醤tica que confiere una dimensi髇 internacional a su protecci髇 civil y que proyecta hacia el exterior la solidaridad del conjunto de la sociedad espa駉la a la hora de cooperar para prevenir, aliviar y paliar los efectos de los desastres que afecten a otros pa韘es.

Como muestra de esta vocaci髇 internacional, Espa馻 es miembro relevante del Mecanismo de Protecci髇 Civil de la Uni髇 Europea, regulado por la Decisi髇 1313/2013/UE del Parlamento Europeo y del Consejo (cuyas l韓eas generales de actuaci髇 se ilustran en la figura 5, siguiente), que es el instrumento que fomenta la solidaridad apoyando, complementando y facilitando la coordinaci髇 entre los Estados miembro, con la finalidad de mejorar la eficacia de los sistemas de prevenci髇, preparaci髇 y respuesta ante cat醩trofes naturales o de origen humano.

El Mecanismo se encuentra actualmente en proceso de revisi髇, para mejorar su eficacia en la prevenci髇 y respuesta ante emergencias. Como l韓eas m醩 relevantes de la nueva estructura cabe mencionar la dotaci髇 de una nueva reserva de capacidades gestionadas directamente por la Uni髇 Europea (rescUE), as� como la racionalizaci髇 y simplificaci髇 de los procedimientos administrativos al objeto de reducir el tiempo necesario para la movilizaci髇 de los recursos de la capacidad europea de respuesta en emergencias. A esta capacidad Espa馻 contribuye significativamente con m骴ulos y equipos del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil.

Adem醩, Espa馻 mantiene un 醡bito de colaboraci髇 mediante convenios bilaterales con los pa韘es europeos de nuestro entorno (Francia y Portugal) y con los del sur del Mediterr醤eo (Argelia, T鷑ez y Marruecos) que refuerzan la cooperaci髇 y ayuda mutua para hacer frente a las amenazas y riesgos que compartimos.

En el 醡bito de Naciones Unidas, Espa馻 ha adoptado el ya citado Marco de Sendai para la Reducci髇 del Riesgo de Desastres 2015-2030 como principal compromiso internacional, que persigue la reducci髇 sustancial del riesgo de desastres y de las p閞didas ocasionadas por los mismos.

Finalmente, y en l韓ea con las estrechas relaciones con los pa韘es iberoamericanos, Espa馻 ostenta la Secretar韆 permanente de la Asociaci髇 Iberoamericana de Organismos Gubernamentales de Defensa y Protecci髇 Civil, creada en Santiago de Chile en julio de 1996, que persigue como objetivo el fomento de la cooperaci髇 cient韋ica y t閏nica en materia de gesti髇 de desastres y el incremento y mejora del intercambio de informaci髇 y experiencias.

En resumen, la complejidad y transversalidad en la gesti髇 de las emergencias y cat醩trofes que ocurren con frecuencia creciente, no solo ha motivado la adopci髇 de un enfoque basado en la cooperaci髇 entre los actores competentes de 醡bito nacional sino tambi閚 internacional, lo cual ha tenido un importante impacto en el desarrollo de las diferentes pol韙icas p鷅licas en materia de protecci髇 civil. La experiencia acumulada por nuestro pa韘 a este respecto en las 鷏timas d閏adas permite hablar de una situaci髇 de reconocimiento y peso espec韋ico de la protecci髇 civil espa駉la en la escena internacional.

CAP蚑ULO 2

El Sistema Nacional de Protecci髇 Civil, parte esencial del Sistema de Seguridad Nacional

1. El Sistema de Seguridad Nacional

El Sistema de Seguridad Nacional, tal y como ilustra la figura 6, siguiente, ha sido configurado por la Ley 36/2015, de 28 de septiembre, como un conjunto de 髍ganos, organismos, recursos y procedimientos que, dirigidos por el Presidente del Gobierno, permiten orientar la acci髇 del Estado para asegurar la protecci髇 de la libertad, los derechos y el bienestar de los ciudadanos, la garant韆 de la defensa de Espa馻 y de sus principios y valores constitucionales, y la contribuci髇 con nuestros aliados al fortalecimiento de la seguridad internacional, frente a las transversales y complejas amenazas que las sociedades actuales se ven obligadas a afrontar.

El Sistema se organiza en torno a un 髍gano principal y un 髍gano de apoyo de trabajo permanente. El primero de ellos es el Consejo de Seguridad Nacional, Comisi髇 Delegada del Gobierno para la Seguridad Nacional que asiste al Presidente del Gobierno en la direcci髇 de esta pol韙ica estatal. El segundo es el Departamento de Seguridad Nacional, que asesora al Presidente del Gobierno en materia de Seguridad Nacional.

Como refleja la figura 7, siguiente, el Presidente del Gobierno preside este Consejo en el que se integran, adem醩 de los representantes de las carteras ministeriales relacionadas con la gesti髇 de crisis, otras autoridades estatales, como por ejemplo la Secretar韆 de Estado de Comunicaci髇, auton髆icas, o incluso personas f韘icas o jur韉icas, cuando fuere precisa su asistencia por la naturaleza de los temas a tratar.

El Consejo de Seguridad Nacional puede crear 髍ganos que le apoyen en el desempe駉 de sus funciones en 醡bitos determinados de la Seguridad Nacional, que reciben la denominaci髇 de Comit閟 Especializados u otros que as� se determinen. Adem醩, el Departamento de Seguridad Nacional (DSN), ejerce las funciones de secretar韆 t閏nica y 髍gano de trabajo permanente del Consejo de Seguridad Nacional y de sus 髍ganos de apoyo.

La gesti髇 de las situaciones de crisis es el conjunto ordinario de actuaciones dirigidas a detectar y valorar las amenazas y riesgos concretos para la Seguridad Nacional, facilitar el proceso de toma de decisiones y asegurar una respuesta 髉tima y coordinada del Estado.

Para garantizar una eficaz respuesta, el Consejo de Seguridad Nacional cuenta con el apoyo del Comit� de Situaci髇, presidido por la Vicepresidenta del Gobierno o excepcionalmente, a decisi髇 del Presidente del Gobierno, por la autoridad funcional que el mismo designe. Especial atenci髇 requieren aquellas que pudieran derivar en una declaraci髇 de Situaci髇 de Inter閟 para la Seguridad Nacional, por parte del Presidente del Gobierno.

2. Relaci髇 entre el Sistema Nacional de Protecci髇 Civil y el Sistema de Seguridad Nacional

La actual Estrategia de Seguridad Nacional 2017, marco pol韙ico-estrat間ico de referencia de la Pol韙ica de Seguridad Nacional que describe las principales amenazas y riesgos para la Seguridad Nacional, considera como uno de los 醡bitos principales la protecci髇 ante emergencias y cat醩trofes.

Adem醩, como se ilustra en la figura 8, siguiente, contempla una serie de factores que potencian el impacto de las emergencias y cat醩trofes en la Seguridad Nacional, como son el demogr醘ico, motivado por el incremento de poblaci髇 urbana en zonas de peligro ambiental; la vulnerabilidad de la infraestructura econ髆ica y tecnol骻ica, que acent鷄 la rapidez y propagaci髇 de los riesgos y genera efectos en cascada; la degradaci髇 de los ecosistemas, que reduce las defensas naturales; y el incremento de la magnitud y frecuencia de algunos fen髆enos adversos como consecuencia del cambio clim醫ico.

Por otra parte, en la Estrategia de Seguridad Nacional 2017, se incluyen como l韓eas de acci髇 de la Seguridad Nacional en el 醡bito de las emergencias y cat醩trofes, entre otras, la elaboraci髇 de una Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil, el desarrollo reglamentario de la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil, el fortalecimiento de la integraci髇 de capacidades del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil mediante la cooperaci髇 y coordinaci髇 entre todas las Administraciones P鷅licas competentes, as� como la coordinaci髇 y cooperaci髇 internacional en la materia.

El Sistema Nacional de Protecci髇 Civil est�, por tanto, plenamente integrado en el Sistema de Seguridad Nacional, como se refleja en la figura 9, siguiente. De esta manera, la regulaci髇 establecida en la referida Ley se aplica sin perjuicio de lo dispuesto por la normativa vigente para el Sistema de Seguridad Nacional. Adem醩, el Consejo de Seguridad Nacional ostenta la competencia para la aprobaci髇, a propuesta del Ministro del Interior, de la Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil.

Asimismo, la Ley 17/2015 establece que la direcci髇 de las emergencias de inter閟 nacional, que exige la ordenaci髇 y coordinaci髇 de las actuaciones y la gesti髇 de todos los recursos nacionales e internacionales, es competencia del Ministro del Interior.

El Departamento de Seguridad Nacional realizar� el seguimiento intensivo de dicha situaci髇. Adem醩, en funci髇 de su evoluci髇 y gravedad, el Consejo de Seguridad Nacional podr� proponer al Presidente del Gobierno la activaci髇 plena del Sistema de Seguridad Nacional, as� como la posible declaraci髇 de una Situaci髇 de Inter閟 para la Seguridad Nacional, sin perjuicio de las actuaciones propias del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil.

Como conclusi髇, debe se馻larse que la integraci髇 del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil en el Sistema de Seguridad Nacional permite al Gobierno de la Naci髇 afrontar la gesti髇 de las amenazas y los riesgos con un enfoque integral.

CAP蚑ULO 3

Amenazas y riesgos en el 醡bito de la protecci髇 civil

1. Introducci髇

En un mundo global como el actual, coexisten las amenazas y riesgos tradicionales cuyas consecuencias son conocidas en funci髇 de la experiencia adquirida, con los llamados riesgos emergentes, ante los que nos encontramos con una mayor incertidumbre para la valoraci髇 de su gravedad y alcance potencial.

Tres rasgos fundamentales caracterizan hoy a la denominada sociedad del riesgo. El primero es su car醕ter transnacional, debido fundamentalmente al efecto de la globalizaci髇, que hace que sus consecuencias no se limiten a un lugar o espacio geogr醘ico definido.

El segundo es la forma creciente e interdependiente en la que determinadas tendencias y factores, tales como la demograf韆, los condicionantes socioecon髆icos y personales, el cambio clim醫ico y las nuevas orientaciones en los desarrollos industriales, inciden sobre las consecuencias de las emergencias y cat醩trofes para la poblaci髇 afectada.

El tercer rasgo observado es el car醕ter asim閠rico de las nuevas amenazas y de sus agentes, que han ido surgiendo en paralelo al desarrollo de la sociedad moderna.

Las amenazas y riesgos no solo se ven afectados por condicionantes de car醕ter global, sino que las circunstancias o caracter韘ticas espec韋icas locales, relativas a cuestiones geogr醘icas, hist髍icas, pol韙icas, econ髆icas y sociales, determinan la manera en que esos condicionantes act鷄n como factores potenciadores.

El deterioro del medio ambiente y el cambio clim醫ico son quiz醩 los desaf韔s m醩 importantes del siglo XXI, que 鷑icamente a partir de la d閏ada de los a駉s setenta comenzaron a tratarse desde un enfoque internacional. Las soluciones a estos problemas no son f醕iles, porque el deterioro del medio ambiente est�, en buena medida, asociado a un modo de vida basado en el consumo y el crecimiento. Por su parte, el cambio clim醫ico provocado por la quema de combustibles f髎iles y la deforestaci髇, conllevar� en Espa馻 un aumento de la desertificaci髇, una reducci髇 de los recursos h韉ricos y la p閞dida de biodiversidad, entre otros efectos.

De la experiencia adquirida en la prevenci髇, gesti髇, recuperaci髇 y seguimiento de los diferentes episodios de emergencia, se desprenden las principales tendencias de los 鷏timos a駉s. Un periodo que se ha caracterizado por una gran variabilidad meteorol骻ica y crecientes desajustes estacionales, que dificultan los procesos de predicci髇 y se traducen en episodios atemporales de fuertes contrastes. Por un lado, se han producido etapas de fuerte sequ韆 meteorol骻ica e hidrol骻ica y temperaturas extremas en zonas poco habituales. Por otro, se han experimentado cuadros de lluvias torrenciales durante el verano y oto駉, que han generado episodios de inundaciones, as� como intensas nevadas. Este tipo de episodios constituyen el fen髆eno natural que m醩 da駉s materiales causa en Espa馻 y en Europa.

Por otra parte, la importancia de los incendios forestales en nuestro pa韘 guarda relaci髇 con un clima eminentemente mediterr醤eo como Espa馻. El resultado de las pol韙icas p鷅licas en esta materia, unido a la generaci髇 paulatina de una mayor concienciaci髇 ciudadana que incluye el rechazo de la opini髇 p鷅lica a cierto tipo de pr醕ticas de riesgo, permite mantener una tendencia decreciente en cuanto a n鷐ero de incendios y superficie quemada, si bien sigue siendo un riesgo elevado en nuestro pa韘, riesgo que tender� a agravarse en el futuro como consecuencia del cambio clim醫ico.

En cuanto a los efectos de la actividad s韘mica y volc醤ica, aunque Espa馻 no es una zona especialmente expuesta a estos fen髆enos, s� son frecuentes los movimientos s韘micos en determinadas zonas. Si bien su ocurrencia con consecuencias catastr骹icas es de baja probabilidad, en caso de producirse, genera un elevado impacto sobre la poblaci髇 afectada, sus bienes y las infraestructuras.

Finalmente, por lo que respecta a los sucesos relacionados con los riesgos tecnol骻icos, cabe destacar que en los 鷏timos a駉s se han mantenido en niveles moderados de ocurrencia.

Como conclusi髇 se puede se馻lar que, la evoluci髇 de las amenazas globales, unida a la particular posici髇 geogr醘ica de Espa馻, hacen que las consecuencias de este tipo de fen髆enos deban ser considerados, por sus posibles efectos en t閞minos de Seguridad Nacional, tal y como se establece en el pre醡bulo de la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil.

2. Riesgos: Identificaci髇 y an醠isis

Los riesgos m醩 relevantes a efectos de la presente Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil, de entre los citados en la Ley 17/2015, son los siguientes:

• – Inundaciones.
• – Incendios forestales.
• – Terremotos y maremotos.
• – Volc醤icos.
• – Fen髆enos meteorol骻icos adversos.
• – Accidentes en instalaciones o procesos en los que se utilicen o almacenen sustancias peligrosas.
• – Transporte de mercanc韆s peligrosas por carretera y ferrocarril.
• – Nuclear y radiol骻ico.

Para afrontar los mencionados riesgos, como recoge la figura 10, siguiente, se dispone de planes territoriales y especiales, de naturaleza estatal, auton髆ica y local, en funci髇 de su 醡bito competencial y territorial. Dichos planes ser醤 aprobados por la Administraci髇 competente en cada caso.

3. Potenciadores del riesgo

• – El cambio clim醫ico: Seg鷑 las conclusiones del 鷏timo informe de evaluaci髇 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim醫ico (IPCC) de Naciones Unidas, el cambio clim醫ico provocar� un aumento de la frecuencia o de la intensidad de eventos extremos vinculados al clima, como olas de calor y precipitaciones. En los pa韘es del 醨ea mediterr醤ea se incrementar� la frecuencia de las olas de calor y las sequ韆s, as� como las condiciones meteorol骻icas que propician los grandes incendios forestales.
• – Deficiente ordenaci髇 territorial y asignaci髇 de usos del suelo: La escasa y tard韆 incorporaci髇 de los riesgos como condicionante restrictivo de la asignaci髇 de usos del suelo en los planes de ordenaci髇 territorial y urbana, ha incrementado la vulnerabilidad social y econ髆ica. Se han identificado situaciones problem醫icas como la ocupaci髇 de cauces fluviales y de zonas de protecci髇 del dominio p鷅lico hidr醬lico, la intensa presi髇 antr髉ica sobre el litoral que concentra un gran porcentaje de la poblaci髇 espa駉la, la presencia de infraestructuras que obstaculizan los procesos naturales, o la impermeabilizaci髇 de suelos por actuaciones urban韘ticas intensivas, entre otras.
• – Globalizaci髇: El aumento y la extensi髇 de las comunicaciones, ha permitido un constante aumento del intercambio cultural, econ髆ico, social y pol韙ico a nivel internacional, haciendo con ello un mundo m醩 interconectado y dependiente. Algunas consecuencias de este fen髆eno, como las que pudieran derivar del incremento del flujo en los transportes de mercanc韆s y viajeros, entre otras, explican su consideraci髇 como factor potenciador de determinados riesgos y amenazas.
• – Condicionantes socioecon髆icos y demogr醘icos: La construcci髇 en ramblas o cauces secos, los problemas en la aplicaci髇 de normativa de construcci髇 sismo-resistente, la acumulaci髇 de combustibles en los montes, la tendencia al crecimiento de usos recreativos en zonas peligrosas (monta馻, barrancos, bosques, etc.), la deforestaci髇, el abandono creciente del pastoreo en los bosques, los cultivos en suelos inadecuados, el aumento del interfaz urbano-forestal, la percepci髇 del riesgo por parte de la poblaci髇 o la reducci髇 y envejecimiento de la poblaci髇 rural, son algunos de los condicionantes socioecon髆icos y demogr醘icos que act鷄n como factores potenciadores del riesgo.
• – Singularidades geogr醘icas y clim醫icas: Espa馻 se caracteriza por un relieve accidentado, diversidad de climas, presencia de cauces torrenciales, ocurrencia de fen髆enos meteorol骻icos y clim醫icos extremos (gota fr韆, ciclo-g閚esis, olas de calor, etc.), intensos procesos de erosi髇 y desertizaci髇, y la presencia de 醨eas de alta peligrosidad s韘mica.
• – Colectivos en situaci髇 de especial vulnerabilidad: La existencia de grupos de poblaci髇 en situaci髇 de especial vulnerabilidad (por sus caracter韘ticas personales, sociales o econ髆icas) requiere que dicha circunstancia sea tomada en consideraci髇 a la hora de valorar el riesgo y plantear la respuesta de los poderes p鷅licos ante los mismos. El paulatino envejecimiento de la poblaci髇 espa駉la es otro elemento a considerar, por su posible impacto en la vulnerabilidad personal frente a algunos tipos de riesgos.

4. Descripci髇 de los riesgos

4.1 Inundaciones.

4.1.1 Descripci髇: En Espa馻 la pluviosidad media no es muy abundante, pero en ocasiones se producen precipitaciones que en muy pocas horas alcanzan valores muy extremos. Estas lluvias extraordinarias provocan caudales extremos, que al circular por el terreno pueden dar lugar a crecidas, avenidas o riadas, desbordando su cauce habitual, provocando la inundaci髇 de terrenos, y afectando a personas y bienes.

La gran variabilidad entre los caudales ordinarios y extraordinarios de algunos r韔s, en ocasiones de forma s鷅ita y la ocupaci髇 desordenada de los m醨genes de los cauces, hace que el problema de las inundaciones revista en Espa馻 una especial gravedad.

Las avenidas s鷅itas, provocadas por lluvias torrenciales, de corta duraci髇, gran intensidad y muy localizadas, son un fen髆eno bastante frecuente en Espa馻 produciendo p閞dida de vidas humanas, unas 300 en los 鷏timos 30 a駉s, y cuantiosos da駉s materiales que pueden estimarse en unos 500 millones de euros anuales.

Por otra parte, los temporales de varios d韆s de duraci髇 que afectan a grandes cuencas producen otro tipo de inundaci髇 m醩 lenta, que causan fundamentalmente da駉s econ髆icos y, m醩 infrecuentemente, personales.

Aunque las crecidas son, en su origen, un fen髆eno natural eminentemente f韘ico e hidrol骻ico, en su desarrollo sobre zonas donde hay actividades humanas se convierte en un problema relacionado con la ordenaci髇 del territorio que presenta importantes repercusiones sociales y econ髆icas.

4.1.2 Potenciadores: La ocupaci髇 intensiva del territorio da lugar a una alta exposici髇 de las poblaciones. Si a ello se une el aumento de la frecuencia e intensidad de las precipitaciones extremas motivadas por el cambio clim醫ico, tendremos identificados los principales factores potenciadores del riesgo de inundaciones en Espa馻.

4.1.3 Instrumentos normativos y de gesti髇:

• – En el marco europeo, el Parlamento aprob� la Directiva 2007/60/CE relativa a la evaluaci髇 y gesti髇 de los riesgos de inundaci髇. Esta Directiva tuvo su transposici髇 en el ordenamiento jur韉ico espa駉l a trav閟 del Real Decreto 903/2010, de 9 de julio, de evaluaci髇 y gesti髇 de riesgos de inundaci髇.
• – La directriz b醩ica de emergencias ante el riesgo de inundaciones (aprobada por Acuerdo de Consejo de Ministros de 9 de diciembre de 1994 y publicada en el BOE de 14 de febrero de 1995), establece el marco sobre el que se han desarrollado los planes especiales de protecci髇 civil de 醡bito estatal y auton髆ico, donde se relaciona expresamente el nivel del riesgo de inundaci髇 del territorio con la planificaci髇 territorial y los usos del suelo.
• – Plan Estatal de Inundaciones, aprobado por Acuerdo de Consejo de Ministros de 29 de julio de 2011.

4.1.4 Actuaciones prioritarias:

• – Fortalecer la vinculaci髇 de la planificaci髇 de protecci髇 civil en los planes de ordenaci髇 del territorio, uso del suelo y desarrollo urban韘tico.
• – Promover el uso del Sistema Nacional de Cartograf韆 de zonas inundables, identificando los elementos m醩 vulnerables a efectos de protecci髇 civil en dichas 醨eas.
• – Fortalecer los Sistemas de Aviso Hidrol骻ico de los Organismos de Cuenca, desarrollando equipos y herramientas predictivas de fen髆enos adversos, especialmente en aquellos casos susceptibles de causar inundaciones.
• – Fomentar el desarrollo de nuevas herramientas predictivas de fen髆enos meteorol骻icos extremos, especialmente en aquellos casos susceptibles de causar inundaciones.

4.2 Incendios forestales.

4.2.1 Descripci髇: Los incendios forestales se producen de forma peri骴ica y recurrente todos los a駉s en Espa馻. Su n鷐ero, en t閞minos absolutos, es muy elevado en comparaci髇 con los pa韘es de la UE, si bien se trata del segundo pa韘 europeo en extensi髇 de la superficie forestal, y el cuarto en superficie ocupada por masas arboladas.

Al elevado n鷐ero de incendios y extensi髇 de la superficie forestal se suma el aumento de la intensidad con que estos se producen. Por t閞mino medio, un 34 % de la superficie quemada cada a駉, es consecuencia de unas pocas decenas de incendios, que presentan dimensiones superiores a las 500 has. Son los denominados grandes incendios.

Los incendios forestales, por tanto, constituyen un grave problema, tanto por los da駉s que ocasionan de modo inmediato en las personas y bienes, como por la grave repercusi髇 que tiene la destrucci髇 de extensas masas forestales sobre el medio ambiente.

Los incendios forestales son la causa m醩 importante de degradaci髇 de los ecosistemas forestales, provocando elevados da駉s ecol骻icos y econ髆icos e incluso p閞dida de vidas humanas, por lo que requieren una atenci髇 preferente para gestionarlos de modo que se reduzca su ocurrencia, su incidencia y sus consecuencias.

El n鷐ero de incendios que se inicia cada a駉 y las superficies afectadas, contin鷄n representando una amenaza recurrente para las personas, sus bienes y el medioambiente. As� mismo, el creciente grado de desarrollo urbano en los entornos forestales (interfaz urbano-forestal), hace que los incendios forestales ocurridos en estas zonas representen un riesgo especialmente grave debido a las peculiaridades y complejidad que entra馻 su extinci髇.

4.2.2 Potenciadores:

• – El clima dominante en el 醨ea mediterr醤ea con prolongadas sequ韆s acompa馻das de altas temperaturas estivales y, en ocasiones, de fuertes vientos, propicia unas condiciones meteorol骻icas favorables para que se produzcan incendios forestales.
• – La Estad韘tica General de Incendios Forestales, si bien muestra una tendencia global de descenso el n鷐ero de incendios y superficies afectadas por los mismos, apunta a que el problema sigue siendo c韈lico y recurrente y con una evoluci髇 futura que puede verse condicionada especialmente por el fen髆eno del cambio clim醫ico; de hecho, el cambio clim醫ico est� amplificando el impacto de eventos meteorol骻icos extremos en Europa, lo que conllevar� por tanto escenarios que apuntan a un incremento en los 韓dices de riesgo y la intensidad de los incendios, incluso fuera de las 閜ocas habituales, en especial en el sur de Europa.
• – La ocurrencia de incendios forestales fuera de estaci髇 dificulta la planificaci髇 para la lucha y mantenimiento de servicios permanentes y especializados en la extinci髇 de incendios.
• – Otro potenciador lo constituyen los condicionantes socioecon髆icos y demogr醘icos, la p閞dida de valor de los productos forestales, la despoblaci髇 de las 醨eas rurales y el aumento de la poblaci髇 urbana, que tiene como consecuencia el aumento de tierras agr韈olas abandonadas –con el consiguiente aumento de masa forestal combustible–, todo lo cual representa un problema a馻dido para una gesti髇 eficiente y sostenible del monte.
• – As� mismo, el uso indiscriminado del fuego para el mantenimiento de pastos, la acci髇 intencionada o interesada y el uso recreativo del monte por poblaci髇 eminentemente urbana, constituyen otro factor potenciador de este riesgo.

4.2.3 Instrumentos normativos y de gesti髇:

• – La Ley 21/2015, de 20 de junio, por la que se modifica la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes.
• – Anualmente, el Gobierno aprueba el Plan de Actuaciones de Prevenci髇 y Lucha contra Incendios forestales, en el que se desarrollan medidas de entre varios ministerios con vocaci髇 unificadora integral y coordinadora de la pol韙ica estatal en la materia.
• – El Real decreto 893/2013, de 21 de noviembre, aprob� la directriz b醩ica ante el riesgo de incendios forestales que fija los criterios y contenidos de la planificaci髇 de emergencias a nivel estatal y auton髆ico.
• – El Plan Estatal de Protecci髇 Civil para Emergencias por Incendios Forestales, aprobado por Acuerdo de Consejo de Ministros 24 de octubre de 2014.
• – Los planes especiales de protecci髇 civil de las Comunidades Aut髇omas para la respuesta a emergencias derivadas de este riesgo.
• – El Comit� de Lucha contra Incendios Forestales, Comit� t閏nico de cooperaci髇 formado por representantes de todas las Administraciones competentes en materia de incendios forestales.

4.2.4 Actuaciones prioritarias:

• – Identificar las capacidades m韓imas de extinci髇 del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil, para su uso coordinado a nivel estatal e internacional.
• – Reforzar la acci髇 p鷅lica para garantizar el cumplimiento de la Ley, y en particular, la persecuci髇 y esclarecimiento del delito, fomentando la colaboraci髇 ciudadana.
• – Promover la elaboraci髇 de los planes autoprotecci髇 de las instalaciones y actividades que tengan lugar en el terreno urbano-forestal.
• – Fortalecer las capacidades operativas y de prevenci髇 en el 醡bito local, ante los incendios de la interfaz urbano-forestal.
• – Incentivar la formaci髇 en protocolos de actuaci髇 ante incendios de la poblaci髇 rural en territorios eminentemente forestales.
• – Potenciar la formaci髇 de los intervinientes en incendios forestales.

4.3 Terremotos y maremotos.

4.3.1 Descripci髇: La pen韓sula Ib閞ica se halla situada en el borde sudoeste de la placa Euroasi醫ica en su colisi髇 con la placa Africana. Nuestro pa韘 no presenta un 醨ea de grandes terremotos, aunque s� tiene una actividad s韘mica relevante con sismos de magnitudes moderadas capaces de generar da駉s muy graves.

Se registran anualmente en la Pen韓sula Ib閞ica unos 6.000 sismos, en la mayor韆 de los casos de baja magnitud, que se concentran al sur de la l韓ea C醖iz-Alicante y en el 醨ea pirenaica, principalmente.

Menci髇 especial merecen el terremoto de Lorca, ocurrido el 11 de mayo de 2011, que caus� 9 v韈timas mortales y 324 heridos, adem醩 de da駉s estructurales a m醩 de un millar de edificios y al importante patrimonio cultural de la ciudad.

No existe actualmente ning鷑 m閠odo capaz de predecir con precisi髇 el tiempo, lugar y magnitud de un sismo, aunque si pueden delimitarse las zonas de mayor peligro bas醤dose en los registros hist髍icos y los condicionantes geol骻icos.

Es necesario, por ello, avanzar en la articulaci髇 de medidas preventivas como la adopci髇 y el efectivo cumplimiento de normas de construcci髇 sismo-resistente adaptadas a la geograf韆 que el riesgo presente.

En este apartado es tambi閚 preciso hacer referencia al riesgo de maremotos, muy poco probable en nuestro entorno, pero con un gran impacto potencial, tal como ocurriera en el conocido como terremoto de Lisboa de 1755, que produjo una gran ola que afect� a toda la costa atl醤tica espa駉la, especialmente a las provincias de C醖iz y Huelva, a la que se a馻dieron las consecuencias directas del terremoto. No puede tampoco descartarse la ocurrencia del mismo fen髆eno, con menor intensidad, en la costa mediterr醤ea e Islas Baleares, a causa de la sismicidad del norte de 羏rica, tal como ocurriera en el a駉 2003. (terremoto de Boumerd鑣, Argelia)

Finalmente, no es extra駉 que el fen髆eno s韘mico se presente en forma de un elevado n鷐ero de terremotos de muy baja o baja intensidad, registrados en la misma zona geogr醘ica durante un periodo continuado de tiempo, y que se prolongue durante semanas o meses. Aunque este fen髆eno, denominado enjambre s韘mico, no ha provocado da駉s personales ni materiales de consideraci髇, si los terremotos son sentidos por la poblaci髇 producen una alarma social considerable por la incertidumbre de su evoluci髇 y sobre todo, cuando su origen se atribuye a causa de la actividad humana. La sismicidad ocurrida en la costa de Castell髇 en 2013, cuyo origen se atribuy� a la planta de almacenamiento de gas existente frente a sus costas, fue ejemplo de ello.

4.3.2 Potenciadores:

• – Factores socioecon髆icos que, en el pasado, llevaron al crecimiento desordenado del parque edificado, con una deficiente o inexistente normativa de construcci髇 sismo-resistente, que hizo aumentar la exposici髇 a este riesgo, en especial en las 醨eas m醩 expuestas, que en muchos casos coinciden con zonas tur韘ticas de alta ocupaci髇.
• – El desconocimiento o falta de estudios locales de la respuesta s韘mica del suelo que permitan a la escala adecuada zonificar el territorio en aras de condicionar el planeamiento urban韘tico y limitar los usos del suelo. A ello se a馻de la vulnerabilidad del parque inmobiliario rural.
• – La concentraci髇 de poblaci髇 en 醨eas tur韘ticas expuestas en determinadas 閜ocas del a駉, que puede producir un desequilibrio entre los medios y recursos de respuesta y el tama駉 de la poblaci髇 a atender.
• – El alto periodo de retorno de los terremotos destructivos y/o maremotos, hace que la poblaci髇 tenga una percepci髇 baja del riesgo, aumentando su vulnerabilidad.

4.3.3 Instrumentos normativos y de gesti髇:

• – La directriz b醩ica de protecci髇 civil ante el riesgo s韘mico fue aprobada por Acuerdo del Consejo de Ministros del 7 de abril de 1995. En ella se consideran dos niveles de planificaci髇: el estatal y el de Comunidad Aut髇oma, incluyendo en este 鷏timo los Planes de Actuaci髇 que sean confeccionados por las entidades locales.
• – La directriz b醩ica de protecci髇 civil ante el riesgo de maremotos fue aprobada por Acuerdo del Consejo de Ministros del 20 de noviembre de 2015.
• – El Plan Estatal ante el riesgo s韘mico, aprobado por Acuerdo del Consejo de Ministros del 26 de marzo de 2010. En 閘 se establece la organizaci髇 y los procedimientos de actuaci髇.
• – Real Decreto 953/2018, de 27 de julio, recoge en su art韈ulo 15, las funciones y competencias encomendadas a la Direcci髇 General del Instituto Geogr醘ico Nacional (IGN), y en particular en el apartado c) establece como competencia del IGN la planificaci髇 y gesti髇 de sistemas de detecci髇 y comunicaci髇 a las instituciones de los movimientos s韘micos ocurridos en territorio nacional y sus posibles efectos sobre las costas.
• – Los Planes Especiales ante el Riesgo S韘mico de las Comunidades Aut髇omas obligadas por la normativa a realizarlo (aquellas en las que son previsibles terremotos de intensidad igual o superior a VI).
• – La norma sismo resistente para edificaci髇, NCSE-02 fue publicada en el BOE de 11 de octubre de 2002. 蓅ta se aplica seg鷑 la importancia del edificio. Son considerados edificios de importancia especial diferentes tipos como hospitales, parques de bomberos, comunicaciones, transportes, o grandes centros comerciales.

4.3.4 Actuaciones prioritarias:

• – Elaborar an醠isis nacionales de riesgos en funci髇 de escenarios posibles, teniendo en cuenta los fen髆enos asociados. Estos escenarios deben ser multirriesgo y se utilizar醤 para mejorar la planificaci髇 de emergencias con intervenci髇 del Estado.
• – Fortalecer los mecanismos administrativos y judiciales de control para vigilar el cumplimiento efectivo de los instrumentos preventivos, legales y t閏nicos sobre prevenci髇 en riesgo s韘mico, especialmente el cumplimiento de la norma sismo resistente.
• – Fomentar el desarrollo de estudios locales de riesgo s韘mico, especialmente en las zonas m醩 propensas a sufrir terremotos y el desarrollo de la planificaci髇 local especial ante este riesgo.
• – Implantar un sistema de alerta e informaci髇 preventiva ante el riesgo de tsunamis, as� como desarrollar la planificaci髇 contemplada en la directriz b醩ica de Protecci髇 civil ante el riesgo de maremotos.

4.4 Volc醤icos.

4.4.1 Descripci髇: Aunque la Espa馻 peninsular presenta evidencias geomorfol骻icas de un volcanismo geol骻icamente antiguo (Olot, Campo de Calatrava, Sierra de Gata), la Comunidad Aut髇oma de Canarias es la 鷑ica que presenta una actividad volc醤ica muy reciente, que hace que sea el 鷑ico 醡bito territorial para el que la legislaci髇 vigente establece la necesidad de disponer de un Plan de Protecci髇 Civil ante dicho riesgo.

El archipi閘ago canario comprende siete islas volc醤icas mayores que forman una cadena que se extiende unos 500 km a lo largo del Atl醤tico. Se dispone de registros hist髍icos de erupciones en Tenerife, La Palma, El Hierro y Lanzarote. Tambi閚 se conocen erupciones volc醤icas anteriores en Fuerteventura, por tanto, todas las islas mayores de Canarias, excepto La Gomera y Gran Canaria, tienen un volcanismo reciente activo.

La posibilidad de que se produzca una erupci髇 volc醤ica var韆 dependiendo de la isla que se considere, pero en general es de moderada a baja, aunque para reducir su posible impacto, se debe prever la organizaci髇 de los medios y recursos humanos y materiales, que pudieran ser requeridos para la protecci髇 y socorro de la poblaci髇, en caso de que una erupci髇 volc醤ica afectase a alguna de las islas.

Por otra parte el propio fen髆eno volc醤ico puede manifestarse con m鷏tiples fen髆enos f韘icos peligrosos asociados, como sismicidad, ca韉a de cenizas, coladas de lava o deslizamientos, entre otros, que no siempre cuentan con precursores detectables con la suficiente anticipaci髇 para poder adoptar las medidas de protecci髇 adecuadas.

4.4.2 Potenciadores:

• – La incertidumbre ante la diversidad de fen髆enos peligrosos que pueden manifestarse con una crisis volc醤ica.
• – Los factores geogr醘icos como la posici髇 ultra perif閞ica, la insularidad y la morfolog韆 del relieve de acusadas pendientes, que dificultan el transporte, conexi髇 y movilizaci髇 de los recursos existentes en las dos provincias canarias as� como la aplicaci髇 de medidas de respuesta como pueda ser la evacuaci髇 llegado el caso.
• – Los factores demogr醘icos y socioecon髆icos, caracterizados por el poblamiento disperso de la poblaci髇 aut骳tona y la concentraci髇 de poblaci髇 tur韘tica de or韌enes culturales diversos.
• – Finalmente, los largos periodos de inactividad volc醤ica, dificultan la adecuada percepci髇 del riesgo en la poblaci髇 que pueda verse afectada.

4.4.3 Instrumentos normativos y de gesti髇.

• – La directriz b醩ica de protecci髇 civil ante el riesgo volc醤ico fue aprobada por Acuerdo del Consejo de Ministros del 19 de enero de 1996. En ella se consideran dos niveles de planificaci髇: El estatal y el de Comunidad Aut髇oma, incluyendo en este 鷏timo los planes de actuaci髇 que sean confeccionados por las entidades locales.
• – El Plan Estatal ante el Riesgo Volc醤ico, aprobado por Acuerdo del Consejo de Ministros del 25 de enero de 2013 Se establece la organizaci髇 y los procedimientos de actuaci髇 que permitan asegurar una respuesta eficaz.
• – Real Decreto 953/2018, de 27 de julio, recoge en su art韈ulo 15, las funciones y competencias encomendadas a la Direcci髇 General del Instituto Geogr醘ico Nacional (IGN), y en particular en el apartado d) establece como competencia del IGN la planificaci髇 y gesti髇 de los sistemas de vigilancia y comunicaci髇 a las instituciones de la actividad volc醤ica en el territorio nacional y determinaci髇 de los peligros asociados.
• – El Plan Especial ante Riesgo Volc醤ico de la Comunidad Aut髇oma de Canarias (PEVOLCA), aprobado el 30 de julio de 2018.

4.4.4 Actuaciones prioritarias.

• – Impulsar la implantaci髇 de los Planes de Protecci髇 Civil a trav閟 de ejercicios y simulacros, as� como con campa馻s de informaci髇 a la poblaci髇.
• – Fomentar el desarrollo de escenarios posibles de riesgo, que permitan mejorar la planificaci髇 y el dise駉 de acciones a tomar, en funci髇 de su impacto
• – Desarrollar las capacidades locales suficientes que posibiliten dar una respuesta inicial de manera eficaz a las posibles emergencias volc醤icas.
• – Elaborar an醠isis nacionales de riesgos en funci髇 de escenarios posibles, teniendo en cuenta los fen髆enos asociados. Estos escenarios deben ser multirriesgo y se utilizar醤 para mejorar la planificaci髇 de emergencias con intervenci髇 del Estado.

4.5 Fen髆enos meteorol骻icos adversos.

4.5.1 Descripci髇: Se considera fen髆eno meteorol骻ico adverso (FMA) a todo evento atmosf閞ico capaz de producir, directa o indirectamente, da駉s a las personas y sus bienes o alterar la actividad humana de forma significativa.

Los fen髆enos meteorol骻icos adversos producen graves da駉s personales y econ髆icos, present醤dose como los fen髆enos que mayor n鷐ero de v韈timas mortales anuales ocasiona en Espa馻. Desde comienzos de siglo, alrededor del 83 % de las v韈timas mortales en Espa馻 por fen髆enos naturales son debidos a fen髆enos meteorol骻icos adversos, ya sea por causas directas o, m醩 frecuentemente, por causas indirectas, al provocar el agravamiento de patolog韆s previas.

Los fen髆enos que habitualmente son los que producen mayor impacto en nuestro pa韘 son las tormentas, las olas de calor y los vientos fuertes, tanto en tierra como en l韓ea de costa. Adem醩, en los 鷏timos a駉s, tambi閚 han afectado las tormentas extratropicales, en particular al archipi閘ago canario.

La sequ韆, consecuencia de la falta continuada de lluvia, afecta sistem醫icamente al territorio ocasionando problemas socioecon髆icos de diversa 韓dole. Los efectos del cambio clim醫ico previsiblemente ser醤 un aumento progresivo a lo largo del siglo XXI del n鷐ero de d韆s c醠idos, una mayor duraci髇 de las olas de calor junto a una disminuci髇 en el n鷐ero de d韆s de helada y una disminuci髇 de los d韆s de precipitaci髇.

Las tormentas localmente cada vez m醩 intensas y con caracter韘ticas propias de otras latitudes tambi閚 est醤 afectando a nuestro territorio.

En Espa馻, los registros meteorol骻icos muestran un importante incremento de las temperaturas medias a lo largo del 鷏timo medio siglo, m醩 acentuado en la 閜oca estival. Tambi閚 se est醤 batiendo los registros hist髍icos de temperaturas m醲imas diarias, presentando una fuerte desestacionalidad. (42,6� C en mayo de 2015 en Valencia).

4.5.2 Potenciadores:

• – Los efectos del cambio clim醫ico motivan que los fen髆enos atmosf閞icos extremos habituales en nuestra geograf韆, sean cada vez m醩 frecuentes e intensos incrementando su impacto en la sociedad.
• – Los cambios de uso del suelo, el desarrollo urbano y de las infraestructuras del transporte, llevan aparejado el aumento de la impermeabilidad del suelo, que junto con la concentraci髇 de la poblaci髇 en n鷆leos urbanos en 醨eas costeras, son algunos de los elementos que aumentan la exposici髇 y vulnerabilidad de la poblaci髇.

4.5.3 Instrumentos normativos y de gesti髇:

• – Plan Nacional de Predicci髇 y Vigilancia de Fen髆enos Meteorol骻icos Adversos: Meteo-alerta de la Agencia Estatal de Meteorolog韆 (AEMET).
• – Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud. Este plan pretende la prevenci髇 de da駉s sobre la salud provocados por el exceso de temperaturas. Existe una Comisi髇 interministerial para su aplicaci髇 efectiva adscrita al Ministerio de Sanidad.

4.5.4 Actuaciones prioritarias:

• – Elaborar la directriz b醩ica ante el riesgo de FMA que fije los criterios y contenidos de la planificaci髇 de emergencias a nivel estatal y auton髆ico, y completar la planificaci髇 ante estos riesgos a nivel estatal y auton髆ico.
• – Reforzar las capacidades de observaci髇 meteorol骻ica con especial atenci髇 a las orientadas a la detecci髇 inmediata de la ocurrencia e intensidad de fen髆enos meteorol骻icos adversos.
• – Fomentar el desarrollo de investigaciones y estudios sobre los potenciales impactos de los fen髆enos meteorol骻icos adversos (FMA) en la poblaci髇, adecuando los sistemas que posibiliten su predicci髇 y detecci髇 precoz, definir posibles acciones encaminadas a reducir la vulnerabilidad de la poblaci髇 y su adaptaci髇 a los fen髆enos meteorol骻icos extremos.
• – Contribuir a alcanzar una mayor implicaci髇 del conjunto de la sociedad y de los medios de comunicaci髇 en la respuesta integral y temprana de incidencias derivadas de fen髆enos meteorol骻icos adversos.

4.6 Accidentes en instalaciones o procesos en los que se utilicen o almacenen sustancias peligrosas.

4.6.1 Descripci髇: Tras experimentar un importante incremento durante los primeros a駉s del presente siglo, en los 鷏timos cinco a駉s el n鷐ero de establecimientos donde se almacenan sustancias peligrosas y que han de estar acogidos a la Directiva 2012/18/UE se ha visto estabilizado, siendo actualmente de 899 en toda la geograf韆 espa駉la.

En 2018 una cuarta parte de los establecimientos estaban dedicados al almacenamiento y distribuci髇 de hidrocarburos, otra cuarta parte se la repart韆n entre la fabricaci髇 e instalaciones de productos qu韒icos y farmac閡ticos, la producci髇, suministro y distribuci髇 de energ韆, y en menor cuant韆 la producci髇 y almacenamiento de fertilizantes, pesticidas, biocidas y fungicidas. El resto de establecimientos se dedica a otro tipo de actividades industriales.

Geogr醘icamente el mayor n鷐ero de establecimientos se ubica en Catalu馻 seguido de Andaluc韆 y Comunidad Valenciana.

Ese alto n鷐ero de establecimientos contrasta con el relativo bajo n鷐ero de accidentes que se suelen producir en los mismos, y que puede atribuirse a la mejora en las normativas que regulan dichos establecimientos. Atendiendo a los datos disponibles en la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil y Emergencias, en los 鷏timos ocho a駉s un 67 % de los accidentes solo han tenido repercusiones dentro del propio establecimiento mientras que otro 27 % adem醩 han podido tener v韈timas y producir da駉s leves al exterior o medio ambiente. En contraposici髇, solo se han producido tres accidentes de categor韆 3 con v韈timas y da駉s graves al exterior y medio ambiente.

En cuanto a las causas de los accidentes, la mitad se han producido por fallos en los sistemas mec醤icos mientras que el resto se reparten por igual entre fallos operativos del personal y corrosi髇 o fatiga de los componentes.

Como revelan algunos de los grandes accidentes relacionados con la industria qu韒ica a lo largo de la historia –la tragedia de Seveso (Italia) en 1976, el desastre de Bhopal (India) en 1984, o la explosi髇 de una refiner韆 de BP en EEUU en 2005–, nos encontramos ante un riesgo con baja probabilidad de ocurrencia pero cuyas potenciales consecuencias pueden alcanzar niveles importantes.

4.6.2 Potenciadores:

• – El primer potenciador global del riesgo de este tipo de instalaciones vendr韆 determinado por unas condiciones socioecon髆icas de crecimiento que llevan asociado un aumento en la producci髇 y, por lo tanto, un crecimiento en el n鷐ero de establecimientos.
• – Analizando las causas de las emergencias que se han producido, dos factores importantes a tener en cuenta ser韆n la falta de preparaci髇 adecuada del personal que ha de intervenir en las instalaciones, y la fatiga o deterioro de los materiales que componen las instalaciones.

4.6.3 Instrumentos normativos y de gesti髇:

• – La Directiva 2012/18/UE del Parlamento Europeo y del Consejo relativa al control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en los que intervengan sustancias peligrosas, que adopta el Sistema Global Armonizado de las Naciones Unidas de clasificaci髇 de sustancias.
• – Real Decreto 840/2015, de 21 de septiembre, que coordina los procedimientos y las labores que han de desempe馻r los industriales y las distintas autoridades competentes de la administraci髇 general y las comunidades aut髇omas, para la recopilaci髇, intercambio y difusi髇 de la informaci髇 relativa a los establecimientos y sus inspecciones.
• – Directriz B醩ica para el control y planificaci髇 ante el riesgo de accidentes graves que establece la estructura general de la planificaci髇 de protecci髇 civil ante este riesgo, que ha acogido el desarrollo de los Planes Especiales de Protecci髇 Civil en el 醡bito auton髆ico y estatal.

4.6.4 Actuaciones prioritarias:

• – Impulsar y mejorar la formaci髇 del personal encargado de las primeras intervenciones en caso de emergencia, incluyendo ejercicios y simulacros que ayuden a comprender los riesgos existentes y como atajarlo y mitigarlo.
• – Potenciar el conocimiento por parte de la poblaci髇 de los riesgos y mecanismos de prevenci髇 y respuesta existentes, as� como las medidas al respecto que puedan ser de su inter閟.

4.7 Transporte de mercanc韆s peligrosas por carretera y ferrocarril.

4.7.1 Descripci髇: Espa馻 es un pa韘 donde se produce un gran movimiento (en volumen y n鷐ero de veh韈ulos y trayectos) de mercanc韆s peligrosas por ferrocarril y especialmente por carretera. La gran cantidad de establecimientos donde se almacenan sustancias peligrosas repartidos por toda la geograf韆 peninsular (899 acogidos a la normativa Seveso), hacen especialmente relevante el flujo de sustancias entre las distintas industrias nacionales y de pa韘es vecinos (importaciones y exportaciones).

Seg鷑 datos de los 鷏timos mapas nacionales de flujos de mercanc韆s peligrosas por carretera y ferrocarril de 2016, solamente en ferrocarril ese a駉 se movieron alrededor de un mill髇 y medio de toneladas de mercanc韆s de este tipo. En cuanto al tr醤sito por carretera la informaci髇 se recaba en base a estudios estad韘ticos que cifran dicho tr醤sito en unos 30 millones de toneladas.

Entre los productos m醩 transportados figuran los l韖uidos inflamables (gas髄eo y gasolinas principalmente) y los gases (como la mezcla de hidrocarburos gaseosos licuados), suponiendo m醩 de la mitad del volumen transportado.

El accidente m醩 grave registrado hasta la fecha en nuestro pa韘, fue el ocurrido el 11 de julio de 1978, que arras� el camping de Los Alfaques (Alcanar, Tarragona), por la explosi髇 de un cami髇 cisterna que transportaba propileno. El siniestro provoc� 243 v韈timas mortales y m醩 de 300 heridos graves.

4.7.2 Potenciadores: De la informaci髇 recabada en los 鷏timos veinte a駉s sobre las emergencias que se han producido en el T-MMPP, se puede constatar que la principal causa potenciadora del riesgo de estas emergencias son los accidentes convencionales de tr醘ico en los que se ven envueltos veh韈ulos dedicados a este transporte, siendo los factores asociados a la propia mercanc韆 (fallo en el contenedor o en la estiba) los menos numerosos.

Por ello se considera que los principales potenciadores de este riesgo se encuentran en la globalizaci髇, el crecimiento econ髆ico y un modelo productivo que intensifica el tr醘ico de estas mercanc韆s.

4.7.3 Instrumentos normativos y de gesti髇:

• – La Directiva 2008/68/CE del Parlamento Europeo y del Consejo sobre el transporte terrestre de mercanc韆s peligrosas, que engloba el Acuerdo europeo sobre transporte internacional de MMPP por carretera (ADR) y el Reglamento relativo al transporte internacional de MMPP por ferrocarril (RID), ambos realizados por el Comit� de Transportes Interiores de la UNCECE (Naciones Unidas).
• – En el marco de la planificaci髇 de protecci髇 civil, se cuenta con una directriz b醩ica de 醡bito estatal y planes especiales de 醡bito auton髆ico.
• – Adem醩 se cuenta con distintas resoluciones legales anuales que establecen restricciones a la circulaci髇 estableciendo horarios y especificando carreteras por las que se permite la circulaci髇, como la Red de Itinerarios de Mercanc韆s Peligrosas por Carretera (RIMP).

4.7.4 Actuaciones prioritarias:

• – Mejorar y potenciar los sistemas de informaci髇 para conocimiento del riesgo. Para ello se hace necesario potenciar la colaboraci髇 de los actores directos implicados en la actividad para la recogida de toda esta informaci髇 y elaboraci髇 de bases de datos, herramientas de an醠isis y estad韘ticas de emergencias que permitan elaborar mapas de flujos y riesgos.
• – Mejorar y potenciar los sistemas de apoyo t閏nico a la gesti髇 de las emergencias: Para ello se ha de potenciar la colaboraci髇 de los sectores implicados en la producci髇 de las mercanc韆s peligrosas (MMPP) con el aporte de informaci髇 y medios para tratar las emergencias (Centro de Respuesta ante Emergencias-CERET).
• – Impulsar la coordinaci髇 y colaboraci髇 entre la Administraci髇 General del Estado y las Administraciones auton髆icas en los m閠odos de obtenci髇 y divulgaci髇 de los distintos sistemas de informaci髇.
• – La mejora y actualizaci髇 de la normativa en prevenci髇 y planificaci髇 de protecci髇 civil a ra韟 de la experiencia adquirida estos 鷏timos a駉s.

4.8 Riesgo nuclear y radiol骻ico.

4.8.1 Descripci髇: En Espa馻, existen siete reactores nucleares en operaci髇, ubicados en cinco emplazamientos, destinados a la producci髇 de energ韆 el閏trica, uno en cese definitivo de explotaci髇 y dos en fase de desmantelamiento.

Existen adem醩 cuatro instalaciones nucleares, distintas de las centrales nucleares, y 1.300 instalaciones radiactivas de distintas categor韆s, todas ellas reguladas, en las que manejan, procesan o almacenan sustancias radiactivas o nucleares.

En todas ellas podr韆 existir un riesgo de liberaci髇 incontrolada o accidental de sustancias radiactivas al exterior, y en caso de producirse accidentes en estas instalaciones podr韆n comportar un riesgo para la salud, tanto para el personal de tales instalaciones, como para el personal de intervenci髇, la poblaci髇 del entorno, as� como la contaminaci髇 del medio ambiente.

Adem醩, hay infraestructuras como aeropuertos, puertos mar韙imos, aduanas y otras instalaciones y actividades no reguladas como las aquellas destinadas a la recuperaci髇, almacenamiento o manipulaci髇 de materiales met醠icos para su reciclado, en las que podr韆 producirse alg鷑 incidente radiol骻ico con posible repercusi髇 en el exterior.

Por otro lado, no se pueden descartar los riesgos que puedan derivarse del uso inadecuado o negligente de las diversas fuentes de radiaci髇.

4.8.2 Potenciadores: Si bien las principales causas de accidentes en estas instalaciones con repercusiones en el exterior son debidas a fallos t閏nicos o humanos, la experiencia ha puesto de manifiesto que hay sucesos externos como sismos, incendios e inundaciones y actos malintencionados que podr韆n originar incidentes en ellas.

Los principales potenciadores del riesgo estar韆n asociados a factores socioecon髆icos y demogr醘icos relacionados tanto con la distribuci髇 de la poblaci髇 en los entornos de las centrales nucleares, como al aumento de aplicaciones industriales relacionadas con sustancias peligrosas.

4.8.3 Instrumentos normativos y de gesti髇:

• – A nivel internacional las recomendaciones de la Organizaci髇 Internacional de Energ韆 At髆ica (OIEA) se encuentran recogidas en la normativa emitida por EURATOM en forma de directivas de la Uni髇 Europea del mismo nombre. La m醩 reciente de ellas referida a la gesti髇 de estos riesgos es la directiva 2013/59/Euratom.
• – Plan B醩ico de Emergencia Nuclear aprobado por Real Decreto 1546/2004, de 25 de junio.
• – Plan de Emergencia Nuclear del Nivel Central de Respuesta y Apoyo, aprobado por Orden INT/1695/2005, de 27 de mayo.
• – Planes de Emergencia Nuclear Exteriores a las Centrales Nucleares.
• – Directriz B醩ica de planificaci髇 de protecci髇 civil ante el riesgo radiol骻ico, aprobada por Real Decreto 1564/2010, de 19 de noviembre.
• – Plan Estatal de Protecci髇 Civil ante el Riesgo Radiol骻ico, aprobado por Real Decreto 1054/2015, de 20 de noviembre.
• – Planes Especiales de Protecci髇 Civil ante el Riesgo Radiol骻ico de comunidades aut髇omas.

4.8.4 Actuaciones prioritarias:

• – Impulsar el desarrollo reglamentario con las modificaciones del Plan B醩ico de Emergencia Nuclear y la directriz b醩ica protecci髇 civil ante el riesgo radiol骻ico, as� como avanzar en el proceso de planificaci髇 por parte de las comunidades aut髇omas frente al riesgo radiol骻ico.
• – Mejorar los mecanismos de coordinaci髇 entre las diferentes Administraciones, el Consejo de Seguridad Nuclear y los titulares de las instalaciones.
• – Fortalecer las pol韙icas de educaci髇, informaci髇 a los ciudadanos, y autoprotecci髇, promoviendo una cultura preventiva.
• – Impulsar la formaci髇 del personal de intervenci髇 adscrito a las organizaciones de respuesta y la realizaci髇 de ejercicios y simulacros en el 醡bito del riesgo nuclear.

CAP蚑ULO 4

Misi髇, objetivo y l韓eas de acci髇 de la Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil

La misi髇 o fin 鷏timo de la protecci髇 civil, como instrumento de la pol韙ica de seguridad p鷅lica, es proteger a las personas y bienes garantizando una respuesta adecuada ante los distintos tipos de emergencias y cat醩trofes originadas por causas naturales o derivadas de la acci髇 humana, tomando en consideraci髇 la incidencia de los diferentes factores potenciadores de las amenazas y riesgos –en especial del cambio clim醫ico– y la necesidad de fortalecer la resiliencia comunitaria frente a este tipo de eventos.

En Espa馻, las pol韙icas p鷅licas de protecci髇 civil se articulan sobre la base de una acci髇 concertada que involucre de forma eficiente todos los recursos necesarios de las distintas administraciones p鷅licas, del sector privado as� como la participaci髇 activa de los ciudadanos. Estas pol韙icas est醤 dirigidas al logro de unos objetivos compartidos que permitan la anticipaci髇, prevenci髇, respuesta eficaz y recuperaci髇 necesaria por los da駉s derivados de las amenazas y riesgos en el 醡bito de la protecci髇 civil que se producen en Espa馻, y que pueden requerir de una acci髇 concertada con otros actores internacionales.

La Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 establece, junto con el resto de objetivos generales de la Seguridad Nacional, un objetivo estrat間ico prioritario en el 醡bito de la protecci髇 civil: una consolidaci髇 del Sistema Nacional de Protecci髇 Civil como instrumento integrador de todas las capacidades de Espa馻 para gestionar la respuesta ante emergencias y cat醩trofes que asegure su integraci髇 bajo el Sistema de Seguridad Nacional. Para la consecuci髇 de dicho objetivo se apuntaba hacia las siguientes l韓eas de acci髇 estrat間icas (LAE) para la Seguridad Nacional.

1. Implementar, a trav閟 de la colaboraci髇 entre todas las Administraciones competentes, la Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil, tras su aprobaci髇 por el Consejo de Seguridad Nacional.

2. Completar el marco jur韉ico de la protecci髇 ante emergencias y cat醩trofes, desarrollando normativamente la Ley 17/2015.

3. Fomentar los mecanismos de colaboraci髇 y participaci髇 de la sociedad civil en las pol韙icas p鷅licas de protecci髇 civil, especialmente en materia de prevenci髇.

4. Fortalecer la integraci髇 de capacidades de todo el Sistema Nacional de Protecci髇 Civil incrementando la cooperaci髇 y coordinaci髇 entre todas las Administraciones p鷅licas competentes, con actuaciones concretas:

• a) Constituir e implantar la Red de Alerta Nacional de Protecci髇 Civil para mejorar la prevenci髇, con un enfoque integrado y multirriesgo.
• b) Mantener directorios de capacidades.
• c) Dise馻r en com鷑 acciones de asistencia integral a las v韈timas.
• d) Establecer protocolos de gesti髇 y comunicaci髇 a nivel nacional e internacional, en coordinaci髇 con la UE y otros organismos internacionales.

5. Promover la coordinaci髇 y cooperaci髇 internacional en materia de protecci髇 civil, con especial atenci髇 al mecanismo de protecci髇 civil de la UE y la Estrategia Internacional de Reducci髇 del Riesgo de Desastres de la ONU, as� como, de forma bilateral, con terceros pa韘es.

Teniendo en cuenta las anteriores LAE de la Estrategia de Seguridad Nacional, as� como el an醠isis de los principales riesgos y amenazas que afectan a Espa馻 en materia de protecci髇 civil, y que han quedado recogidas en el presente documento, los poderes p鷅licos dispondr醤 los recursos humanos y materiales necesarios para desarrollar las siguientes l韓eas de acci髇 de la Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil:

• – Impulsar el desarrollo normativo de la Ley 17/2015, promoviendo la elaboraci髇 de los correspondientes planes de protecci髇 civil, y en particular, la adopci髇 de un Plan General Estatal de Protecci髇 Civil, que guarde la debida coherencia con las estrategias existentes para la adaptaci髇 al cambio clim醫ico.
• – Fortalecer los v韓culos entre los distintos planes de protecci髇 civil ante los diferentes tipos de riesgos y los instrumentos de planificaci髇 para la ordenaci髇 del territorio, uso del suelo y desarrollo urban韘tico.
• – Desarrollar e implementar las redes nacionales de informaci髇 y alerta de protecci髇 civil.
• – Mejorar las herramientas de coordinaci髇 entre las diferentes administraciones p鷅licas, as� como los mecanismos de participaci髇 y colaboraci髇 con ciudadanos, empresas y sociedad civil organizada.
• – Renovar los instrumentos de recuperaci髇 postemergencia, con un enfoque basado en el fortalecimiento de una sociedad cada vez m醩 resiliente frente a las emergencias y cat醩trofes.
• – Mejorar la atenci髇 a las personas en situaci髇 de especial vulnerabilidad por razones sociales y/o personales, considerando esta variable tanto en la elaboraci髇 de los protocolos de actuaci髇, como en la formaci髇 de los intervinientes y en los procedimientos de comunicaci髇 p鷅lica ante situaciones de emergencia.
• – Impulsar la coordinaci髇 de las pol韙icas de comunicaci髇 p鷅lica ante situaciones de emergencia o cat醩trofe, reforzando los canales y protocolos de comunicaci髇 ante este tipo de eventos.
• – Fortalecer las pol韙icas de educaci髇, formaci髇 y autoprotecci髇 de los ciudadanos, promoviendo una cultura preventiva.
• – Potenciar la cooperaci髇 internacional, y el desarrollo de actuaciones dirigidas a dar cumplimiento a los compromisos de Espa馻 en el marco europeo y global, as� como la participaci髇 en la acci髇 exterior del Estado.
• – Avanzar hacia la interoperabilidad de los centros de coordinaci髇 operativa y las capacidades de intervenci髇 a nivel nacional. Entre otras acciones, es preciso desarrollar el Plan Nacional de Interconexi髇 previsto en la Ley 17/2015, y facilitar una formaci髇 b醩ica com鷑 para los profesionales de las unidades de intervenci髇 de cualquier titularidad, con el fin de mejorar las posibilidades de una eficaz colaboraci髇 en la respuesta conjunta a las emergencias.
• – Fomentar el desarrollo de nuevas herramientas predictivas de detecci髇 de materializaci髇 de riesgos naturales.
• – Promover la realizaci髇 de ejercicios y simulacros en el 醡bito nacional e internacional.

CAP蚑ULO 5

Seguimiento, evaluaci髇 y revisi髇 de la Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil

La Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil ser� objeto de revisi髇, al menos, cada cinco a駉s. Tambi閚 ser� revisada cuando as� lo aconsejen las modificaciones de la Estrategia de Seguridad Nacional o las circunstancias cambiantes del entorno.

Un Comit� T閏nico de Seguimiento de la Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil, presidido por el titular de la Subsecretar韆 del Interior y en el que estar醤 representados todos los departamentos ministeriales y organismos estatales que forman parte del Consejo Nacional de Protecci髇 Civil, llevar� a cabo el seguimiento y evaluaci髇 del grado de desarrollo de los objetivos y l韓eas b醩icas de acci髇 de la Estrategia Nacional de Protecci髇 Civil, pudiendo formular las correspondientes propuestas de revisi髇.

Este Comit� T閏nico de Seguimiento se reunir�, al menos, una vez al a駉 y las funciones de secretar韆 del mismo ser醤 asumidas por el secretario de la Comisi髇 Permanente del Consejo Nacional de Protecci髇 Civil.