Sumario

Ley [GALICIA] 2/2007, 28 marzo, derogada por la letra b) del n鷐ero 1 de la disposici髇 derogatoria 鷑ica del D leg [GALICIA] 2/2015, 12 febrero, por el que se aprueba el texto refundido de las disposiciones legales de la Comunidad Aut髇oma de Galicia en materia de igualdad (獶.O.G.� 17 febrero 2016), el 18 de febrero de 2016.

Pre醡bulo.

1

Actualmente nadie discute los importantes avances en todos los 醡bitos que las mujeres y hombres de Galicia han ido consiguiendo en los 鷏timos a駉s, avances que permitieron una profunda modificaci髇 de las estructuras sociales, pol韙icas, econ髆icas y culturales, y cuyos efectos, en mayor o menor medida, perciben los ciudadanos y ciudadanas de este pa韘, haciendo posible que la mayor parte aproveche unos derechos y posibilidades impensables para las generaciones anteriores. Pero, al lado de este innegable nivel de desarrollo, el an醠isis de la sociedad actual muestra para el colectivo de las mujeres, conformado por m醩 de la mitad de la poblaci髇, una realidad marcada por la desigualdad de sexos y por la discriminaci髇 en el acceso a los recursos.

La discriminaci髇 sufrida por las mujeres es la m醩 antigua y persistente en el tiempo; esta discriminaci髇 ha sido, y a鷑 es, la m醩 extendida en su 醡bito territorial; la que m醩 formas revisti�, desde el simple y brutal ejercicio de la violencia hasta los m醩 sutiles comportamientos aparentemente protectores, pero profundamente discriminatorios; la que afecta al mayor n鷐ero de personas, y la m醩 elemental, porque se a馻de a otras discriminaciones que en el transcurso de la vida puede sufrir una persona.

En la voluntad de terminar con esta situaci髇, encuentran sentido disposiciones como los art韈ulos 9.2, 14, 32.1 y 35.1 de la LE0000019668Constituci髇 espa駉la, que proh韇en esta discriminaci髇 por raz髇 de sexo respecto al 玠erecho al trabajo, a la libre elecci髇 de profesi髇 y oficio, a la promoci髇 a trav閟 del trabajo y a una remuneraci髇 suficiente�, as� como el art韈ulo 4 del LE0000007893Estatuto de autonom韆 de Galicia. De este modo, la Constituci髇 abri� el camino para luchar contra el 玱dioso� modelo cultural del patriarcado que conceb韆 a las mujeres como sujetos de segundo orden.

No obstante, la experiencia hist髍ica fue confirmando, una y otra vez, que la identidad jur韉ica de trato entre mujeres y hombres act鷄 m醩 bien como un instrumento de conservaci髇 del statu quo que como un punto de partida para el desarrollo de un futuro m醩 igualitario. Realmente, cuando un derecho neutral se enfrenta a un estado de desequilibrio social entre los sexos en el que los hombres est醤 firmemente asentados en las 閘ites pol韙icas y sociales, ese derecho es incapaz de desempe馻r una funci髇 de igualaci髇. En una situaci髇 de desigualdad real y efectiva de las mujeres la adopci髇 de un derecho neutro no es una decisi髇 neutral.

La sociedad exige ahora un paso adelante que permita observar la asimetr韆 que existe entre el reconocimiento legal de un derecho y la incapacidad en la pr醕tica de las mujeres para ejercerlo. Es imprescindible enfrentar el contenido normativo y la experiencia de aquellas que vieron como su igual derecho no fue susceptible de aplicarse o ejecutarse bajo la excusa o pretexto de razones t閏nicas o formales. Sin embargo, el camino no es f醕il, m醩 bien al contrario; buscar soluciones a la desigualdad cuando la ley parte de la consideraci髇 de que los hombres y las mujeres son igual de iguales se convierte en una ardua tarea que requiere una labor previa que visibilice la diferencia entre la norma jur韉ica y la realidad.

2

Se ha esgrimido como argumento disuasorio que tambi閚 existen otros grupos sociales que se desarrollan en desventaja: personas afectadas de diversidad funcional, enfermas, desempleadas, inmigrantes, de la tercera edad. No obstante, es preciso desligar la consecuci髇 de la igualdad de la tambi閚 necesaria atenci髇 de grupos sociales con problem醫icas espec韋icas o situaciones desfavorecidas, sin que ello haya de reducir necesariamente la capacidad de atenci髇 a las mujeres inmersas en estos colectivos. No debe prescindirse de que esa exaltaci髇 extrema de las diferencias puede oscurecer la idea de que todas las mujeres comparten una posici髇 social desfavorecida por el hecho de ser mujeres y diluye la discriminaci髇 espec韋ica por raz髇 de sexo en otras discriminaciones.

Es innegable que esas otras desigualdades necesitan la atenci髇 y apoyo de los poderes p鷅licos, y el ordenamiento jur韉ico lo contempla expresamente, pero, a diferencia de las pol韙icas de apoyo en favor de esos otros grupos sociales, la consecuci髇 del acceso a la igualdad por parte de las mujeres ni ha de depender del desarrollo econ髆ico de una sociedad en un determinado momento, ni ha de estar condicionada por la pol閙ica de los partidos pol韙icos que compiten por el poder, ya que el objetivo a conseguir fue asumido de manera un醤ime por todo el arco parlamentario gallego, siendo claro y preciso: la paridad de ambos sexos, la igualdad perfecta.

3

La idea de igualdad ha sido uno de los principios pol韙icos que sirvieron de base para articular las sociedades modernas, y un principio 閠ico que propone que la igualdad es un bien en s� mismo, y hacia el que han de orientarse todas las relaciones sociales. A su vez, la idea de igualdad reposa sobre la idea de universalidad, que es uno de los conceptos centrales de la modernidad; y esta se fundamenta en la consideraci髇 de que todas las personas poseen una raz髇 que las empuja irremisiblemente a la libertad, que las libera de la pesada tarea de aceptar pasivamente un destino no elegido y las conduce a la emancipaci髇 individual y colectiva.

Por ello, las biograf韆s individuales no pueden explicarse s髄o por s� mismas, pues las personas formalmente libres e iguales est醤 inscritas en una serie de estructuras sociales de las que es dif韈il sustraerse. Es cierto que la existencia de clases sociales ha estratificado las sociedades configurando grupos sociales jerarquizados y asim閠ricos en cuanto a posici髇 social y uso de los recursos. Pero no s髄o la clase social divide a las personas; tambi閚 el g閚ero ha desembocado en formas de estratificaci髇 marcadas por la subordinaci髇 social, la explotaci髇 econ髆ica, la infrarrepresentaci髇 pol韙ica y la marginaci髇 cultural.

Y fue la introducci髇 de la perspectiva de g閚ero lo que ha permitido poner al descubierto el d閒icit de recursos de las mujeres. El concepto de g閚ero alude a un mecanismo que ha servido de medio de distribuci髇 de los recursos (pol韙icos, econ髆icos, culturales, entre otros), sobrecargando de estos a los hombres y privando a las mujeres de aquellos que les corresponden, y ese d閒icit de car醕ter estructural s髄o puede desactivarse con pol韙icas de diferenciaci髇 para la igualdad.

4

En el campo del empleo y las relaciones laborales, la progresiva incorporaci髇 de las mujeres en el 醡bito de lo p鷅lico se ha traducido en una transformaci髇 sustancial del mercado de trabajo, en el que las mujeres han irrumpido de forma imparable en las 鷏timas d閏adas. Este es, sin duda, uno de los fen髆enos de mayor incidencia y uno de los procesos sociales que contribuyeron en mayor medida a la transformaci髇 de la estructura sociolaboral y de la organizaci髇 de la vida familiar y personal de las mujeres y hombres de Galicia. Pero, a pesar de la evoluci髇 creciente e imparable de los 韓dices de incorporaci髇 laboral de las mujeres, la realidad muestra que esta inserci髇 se enfrenta todav韆 a m鷏tiples dificultades relacionadas con las funciones sociales diferenciadas que supuestamente hombres y mujeres tienen que desempe馻r, dificultades que hacen que el acceso a un trabajo digno conlleve un alto coste personal.

La situaci髇 de discriminaci髇 en que se desenvuelven la mayor parte de las mujeres cuando acceden al mercado laboral se manifiesta en aspectos cuantificables: en la concentraci髇 de su labor en un n鷐ero reducido de actividades feminizadas: el 54% de las mujeres trabajan en el 13% de las actividades; en las ocupaciones con mayor discriminaci髇 donde trabaja el 60% de la poblaci髇 ocupada s髄o el 4% son mujeres; en la persistencia de altos niveles de discriminaci髇 salarial: el salario medio de las mujeres es el 73% del de los hombres; en la existencia de menores oportunidades en el desarrollo de la carrera profesional (en esas actividades feminizadas las mujeres directivas tienen un 20% de peso en las ocupaciones directivas); en las altas tasas de desempleo (mientras que por cada catorce hombres ocupados hay diez mujeres, por cada diez hombres parados hay diecis閕s mujeres); en los mayores 韓dices de precariedad laboral (mientras cuatro de cada diez mujeres tienen unas relaciones precarias, son tres de cada diez hombres), que conducen a trabajos temporales, a tiempo parcial, interinidad, trabajos sin contrato; en una menor presencia de mujeres en el autoempleo y el mundo empresarial (s髄o el 34% de los afiliados por cuenta propia son mujeres).

Pero, adem醩 de los aspectos cuantificables anteriormente dichos, la estructura social, y especialmente el 醡bito sociolaboral, se encuentra impregnada por la persistencia del odioso prejuicio sobre la supuesta inferioridad de las mujeres que est� detr醩 de la discriminaci髇 y que impregna la concepci髇 social de la maternidad y del cuidado de las personas dependientes, transmitiendo una falsa imagen de baja productividad, absentismo y falta de compromiso de las mujeres con su trayectoria profesional; por una mayor exigencia hacia el trabajo de las mujeres que requiere la demostraci髇 continua de su val韆 profesional; por una cultura masculinizada de las organizaciones que no aprecia los perfiles y habilidades aportados por las mujeres; por unos insuficientes e inadecuados niveles de formaci髇 y educaci髇 del colectivo que resulta discriminado, y por la infravaloraci髇 social de su desempe駉 profesional.

En definitiva, a pesar del nivel de desarrollo de la sociedad gallega, las mujeres no han podido acceder al mercado de trabajo con los mismos recursos y la misma movilidad que los hombres, y ese mismo hecho les ha impedido competir en igualdad de condiciones, contribuyendo a sustentar ese techo de cristal que en la pr醕tica imposibilita el acceso a los puestos de responsabilidad y decisi髇, y que determina que las mujeres sean desestimadas en los puestos de mayor salario y mayor estatus profesional.

Pero eso no es producto de la casualidad; al contrario, no se puede comprender la desventaja de la inserci髇 de las mujeres en el mercado laboral sin investigar causal e hist髍icamente las fuentes de su subordinaci髇. Nada podr韆 entenderse de todo este proceso si no se asume como punto de partida la existencia de un sistema hegem髇ico masculino que ha ido consolid醤dose a lo largo de los siglos y que ha situado a las mujeres en una posici髇 cr髇ica y estructural de subordinaci髇.

La configuraci髇 del mercado laboral entre mujeres y hombres en funci髇 de trabajos reproductivos y productivos ha sido designada como segregaci髇 horizontal, segregaci髇 que consiste en que las mujeres realizan trabajos que no son otra cosa que prolongaciones de las tareas reproductivas realizadas en el 醡bito dom閟tico y que ahora tambi閚 se inscriben en el 醡bito laboral; en esta ocasi髇 retribuidas, pero con una retribuci髇 normalmente muy inferior a la prevista en trabajos de igual valor realizados mayoritariamente por hombres.

Los trabajos relacionados con el servicio dom閟tico (limpiadoras, cuidadoras de mayores y de ni駉s y ni馻s, etc.), las tareas relacionadas con los cuidados m醩 cualificados (enfermeras, puericultoras, etc.), los trabajos vinculados con la socializaci髇 (maestras, educadoras, profesoras, institutrices en el siglo pasado, etc.) o los empleos pr髕imos a las tareas de administraci髇 e intendencia familiar (secretarias, administrativas, cajeras, administradoras, etc.) se convirtieron, desde que se ha producido esa masiva incorporaci髇 de las mujeres al 醡bito del trabajo remunerado, en la mayor韆 de los empleos ejercidos por las mujeres en el 醡bito laboral.

A fin de cuentas, los papeles asignados hist髍ica y patriarcalmente a las mujeres han ido proyect醤dose paulatinamente en el 醡bito laboral y han producido esta segregaci髇 horizontal, dif韈il de identificar si no se utilizan marcos de interpretaci髇 de la realidad que visibilicen ese sistema consolidado e institucionalizado de privilegios masculinos, una de cuyas estructuras fundacionales fue la divisi髇 sexual del trabajo.

Pero la estructura del mercado laboral ha estado adem醩 marcada por otra segregaci髇, esta vez vertical, que implica que los hombres ocupen los trabajos m醩 cualificados, mejor pagados y con mayor significaci髇 jer醨quica, mayores recursos o salarios m醩 altos y mayor poder de ejecuci髇. Trabajos con un perfil b醩icamente masculino que hace que la 玴ir醡ide� de trabajo est� ocupada en su base mayoritariamente por mujeres, mientras que la c鷖pide es fundamentalmente masculina.

5

Hace falta que cualquier iniciativa legislativa destinada a promover el acceso de las mujeres al mercado laboral retribuido en condiciones de igualdad tome en consideraci髇 el trabajo gratuito que realizan estas en el 醡bito dom閟tico, ya que el trabajo no remunerado que se realiza en los hogares de Galicia ha condicionado tanto el marco anal韙ico como las pol韙icas de integraci髇 de las mujeres en el empleo remunerado. En Galicia la mayor parte de la poblaci髇 ve garantizada su supervivencia y bienestar a trav閟 de redes familiares constituidas mayoritariamente por mujeres, una contribuci髇 que es necesario valorizar y reconocer p鷅licamente. El Gobierno gallego acaba de dar un paso en esta direcci髇 elaborando y difundiendo una cuenta sat閘ite de producci髇 dom閟tica de Galicia; seg鷑 la misma, la valoraci髇 econ髆ica de los servicios dom閟ticos y personales no remunerados y destinados al autoconsumo estima un valor a馻dido bruto generado para el a駉 2003 de 15.150 millones de euros, lo que supone el 37% del producto interior bruto.

Las mujeres no acceden al mercado de trabajo con los mismos recursos y la misma movilidad que los hombres, y ese hecho les impide competir en igualdad de condiciones. Su acceso al empleo se ve muy condicionado por lo que se denomin� el impuesto reproductivo que se realiza en el 醡bito dom閟tico. La demanda de ese trabajo no remunerado hacia las mujeres se dirige principalmente desde las personas m醩 vulnerables y necesitadas de atenci髇 en las familias, es decir, menores, personas enfermas, personas ancianas, personas afectadas de alguna diversidad funcional y personas sobreocupadas en la producci髇 del mercado de trabajo. La consecuencia es que, incluso cuando las mujeres acceden al 玹rabajo monetario�, eso no lleva impl韈ita su desvinculaci髇 del 玹rabajo gratuito� en el seno del hogar, del que siguen teniendo la m醲ima responsabilidad.

Se produce aqu� un c韗culo vicioso que se retroalimenta y traduce en mucho m醩 trabajo para las mujeres y que se denomin� la doble jornada y la jornada interminable. Dicho en otros t閞minos, el hombre ha dejado de ser el 玴roveedor econ髆ico universal� de la familia y la mujer ha pasado a ser otra fuente de ingresos para la familia, pero el trabajo dom閟tico y de cuidados sigue estando mayoritariamente en manos de las mujeres.

El resultado de todo ello es la inauguraci髇 de un tipo de desigualdad nuevo e in閐ito que exige que el establecimiento de marcos legales que permitan la puesta en marcha de nuevas pol韙icas econ髆icas y sociales, si aspiran a ser eficaces en su pretensi髇 de modificar la estructura social desigualitaria y permitir el acceso de las mujeres al 醡bito del empleo en clave de igualdad, habr� de tener en cuenta, en primer lugar, la repercusi髇 que supone ese trabajo no monetario, ese trabajo gratuito, y, en segundo lugar, considerar medidas espec韋icas para que ese trabajo sea asumido por todos los hombres y mujeres que conforman nuestra sociedad.

La respuesta, en definitiva, no se encuentra s髄o 玡n la llamada conciliaci髇 de la vida laboral y familiar�, pues no se trata solamente de un cambio en los 玹iempos de trabajo� ni del reparto del empleo; la propuesta tiene que ir mucho m醩 all� que un asunto de 玥oras�. Es algo m醩 que un recuento de las aportaciones de unos y otras; la 玠oble presencia� exige que las estrategias de intervenci髇 deban ser m鷏tiples, y el dise駉 de las pol韙icas ha de contemplar la necesaria coordinaci髇 entre la distribuci髇 del trabajo remunerado, las necesidades de atenci髇 a las personas dependientes y el reparto igualitario de los recursos pol韙icos, econ髆icos y sociales destinados a la poblaci髇.

6

A la vista de esta realidad y de la manifiesta existencia de profundas desigualdades en el acceso de las mujeres de Galicia al 醡bito del trabajo 玶emunerado�, el Gobierno de Galicia, consciente de que la adopci髇 de un derecho neutro y la igualdad absoluta son producto de sociedades meritocr醫icas, de que la sociedad gallega y los dos sexos que la conforman se caracterizan por sus diferencias, no por sus similitudes, y de que no reconocer esas diferencias y desigualdades supone mantener el sistema preexistente, aboga por la adopci髇 de medidas de acci髇 positiva que posibiliten desactivar los mecanismos de discriminaci髇 indirecta y debilitamiento del techo de cristal. Todo ello de cara a la incorporaci髇 de las mujeres y hombres de Galicia en el 醡bito del empleo en clave de igualdad, lo cual promover� el crecimiento econ髆ico y el desarrollo del tejido productivo y facilitar� un cambio estructural que aproximar� nuestra sociedad a las expectativas de las sociedades democr醫icas del siglo XXI.

7

Desde la entrada en vigor del LE0000043737Tratado de 羗sterdam, la eliminaci髇 de las desigualdades entre hombres y mujeres es un objetivo prioritario de la pol韙ica de la Uni髇. En este sentido, cabe destacar la LE0000233377Directiva 2006/54/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 de julio de 2006, relativa a la aplicaci髇 del principio de igualdad de oportunidades e igualdad de trato entre hombres y mujeres en asuntos de empleo y ocupaci髇.

La Constituci髇 espa駉la, en su art韈ulo 14, proscribe toda discriminaci髇 por raz髇 de sexo y, en el art韈ulo 9.2, consagra el deber de los poderes p鷅licos de promover las condiciones para que la igualdad del individuo y de las agrupaciones en que se integra sean reales y efectivas. Tambi閚 recientemente, a nivel estatal, se ha aprobado el Proyecto de ley org醤ica de garant韆 de igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres, cuya finalidad es hacer efectiva la igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres y la eliminaci髇 de la discriminaci髇 contra la mujer.

En lo que respecta a la Comunidad Aut髇oma de Galicia, el art韈ulo 4 de la Ley org醤ica 1/1981, de 6 de abril, del LE0000007893Estatuto de autonom韆 para Galicia, se馻la que corresponde a los poderes p鷅licos gallegos promover las condiciones para que la libertad e igualdad del individuo y de los grupos en que se integran sean reales y efectivas, remover los obst醕ulos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participaci髇 de los gallegos en la vida pol韙ica, econ髆ica, cultural y social.

La LE0000007636Ley de bases de r間imen local atribuye a los municipios la funci髇 de realizar actividades y prestar servicios que contribuyan a satisfacer las demandas y necesidades de la ciudadan韆, incluyendo la promoci髇 de la igualdad de oportunidades entre las mujeres y hombres de sus municipios.

A trav閟 del desarrollo del di醠ogo institucional entre la Xunta de Galicia y la Federaci髇 Gallega de Municipios y Provincias, el 醡bito municipal se presenta como el contexto id髇eo para poner en pr醕tica medidas innovadoras para la igualdad entre mujeres y hombres, ya que la Administraci髇 local es la m醩 pr髕ima a la ciudadan韆, conoce con mayor profundidad las necesidades de la poblaci髇 y los recursos con los que cuenta, y la cercan韆 institucional facilita la acci髇 pol韙ica que rentabilizar� los recursos y garantizar� la igualdad de oportunidades.

En el 醡bito de estas competencias, la LE0000204253Ley gallega 7/2004, de 16 de julio, para la igualdad de mujeres y hombres, ha supuesto importantes avances en defensa de la igualdad y contra la discriminaci髇.

Con la presente ley se pretende, en desarrollo de las competencias asumidas por la Xunta de Galicia conforme al Estatuto, dar un paso m醩 adelante. As�, la consecuci髇 de la inserci髇 laboral en clave de igualdad laboral se convierte en uno de los pilares claves para hacer efectivo el principio de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, ya que este es uno de los 醡bitos en donde, hasta ahora, ha sido m醩 visible la desigualdad.

8

La ley se estructura en un t韙ulo preliminar y siete t韙ulos con cincuenta y seis art韈ulos, ocho disposiciones adicionales, una disposici髇 transitoria, una disposici髇 derogatoria y tres disposiciones finales.

9

En el t韙ulo preliminar, bajo la r鷅rica de disposiciones generales, se establece el objeto y 醡bito de aplicaci髇 de la ley, recogi閚dose el compromiso de la introducci髇 del principio de transversalidad en el ejercicio de las competencias auton髆icas sobre empleo y relaciones laborales, correspondiendo este cometido al departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de trabajo, con la colaboraci髇 del departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de igualdad.

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En el cap韙ulo I del t韙ulo I se definen los conceptos de discriminaci髇 directa e indirecta, acoso y acoso sexual; se concreta la excepci髇 de buena fe ocupacional con relaci髇 a la diferencia de trato leg韙ima y se reconoce la buena fe ocupacional con relaci髇 a actividades de atenci髇 a v韈timas de violencia; se reconoce la conciliaci髇 de la vida personal, familiar y laboral como el derecho de hombres y mujeres a la configuraci髇 de su tiempo buscando la corresponsabilidad, y se promueven acciones de sensibilizaci髇 social.

En el cap韙ulo II de este t韙ulo se crea la Unidad Administrativa de Igualdad del departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de trabajo, que funcionar� coordinada y vinculada funcionalmente con el departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de igualdad, con funciones de asesoramiento en materia de g閚ero, impulso de la participaci髇 equilibrada de mujeres y hombres en los puestos de trabajo del citado departamento, dise駉 de formaci髇 en materia de igualdad, colaboraci髇 con el departamento competente en materia de igualdad en la elaboraci髇 de los informes de impacto de g閚ero de las normas del departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de trabajo, recepci髇 de las estad韘ticas que este elabora, promoci髇 del principio de igualdad, asesoramiento a empresas, revisi髇 de convenios colectivos, elaboraci髇 de dict醡enes y vigilancia sobre el cumplimiento de la presente ley.

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En el t韙ulo II se determinan las medidas para la promoci髇 de la igualdad en las empresas, regulando los planes de igualdad que se articulen en las mismas, la responsabilidad social de las empresas y la Marca Gallega de Excelencia en Igualdad.

Con respecto a los planes de igualdad en las empresas, se determina el citado concepto como un conjunto de medidas que comprenden la fijaci髇 de objetivos concretos, la elaboraci髇 de un c骴igo de buenas pr醕ticas en la organizaci髇 del trabajo, el establecimiento de sistemas de control sobre el cumplimiento y la transparencia en su implantaci髇, que ser� llevado a cabo por el departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de trabajo, en coordinaci髇 con el departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de igualdad. Ser醤 de cumplimiento obligatorio para organismos aut髇omos y entidades p鷅licas empresariales con participaci髇 de la Comunidad Aut髇oma de Galicia, y voluntarios para las dem醩 empresas, siendo apoyados econ髆ica y t閏nicamente a trav閟 de convocatoria anual del departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de trabajo.

Las empresas podr醤 asumir acciones de responsabilidad social a trav閟 de diversas medidas, siendo una de ellas la promoci髇 de la participaci髇 de las mujeres en los consejos de administraci髇.

Se crea la Marca Gallega de Excelencia en Igualdad. Para su obtenci髇, las empresas con domicilio en Galicia pueden presentar un balance al departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de trabajo sobre los par醡etros de igualdad existentes en su organizaci髇. De la concesi髇 de la marca se derivar醤 derechos y facultades referidos a la utilizaci髇 comercial de la misma, consideraci髇 de los gastos destinados a la implantaci髇 de planes de igualdad, subvenci髇 de las cotizaciones sociales por accidentes y enfermedades laborales y preferencia en la adjudicaci髇 de contratos de la comunidad aut髇oma.

Ha de reconocerse el importante papel que el movimiento cooperativo est� desarrollando en la inserci髇 de las mujeres en el 醡bito profesional. Los principios inherentes a este tipo de sociedades las dotan de una especial eficacia en la b鷖queda de mayores niveles de igualdad.

Atendiendo a estas premisas se hace conveniente introducir herramientas normativas que permitan un impulso adicional en esta materia en la Comunidad Aut髇oma de Galicia, por lo que a partir de la entrada en vigor de la Ley del trabajo en igualdad de las mujeres de Galicia la Xunta de Galicia remitir� al Parlamento un proyecto de ley de modificaci髇 de la LE0000017319Ley 5/1998, de 18 de diciembre, de cooperativas de Galicia, que, adem醩 de adecuar la normativa actual a las nuevas necesidades que surgen en el 醡bito del cooperativismo, integre el principio de igualdad y no discriminaci髇 por raz髇 de sexo, conforme a los par醡etros que se establecen en la presente ley.

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En el t韙ulo III se promueve la igualdad en el campo de la negociaci髇 colectiva y de las relaciones de trabajo colectivas, para lo cual se crea la Comisi髇 Consultiva Auton髆ica para la Igualdad entre Mujeres y Hombres en la Negociaci髇 Colectiva. Se trata de un 髍gano de asesoramiento, control y promoci髇 de la igualdad, adscrito al Consejo Gallego de Relaciones Laborales y con colaboraci髇 del departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de igualdad, con competencias en la redacci髇 y aplicaci髇 de cl醬sulas que promuevan la igualdad, an醠isis de convenios colectivos y organizaci髇 de formaci髇 en igualdad. En este t韙ulo se establece la composici髇 de la comisi髇. Se impulsar� la elaboraci髇 de un acuerdo marco interprofesional de 醡bito auton髆ico sobre la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.

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En el t韙ulo IV se establece la integraci髇 de la igualdad en el empleo, y, en concreto, en la formaci髇 profesional y en las pol韙icas activas de empleo, contemplando que en cualquier actividad formativa se podr醤 implantar medidas de acci髇 positiva, se introducir醤 contenidos obligatorios sobre igualdad de oportunidades y sobre corresponsabilidad familiar y dom閟tica, con profesorado especializado, y, en todo caso, se fomentar� la conciliaci髇 de la vida personal, familiar y laboral del alumnado, en el 醡bito de actuaci髇 del departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de trabajo. Las actividades formativas procurar醤 acomodar sus horarios y su ubicaci髇 a las necesidades de conciliaci髇 de la vida personal, familiar y formativa del alumnado al que fueran dirigidas.

Las agencias de colocaci髇 velar醤 por la aplicaci髇 del principio de igualdad en el acceso al mercado laboral, pudiendo adoptar medidas de acci髇 positiva para favorecer el acceso al empleo del sexo menos representado.

Asimismo, se promover� la incorporaci髇 de actividades feminizadas y realizadas sin remuneraci髇 a la lista de cualificaciones profesionales.

Finalmente, en todas las actuaciones de pol韙icas activas, el departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de trabajo, con la periodicidad que sea necesaria, definir� las acciones para promover la inserci髇 laboral de las mujeres, teniendo en cuenta, en especial, a las mujeres del medio rural y las mujeres del sector mar韙imo-pesquero.

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En el t韙ulo V, sobre integraci髇 de la igualdad en la pol韙ica preventiva de riesgos laborales, pretenden evitarse desigualdades en la prevenci髇, promoviendo la realizaci髇 de estudios estad韘ticos que permitan disponer de datos desglosados por sexo en el 醡bito de la salud laboral, estudiando accidentes de trabajo y enfermedades profesionales manifestadas sobre uno de los sexos, investigando la influencia de la situaci髇 de mujeres y hombres en la familia con relaci髇 a las enfermedades laborales, estableciendo formaci髇 espec韋ica en materia de salud laboral y prevenci髇 de riesgos desde la perspectiva de g閚ero y adaptando equipos de protecci髇, circunstancias del puesto de trabajo y condiciones de su ejecuci髇 a los diversos condicionantes de g閚ero.

Se articular醤 medidas para combatir en origen los riesgos derivados de las condiciones de trabajo que puedan afectar negativamente al embarazo, al parto y a la lactaci髇 natural, y se realizar醤 actuaciones en materia de prevenci髇 de riesgos laborales sobre sectores laborales feminizados.

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El t韙ulo VI regula los bancos municipales de tiempo y los planes de programaci髇 del tiempo de la ciudad, medidas cuya gesti髇 ser� municipal, contando con el apoyo del departamento de la Administraci髇 auton髆ica con competencias en materia de trabajo, y con las cuales se pretende mejorar la conciliaci髇 de la vida personal, familiar y laboral.

Los bancos municipales de tiempo se nutrir醤 a trav閟 de redes comunitarias de apoyo a la conciliaci髇 o, en casos excepcionales, a trav閟 de personal municipal o contratado al efecto. En esos casos, destaca el vinculado al descanso de quienes cuidan a personas dependientes.

Los planes de programaci髇 del tiempo de la ciudad pretenden, mediante la funci髇 de una persona responsable y una mesa de concertaci髇, con amplia participaci髇 de actores sociales, coordinar los horarios de la ciudad con las exigencias personales, familiares y laborales de la ciudadan韆.

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El t韙ulo VII regula el Consejo Gallego de Participaci髇 de las Mujeres en el 羗bito del Empleo y de las Relaciones Laborales, 髍gano de participaci髇 mediante un canal de libre adhesi髇 de las asociaciones de mujeres, donde se integrar醤 las secretar韆s de la mujer de los sindicatos y de la Confederaci髇 de Empresarios y Empresarias de Galicia y con representaci髇 del departamento de la Administraci髇 auton髆ica competente en materia de igualdad, determin醤dose sus competencias, sus normas de funcionamiento y la forma de adhesi髇 al mismo, as� como las formas de financiaci髇 para su funcionamiento.

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En sus disposiciones adicionales, la ley lleva a cabo una importante reforma en el ordenamiento jur韉ico para adaptar las normas vigentes al marco que introduce, y, en concreto, a las normas sobre igualdad de Galicia, funci髇 p鷅lica de Galicia, sociedades cooperativas de Galicia, la regulaci髇 de la Xunta y de su presidente y sobre la actuaci髇 en materia de personal y contrataci髇 en las empresas en que tiene participaci髇 mayoritaria la Xunta de Galicia. Asimismo, en las citadas disposiciones se asume el compromiso de aprobaci髇 de un decreto de aplicaci髇 de medidas para promover la mejora de la seguridad y la salud en el trabajo de trabajadoras embarazadas, que dieran a luz o en periodo de lactaci髇; se define el concepto de mujeres con especiales dificultades de inserci髇 laboral y en situaciones marcadas por la desventaja social, y se pretende visibilizar tanto las actividades feminizadas sin remuneraci髇 ni reconocimiento profesional como el trabajo dom閟tico realizado por mujeres y la importancia del mismo dentro de la econom韆 de Galicia.

En materia de r間imen transitorio se determinan los plazos para la elaboraci髇 de una lista de organismos y entidades obligados a elaborar un plan de igualdad.

Por 鷏timo, en las disposiciones derogatorias hay una cl醬sula derogatoria general y otras derogaciones concretas, y en las disposiciones finales se incluyen las habilitaciones necesarias para el desarrollo de la presente ley.

Por todo lo expuesto, el Parlamento de Galicia aprob� y yo, de conformidad con el art韈ulo 13.2� del Estatuto de Galicia y con el art韈ulo 24 de la LE0000017174Ley 1/1983, de 23 (sic) de febrero, reguladora de la Xunta y de su presidente, promulgo en nombre del Rey, la Ley del trabajo en igualdad de las mujeres de Galicia.