Decreto 238/2011, de 12 de julio, por el que se establece la ordenaci髇 y gesti髇 de Sierra Nevada

ANEXO I
PLAN DE ORDENACI覰 DE LOS RECURSOS NATURALES DE SIERRA NEVADA

1. Introducci髇.

El Plan de Ordenaci髇 de los Recursos Naturales de Sierra Nevada (en adelante PORN) se ha elaborado teniendo en cuenta las nuevas circunstancias f韘icas y socioecon髆icas que caracterizan al espacio, as� como los efectos y las experiencias que se han puesto de manifiesto a lo largo de la vigencia del anterior Plan de Ordenaci髇, aprobado por el Decreto 64/1994, de 15 de marzo. En este sentido, hay que destacar la declaraci髇 del Parque Nacional de Sierra Nevada mediante la Ley 3/1999, de 11 de enero, por la que se crea el Parque Nacional de Sierra Nevada (BOE n鷐. 11, de 13.1.99), que establece el r間imen jur韉ico de protecci髇 del Parque Nacional, incluyendo en su 醡bito territorial las altas cumbres del macizo del Sierra Nevada, as� como un mosaico de sistemas naturales mediterr醤eos de indudable valor ambiental. Convergen en el territorio, por tanto, dos espacios con reg韒enes jur韉icos de protecci髇 distintos, el Parque Nacional y el Parque Natural.

Al mismo tiempo, se han tenido en cuenta los resultados del proceso de evaluaci髇 del Plan de Ordenaci髇 anterior, lo que ha permitido conocer el grado de consecuci髇 de los objetivos establecidos y de cumplimiento de las normas y directrices, as� como la adaptabilidad de dichos objetivos, normas y directrices a la realidad de Sierra Nevada y la propia coherencia interna del Plan.

Por otra parte, el presente Plan se elabora con la finalidad de dar cumplimiento a las obligaciones que se derivan de lo dispuesto en la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, en lo relativo al establecimiento de medidas de conservaci髇 de la Red Ecol骻ica Europea Natura 2000.

Por 鷏timo, la aplicaci髇 de las nuevas tecnolog韆s disponibles, que permiten un conocimiento detallado del territorio, ha contribuido a la generaci髇 de un documento m醩 ajustado a dicha realidad territorial, tanto desde un punto de vista ambiental como socioecon髆ico.

Las determinaciones del Plan se ajustan al contenido m韓imo que para estos instrumentos de planificaci髇 establece el art韈ulo 19 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, y se estructuran en los siguientes ep韌rafes:

• 1. Introducci髇.
• 2. Caracterizaci髇 y diagn髎tico.
• 3. Objetivos.
• 4. Propuesta de ordenaci髇 y zonificaci髇.
• 5. Normativa.
• 6. Criterios de aplicaci髇.
• 7. Indicadores.
• 8. Cartograf韆 de ordenaci髇.

2. Caracterizaci髇 y diagn髎tico.

2.1. Localizaci髇.

El 醡bito territorial del presente Plan se corresponde con el macizo de Sierra Nevada, enclavado en la parte central de la Cordillera B閠ica, y en el que se encuentran las m醩 altas cumbres peninsulares, (Mulhac閚 con 3.482 metros y Veleta con 3.392 metros) lo que lo convierte en el techo de la pen韓sula ib閞ica. Abarca una extensi髇 de 172.318 hect醨eas (85.883 hect醨eas el Parque Nacional y 86.435 hect醨eas el Parque Natural), distribuidas en un total de 60 t閞minos municipales repartidos entre las provincias de Granada y Almer韆.

Treinta y siete son los t閞minos municipales de la provincia de Granada: Aldeire, Alpujarra de la Sierra, B閞chules, Bubi髇, Busqu韘tar, C醖iar, C狁ar, Capileira, Carataunas, C醩taras, Cogollos de Guadix, D韑ar, D髄ar, D鷕cal, Ferreira, G骿ar, Gjar Sierra, Hu閚eja, J閞ez del Marquesado, Juviles, La Calahorra, La Taha, La Zubia, Lanjar髇, Lanteira, Lecr韓, Lugros, Monachil, Nevada, Nig黣las, 觬giva, Padul, Pampaneira, P髍tugos, Soport鷍ar, Trev閘ez y V醠or.

Los municipios almerienses ascienden a veintitr閟, y son: Abla, Abrucena, Alboloduy, Alhabia, Alm骳ita, Alsodux, Bay醨cal, Beires, Bentarique, Canj醳ar, Fi馻na, Fond髇, 蚻lar, Instinci髇, Laujar de Andarax, Nacimiento, Ohanes, Padules, Paterna del R韔, R醙ol, Santa Cruz de Marchena, Terque, Las Tres Villas.

Sierra Nevada constituye uno de los espacios naturales de mayor inter閟 y complejidad de la Comunidad Aut髇oma de Andaluc韆. La declaraci髇 como Parque Natural sobre una superficie en torno a las 170.000 hect醨eas, y su integraci髇 en la Red de Espacios Naturales de Protegidos de Andaluc韆 (RENPA) supuso un hito ansiado desde m鷏tiples sectores cient韋icos y sociales andaluces, jugando a partir de entonces un papel estrat間ico y clave en la protecci髇 de los recursos naturales del macizo monta駉so.

En este 醡bito geogr醘ico se distinguen, hoy en d韆, el Parque Nacional de Sierra Nevada, que ocupa las altas cumbres, y el Parque Natural, perif閞ico al anterior y que incluye en su 醡bito territorial algunas zonas habitadas y n鷆leos de poblaci髇 del macizo. Se dispone as� de una gradaci髇 en los niveles de protecci髇 del macizo que permite una diferente regulaci髇 de los usos y aprovechamientos.

2.2. El medio f韘ico.

2.2.1. Aspectos geol骻icos y geomorfol骻icos.

Contexto geol骻ico general. El macizo de Sierra Nevada se ubica, desde el punto de vista geol骻ico, en el sector oriental de la Cordillera B閠ica y constituye el 醨ea andaluza m醩 representativa para el estudio de las formaciones geol骻icas correspondientes a sus Zonas Internas, en especial a tres de sus grandes Complejos: Nevado-Fil醔ride, actualmente subdividido en los Complejos del Veleta y del Mulhac閚, y el Alpuj醨ride.

La fisiograf韆 de Sierra Nevada refleja, a grandes rasgos, su estructura geol骻ica. Las formaciones rocosas que la componen se disponen en bandas m醩 o menos conc閚tricas desde la zona central y m醩 elevada, hacia la periferia, configurando n韙idamente tres paisajes geol骻icos.

En primer lugar, las rocas del gran n鷆leo de Sierra Nevada, agrupadas bajo la denominaci髇 geol骻ica de Complejo Nevado-Fil醔ride, o de los Complejos del Veleta y del Mulhac閚, de edades comprendidas entre Paleozoico (o m醩 antiguo), Mesozoico y localmente Paleoceno. Estos complejos est醤 constituidos, principalmente, por micasquistos grafitosos (rocas oscuras con aspecto pizarroso y un caracter韘tico 玪ajado�), junto a los que aparecen com鷑mente las cuarcitas y, en menor proporci髇, rocas de color verde, serpentinitas, eclogitas y anfibolitas, as� como m醨moles y ortogneses. Tanto las 玶ocas verdes� como los m醨moles son utilizados para diversos usos industriales.

Plano 1. Unidades geol骻icas del macizo de Sierra Nevada y su entorno.

Bordeando al n鷆leo de Sierra Nevada aparece otra banda de rocas, de edades comprendidas entre el Paleoz骾co y el Tr韆s, denominada Complejo Alpuj醨ride, que forma los relieves m醩 caracter韘ticos de la baja monta馻 y se extiende luego por la Alpujarra. Est� mayoritariamente compuesta por filitas, conocidas en la regi髇 como 玪aunas�, que son unas arcillas algo transformadas, y calizas y dolom韆s, que producen los relieves escarpados, de colores blanquecinos o gris醕eos, t韕icos de la baja monta馻. Los relieves calizo-dolom韙icos conforman mayoritariamente la fachada occidental de Sierra Nevada, desde el sector de Gjar Sierra, por el norte, hasta Lanjar髇, por el sur. Tambi閚 quedan representados en el territorio almeriense, en el sector comprendido entre Laujar de Andarax y Canj醳ar.

Por 鷏timo, la banda de rocas m醩 externa de Sierra Nevada corresponde a materiales generalmente m醩 recientes, de edades comprendidas entre el Mioceno y el Cuaternario, que afloran de manera reducida en determinados sectores, hacia las cotas m醩 bajas. Adquieren la morfolog韆 de abanicos aluviales en los sectores occidentales de Gjar Sierra, Pinos Genil, Cenes de la Vega, Monachil, La Zubia, Padul, Nig黣las y D鷕cal, constituyendo de hecho los materiales de borde de la Depresi髇 de Granada. En el l韒ite norte, constituyen los dep髎itos de enraizamiento, glacis y abanicos aluviales, de la Cuenca de Guadix-Baza. M醩 representados se sit鷄n en el extremo oriental del macizo, en la cuenca del r韔 Andarax, constituyendo el paisaje acarcavado de los materiales de relleno sedimentario del corredor de Ug韏ar-Tabernas, en su conexi髇 hacia la cuenca terciaria de Tabernas-Sorbas; aqu� son esencialmente margas, arenas y areniscas.

Geomorfolog韆 y sistemas morfodin醡icos. Las grandes unidades que conforman el paisaje geol骻ico del macizo de Sierra nevada son consecuencia de la respuesta de los distintos sustratos geol骻icos ante los procesos morfogen閠icos dominantes que han actuado a lo largo de su historia geol骻ica, desde los relictos sistemas glaciales de las cumbres a los din醡icos sistemas fluviales actuales. El dominio morfog閚etico glacial-periglacial ocupa la zona cacuminal del macizo y est� magn韋icamente bien representado en la mayor parte del Parque Nacional, especialmente en su sector occidental. En el Parque Natural, sin embargo, queda restringido pr醕ticamente a las cuencas altas de los r韔s Monachil y D韑ar, lo que representa s髄o una parte muy reducida de la superficie total del espacio.

La morfodin醡ica periglacial s� es patente en la actualidad en una gran extensi髇 de Sierra Nevada y se observa tambi閚 activa de nuevo en las cuencas altas del Monachil y del D韑ar, especialmente por encima de los 2.700 metros. La mayor superficie de las caras norte y sur presenta un modelado consecuencia de la acci髇 combinada de los procesos periglaciales y fluviales. En las laderas m醩 altas con pendientes superiores al 25% son frecuentes los procesos de solifluxi髇 y/o gelifluxi髇, que desplazan los dep髎itos ed醘icos, a veces incluso el regolito m醩 alterado de los micaesquistos, por la acci髇 combinada de hielo-deshielo y gravedad. La acci髇 conjunta de los sistemas periglacial-gravedad da como resultado otro conjunto de procesos visibles en laderas tales como la acumulaci髇 de bloques y cantos, en manto de derrubios o aislados, bajo los escarpes o cornisas erosivas de los afloramientos rocosos.

Sobre los mantos carbonatados alpuj醨rides que orlan el borde occidental del macizo se modela un caracter韘tico relieve de aspecto 玶uiniforme� (relieves dolom韙icos kakiritizados) consecuencia de la acci髇 combinada de procesos de tipo k醨stico y tect髇ico-k醨stico, a los que se sobreimponen la din醡ica fluvial actual. La intensa tectonizaci髇 interna de las dolom韆s a favor de sistemas de fracturaci髇 conjugados, origina que la roca este literalmente cuarteada, lo que facilita la acci髇 de la disoluci髇 k醨stica y, sobre todo, la fragmentaci髇 f韘ica de la roca, que llega en ocasiones a generar verdaderos arenales dolom韙icos en torno a los relieves.

Plano 2. Geomorfolog韆. Procesos y formas.

La morfog閚esis fluvial, de claro r間imen nivo-pluvial en todo el macizo, es la responsable directa de la morfolog韆 actual. Un morfosistema muy peculiar y at韕ico en el contexto del macizo de Sierra Nevada es el paisaje erosivo de badlands generado por la acci髇 denudativa-fluvial sobre los blandos materiales margo-arenosos de edad ne骻ena del corredor tect髇ico de Ug韏ar-Tabernas. Sobre ellos se modela un t韕ico paisaje acarcavado muy caracter韘tico en todo el valle del Andarax, entre Laujar y Terque, en el extremo m醩 suroriental de Sierra Nevada, que se prolongar� m醩 tarde, con mayor extensi髇, aunque no con mayor profusi髇, hacia el este, hacia el vecino territorio del Desierto de Tabernas.

Tambi閚 asociado al dominio fluvial-gravedad pueden reconocerse, aunque en muy peque馻 extensi髇, superficies erosivas que constituyen el enraizamiento de los extensos glacis que se desarrollar醤 desde el borde norte del macizo hacia el centro de la depresi髇 de Guadix, en los niveles de colmataci髇 del relleno sedimentario de esta cuenca por entonces lacustre.

Por 鷏timo, el dominio palustre est� excepcionalmente bien representado en la depresi髇 endorreica del Padul, con potentes dep髎itos de turba asociados.

Derivado de estas caracter韘ticas f韘icas del territorio nevadense, y tal y como se apuntaba hace ocho a駉s, la desertizaci髇 constituye uno de los principales riesgos naturales de Sierra Nevada, siendo notable en el sector oriental del macizo de Sierra Nevada. Su aparici髇 se ha ido acrecentando por el abandono de los cultivos, los grandes movimientos de tierra, incendios, etc., siendo 閟te fen髆eno especialmente notable en las vertientes de solana de fuertes pendientes. Ser� 閟te un aspecto importante a considerar en la adopci髇 de los criterios de ordenaci髇, ya que todas aquellas actividades que de alguna manera puedan acelerar este proceso deber醤 ser claramente restringidas.

Recursos geol骻icos de especial inter閟. En el 醡bito del Plan, se han identificado algunos elementos del patrimonio geol骻ico de Sierra Nevada, los cuales, por su alto inter閟 geol骻ico o hidrogeol骻ico, as� como su excepcional singularidad, pueden ser considerados georrecursos culturales y por tanto, deben ser objeto de protecci髇 y puesta en valor.

Integran este patrimonio, dentro del macizo, los siguientes elementos:

• - El desfiladero de Los Cahorros del r韔 Monachil, espectacular ca耋n fluviok醨stico que genera un dispositivo de 玞aos de bloques� dolom韙icos en el propio cauce.
• - La falla de Nig黣las, uno de los mejores ejemplos visibles en campo de este tipo de estructuras tect髇icas, que pone en contacto las dolom韆s alpuj醨rides del manto del Trevenque con los materiales conglomer醫icos de borde de la depresi髇 tect髇ica de Padul-D鷕cal de origen aluvial y que ha sido declarada Monumento Natural.
• - La Turbera del Padul, estructura geol骻ica de excepcional singularidad en cuyos sedimentos han aparecido restos paleontol骻icos de notable valor pertenecientes a dos mamuts.
• - El nacimiento del r韔 Andarax, de inter閟 hidrogeol骻ico para la interpretaci髇 de la hidrogeolog韆 de las formaciones carbonatadas alpuj醨rides de Sierra Nevada.
• - Los Badlands del Alto Andarax.
• - El arrecife de Albodoluy, afloramiento calificable de inter閟 estratigr醘ico, sedimentol骻ico y paleobiol骻ico.
• - Cabeceras de los r韔s Poqueira, Genil y Lanjar髇, que configuran un conjunto de valles de origen glacial en los que se pueden reconocer diferentes rasgos glaciares como morrenas, perfiles transversales en U, circos, rocas aborregadas, horns, pulimentos, etc, todas ellas muy bien preservadas, y en los que actualmente predominan fen髆enos periglaciares, ligados, fundamentalmente a la acci髇 de las heladas. Representan georrecursos de sistemas glaciares desarrollados durante el Cuaternario, 鷑icos en toda Andaluc韆.
• - Micaesquistos grafitosos con granate, albina o cloritoide, de grano fino, del Pico del Veleta, alternantes con cuarcitas, con parag閚esis alplinas de grado medio, t韕icas del complejo del Veleta. Sobre este tipo de rocas se encuentran superpuestas tect髇icamente las diferentes litolog韆s que constituyen el Complejo del Mulhac閚.
• - Anfibolitas de albita y epidota de Trev閘ez y Pampaneira, procedentes de magmas b醩icos originados en una porci髇 de manto subcontinental en condiciones de rifting intraplaca. Estas anfibolitas forman niveles estratoides muy escasos, intercalados entre micaesquistos del Veleta y son diferentes qu韒ica y meneral骻icamente a las anfibolitas del Complejo del Mulhac閚 suprayacente.
• - Micaesquistos grafitosos del Pico y la Loma del Mulhac閚, caracter韘ticos del z骳alo de la Unidad de la Caldera del Complejo Mulhac閚. Presentan porfidoblastos, de centim閠ricos a decim閠ricos, de andalucita, estaurolita, cloritoide, granate y biotita, originados por metabolismo herc韓ico y pseudomorfizados por parag閚esis alplina de alta presi髇.
• - Ortogneises del Prado del Cebollar, procedentes de granitos profiroides, tardihec韓icos, intrusivos en el z骳alo de la Unidad de la Caldera, que han sido metamorfizados durante la oprogenia alpina en condiciones de facies eclogitas.
• - Ultram醘icas del Almirez, espectacular afloramiento de serpentinitas y rocas metam髍ficas con textura pseudospinifex atravesadas por diques de rodingitas, ejemplo 鷑ico en el mundo de las transformaciones minerales asociadas al metamorfismo de alta presi髇 sobre rocas ultram醘icas previamente metasomatizadas en condiciones de fondo oce醤ico.
• - Ultram醘icas de Santillana y Montenegro, formadas por serpentinitas atravesadas por un cortejo de diques de metabasitas, que constituyen uno de los mejores ejemplos de rodingitas, parcialmente eclogitizadas, de toda Espa馻.
• - Eclogitas y anfibolitas de los afloramientos del Puntal de la Caldera, Camarate, Soport鷍ar y Lugros, procedentes de litolog韆s plut髇icas y volc醤icas, con estructuras de pillow lavas, que se originaron a partir de magmas b醩icos, de edad Jur醩ica, en condiciones de dorsal oce醤ica y quedaron recubiertas por sedimentos, de edad Jur醝sico-Cret醕ica, actualmente transformados en cuarcitas, micaesquistos y calcoesquistos.
• - Alternancias de m醨moles con ortogneises riol韙icos, del Collado de las Sabinas, que son t韕icos de la corbertera de la Unidad de las Sabinas, la m醩 alta del Complejo Mulhac閚. Estos ortogneises se originaron a partir de magmas de naturaleza pirocl醩ica durante un per韔do de rifting continental, que afect� a los materiales del Complejo del Mulhac閚 durante el per韔do P閞mico-Tri醩ico, previo al desarrollo del suelo oce醤ico del que derivan las rozas b醩icas y ultramarficas de este complejo.
• - Tufitas y m醨moles conglomer醫icos de Soport鷍ar que han dado nombre a la Formaci髇 Soport鷍ar intercalada entre unidades tect髇icas m醩 altas del Complejo del Mulhac閚 y entre este y el Complejo Alpuj醨ride. Est醤 formadas por sedimentos carbonatados de origen lagunar, en algunos puntos coexistentes con yeso, que contienen abundantes cantos, de tama駉 variable, de cineritas y rocas andes韙icas poco cristalinas, datadas como Peleoceno, que sugieren un ambiente de g閚esis compresivo en zonas de suprasubducci髇.

2.2.2. Recursos h韉ricos.

Al tratarse de una zona de altas cumbres, cabecera de cuenca, la importancia de los recursos h韉ricos del macizo de Sierra Nevada se hace notable en la funci髇 que desempe馻n como fuente de alimentaci髇 y recarga de zonas hidrogr醘icamente m醩 bajas.

As�, en las altas cumbres de Sierra Nevada tienen su origen en la vertiente meridional, cauces tan importantes como el Guadalfeo y sus tributarios (r韔s D鷕cal, Torrente, Lanjar髇, Chico, Poqueira, Trev閘ez y C醖iar), el Adra y sus afluentes (Mecina, V醠or, Nechite, Laroles, Bay醨cal y Alcolea) y el Andarax (con el Laujar y Nacimiento). En la vertiente norte del macizo, hacia el Guadalquivir, el r韔 Genil (y sus tributarios D韑ar, Monachil y Aguas Blancas) y el r韔 Fardes (cuyo principal secundario en la vertiente del marquesado es el Verde o Guadix).

Este car醕ter original de las aguas del macizo les confiere una excelente calidad, tanto las superficiales, procedentes de deshielos y precipitaci髇 directa, como las subterr醤eas, en ocasiones termales y mineralizadas, y las surgencias (Lanjar髇). Esta calidad deber� ser conservada en su estado natural, arbitrando los instrumentos de prevenci髇 y minimizaci髇 de contaminaci髇 necesarios, as� como de control de la calidad de los medios receptores.

Por otra parte, los caudales circulantes por el territorio tambi閚 deber醤 integrar los imperativos del mantenimiento de una escorrent韆 m韓ima natural de las aguas y la preservaci髇 de la fauna y la flora asociadas tanto al agua como a las riberas de los cauces, todo ello en el respeto del buen funcionamiento de los ecosistemas acu醫icos (caudal ecol骻ico).

2.3. El medio bi髏ico.

2.3.1. Flora y vegetaci髇.

El macizo de Sierra Nevada representa, para la flora y vegetaci髇, uno de los territorios con mayor importancia en el Mediterr醤eo occidental por la presencia de m醩 de 2.100 taxones catalogados que se asocian en las 154 comunidades vegetales inventariadas hasta el momento.

Esta amplia diversidad tiene su base ecol骻ica en la gran variedad de condiciones ecol骻icas que se generan en el macizo. Su historia geol骻ica y situaci髇 estrat間ica hacen que se presenten amplios gradientes de temperatura, humedad, insolaci髇 y sustratos.

Durante el desarrollo del macizo se han sucedido per韔dos caracterizados por condiciones ambientales muy distintas. La singularidad de la composici髇 vegetal actual se debe a la alternancia de per韔dos fr韔s (glaciaciones) con per韔dos c醠idos. Durante las glaciaciones se enriqueci� con taxones boeroalpinos y sirvi� de refugio para otros que retroced韆n hacia latitudes m醩 c醠idas. Durante los per韔dos c醠idos, los taxones boreoalpinos encontraban su 髉timo s髄o en las cotas m醩 altas. Las caracter韘ticas propias del clima mediterr醤eo, las altas cumbres, las relaciones entre las especies y el paso del tiempo han provocado que en Sierra Nevada se encuentren los l韒ites de distribuci髇 m醩 meridionales de algunos taxones y se han visto favorecidos numerosos procesos de especiaci髇.

La alternancia de condiciones y el car醕ter relicto en nuestras latitudes de algunos ambientes dejan en situaci髇 de gran vulnerabilidad a un importante grupo de especies, situaci髇 que se ve agravada por la presi髇 del hombre sobre su h醔itat.

Fruto de los importantes progresos realizados en el conocimiento de la flora y vegetaci髇 del macizo, as� como de la actualizaci髇 de criterios para la asignaci髇 de las categor韆s de amenaza a las distintas especies, se ha obtenido un listado con los elementos protegidos por las distintas legislaciones vigentes y una categor韆 de amenaza en el contexto de Sierra Nevada, siguiendo los nuevos criterios formulados por la UICN. Del mismo se deduce que en el macizo nevadense conviven 150 especies amenazadas.

El listado recoge tambi閚 especies a las que, seg鷑 estudios recientes, debe reasign醨sele una categor韆 de menor riesgo, como ocurre con Amelanchier ovalis, Carex camposii, Carex furva, Euphorbia nevadensis, Leontodon boryi, Luzula hisp醤ica y Salix elaeagnos subsp. angustifolia, al igual que ha ocurrido con Celtis australis y Quercus pyrenaica en la Ley 8/2003, de 28 de octubre, de la flora y la fauna silvestres, consideradas ahora como Especies de Inter閟 Especial.

Es importante destacar que la situaci髇 desde la declaraci髇 de Sierra Nevada como Parque Natural ha mejorado notablemente el estatus de conservaci髇 del conjunto de especies. En este sentido, son muy significativos los esfuerzos realizados, en todos los aspectos, relacionados con la conservaci髇 de las especies amenazadas, que se iniciaron con un proyecto europeo LIFE denominado 玆ecuperaci髇 de 醨eas con flora amenazada en Sierra Nevada� (conocimiento m醩 exhaustivo de la distribuci髇 de las poblaciones, sistemas de recogida y conservaci髇 de semillas, sistemas de germinaci髇 y crecimiento, sistemas de multiplicaci髇 y propagaci髇, reimplantaci髇 en campo o ampliaci髇 a nuevas zonas, etc.). Este proyecto ha tenido su continuidad con las actuaciones incluidas en el proyecto 玆ecuperaci髇 de la flora en Peligro y Peligro Cr韙ico de las sierras de Andaluc韆 Oriental� y con otros programas de conservaci髇 de flora catalogada, financiados por la Consejer韆 de Medio Ambiente.

Todo ello ha contribuido a garantizar la conservaci髇 de las especies amenazadas del macizo nevadense. Muestra de este avance es tambi閚 la propuesta para que 9 de las especies amenazadas seg鷑 la normativa vigente se propongan para su inclusi髇 en una categor韆 de menor riesgo. Contin鷄n desarroll醤dose acciones para garantizar la conservaci髇 de la flora amenazada, para lo cual se cuenta con el apoyo del jard韓 bot醤ico de la Cortijuela, recientemente reformado y acondicionado y del nuevo jard韓 bot醤ico en Hoya de Pedraza.

Plano 3. Biogeograf韆.

Especies incluidas en listados de protecci髇 de flora nacionales e internacionales y especies no recogidas que se encuentran en categor韆s de riesgo; en peligro cr韙ico, en peligro y vulnerables (Berna= Convenio de Berna. CITES= Convenio de Washington sobre el comercio internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres. Dir. H醔itat.= Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la Conservaci髇 de los H醔itats Naturales y de la Fauna y la Flora Silvestres (II*= de inter閟 prioritario seg鷑 Anexo II; II= de inter閟 comunitario general seg鷑 Anexo II; IV= de protecci髇 estricta seg鷑 anexo IV). CNEA= Real Decreto 439/1990, de 30 de marzo, por el que se regula el Cat醠ogo Nacional de Especies Amenazadas. LFFSA= Ley 8/2003, de 28 de octubre. E= En Peligro, E*= En peligro, prioritario; V= Vulnerable, IE= De Inter閟 Especial. UICN= Categor韆 UICN en Sierra Nevada: EX= Extinta, CR= En peligro cr韙ico, EN= En peligro, VU= Vulnerable, LR= Bajo riesgo). LRFVA= Lista Roja de la Flora vascular de Andaluc韆; EX= Extinta en Andaluc韆, CR= En Peligro Cr韙ico; EN= En Peligro; VU= Vulnerable; NT= Casi Amenazada; DD= Datos Deficientes).

En relaci髇 con la vegetaci髇, como en el caso de la flora, las particularidades biof韘icas del territorio nevadense atrajeron desde mediados del siglo pasado a numerosos bot醤icos para el estudio de las comunidades vegetales. En la actualidad, tras diversas tesis y estudios profundos realizados de la porci髇 granadina y almeriense, Sierra Nevada cuenta con un conocimiento bastante cercano a la realidad vegetal del macizo, corroborando la idea de que este territorio es uno de los que mayor diversidad vegetal presentan de toda Europa.

En Sierra Nevada se presentan 154 tipos de comunidades vegetales, de las cuales 17 son de bosque, 36 de matorral, 61 de pastizales y herbazales, 16 de vegetaci髇 nitr骹ila y subnitr骹ila, 19 de formaciones rup韈olas y 5 de car醕ter acu醫ico (sumergidas).

Este importante elenco de comunidades se interrelaciona y estructura en 16 series de vegetaci髇, de las cuales 11 son de car醕ter climat骹ilo, 5 son geoseries edafohigr骹ilas y 1 de tipo edafoxer骹ilo.

Las 154 comunidades de vegetaci髇 actual han sido reagrupadas en los 25 t閞minos para poder realizar una mejor comprensi髇 de los datos, y son expuestas en la tabla siguiente:

Plano 4. Puntos de inventario con flora amenazada.

Una particularidad que exhibe la vegetaci髇 del territorio guarda relaci髇 con la gran influencia que el hombre ha establecido en el conjunto del espacio. As�, un an醠isis m醩 detallado de la composici髇 vegetal muestra, que m醩 del 65% de la superficie del territorio nevadense ha sido generada por una acci髇 degradante sobre la vegetaci髇 ancestral que debi� existir en la sierra.

Los datos de las tablas precedentes permiten inferir que el macizo de Sierra Nevada presenta un significativo inter閟 desde el punto de vista de la flora y vegetaci髇 por su enorme riqueza y singularidad, a lo que ha contribuido, en parte, la acci髇 del hombre.

Sin embargo, se vienen detectando cambios en estos sistemas de explotaci髇 de los cultivos, en donde las nuevas formas de regad韔, utilizaci髇 de fitosanitarios, incremento de las superficies de cultivos a costa de grandes explanaciones, etc., s� pueden suponer un deterioro significativo sobre el paisaje y la naturalidad del medio, incluso si estos nuevos sistemas se ejecutan sobre zonas actualmente en cultivo, si no se aplican medidas espec韋icas para facilitar su integraci髇 ambiental.

Las tablas precedentes muestran un importante predominio de los pinares de repoblaci髇 puros (21,9%), si bien son significativas tambi閚 las cifras de enebral-piornales (16,8%), presentes fundamentalmente en las altas cumbres. Le siguen las comunidades de romeral-tomillar (8,5%) y pastizales psicroxer骹ilos (8,4%), los cultivos con restos de vegetaci髇 natural (7,2%), las comunidades de piornal-retamares (7,0%) y los encinares acid骹ilos (6,4%). El resto de clases de vegetaci髇 minoritarias incluye una amplia variedad de formaciones, tanto de origen antr髉ico como naturales, si bien en estas 鷏timas pueden encontrarse los elementos naturales de mayor valor ecol骻ico del territorio.

Se deduce, pues, la notable distribuci髇 en superficie de comunidades vegetales en las que ha intervenido fuertemente la acci髇 del hombre (fundamentalmente los pinares de repoblaci髇 y cultivos de diversa naturaleza, junto con las formaciones seriales), lo que denota la importante actividad humana en el territorio, fundamentalmente en las cotas m醩 bajas del macizo.

En cuanto a las coberturas de los distintos estratos de vegetaci髇 del macizo, los datos medios reflejan que con suelo desnudo la cobertura es del 23,5%, con formaciones herb醕eas el 23,7%, con estrato arbustivo el 34,5% y con vegetaci髇 arb髍ea el 32,6%, lo que refleja el car醕ter eminentemente forestal del territorio. Es destacable sin embargo, que una cuarta parte de la superficie no presenta ning鷑 tipo de cobertura arb髍ea, aunque hay que tener en cuenta que en los pisos bioclim醫icos no existe de manera natural vegetaci髇 de porte arb髍eo.

En lo que respecta a la evoluci髇 de la vegetaci髇 en los 鷏timos a駉s, no existen datos previos fiables que puedan servir para comparar con la actualidad, pero s� puede rese馻rse que la din醡ica vegetal ha sido positiva (hacia la cl韒ax) en todos los tipos de vegetaci髇 existentes pues no se ha producido en el territorio, con car醕ter general, ning鷑 elemento perturbador o que haya podido aminorar el desarrollo de la vegetaci髇 (incendios, talas, grandes transformaciones agr韈olas, sobrepastoreo, etc.).

Plano 5. Vegetaci髇 actual.

2.3.2. Fauna.

Los estudios cient韋icos que existen hasta el momento apuntan a que en Sierra Nevada existe un elenco faun韘tico de particular importancia en el contexto andaluz, por la gran diversidad que presenta y por la singularidad de las especies que incluye.

Al igual que en el caso de la flora, la diversidad zool骻ica del macizo est� asociada a la alta disponibilidad de h醔itats diferentes, que pueden agruparse en 10 grandes biotopos: pastizales de alta monta馻, enebral-piornal de alta monta馻, roquedos y cantiles, bosques de querc韓eas y casta馻res, bosques de con韋eras aut骳tonos y repoblados, matorral serial de degradaci髇, matorral subdes閞tico, cursos de agua corriente, lagunas, y cultivos y zonas antropizadas.

A pesar de este valioso patrimonio gen閠ico, en la actualidad no existe para la comunidad cient韋ica ni para el 髍gano ambiental competente un conocimiento de las especies que aparecen en Sierra Nevada, si se except鷄 el caso de los vertebrados, en donde al menos existe un muestreo m醩 o menos exhaustivo.

Del importante grupo de especies que son objeto de aprovechamiento cineg閠ico destacan la cabra mont閟 (Capra pyrenaica), el jabal� (Sus scrofa) y en menor medida la perdiz (Alectoris rufa). Otras especies que son objeto de una caza menos significativa por su escasa dotaci髇 poblacional son el conejo (Oryctolagus cunniculus), la liebre (Lepus granatensis) y el zorzal com鷑 (Turdus philomelos).

Igualmente es objeto de pesca deportiva en el Parque Natural la trucha com鷑 (Salmo trutta), que mantiene poblaciones naturales en la pr醕tica totalidad de los r韔s del macizo de Sierra Nevada.

El grado de conocimientos sobre las especies de fauna invertebrada es a鷑 incompleto en relaci髇 con el n鷐ero total de especies que habitan Sierra Nevada, que se estima pr髕imo a 5.000. Es bien conocida la presencia de numerosas especies end閙icas del macizo, m醩 de un centenar, as� como de especies de car醕ter rel韈tico que a鷑 encuentran en Sierra Nevada las condiciones ecol骻icas propias de 閜ocas pasadas (glaciarismo). De ah� que algunas especies pale醨ticas presenten en este territorio sus 醨eas de distribuci髇 m醩 meridionales. Tambi閚 son frecuentes elementos b閠icorife駉s que, como ocurre con la flora, se distribuyen tanto por las sierras B閠icas como por el Rif marroqu�.

Del conjunto de especies de invertebrados son destacables por sus reducidas poblaciones algunos taxones como el grillo de monte Baetica ustulata, un endemismo muy raro y localizado en los pastizales, borreguiles y matorrales por encima de 2.700 metros, las mariposas Parnassius apollo nevadensis y Plebicula golgus, otros dos taxones exclusivos de los ambientes oro y crioromediterr醤eos de este macizo monta駉so y el cangrejo de r韔 Austrapotamobius pallipes.

Como resumen de los conocimientos actuales sobre la fauna de Sierra Nevada se ha realizado un listado con los taxones sobre los que ser韆 conveniente aplicar medidas de conservaci髇 activas, est閚 o no protegidas por las distintas legislaciones vigentes en la actualidad, de manera que se consiga mantener o mejorar una situaci髇 poblacional equilibrada. En algunos casos se trata de fauna frecuente en otros puntos de la geograf韆 andaluza y espa駉la, pero en Sierra Nevada son especies raras o con distribuci髇 fin韈ola, por lo que afecciones a estas poblaciones pueden suponer su desaparici髇 de este espacio protegido. En otros casos se incluyen especies end閙icas de las que se desconoce su estatus poblacional, de ah� la conveniencia de que se apliquen medidas de conservaci髇 con car醕ter provisional hasta que se disponga de informaci髇 m醩 detallada.

Especies de inter閟 de Sierra Nevada (incluidas en listados de protecci髇 de fauna nacionales e Internacionales y las no recogidas que se encuentran en categor韆s de riesgo seg鷑 publicaciones cient韋icas o expertos en cada grupo taxon髆ico). D. Hab..= Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la Conservaci髇 de los H醔itats Naturales y de la Fauna y la Flora Silvestres (Int. general= de inter閟 comunitario general seg鷑 Anexo II; P. Estricta = de protecci髇 estricta seg鷑 anexo IV). D. Aves= Directiva 2009/147/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de noviembre de 2009, relativa a la Conservaci髇 de las Aves Silvestres: Anexo I =Aves que deben ser objeto de medidas de conservaci髇 del h醔itat. CNEA= Real Decreto 439/1990, de 30 de marzo, por el que se regula el Cat醠ogo Nacional de Especies Amenazadas: I= En Peligro de Extinci髇, II= De Inter閟 Especial. UICN= Categor韆 UICN para Andaluc韆: EX= Extinta, CR= En peligro cr韙ico, EN= En peligro, VU= Vulnerable DD=Datos insuficientes, LR= Bajo riesgo. LFFA= Ley 8/2003, de 28 de octubre: IE=Inter閟 Especial; SAH= Sensibles a la Alteraci髇 de su H醔itat.

Por lo que respecta a la gesti髇 y conservaci髇 de las especies de fauna, debe resaltarse que en Sierra Nevada, hist髍icamente se han planteado problemas relacionados con el furtivismo, coleccionismo, plagas, sarna, desaparici髇 o merma de las poblaciones de especies end閙icas, utilizaci髇 de venenos etc. En t閞minos generales, la situaci髇 poblacional de sus especies se encuentra estable, con la excepci髇 de la cabra mont閟 y el jabal� que requieren un control de sus poblaciones.

Por 鷏timo, y como singularidad dentro del componente zool骻ico de este espacio, se ha corroborado la importancia para la avifauna de las Lagunas del Padul, como una zona h鷐eda de vital relevancia en la migraci髇 de las aves palustres entre el continente europeo y el africano, lo que unido a sus valores bot醤icos ha reafirmado el car醕ter de reserva que este territorio debe mantener en la zonificaci髇.

2.3.3. H醔itats y especies de inter閟 comunitario.

La diversidad de aves presentes en Sierra Nevada ha posibilitado la declaraci髇, en 2002, de este espacio como Zona de Especial Protecci髇 para las Aves (ZEPA), en aplicaci髇 de la entonces Directiva 79/409/CEE del Consejo, de 2 de abril de 1979, relativa a la conservaci髇 de las aves silvestres, actual por la Directiva 2009/147/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de noviembre de 2009, relativa a la Conservaci髇 de las Aves Silvestres.

Debido a la riqueza ecol骻ica, en cuanto a especies y h醔itats naturales de inter閟 comunitario, el Parque Nacional y el Parque Natural de Sierra Nevada se encuentran incluidos en la lista de Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) de la Regi髇 Biogeogr醘ica Mediterr醤ea, aprobada por Decisi髇 de la Comisi髇 Europea de 19 de julio de 2006, de conformidad con la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la Conservaci髇 de los H醔itats Naturales y de la Fauna y la Flora Silvestres (LIC Sierra Nevada, c骴igo ES6140004). En aplicaci髇 de la citada Directiva, ser醤 considerados Zona de Especial Conservaci髇 (ZEC) y por ser estos espacios, adem醩, una ZEPA, forman parte de la Red Ecol骻ica Europea Natura 2000, red que se configura a nivel de toda la Uni髇 Europea.

Se han detectado dentro de Sierra Nevada a 26 h醔itats que engloban a 69 comunidades vegetales que est醤 protegidas por la Directiva H醔itats (Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, Anexo I), de los cuales 24 se incluyen como h醔itats de inter閟 general y 3 pertenecen a la categor韆 de h醔itats prioritarios. El total de h醔itats presentes es el que se desglosa a continuaci髇:

H醔itats prioritarios.

• - 15.- Estepas continentales hal骹ilas y gips骹ilas.
  • 15.10.- Estepas salinas mediterr醤eas (Limonietalia).
• - 62.- Formaciones herbosas secas seminaturales y facies de matorral.
  • 62.20.- Pastizales mediterr醤eos xerof韙icos anuales y vivaces.
• - 72.- 羠eas pantanosas calc醨eas.
  • 72.10.- Turberas b醩icas de carrizos (Cladium mariscus y Carex davalliana).
  • 72.20.- Vegetaci髇 de manantiales petrificantes de aguas carbonatadas con formaci髇 de tobas.

H醔itats de inter閟 general.

• - 14.- Marismas y pastizales salinos mediterr醤eos y termoatl醤ticos.
  • 14.30.- Matorrales hal骹ilos mediterr醤eos y termoatl醤ticos (Sarcocornetea fructicosae).
• - 31.- Aguas estancadas.
  • 31.50.- Vegetaci髇 enraizada o flotante de lagos eutr骹icos naturales (Magnopotamion, Hydrocharition).
• - 40.- Brezales y matorrales de zona templada.
  • 40.60.- Brezales enanos, alpinos, subalpinos y oromediterr醤eos.
  • 40.90.- Matorrales mediterr醤eos y oromediterr醤eos primarios y secundarios con dominio frecuente de genisteas.
• - 51.- Matorrales submediterr醤eos y de zona templada.
  • 51.20.- Formaciones de Genista purgans (Cytisus oromediterraneus) en monta馻.
• - 52.- Matorrales arborescentes mediterr醤eos.
  • 52.10.- Fruticedas y arboledas de enebros (Juniperus sp.).
• - 53.- Matorrales termomediterr醤eos y pre-est閜icos.
  • 53.30.- Fruticedas, retamares y matorrales mediterr醤eos term骹ilos.
• - 61.- Prados naturales.
  • 61.60.- Prados ib閞icos sil韈eos xerof韙icos y mesof韙icos -cervunales de la alta monta馻 ib閞ica- (Festuca indigesta).
  • 61.70.- Pastizales bas骹ilos mesof韙icos y xerof韙icos alpinos (c醤tabro-pirenaicos) y crioturbados de las altas monta馻s ib閞icas.
• - 64.- Prados h鷐edos seminaturales de hierbas altas.
  • 64.20.- Juncales mediterr醤eos (Molinion-Holoschoenion).
  • 64.30.- Comunidades de megaforbios heli骹ilos o esci骹ilos.
• - 81.- Desprendimientos rocosos.
  • 81.30.- Desprendimientos mediterr醤eos occidentales y term骹ilos.
• - 82.- Pendientes rocosas con vegetaci髇 casmof韙ica.
  • 82.10.- Vegetaci髇 casmof韙ica: subtipos calc韈olas (Potentilletalia caulescentis, Asplenietalia glandulosi, HomalothecioPolypodion serrati, Arenarion balearicae).
  • 82.20.- Pendientes rocosas sil韈eas con vegetaci髇 casmof韙ica.
• - 83.- Otros h醔itats rocosos.
  • 83.10.- Cuevas no explotadas por el turismo.
• - 91.- Bosques de la Europa templada.
  • 91.B0.- Fresnedas term骹ilas de Fraxinus angustifolia.
• - 92.- Bosques mediterr醤eos caducifolios.
  • 92.A0.- Bosques galer韆 de Salix y Populus alba.
  • 92.D0.- Arbustedas, tarayales y espinales ribere駉s (NerioTamaricetea, Securinegion tinctoriae).
  • 92.30.- Robledales galaico-portugueses con Quercus robur y Quercus pyrenaica.
  • 92.60.- Bosques de Castanea sativa.
• - 93.- Bosques escler骹ilos mediterr醤eos.
  • 93.40.- Encinares de Quercus ilex y Quercus rotundifolia.
• - 95.- Bosques de con韋eras de monta馻s mediterr醤eas y macaron閟icas.
  • 95.40.- Pinares mediterr醤eos de pinos mesogeanos end閙icos.

Estos h醔itats representan superficialmente el 70% de todo el macizo para los h醔itats de inter閟 general y un 2,4% para los h醔itats prioritarios. A鷑 en el caso de que se excluya del an醠isis al territorio del Parque Nacional, las cifras a鷑 se mantienen en niveles muy altos, con un 46,2% para los h醔itats de inter閟 general y 3,5% para los de inter閟 prioritario.

Respecto a las especies existentes en la zona, destacan, por un lado, las del Anexo I de la Directiva 2009/147/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de noviembre de 2009, y, por otro, las de los Anexos II y IV de la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, quedando todas ellas recogidas en las tablas de los ep韌rafes 2.3.1 y 2.3.2.

Plano 6. H醔itats de inter閟 para la conservaci髇.

2.4. Paisaje.

El paisaje se halla entre los recursos de mayor relevancia de Sierra Nevada, siendo una componente esencial de su patrimonio natural y cultural. La influencia del hombre ha sido un factor decisivo a la hora de forjar su diversidad y riqueza en el curso de los a駉s, a lo que ha contribuido los sistemas tradicionales de explotaci髇 agraria.

Este recurso puede contribuir notablemente al crecimiento sostenible de la econom韆 local del espacio, pero para ello se requiere conservar su identidad y preservarlo de actuaciones que alteren negativamente su dimensi髇.

Paisajes degradados a consecuencia de las actividades econ髆icas, fundamentalmente la miner韆 a cielo abierto, contin鷄n presentes en el territorio, habiendo transformado por completo el medio natural del entorno, aunque en los 鷏timos a駉s se han emprendido actuaciones tales como el sellado de vertederos no controlados, que han favorecido el mantenimiento de la calidad paisaj韘tica del espacio. A鷑 as�, son todav韆 numerosas las intervenciones realizadas que provocan impactos.

Hay que destacar que, si bien se comparte la necesidad creciente de dar al paisaje un papel trascendental en todos los aspectos de la ordenaci髇 de los usos y actuaciones sobre el territorio, la realidad es que su consideraci髇 est� pr醕ticamente ausente del planeamiento de los municipios del Sierra Nevada, tanto a la escala urbana como rural, siendo esta 鷏tima la de mayor trascendencia sobre el territorio. As�, son m鷏tiples las construcciones que, con una u otra finalidad, aparecen desperdigadas por el medio rural, sin criterios est閠icos, y alterando gravemente su calidad paisaj韘tica.

Es por ello necesario concienciarse de que los equipamientos y la obra p鷅lica y privada en los espacios protegidos adquieren un car醕ter especial en relaci髇 con su integraci髇 en el espacio natural sobre el que se proyectan.

2.5. El marco socioecon髆ico y territorial.

2.5.1. La estructura territorial, el poblamiento y demograf韆.

Seg鷑 datos de la Revisi髇 del Padr髇 Municipal de Habitantes a 1 de enero de 2009, la poblaci髇 total de los municipios de Sierra Nevada asciende a 96.860 habitantes, repartida en 60 municipios distribuidos entre las provincias de Granada y Almer韆.

Atendiendo a la distribuci髇 por provincias, en el a駉 1996, un 19,72% (16.862 habitantes) de los habitantes de Sierra Nevada resid韆n en los municipios de la provincia de Almer韆 y un 80,21% (68.354) en los de Granada. En el a駉 2009, estos porcentajes han pasado al 17,36% y 82,64% respectivamente, lo que refleja que el peso demogr醘ico de los municipios del macizo correspondientes a la provincia de Granada es mucho mayor que el de la provincia de Almer韆, siendo 閟ta una circunstancia que se ha ido acentuando con el paso de los a駉s.

Esta primera valoraci髇 muestra las peculiaridades de la localizaci髇 espacial del macizo de Sierra Nevada, con municipios con din醡icas demogr醘icas y econ髆icas muy diferenciadas que distorsionan los resultados estad韘ticos globales. En este sentido, no se puede olvidar que ciertos municipios granadinos, si bien extienden sus t閞minos municipales por las 醨eas serranas, cuentan con asentamientos urbanos pr髕imos a la capital provincial, lo que ha incidido en una din醡ica demogr醘ica y econ髆ica propia de las 醨eas metropolitanas en las que se inscriben, muy distinta de la que caracteriza a las zonas de monta馻 marginales que suponen la mayor parte del territorio del macizo.

Como casos extremos de esta din醡ica territorial se encontrar韆n municipios como G骿ar y La Zubia, con una evoluci髇 claramente positiva, y algunos de los situados en la Alpujarra como V醠or y Alpujarra de la Sierra (entre otros), con un car醕ter recesivo.

Los municipios se caracterizan por su escaso peso demogr醘ico. As�, sobre el total de 60 municipios, 39 contaban en el a駉 2009 con menos de 1.000 habitantes, y de 閟tos, 24 con menos de 500 habitantes. De igual modo, en el a駉, 2009 s髄o el municipio de La Zubia, situado en la provincia de Granada, superaba los 10.000 habitantes (17.803).

La evoluci髇 hist髍ica de los municipios del macizo de Sierra Nevada ha estado caracterizada a lo largo del S. XX, al igual que la mayor韆 de las 醨eas de monta馻 de la Comunidad Aut髇oma de Andaluc韆, por un acentuado proceso de despoblamiento, hasta llegar a la situaci髇 actual, cuando la poblaci髇 total del 醨ea es inferior a la de comienzos de siglo. Los municipios presentaban en el a駉 1900 una poblaci髇 de 110.243 habitantes y en el a駉 2009 tan s髄o 96.860. Es decir ha perdido un 12,14% de sus efectivos.

El an醠isis diferenciado por provincias pone de manifiesto el contraste entre los resultados de los municipios granadinos de Sierra Nevada y los almerienses. As�, los primeros, han aumentado su poblaci髇 y su peso demogr醘ico sobre el total, mientras que los municipios almerienses, que han sufrido una p閞dida de poblaci髇, han reducido su peso. En cualquier caso, estos datos deben tomarse con cautela, pues, como bien se ha se馻lado con anterioridad, la incidencia de los municipios de influencia metropolitana en Granada es evidente, acogiendo poblaci髇 que desarrolla su actividad en la capital provincial.

Como conclusi髇 en relaci髇 con la din醡ica demogr醘ica, se reafirma, pues, la hip髏esis que avanzaba el documento del PORN del a駉 1994, en el sentido de que el 醡bito de Sierra Nevada se caracteriza demogr醘icamente por una continuada p閞dida de efectivos, atemperada en los 鷏timos a駉s gracias a un conjunto de municipios cuya evoluci髇 se encuentra asociada a factores de localizaci髇, concretamente el situarse en el entorno metropolitano de las capitales provinciales, lo que ha propiciado una expansi髇 de los usos residenciales y de ciertas actividades econ髆icas.

En las tablas siguientes se ha reflejado la tasa de crecimiento de los municipios del macizo de Sierra Nevada, por provincias, entre los a駉s 1996 y 2009.

2.5.2. Las actividades econ髆icas y el empleo.

Seg鷑 los datos disponibles m醩 actualizados que existen del nivel de ocupaci髇 por ramas de actividad (Instituto de Estad韘tica de Andaluc韆, Sistema de Informaci髇 Multiterritorial de Andaluc韆, Poblaci髇 Ocupada por Actividad Econ髆ica), Sierra Nevada cuenta con una poblaci髇 dedicada mayoritariamente al sector servicios, seguido por las actividades agrarias. Aunque las actividades primarias siguen siendo importantes en el conjunto del territorio, han perdido importancia como consecuencia del abandono de numerosas tierras de cultivo que sustentaban sistemas agrarios de monta馻 de subsistencia poco competitivos.

Las actividades del sector servicios han experimentado un mayor crecimiento a lo largo de los 鷏timos a駉s, debido al proceso generalizado de terciarizaci髇 del 醨ea, en detrimento de las actividades primarias. Esta tendencia, recoge, sin embargo, situaciones municipales muy diferentes. De un lado, los municipios que se localizan en la proximidad de la capital de Granada, de cuyos fen髆enos expansivos residenciales y terciarios se benefician, y de otro, el conjunto de municipios de monta馻 que se han visto favorecidos por las actividades tur韘ticas y la consecuente demanda de servicios diversos especializados.

En el primer caso se encontrar韆n municipios como La Zubia o Monachil (que cuenta adem醩 en su t閞mino municipal con la Estaci髇 de Esqu� de Sierra Nevada, que en estos a駉s ha pasado a ocupar una posici髇 muy competitiva en el panorama nacional), y en el segundo, municipios de monta馻 como los ubicados en el barranco del Poqueira: Bubi髇, Campaneira y Capileira.

El an醠isis a nivel provincial de los municipios muestra, nuevamente, los contrastes entre el 醡bito almeriense y granadino con un grado de ocupados agr韈olas del 42,30% en el primero y un 24,68% en el segundo. En cuanto a las causas de estas diferencias, no son otras que las ya comentadas anteriormente sobre el car醕ter metropolitano de algunos municipios, que distorsionan los valores medios.

Por lo que se refiere a otras ramas de actividad, la industria extractiva est� presente con un porcentaje de ocupados en torno al 1,13%. Es importante el grupo de poblaci髇 ocupada en la construcci髇, con un valor medio del 15,94% de los efectivos (algo inferior en los municipios almerienses). En cuanto a los ocupados industriales, los valores para el conjunto del territorio se sit鷄n en un 8,78%.

Estas actividades industriales tienen un cierto peso en el macizo en el 醡bito de la provincia de Granada, en el que se distinguen municipios con tasas superiores a la media provincial y que se sit鷄n entre el 10-15% de ocupados. Son, en cualquier caso, establecimientos de car醕ter familiar, que se asemejan m醩 al concepto de taller que al de industria, favorecidos, bien por las funciones comarcales del n鷆leo en el que se asientan, bien por su localizaci髇 en el 醨ea metropolitana de Granada. Como casos excepcionales, pueden destacarse la industria embotelladora de agua mineral de Lanjar髇, o las industrias c醨nicas asociadas a los secaderos de jam髇 en algunos de los municipios Alpujarre駉s.

De forma novedosa, est� prosperando una industria asociada a la primera transformaci髇 de productos agr韈olas como es el caso de la industria vitivin韈ola asociada al cultivo de vid en municipios de la Alpujarra almeriense, en particular Laujar de Andarax y Padules.

2.5.3. El tejido empresarial.

El an醠isis de las principales magnitudes y datos econ髆icos-empresariales se ha realizado teniendo en cuenta las diferentes comarcas incluidas en el mismo, cuya distribuci髇 municipal es la siguiente:

• Comarcas granadinas:

  • - Valle de Lecr韓: D鷕cal, Lecr韓, Nig黣las, Padul.
  • - Guadix-Marquesado: Aldeire, Cogollos de Guadix, D髄ar, Ferreira, Hu閚eja, J閞ez del Marquesado, La Calahorra, Lanteira, Lugros.
  • - Metropolitana: D韑ar, G骿ar, Gjar Sierra, La Zubia, Monachil.
  • - Alpujarra de Granada: Alpujarra de la Sierra, B閞chules, Bubi髇, Busqu韘tar, C醖iar, C狁ar, Capileira, Carataunas, C醩taras, Juviles, Lanjar髇, Nevada, 觬giva, Pampaneira, P髍tugos, Soport鷍ar, La Taha, Trev閘ez, V醠or.

• Comarcas almerienses:

  • - Norte: Abla, Abrucena, Fi馻na, Nacimiento.
  • - Este: Alboloduy, Alhabia, Alsodux, Bentarique, Las Tres Villas, 蚻lar, Instinci髇, R醙ol, Santa Cruz, Terque.
  • - Sur: Alm骳ita, Bay醨cal, Beires, Canj醳ar, Fond髇, Laujar de Andarax, Ohanes, Padules, Paterna del R韔.

El an醠isis de la tendencia evolutiva empresarial de la zona se ha centrado en los datos del Impuesto de Actividades Econ髆icas (IAE), facilitando informaci髇 relativa a la presencia de empresas en la zona por actividad desarrollada, as� como la referida evoluci髇 que tal presencia ha tenido en el per韔do comprendido entre los a駉s 1998 a 2008.

Los resultados han puesto de manifiesto una tendencia general e ininterrumpida al crecimiento de la actividad empresarial en todas las comarcas, tanto granadinas como almerienses, aunque los mayores crecimientos se han producido en las comarcas granadinas del 羠ea Metropolitana y GuadixMarquesado.

En Almer韆, en el 2008, del total de altas en el IAE de los municipios incluidos en el 醡bito territorial del Plan, alrededor del 42% se localizan en los municipios de la comarca Sur, el 36% en la Norte y el 22% en la Este, situaci髇 que ha variado poco en relaci髇 con la existente en 1998, fecha en la que los porcentajes eran del 41%, 34% y 25%, respectivamente, por lo que tan s髄o ha descendido esta cifra en la comarca del Este.

Por su parte en Granada, en el 2008, las comarcas que presentan mayor n鷐ero de situaciones de alta en el IAE son, por orden, el 羠ea Metropolitana de Granada (con alrededor del 37,5%), la Alpujarra (29,5%), el Valle de Lecr韓 (25%) y por 鷏timo a gran distancia la comarca de Guadix-El Marquesado (8%). Con respecto a 1998, todas las comarcas han sufrido un peque駉 retrocceso en el n鷐ero de altas en el IAE, de alrededor del 2%, excepto la comarca de Guadix-El Marquesado que se mantiene y el 羠ea metropolitana de Granada que aumenta en torno al 4%.

Por lo que respecta a la evoluci髇, entre 1998 y 2008, del n鷐ero de establecimientos por actividad econ髆ica, en todas las comarcas de Almer韆 se ha producido un incremento por encima del 20%, siendo la comarca del Este la que presenta mayor tasa de crecimiento. Por su parte, en Granada las tasas son mucho m醩 elevadas, aunque en la de GuadixMarquesado es negativa.

En cuanto a la distribuci髇 por sectores de la actividad econ髆ica, las comarcas granadinas y almerienses presentan una distribuci髇 relativamente similar. Predominan, en todos los casos, los establecimientos que dedican su actividad al 玞omercio, la reparaci髇 de veh韈ulos de motor, motocicletas y ciclomotores y art韈ulos personales y de uso dom閟tico�, seguidos de la construcci髇. A continuaci髇 se encuentran la industria manufacturera, las actividades del sector de 玥osteler韆�, y el sector de 玜ctividades inmobiliarias y de alquiler; servicios empresariales�, con porcentajes variables, seg鷑 la comarca en cuesti髇. La actividad ligada a la 玦ndustria extractiva� (canteras), figura en los 鷏timos lugares, con porcentajes que oscilan entre el 0 y el 3%, seg鷑 la comarca, aunque en Almer韆 no se encuentra tan representada como en Granada.

2.5.4. La ordenaci髇 territorial.

El Plan de Ordenaci髇 del Territorio de Andaluc韆 (POTA), aprobado por Decreto 206/2006, de 28 de noviembre, por el que se adapta el Plan de Ordenaci髇 del Territorio de Andaluc韆 a las Resoluciones aprobadas por el Parlamento de Andaluc韆 en sesi髇 celebrada los d韆s 25 y 26 de octubre de 2006 y se acuerda su publicaci髇; establece el modelo territorial de Andaluc韆, referencia obligada para la aplicaci髇 coherente de las pol韙icas p鷅licas con incidencia territorial. Dicho modelo territorial incorpora la componente ambiental como una de las referencias a considerar en el desarrollo de las estrategias para la articulaci髇 del territorio. Este modelo asume la existencia de los espacios naturales protegidos como base para la configuraci髇 de un sistema regional de protecci髇 de los recursos naturales y culturales de inter閟 territorial y los integra en el Sistema del Patrimonio Territorial de Andaluc韆.

El Sistema del Patrimonio Territorial establece como objetivos: 1) la preservaci髇 del patrimonio territorial (cultural y natural), 2) su puesta en valor como recurso para la ordenaci髇 del territorio y el desarrollo local y regional y 3) la incorporaci髇 de la dimensi髇 paisaj韘tica de acuerdo con tres l韓eas estrat間icas:

• - Integrar la protecci髇 de los bienes culturales y naturales.
• - Desarrollar la planificaci髇 como instrumento b醩ico de gesti髇 del patrimonio territorial.
• - Incorporar el paisaje como elemento activo en la pol韙ica y gesti髇 del patrimonio territorial.

Estas Estrategias habr醤 de establecer un marco de actuaci髇 com鷑 para cada territorio en el que se integren tanto las pol韙icas patrimoniales (ecol骻icas, culturales y paisaj韘ticas) como las pol韙icas urban韘ticas, de ordenaci髇 del territorio y de desarrollo econ髆ico, particularmente aquellas relacionadas con la promoci髇 tur韘tica vinculada a la puesta en valor de los bienes patrimoniales.

Por otra parte, el conjunto de Sierra Nevada se ve afectado, localmente, por el Plan de Ordenaci髇 del Territorio de la Aglomeraci髇 Urbana de Granada, aprobado mediante Decreto 244/1999, de 27 de diciembre, y modificado mediante la Resoluci髇 de 16 de diciembre de 2004, de la Consejer韆 de Obras P鷅licas y Transportes.

El citado plan territorial considera espec韋icamente, tanto en su propuesta de ordenaci髇 como en la normativa aplicable, a los 醡bitos de la Aglomeraci髇 Urbana de Granada afectados por el Parque Nacional y el Parque Natural de Sierra Nevada, particularmente a trav閟 de la Regulaci髇 del suelo afectado a la Red de Espacios Libres de nivel de la Aglomeraci髇 (art韈ulo 2.100, de la Normativa del Plan) y en el T韙ulo Tercero de la normativa: De las zonas sometidas a restricci髇 de usos y transformaciones de la Aglomeraci髇 Urbana de Granada, en las disposiciones relativas a las zonas incluidas en espacios naturales protegidos (Cap韙ulo tercero, art韈ulos 3.19, 3.20, 3.21 y 3.22).

En todas estas disposiciones el Plan de Ordenaci髇 del Territorio de la Aglomeraci髇 Urbana de Granada asume los criterios de ordenaci髇 y medidas de protecci髇 contenidas en el Plan de Ordenaci髇 de los Recursos Naturales y Plan Rector de Uso y Gesti髇 (en adelante PRUG) de Sierra Nevada aprobados en 1994, remitiendo expl韈itamente a la normativa de estos.

2.5.5. La ordenaci髇 urban韘tica.

Entre las caracter韘ticas socioecon髆icas del macizo de Sierra Nevada, en particular en las zonas bajas, se ha destacado su importante ocupaci髇 poblacional, segregada en un n鷐ero muy significativo de municipios, que asciende a 60, distribuidos entre dos provincias, Granada y Almer韆.

En relaci髇 con la ordenaci髇 urban韘tica de estos municipios, destaca de forma sobresaliente el escaso desarrollo de sus figuras de planeamiento, en particular en la provincia de Almer韆. As�, del total de los 60 municipios que alberga Sierra Nevada, 10 carecen de planeamiento urban韘tico municipal, y de los 50 planes restantes, 18 se corresponden con Proyectos de Delimitaci髇 de Suelo Urbano, 閟tos 鷏timos en municipios localizados en el interior de la sierra, fundamentalmente en la provincia de Almer韆. La existencia de figuras de planeamiento tan b醩icas como 閟ta, justifica el menor nivel de regulaci髇 normativa del suelo no urbanizable, que se engloba en la categor韆 gen閞ica de com鷑, facilitando las actuaciones indiscriminadas en esta clase de suelo.

Otro aspecto a considerar es la antig黣dad del planeamiento, ya que 鷑icamente 27 planes (el 45%) son posteriores a la aprobaci髇 del PORN precedente, por lo que s髄o en ellos puede haber una referencia espec韋ica al mismo y a su regulaci髇. Si bien la prevalencia del PORN est� clara en la regulaci髇 de usos y actividades en su 醡bito, lo cierto es que esta antig黣dad del planeamiento, con un tratamiento del suelo no urbanizable obsoleto y sin criterios de protecci髇 de los valores ambientales, no favorece una regulaci髇 precisa y ajustada de las necesidades urban韘ticas.

En el cuadro adjunto se ha reflejado la situaci髇 del planeamiento de los municipios que pertenecen al macizo de Sierra Nevada. En cursiva se han resaltado aqu閘los cuyo n鷆leo principal y/o n鷆leos secundarios se encuentran dentro de los l韒ites de espacio protegido.

NN.SS: Normas Subsidiarias.

NN.SS*: Normas Subsidiarias Adaptadas LOUA.

(BP): Barranco del Poqueira.

PGOU: Plan General de Ordenaci髇 Urban韘tica.

PDSU: Proyecto de Delimitaci髇 de Suelo Urbano.

Esta sucesi髇 de factores justifican circunstancias urban韘ticas muy variadas dentro del espacio, debido a la amplitud y diversidad territorial del macizo.

As�, se producen situaciones en las que la zonificaci髇 y regulaci髇 precedentes imposibilitan el desarrollo de suelos urbanizables o urbanos, impidiendo el crecimiento del casco urbano dentro de los l韒ites del espacio. En ocasiones, se da la circunstancia de que el crecimiento en el 醨ea exterior al espacio protegido se encuentra tambi閚 restringido por el planeamiento supramunicipal (como puede ser el Plan Especial de Protecci髇 del Medio F韘ico o el Plan de Ordenaci髇 del Territorio de la Aglomeraci髇 Urbana de Granada, en su caso).

La demanda de edificaci髇 aislada en suelo no urbanizable para uso residencial se ha visto incrementada con el paso del tiempo. As�, se asiste, principalmente en la provincia de Almer韆, a una proliferaci髇 de la vivienda aislada en suelo no urbanizable para uso residencial, asoci醤dose, te髍icamente, y a efectos legales, a las actividades agr韈olas.

En la provincia de Almer韆, la aplicaci髇 de las Normas Subsidiarias y Complementarias para el Suelo No Urbanizable del a駉 1987 que regulan, con car醕ter general, los usos en esta clase de suelo en los municipios que carecen de desarrollo espec韋ico en dicha clase, subsana, en cierta medida, estas deficiencias.

En los municipios pr髕imos a la capital provincial se observa una intensa presi髇 residencial al ofertar al mercado un suelo urbano y/o urbanizable de menor precio. Se trasladan a estos 醡bitos din醡icas y problem醫icas claramente metropolitanas, con una incidencia sobre el territorio de Sierra Nevada y las presiones sobre el mismo.

2.5.6. Las infraestructuras territoriales.

En los 鷏timos a駉s, la situaci髇 de Sierra Nevada en materia de infraestructuras b醩icas ha evolucionado favorablemente. As�, los accesos al macizo se han visto mejorados a partir de la Autov韆 A-92 (Sevilla-Almer韆 por Granada), que conecta los municipios septentrionales de las comarcas de Guadix-Marquesado y R韔 Nacimiento, y la Carretera Nacional N-323 (Bail閚-Motril), que posibilita el acceso a la comarca de las Alpujarras. A trav閟 del Plan 玀醩 Cerca� se ver醤 tambi閚 mejorados los accesos a la comarca de la Alpujarra granadina, tanto con el acondicionamiento de la carretera Torvizc髇C醖iar, como desde la Autov韆 del Mediterr醤eo por Albu駉l.

Desde Almer韆, el acceso se hace a trav閟 de la A-92 para la vertiente norte y, por Berja desde la Autov韆 del Mediterr醤eo a la altura de El Ejido, para la vertiente sur y por la carretera A-348 por la parte m醩 al sureste del macizo, son las principales rutas de aproximaci髇 r醦ida. El tramo Beires-Fond髇 de la A-348 est� en obras de mejora y acondicionamiento del trazado.

El conjunto de carreteras que posibilitan la penetraci髇 al interior del macizo presentan un estado aceptable, como corresponde a carreteras de monta馻, a excepci髇 de algunos tramos de la A-337 (La Calahorra-Cher韓) que atraviesa el Puerto de la Ragua, ahora en redacci髇 del proyecto para su acondicionamiento por la Consejer韆 competente en materia de obras p鷅licas, y la AL-3404 que atraviesa el macizo por el Puerto de Santillana desde Abla a Ohanes. La A-395, que penetra desde el 醨ea metropolitana de Granada hasta la estaci髇 de esqu�, est� en buenas condiciones aunque presenta saturaci髇 en algunos fines de semana de la temporada alta, en 閜oca invernal.

El cumplimiento de los objetivos contemplados en los Planes Directores de Residuos S髄idos de ambas provincias erradicar�, a corto plazo, los vertederos incontrolados, disminuyendo el riesgo de contaminaci髇 de cauces y las agresiones paisaj韘ticas, una vez restauradas las 醨eas afectadas. Queda pendiente el problema de la gesti髇 de los residuos procedentes de la construcci髇 y demoliciones (RCDs) que requieres soluciones comarcales a trav閟 de dichos Planes Directores Provinciales de Residuos S髄idos Urbanos.

El saneamiento de los n鷆leos ubicados dentro de Sierra Nevada presenta una situaci髇 general m醩 favorable que la de hace ocho a駉s, si bien es cierto que se producen anomal韆s en el funcionamiento de las instalaciones de depuraci髇, y quedan pendientes de resolver algunos d閒icits puntuales, as� como los recientes problemas provocados por las salazones. El abastecimiento de la poblaci髇 es uno de los cap韙ulos pr醕ticamente resuelto a nivel municipal.

Respecto a las energ韆s renovables, la Consejer韆 competente en esta materia viene subvencionando, a trav閟 de las distintas 髍denes en vigor, determinadas instalaciones de aprovechamiento de energ韆s renovables.

En lo referente a las infraestructuras de telecomunicaciones el objetivo de este PORN es el de ordenar su distribuci髇, de forma que se garantice la cobertura de servicios de telecomunicaciones en el 醨ea de Sierra Nevada y asegurar al mismo tiempo que dichas infraestructuras son compatibles con los objetivos y criterios de conservaci髇 de los recursos del espacio, cuidando en particular su impacto en el paisaje.

En lo referente a las infraestructuras de prevenci髇 de incendios forestales, en la provincia de Granada, Sierra Nevada est� asignado a los Centros de Defensa Forestal (CEDEFO) de Sierra Nevada, ubicado en la carretera de Tablones a 觬giva y Puerto Lobo, en Hu閠or Santill醤, adem醩 de contar con la base BRICA de J閞ez del Marquesado ubicada en los Moralillos. En la provincia de Almer韆 Hay que mencionar que pr醕ticamente el conjunto de municipios del macizo est醤 declarados 珃onas de peligro� seg鷑 el Decreto 470/1994, de 20 de diciembre, de prevenci髇 de incendios forestales.

2.5.7. Los usos y aprovechamientos.

Dentro de los aprovechamientos primarios de los municipios de Sierra Nevada destacan, por su incidencia social y econ髆ica, los usos agrarios y la miner韆.

En relaci髇 con los primeros, su distribuci髇 territorial est� muy relacionada con la disposici髇 alargada de la mayor韆 de los t閞minos municipales del macizo, que se extienden entre la l韓ea de cumbres y los valles situados en las tierras m醩 bajas. Adem醩 de presentar una gran variabilidad altitudinal esta disposici髇 permite una sucesi髇 de aprovechamientos, tanto naturales como de cultivos que se complementan: pastos en altura, zonas forestales intermedias, cultivos arb髍eos de secano, regad韔s hort韈olas, etc.

Actualmente, los tradicionales sistemas de producci髇 han desaparecido casi por completo. El territorio antes ocupado por la agricultura o la ganader韆 se ha reducido considerablemente, tanto por la marcha de quienes habitaban esa zona y cultivaban sus tierras, como por la transformaci髇 forestal que se ha llevado a cabo en ella y que ha afectado de manera sobresaliente e intermitente a las tierras que est醤 entre las cotas 1.200 y 2.000 metros. De la crisis de esos sistemas tradicionales no han surgido sistemas alternativos debido a las estructuras productivas existentes, donde el modelo de explotaci髇 predominante es el minifundio, a la posici髇 exc閚trica de la comarca, a su acentuada inaccesibilidad, a la decadencia demogr醘ica y a las grav韘imas restricciones a la mecanizaci髇 que su topograf韆 impone.

Los aprovechamientos agrarios de las altas cumbres se centran en los altos pastos que sustentan una importante caba馻 ganadera. En torno a las zonas forestales situadas a cotas m醩 bajas se concentran los aprovechamientos agr韈olas de secano.

a) Agricultura.

La actividad econ髆ica de Sierra Nevada se ha basado tradicionalmente en la agricultura y ha generado una diversidad de paisajes y ecosistemas que configuran parte de su patrimonio natural actual. Los cultivos predominantes son los de secano (almendro, olivo, higuera, vid, trigo, cebada y centeno), aunque en los valles y vegas altas tiene importancia el regad韔 (productos hort韈olas, patata, ma韟, frutales...).

El macizo monta駉so de Sierra Nevada posee unas peculiaridades que configuran unos usos del suelo diferenciados respecto al que existe en el resto de las provincias de Granada y Almer韆. El poderoso bloque que conforma la Sierra produce un efecto amortiguador pluviom閠rico, sobre todo en el sector oriental, de forma que incluso algunas de sus laderas presentan signos de aridez. De este modo, la actividad agr韈ola se ha concentrado tradicionalmente en los regad韔s del fondo de los valles y en algunas de estas laderas, cuando se pod韆 extraer el agua mediante fuentes o galer韆s ("careos"). Gracias a la existencia de recursos h韉ricos abundantes, algunos regad韔s ocuparon relieves que fueron moldeados mediante la creaci髇 de bancales dedicados a cultivos herb醕eos intensivos. Por su parte, las superficies de secano se han dedicado al cultivo del almendro, mientras que los olivares en regad韔 han ocupado parte del surco alpujarre駉.

Por otro lado, la despoblaci髇 producida a partir de los a駉s 60, dej� en abandono muchas de estas parcelas aterrazadas, sobre todo en la franja comprendida entre los 1.200-1.400 metros de altitud y cerca de las aldeas. De esta forma se extensifica el cultivo herb醕eo en regad韔, mientras en el valle del Guadalfeo se mantiene el olivar. Los almendros llegan hasta los 1.400 metros en la Sierra Nevada almeriense, compartiendo territorio con los vi馿dos, de d閎iles rendimientos, en la Sierra de la Contraviesa. Tambi閚 los parrales se dan cita en los m醨genes del Andarax en formas abancaladas.

En la actualidad, los aprovechamientos agr韈olas en las comarcas granadinas son escasos, sustituy閚dose los cultivos que tradicionalmente se han cultivado en la zona por cultivos de explotaci髇 intensiva o reforestaciones, lo que est� provocando modificaciones significativas en el paisaje de la zona.

Por el contrario, en los municipios almerienses, sobre todo en los situados en la vertiente meridional de Sierra Nevada, la agricultura constituye una actividad en alza, con multitud de cultivos hort韈olas, vi馿dos (L醬jar de Andarax), olivo, almendro, frutales aut骳tonos (cerezo, frambueso), etc. Tambi閚 existen 醨eas de cultivos intensivos en los municipios de menor altitud de la Alpujarra almeriense que, por las condiciones clim醫icas y la posici髇 estrat間ica que ocupan, tienen grandes potencialidades y rentabilidad en los mercados. En la Sierra Nevada almeriense son escasas las reforestaciones, debido a la aridez existente, que condiciona la fertilidad de los suelos.

Desde el punto de vista gastron髆ico es muy extensa la gama de cultivos con alto valor culinario. Plantas hort韈olas como la patata 玞opo de nieve�, la habichuela y la lenteja morunas, el can髇igo berro, el hinojo, la casta馻, la colleja, la s閙ola de trigo.

Asimismo, la abundancia de cultivos frutales permite obtener productos de reposter韆 y confitados de alta calidad, como las cerezas de Gjar Sierra o Monachil, las naranjas de la Cuenca del r韔 Andarax y el Valle del Lecr韓, las manzanas de Trev閘ez, la frambuesa de P髍tugos, el endrino, la fresa de verano, etc. Derivado de los cultivos de almendro y de higo se fabrican productos de reposter韆, mientras que es muy apreciado el aceite de los olivares de las zonas bajas, que constituye un ingrediente fundamental en la rica gastronom韆 de Sierra Nevada.

Los vi馿dos destacan por la fabricaci髇 de dos tipos de vinos. De un lado, est� el 玞osta�, un vino que se produce en las altas latitudes (Laroles, Sierra de la Contraviesa) y que posee una alta graduaci髇 por las condiciones clim醫icas en que se elabora. De otro lado, hay que citar un vino de m醩 reciente desarrollo, de gran calidad, que se produce en L醬jar de Andarax, en la Alpujarra almeriense.

Finalmente, es necesario mencionar la agricultura ecol骻ica, la cual est� teniendo una creciente promoci髇 institucional, intentando recuperar con ella las formas tradicionales de agricultura en la Sierra, apoyando la introducci髇 de nuevos cultivos y variedades agr韈olas con mayores ventajas competitivas basadas en la incorporaci髇 de marcas de garant韆 de origen y calidad natural de los productos.

Entre las explotaciones agr韈olas activas predominan las de menor tama駉, lo que refleja una importante caracter韘tica de la estructura de las tierras agr韈olas en Sierra Nevada: el minifundismo. El 80% de las explotaciones tienen menos de 5 hect醨eas, cifra que se incrementa hasta el 90% si se consideran las fincas con menos de 10 hect醨eas. La comarca que posee mayor grado de minifundismo es la Alpujarra Granadina, siendo la de Guadix-Marquesado la que menos presenta el fen髆eno minifundista.

El r間imen jur韉ico predominante es la propiedad de la tierra, modalidad que abarca el 80% del total. A distancia le siguen el r間imen de arrendamiento, y otros tipos de tenencia de la tierra (sistema comunal, cesi髇 de tierras, etc.). La aparcer韆 es s髄o testimonial.

b) El uso forestal.

Los recursos forestales de Sierra Nevada presentan una clara dicotom韆 en funci髇 de su distribuci髇 espacial. As�, la zona central y occidental del macizo monta駉so cuenta con una superficie forestal arbolada muy importante y que ostenta, en gran parte, titularidad p鷅lica. Su funci髇 productora es m韓ima, presentando un escaso aprovechamiento econ髆ico (a excepci髇 de algunas producciones obtenidas en las labores de conservaci髇). Sin embargo, es fundamental la labor protectora y social que desempe馻n estos montes. Como elemento de diagn髎tico, cabe destacar la gran vulnerabilidad de estas masas forestales frente a los posibles incendios, a pesar de los importantes esfuerzos de mantenimiento y conservaci髇 realizados durante las 鷏timas d閏adas. Es necesario seguir invirtiendo en esta l韓ea ya que la combustibilidad del monte est� en funci髇 de la cantidad de biomasa existente en el mismo y de su distribuci髇 y grado de humedad, lo que a su vez depende del manejo que se haga del monte. Es prioritario orientar los criterios generales de gesti髇 de los montes del espacio hacia la conservaci髇, mejora y el mantenimiento de las masas forestales, integrando el uso forestal junto al social y recreativo, prevaleciendo la protecci髇, conservaci髇 y mejora del ecosistema y del paisaje, cuestiones que deben quedar reflejadas en los planes de ordenaci髇.

El sector oriental del macizo, en sus cotas m醩 bajas, exhibe unos recursos forestales diferentes, desarbolados o rasos, y de escasa rentabilidad econ髆ica, pero no por ello carentes de valor ambiental. En Andaluc韆, y m醩 espec韋icamente en el contexto biogeogr醘ico almeriense en el que se enmarca este sector del macizo, el medio forestal desempe馻 una funci髇 esencial e insustituible para la protecci髇 del suelo y la regulaci髇 del ciclo hidrol骻ico, adem醩 de dar cabida a especies de fauna y flora de especial inter閟. La conservaci髇 de estas zonas puede pasar por la reforestaci髇 de las 醨eas m醩 degradadas o especialmente expuestas a la erosi髇, favoreciendo su recuperaci髇 hacia estadios m醩 evolucionados y, en cualquier caso, por la regeneraci髇 de la cubierta vegetal.

Plano 7. Usos del suelo.

Plano 8. Montes p鷅licos.

c) La ganader韆.

La ganader韆 extensiva tradicional es una actividad en declive en Sierra Nevada, asisti閚dose en los 鷏timos a駉s a una recesi髇 contin鷄 del n鷐ero de cabezas pastantes, especialmente de la ganader韆 bovina tradicional. En municipios en los que esta caba馻 era muy importante como Bay醨cal, B閞chules, Gjar Sierra, Trev閘ez o J閞ez del Marquesado la disminuci髇 ha sido notablemente importante.

Tradicionalmente, tambi閚 ha tenido una gran importancia la ganader韆 ovina, con una presencia elevada en los municipios de la comarca del Marquesado del Zenete. Muy generalizada es, igualmente, la presencia del ganado caprino, con una concentraci髇 particular en Gjar Sierra. Finalmente, por lo que se refiere al ganado porcino, D鷕cal, Ferreira, G骿ar y Gjar Sierra presentan las mayores concentraciones en valores absolutos.

No existen estudios de detalle que permitan diagnosticar la presencia de sobrecarga ganadera, con car醕ter general en el territorio, si bien es cierto que se detectan zonas puntuales muy degradadas por la presencia masiva de ganader韆, como es la Dehesa de D韑ar y el Calvario en Gjar Sierra.

Las distintas administraciones que intervienen coinciden en afirmar que se trata de una actividad en franca regresi髇. En cualquier caso, la desaparici髇 total de la ganader韆 extensiva en Sierra Nevada supondr韆 un problema importante para la supervivencia de una parte de la flora amenazada del macizo.

d) La caza y pesca.

La actividad cineg閠ica se ha venido ejerciendo tradicionalmente en Sierra Nevada, fundamentalmente la caza menor de perdiz, conejo y zorzal. Se practica tambi閚 la caza mayor de jabal� y cabra mont閟. Esta actividad constituye una fuente de ingresos complementaria importante para algunos municipios.

Con car醕ter general, no se detectan problemas relacionados con la pr醕tica de esta actividad, si bien es destacable, de forma particular, la existencia de furtivismo.

En el territorio del Parque Nacional, la prohibici髇 del ejercicio de esta pr醕tica, salvo para las capturas que exige el control de las poblaciones de determinadas especies (cabra mont閟 y jabal�), en un 醨ea con m鷏tiples cotos y una fuerte tradici髇, ha sido muy contestada por la poblaci髇 de los municipios del entorno.

En Sierra de Nevada la afici髇 por la pesca deportiva es destacable, existiendo zonas de aguas libres y cotos de pesca con presencia de trucha.

e) La miner韆.

Los recursos minerales del macizo de Sierra Nevada, sin duda una de las zonas con un cat醠ogo de especies minerales m醩 ricos y variados de Espa馻, han sido explotados probablemente desde la Prehistoria, existiendo dos grandes tipolog韆s de yacimientos en Sierra Nevada, filones de sulfuros met醠icos, principalmente con plata, cobre, plomo e hierro, y mineralizaciones estratiformes de hierro, en este caso asociadas a la orla del Complejo Alpuj醨ride. Todas las explotaciones entraron en declive a partir de la d閏ada de los 60, no encontr醤dose, actualmente, ninguna activa. La 鷏tima que mantuvo su actividad fue La Gabiarra, en el 醡bito del Parque Nacional.

Se mantienen, sin embargo, diversas actividades extractivas activas que centran su explotaci髇 en el beneficio de las dolom韆s alpuj醨rides, como 醨idos para la construcci髇 y con destino a plantas de hormigonado, en la orla de dolom韆s alpuj醨rides, en el sector de El Purche, Padul y D鷕cal. Tambi閚 se benefician los conglomerados del cono de deyecci髇 de La Zubia, e incluso eclogitas en el afloramiento de Lugros-Cogollos de Guadix y pizarras en Laroles. Existen tambi閚 explotaciones que benefician los dep髎itos de turba del Padul.

Estas 鷏timas explotaciones producen uno de los impactos m醩 relevantes detectados en el 醡bito de Sierra Nevada. La afecci髇 medioambiental que provocan es, en general, alta, desde el punto de vista paisaj韘tico, adem醩 de generar claras molestias, fundamentalmente emisiones a la atm髎fera, en aquellas zonas que se sit鷄n muy pr髕imas a n鷆leos de poblaci髇, especialmente las del sector del Padul, D鷕cal y La Zubia.

La situaci髇 de cada una de las explotaciones, agrupada territorialmente por 醨eas con problem醫icas similares, es la siguiente:

• - Sector del Purche: Se trata de cuatro canteras que explotan dolom韆s como 醨idos para la construcci髇 con destino a plantas de hormig髇 de Granada. Todas ellas pertenecen a la secci髇 A. Una, San Nicol醩 (Gjar Sierra), la m醩 alejada del l韒ite exterior del Parque Natural, se encuentra cancelada y en fase de restauraci髇. Las otras tres se encuentran activas, Las Lomas, San Roque y El Purche (Pinos Genil), y se encuentran en fase de agotamiento de recursos en la zona de explotaci髇 actualmente concedida, sobre terrenos propiedad de las propias empresas explotadoras. Aunque exteriores al espacio protegido, contactan con su l韒ite y sus promotores reclaman la necesidad de ser ampliadas hacia el interior del mismo.
• - Sector de La Zubia: Se trata de dos canteras de la secci髇 A, ubicadas en un monte propiedad del Ayuntamiento de La Zubia, cuyas superficies autorizadas de explotaci髇 se encuentran mayoritariamente dentro del espacio protegido. Una de ellas, San Antonio, se encuentra cancelada y en fase de restauraci髇. La otra, 羠idos Povedano, se encuentra activa y dispone de su propia planta de hormig髇 en la cantera. Al igual que en el caso anterior reclama la necesidad de explotar en el interior del espacio protegido. Benefician conglomerados sueltos pertenecientes al cono de deyecci髇 de La Zubia.
• - Sector del Padul: Quiz醩 uno de los sectores m醩 problem醫icos, ya que la continuidad o no de las explotaciones polariza la opini髇 social del municipio. Se trata de siete canteras, de las que cinco explotan directamente en el interior del espacio protegido y dos en el exterior, colindante a su l韒ite. Cuatro de ellas adem醩, quedan inmediatamente pr髕imas al casco urbano del Padul.

De las que afectan directamente al espacio protegido, dos de ellas, Mill髇 48 y Tajo Voladero, ambas secciones A sobre terrenos titularidad del Ayuntamiento, han sido canceladas recientemente por orden judicial.

Fuente La Zorra y Cerro Penitente, ambas tambi閚 secciones A en terrenos del Ayuntamiento, permanecen activas y operan dentro del espacio protegido.

Por 鷏timo, existe una Concesi髇 Directa de la Secci髇 C denominada San Sebasti醤, con una superficie otorgada de 8 cuadr韈ulas mineras y autorizaci髇 de explotaci髇 sobre 37,5 hect醨eas, de las que 19 son de su propiedad y el resto expropiadas al Ayuntamiento. La mayor parte de la Concesi髇 y del 醨ea autorizada de explotaci髇 est� en el interior del espacio protegido.

• - Sector turberas del Padul: El 醨ea de la turbera del Padul est� ocupada por cuatro Concesiones de Explotaci髇 de la secci髇 D que pertenecen a dos compa耥as explotadoras, propietarias, a su vez, de los terrenos. Las explotaciones se encuentran activas, con capacidad de producci髇 de 10.000 y 3.000 metros c鷅icos respectivamente, en dos frentes concretos.
• - Sector D鷕cal: En el sector de D鷕cal se ubican dos explotaciones activas correspondientes a una Secci髇 C y a una Secci髇 A. Las dos zonas autorizadas de explotaci髇 se ubican en el interior del espacio protegido.
• - Otras explotaciones: En el 醡bito del espacio protegido se han reconocido tres explotaciones m醩 que explotan sustancias diferentes. En Cogollos de Guadix, la Cantera de Cerro Sillado beneficia ecoglitas. Trabaja con una Concesi髇 de Explotaci髇 Secci髇 C. Se encuentra activa y opera en el interior del espacio protegido sobre terrenos de titularidad privada y p鷅licos. En Laroles (Granada) y Ohanes (Almer韆) existen dos peque馻s explotaciones de pizarras de la secci髇 A.

La limitaci髇 establecida en la normativa reguladora del PORN vigente para la apertura de nuevas explotaciones, junto con la existencia de un n鷐ero considerable de ellas, situadas en los l韒ites externos del espacio protegido o colindantes y cuyas posibilidades de mantenimiento futuro pasan, casi siempre, por la necesidad de ampliar las zonas autorizadas de explotaci髇 hacia el interior del mismo, genera, en ocasiones, ciertas dificultades.

En el contexto territorial descrito, en el espacio protegido se producen dos situaciones legales:

• 1. Las explotaciones de la Secci髇 A -autorizaciones administrativas, que se refieren a aquellas sustancias que tienen un 醨ea de consumo 玦nferior a 60 kil髆etros� de la explotaci髇 y un valor unitario 玶elativamente bajo�- se encuentran al l韒ite de agotamiento de recursos en la situaci髇 actual. El mantenimiento de la actividad pasa inevitablemente por la solicitud de autorizaci髇 de explotaci髇 en sectores pr髕imos al actual, pero hacia el interior del espacio protegido. En esta situaci髇 se encuentran las del sector del Purche, La Zubia y el Padul.
• 2. Las explotaciones que operan con Concesi髇 para la Secci髇 C -recursos que no son ni aguas, en sentido amplio, ni energ閠icos- se encuentran en una situaci髇 parecida por lo que se refiere a la zona actual de explotaci髇. La apertura de nuevos frentes dentro de la concesi髇 se interpreta en la actualidad, a efectos normativos, como una nueva explotaci髇, por lo que se requiere un nuevo tr醡ite de Evaluaci髇 de Impacto Ambiental.

Sobre la base de la informaci髇 recabada en el marco del presente Plan, parece un criterio general de ordenaci髇 mantener la restricci髇 a la apertura de nuevas explotaciones, vigente en el PORN precedente, e incluso de nuevos frentes de las ya existentes, con independencia de la sujeci髇, en cualquier caso, a la aplicaci髇 estricta de la Ley 7/2007, de 9 de julio, de Gesti髇 Integrada de la Calidad Ambiental.

f) Los aprovechamientos del agua.

El aprovechamiento de las aguas del macizo de Sierra Nevada con fines hidroel閏tricos se lleva a cabo en los tramos de mayor desnivel de algunos cauces.

La inobservancia del caudal ecol骻ico en algunas centrales hidroel閏tricas tiene importantes repercusiones para el mantenimiento del ecosistema fluvial en el tramo afectado por 閟tas. La Administraci髇 Ambiental ha planteado quejas con relaci髇 a instalaciones ubicadas en distintos cauces del macizo. En este sentido, el cumplimiento de la vigente normativa en materia de aguas aporta herramientas eficientes para imponer el mantenimiento de un caudal adecuado que garantice el funcionamiento ecol骻ico de los r韔s, una vez que se realicen los estudios pertinentes sobre las cuant韆s de dichos caudales y adecuando el r間imen de funcionamiento de aquellas centrales existentes que resulten compatibles. En las centrales que se han puesto en funcionamiento tras la entrada en vigor de la Ley 29/1985, de 2 de agosto, de Aguas, en alg鷑 caso, las normas concesionales especifican la cuant韆 de un caudal que ha de discurrir por el r韔 en el punto de captaci髇. No se especifica la cuant韆 en aquellas que se han puesto en funcionamiento por transferencia de derechos de antiguas centrales abandonadas d閏adas antes, ni en aquellas que se mantienen en funcionamiento desde antes de la entrada en vigor de la citada Ley. Es necesario determinar mediante los estudios oportunos el r間imen de caudales ecol骻icos de cada tramo de r韔 afectado y adecuar el funcionamiento de estas industrias para que sea respetado.

En relaci髇 con el aprovechamiento tradicional de las aguas de Sierra Nevada, que tiene lugar a trav閟 de una importante red de acequias que abastecen a las zonas de regad韔 m醩 bajas de la sierra en ambas vertientes, el PORN precedente no permit韆 realizar obras de revestimiento e impermeabilizaci髇 en las mismas, en raz髇 de la funci髇 ecol骻ica que desempe馻n. Por esta raz髇, las personas usuarias del territorio no pueden acometer obras de mejora, en muchos casos justificadas, debido a la antig黣dad de estas instalaciones.

La nueva ordenaci髇 deber� contemplar una regulaci髇 discriminada entre acequias de careo (tomaderos de agua) y acequias de riego o transporte, con el fin de facultar, en estas 鷏timas, intervenciones para su mantenimiento y mejora de la funcionalidad. Esta ordenaci髇 va a requerir, obviamente, un inventario previo de estas instalaciones, con el fin de posibilitar su caracterizaci髇, y proceder a aplicar distintas regulaciones en funci髇 de su naturaleza.

2.5.8. El patrimonio cultural.

A lo largo de la historia, la ocupaci髇 de Sierra Nevada por el hombre ha dejado un importante legado que se traduce en el patrimonio cultural que alberga el macizo, fundamentalmente dentro de los l韒ites del espacio protegido.

El n鷐ero de elementos inventariado ha sido elevado, entre elementos y 醨eas de inter閟 arqueol骻ico, etnol骻ico e hist髍ico-art韘tico, de los cuales en torno a un 20% est� protegido. De estos elementos culturales, el mayor porcentaje se halla ubicado en la vertiente sur almeriense, concretamente en la localidad de Alboloduy, seguido de la comarca del Nacimiento. Corresponden, en su mayor韆, a elementos de tipolog韆 defensiva, castillos y fortalezas y asentamientos de diversa cronolog韆, que abarcan desde la Edad del Cobre hasta la 蓀oca Romana. Destacan en la primera localidad el Pe耋n de la Reina, asentamiento prehist髍ico con restos del Neol韙ico Final y Tercera Fase del Cobre, de alto valor cultural a nivel cient韋ico y did醕tico, y El Hiz醤, asentamiento con una ocupaci髇 desde la 閜oca visigoda hasta la Alta Edad Media, ambos declarados Bien de Inter閟 Cultural.

En la comarca del Marquesado y la vertiente sur granadina, se encuentra el menor n鷐ero de elementos culturales, debido a la falta de Inventarios exhaustivos de car醕ter etnol骻ico. En su mayor韆 se trata de elementos de tipolog韆 defensiva, castillos y fortalezas medievales, tales como las construcciones de Aldeire, Cogollos de Guadix, Ferreira, J閞ez del Marquesado, Lanteira, Lecr韓, Nig黣las y La Taha. Y el resto son los asentamientos prehist髍icos en cuevas de La Zubia, los asentamientos de Monachil y las construcciones funerarias en cistas de la Edad del Bronce del Pe耋n de Al-Rut醤 en J閞ez del Marquesado.

Por otra parte, la tradicional actividad agr韈ola y ganadera de los municipios ha dejado un rico y variado legado etnol骻ico, evidencia de los conocimientos hidr醬licos que los 醨abes pose韆n, tales como molinos, qanats, minas, albercas, aljibes y una red acequias, que en su mayor parte a鷑 contin鷄n funcionando. Se conserva, igualmente, una arquitectura popular, asociada a las labores agr韈olas de la zona, y que constituye una de las singularidades que caracteriza el paisaje agrario de estas tierras.

La diversidad de tipolog韆s constructivas representa otro recurso cultural de los municipios que integran el territorio del macizo. As�, en los pueblos de ladera de la Alpujarra granadina y almeriense y en los valles del r韔 Nacimiento predominan las edificaciones de una y dos plantas, con cubiertas planas impermeabilizadas de launa en las que se sit鷄n las caracter韘ticas chimeneas troncoc髇icas. Los aleros son de pizarra, sujetos con piedra, los muros son hiladas de piedra unidas con argamasa de launa y agua, los muros exteriores est醤 encalados y los interiores enyesados y encalados. En los pueblos del Marquesado del Zenete, la arquitectura popular es de casas blancas de una o dos plantas, pero con las particularidades del tejado a dos aguas con teja 醨abe y los balconcillos mud閖ares junto a las peque馻s ventanas o balcones con rejer韆.

El entorno de Sierra Nevada cuenta con tres Conjuntos Hist髍icos, calificados con la categor韆 de Bien de Inter閟 Cultural y que se sit鷄n en el barranco del Poqueira: Pampaneira, Bubi髇 y Capileira. Estos n鷆leos son los paradigmas de la arquitectura tradicional de la Alpujarra. Asimismo, recientemente se ha declarado Bien de Inter閟 Cultural, con la categor韆 de Sitio Hist髍ico, la Alpujarra Medio Granadina y la Tah�, con el objeto de proteger la variada tipolog韆 de elementos patrimoniales que se alberga, con relevantes valores hist髍icos, etnol骻icos, arquitect髇icos, industriales y naturales.

Hay que destacar, tambi閚, la importancia de algunos yacimientos arqueol骻icos y elementos de inter閟 etnol骻ico e hist髍ico-art韘tico, ubicados en el 醨ea de influencia del espacio protegido. Tal es el caso del El Cerro de la Encina de Monachil, las termas romanas de Lecr韓, as� como el rico patrimonio hist髍ico-art韘tico religioso de estas comarcas.

Por 鷏timo, citar en las altas cumbres, dentro del territorio del Parque Nacional, la presencia de dos Yacimientos Arqueol骻icos con cronolog韆 adscrita a la Prehistoria Reciente: La Piedra del Tajo Mat韆s y la Piedra del Tajo de las Cruces, ambos en el t閞mino municipal de Bay醨cal.

Sin embargo, este rico patrimonio cultural que atesoran los pueblos del macizo ostenta un nivel de protecci髇 relativamente escaso. As�:

• - S髄o en torno a un 20% de los elementos y zonas identificadas est醤 protegidos. De ellos, la mayor parte se corresponden con ejemplos de arquitectura militar, declarados Bien de Inter閟 Cultural en aplicaci髇 de lo establecido en la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Hist髍ico Espa駉l, gozando de una protecci髇 extensiva y gen閞ica, lo que conlleva que estos inmuebles carezcan de su correspondiente documentaci髇 t閏nica, as� como de un entorno de protecci髇 delimitado, aunque gozan de las medidas protectoras que la Ley establece.
• - Los restantes elementos protegidos corresponden a yacimientos de diferentes tipolog韆s.
• - El mayor porcentaje de elementos identificados son elementos que est醤 inventariados, pero que no gozan de protecci髇 a nivel normativo o legislativo.

Por lo que respecta a su estado de conservaci髇, hay que se馻lar que el patrimonio cultural est� sufriendo en la actualidad un acelerado deterioro, debido a la escasa valoraci髇 asignada, tradicionalmente, a los elementos culturales. En el caso del patrimonio etnol骻ico, los procesos de este deterioro han sido el abandono de las formas de vida tradicionales y por consiguiente la p閞dida de sus funciones primitivas.

Parece evidente la necesidad de valorar la importancia de este legado como recurso, dada su diversidad en cuanto a tipolog韆s y cronolog韆s. Los elementos culturales citados tienen un alto valor hist髍ico, arqueol骻ico, paisaj韘tico y especialmente etnol骻ico en todo su conjunto, como forjadores del paisaje cultural que identifica el territorio de Sierra Nevada.

En estas circunstancias, en la definici髇 de criterios para la ordenaci髇 y protecci髇 de los recursos culturales de Sierra Nevada, se deber� considerar el patrimonio inventariado en el macizo, con el fin de dotar a los elementos del mismo r間imen de protecci髇 que los bienes culturales catalogados, con car醕ter cautelar y de modo transitorio hasta que la Consejer韆 competente en materia de cultura establezca el r間imen legal de protecci髇 que les pudiera corresponder a cada uno de ellos.

Por otra parte, un instrumento importante de protecci髇 del patrimonio cultural a nivel local pueden ser los Cat醠ogos de los planeamientos urban韘ticos, existiendo la posibilidad de incluir en ellos no s髄o los bienes inmuebles, sino tambi閚 aquellas actividades, costumbres, etc., que sean representativas de la cultura local y cuya preservaci髇 sea fundamental para la protecci髇 de determinados 玪ugares� y espacios arquitect髇icos.

2.5.9. El uso p鷅lico y la funci髇 recreativa.

Si bien la monta馻 soporta a veces una afluencia masiva de visitantes, en el macizo de Sierra Nevada no se detectan, en general, graves problemas de sobrecarga tur韘tica, a excepci髇 de algunos puntos localizados como son las 羠eas Recreativas de los Llanos, La Zubia y R韔 D韑ar y as� como en la Hoya de la Mora. Tambi閚 reciben una gran afluencia durante la temporada invernal, la Estaci髇 de Esqu� de Sierra Nevada y su entorno y la Estaci髇 Recreativa del Puerto de la Ragua.

La demanda m醩 importante de usos tur韘ticos se produce durante la estaci髇 invernal cuando la nieve amortigua el impacto sobre los recursos m醩 vulnerables. En verano, el macizo no ofrece el mismo atractivo y la poblaci髇 se desplaza con preferencia al litoral. No obstante, la declaraci髇 del Parque Nacional ha difundido a nivel nacional los valores naturales del macizo, por lo que el territorio est� soportando en la estaci髇 estival una carga sensiblemente m醩 elevada en relaci髇 a 閜ocas anteriores. Puntualmente, las motos y veh韈ulos todoterreno, pueden generar afecciones importantes. Tambi閚, el vertido de residuos, asociado principalmente a n鷆leos urbanos, tiene efectos contaminantes sobre cursos de agua o r韔s pr髕imos, casi todos ellos trucheros.

La Estaci髇 de Esqu� de Sierra Nevada, incluida en el sector occidental del Parque Natural, merece, obviamente, un tratamiento particular en el cap韙ulo del uso p鷅lico. La utilizaci髇 intensiva de este espacio se encuentra plenamente consolidada. Con una longitud de pistas, hoy en d韆, de 104 kil髆etros, parte de los cuales pueden ser innivados con nieve producida, presta servicio a 7.000 esquiadores diarios de media, con picos de fin de semana que alcanzan los 15.000 visitantes. Est� situada entre las estaciones de esqu� m醩 competitivas a nivel nacional. En consecuencia, la ordenaci髇 del uso p鷅lico en esta 醨ea deber� integrar la prevenci髇 y resoluci髇 de d閒icits ambientales que se puedan presentar a medio largo plazo, al tratarse de una actividad en continuo desarrollo. Entre los aspectos cuya regulaci髇 debe ser prevista se encuentra el seguimiento ambiental de las aguas de los r韔s Monachil, D韑ar y S. Juan, y el control de los caudales de los mismos. Ante la carencia de datos al respecto, se prever� acometer durante la vigencia del PRUG, los estudios referentes a los efectos ambientales de la actividad de innivaci髇 artificial y manejo de la nieve en el 醡bito de la estaci髇 de esqu�.

El Plan Estrat間ico 2007-2017 presentado por CETURSA, la empresa p鷅lica que gestiona la estaci髇 de esqu�, para su evaluaci髇 ambiental, tiene como objetivos consolidar y equilibrar el dominio esquiable en t閞minos de capacidad de carga y la mejora del modelo territorial de la estaci髇. Con este Plan se pretende dar respuesta a sus d閒icits estructurales (sobresaturaci髇 y malos usos del dominio esquiable, deficiente acceso y circulaci髇 entre los distintos sectores, utilizaci髇 incompleta del dominio esquiable, alta siniestralidad y escasa diversificaci髇 y carencia de servicios en relaci髇 con los diferentes sectores de la demanda) a la vez que se corrigen y se minimizan los impactos ambientales.

De igual modo, la Estaci髇 Recreativa del Puerto de la Ragua, impulsada por el Consorcio del Puerto de la Ragua, ha experimentado, desde el a駉 1994, un importante impulso orientado hacia un uso recreativo y deportivo ordenado en este sector del macizo de Sierra Nevada, ubicado dentro del Parque Nacional. La estaci髇 cuenta con un refugio-albergue, un Punto de informaci髇 del Parque, senderos se馻lizados, pistas de esqu� de fondo y circuitos de preparaci髇 f韘ica y de orientaci髇.

La actual oferta de equipamientos de uso p鷅lico destinados a la informaci髇 y acogida de visitantes en Sierra Nevada satisface adecuadamente, salvo excepciones puntuales, las demandas generadas por los visitantes. As�, se ha desarrollado en estos a駉s una importante infraestructura de informaci髇 y acogida al visitante que se refleja en los 2 Centros de Visitantes y 2 Puntos de Informaci髇.

No obstante, queda pendiente la ampliaci髇 de los equipamientos de acogida y la revisi髇 de alguna de las actuaciones que fueron programadas en el anterior PORN. La vertiente norte de la Sierra, incluida la zona del Marquesado, presenta un d閒icit importante de equipamientos, al no existir ninguna instalaci髇 de acogida entre Do馻 Mar韆 y Cogollos de Guadix. Tambi閚 resulta deficitaria la oferta de Puntos de Informaci髇 en relaci髇 con las previsiones realizadas.

Como equipamientos did醕ticos funcionan 2 Aulas de la Naturaleza, 2 Jardines Bot醤icos, encontr醤dose en construcci髇 1 Aula de la Naturaleza (Humedales de Padul).

En la vertiente recreativa, la oferta de equipamientos de la Consejer韆 de Medio Ambiente ha ido creciendo de forma satisfactoria, contabiliz醤dose en la actualidad, en terrenos de ambos Parques y su zona de influencia 18 醨eas recreativas, 28 senderos se馻lizados (incluido el sendero de gran recorrido Sulayr), 7 miradores, 23 refugios, 1 zona de acampada controlada, 1 observatorio de uso p鷅lico. En la vertiente puramente tur韘tica se cuenta con 2 casas rurales, 1 albergue, 1 hotel de monta馻 y 1 campamento de turismo.

Los refugios de monta馻 constituyen un cap韙ulo muy particular en Sierra Nevada, siendo considerados como infraestructuras deportivas de servicio p鷅lico.

DISTRIBUCI覰 COMARCAL DE EQUIPAMIENTOS DE USO P贐LICO Y TUR蚐TICOS

• 羠ea de Poniente:

  • 1. Centro de visitantes el Dornajo.
  • 2. Aulas de Naturaleza:
    • - Ermita Vieja.
    • - Humedales de Padul.
  • 3. Observatorio de Uso P鷅lico Humedales de Padul.
  • 4. Jard韓 Bot醤ico:
    • - La Cortijuela.
    • - Hoya de Pedraza.
  • 5. Refugios:
    • - Refugio-vivac Loma del Calvario.
    • - Refugio de Pe馻 Partida.
    • - Refugio el Vadillo.
  • 6. Camping-Cortijo Balderas.
  • 7. Senderos se馻lizados:
    • - Dornajo-Refugio de San Francisco.
    • - Camino de los Neveros.
    • - Cerro de Huenes.
    • - Canal de la Espartera-Arenales de Trevenque.
    • - Sendero de las Ermitas.
    • - Sendero de la Silleta.
    • - SULAYR sector Poniente.
  • 8. Miradores:
    • - Mirador de Ah� de Cara.
    • - Mirador de los Alayos.
  • 9. 羠eas recreativas:
    • - Los Llanos.
    • - La Zubia.
    • - R韔 D韑ar.

• 羠ea de la Alpujarra Occidental:

  • 1. Punto de informaci髇 de Pampaneira.
  • 2. Refugios:
    • - Refugio Poqueira (refugio de monta馻 guardado).
    • - Refugio-Vivac La Carihuela.
    • - Refugio-Vivac La Caldera.
    • - Refugio Elorrieta.
    • - Refugio Ventura.
    • - Refugio del Caballo.
    • - Refugio de La Loma de C狁ar.
    • - Refugio Prado del Cebollar.
    • - Refugio de La Loma del Puntal.
    • - Refugio de Loma Pelada.
    • - Refugio El Horcajo.
  • 3. Senderos:
    • - Lanjar髇-Tello-Ventura.
    • - Puente Palo.
    • - Pueblos del Poqueira.
    • - Acequias del Poqueira.
    • - La Cebadilla.
    • - El Toril.
    • - Hoya del Portillo-Refugio Poqueira.
    • - Hoya de Portillo-Bubi髇.
    • - R韔 Bermejo.
    • - Trev閘ez-Siete Lagunas.
    • - R韔 Grande de B閞chules.
    • - SULAYR sector Alpujarra Occidental.
  • 4. Mirador de Puerto Molina.
  • 5. 羠eas recreativas:
    • - Puente Palo.
    • - De Capileira.
    • - Hoya del Portillo.
    • - De P髍tugos.
    • - Las Chorreras.

• Sector Alpujarra Oriental:

  • 1. Centro de visitantes de Laujar de Andarax.
  • 2. Punto de informaci髇 de la Ragua.
  • 3. Refugios:
    • - Refugio-Vivac Pe耋n de la Polarda.
    • - Refugio Fuente del Espino.
    • - Refugio El Cerecillo.
    • - Refugio de Monterrey.
  • 4. Casa Rural de Monterrey.
  • 5. Hotel de Monta馻 de Nevada.
  • 6. Miradores:
    • - De Mosquera.
    • - De Laujar.
  • 7. Senderos se馻lizados:
    • - Paterna del R韔-Bay醨cal.
    • - Monterrey.
    • - Del Aguadero.
    • - SULAYR sector Alpujarra Oriental.
  • 8. 羠eas recreativas:
    • - R韔 Laroles.
    • - Agua Agria.
    • - El Nacimiento.
    • - De Monterrey.
    • - De Collado del Espino.

• Sector Norte:

  • 1. Aula de la Naturaleza de Paredes.
  • 2. Refugios:
    • - Refugio Postero Alto (Refugio de monta馻 guardado).
    • - Refugio-Vivac El Doctor.
    • - Refugio-Vivac Piedra Negra.
    • - Refugio Aldeire.
  • 3. Albergue El Ubeire.
  • 4. Casa Rural Dehesa de la Yedra.
  • 5. Senderos se馻lizados:
    • - El Ubeire.
    • - Molinos de Isfalada.
    • - Ragua-Lagunilla Seca.
    • - Ragua-Aldeire.
    • - J閞ez del Marquesado-Postero alto.
    • - R韔 Alhama.
    • - SULAYR sector Norte.
  • 6. Miradores:
    • - Del Marquesado.
    • - De Lanteira.
  • 7. 羠eas recreativas:
    • - Venta de Serbal.
    • - La Roza.
    • - De D髄ar.
    • - R韔 del Barrio.
    • - La Tizn�.
  • 8. Zona de acampada controlada La Roza.

3. Objetivos.

Siguiendo las directrices marcadas desde la Uni髇 Europea en los distintos programas de acci髇 en materia de medio ambiente, as� como los establecidos en la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, y en la Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el Inventario de espacios naturales protegidos de Andaluc韆 y se establecen medidas adicionales para su protecci髇, los objetivos del Plan de Ordenaci髇 de Recursos Naturales de Sierra Nevada se han establecido en el marco de dos directrices elementales: la conservaci髇 de los recursos naturales de forma compatible con el desarrollo de los diversos usos y actividades que tienen lugar en el espacio y la contribuci髇 al establecimiento de la Red Ecol骻ica Europea Natura 2000:

• 1. Preservar la diversidad gen閠ica del patrimonio natural del espacio, garantizando la conservaci髇 de las especies de la flora y la fauna silvestres, en especial las aut骳tonas, entendi閚dose como tales aquellas especies, subespecies o variedades que han pertenecido hist髍icamente a la fauna o flora del macizo de Sierra Nevada.
• 2. Garantizar la conservaci髇 de la biodiversidad ecol骻ica y de los h醔itats y especies de flora y fauna catalogados como de inter閟 comunitario.
• 3. Facilitar la generaci髇 de condiciones socioecon髆icas que eviten el desarraigo de las comunidades rurales y favorezcan su progreso, promoviendo un uso econ髆ico y social del territorio compatible con la conservaci髇 de los recursos naturales.
• 4. Garantizar la conservaci髇 y restauraci髇 de la cubierta vegetal como elemento esencial para la protecci髇 de los suelos frente a la erosi髇 y como mecanismo que contribuye a frenar el cambio clim醫ico.
• 5. Garantizar la conservaci髇 de los suelos.
• 6. Conservar la geodiversidad de Sierra Nevada.
• 7. Mantener en buen estado la calidad de los recursos h韉ricos.
• 8. Mantener y mejorar el estado de las poblaciones de flora y fauna con especial atenci髇 a las que est醤 amenazadas.
• 9. Fomentar el mantenimiento de la actividad agroganadera como un elemento conformador del paisaje y el medio ambiente del territorio, propiciando la conservaci髇 de los elementos que inducen la biodiversidad tradicionalmente presentes en el medio rural y evitando la p閞dida o degradaci髇 del suelo cultivable por pr醕ticas agr韈olas agresivas.
• 10. Garantizar el mantenimiento del espacio forestal con el fin de poner freno a los procesos erosivos del suelo, favorecer la regulaci髇 hidrol骻ica y conservar y mejorar las masas forestales existentes. Promover la mejora y adecuaci髇 de las zonas de ocio forestales.
• 11. Garantizar la consideraci髇 del paisaje de Sierra Nevada en todos los aspectos de la ordenaci髇 de usos y actuaciones que se ejercen sobre el territorio, otorg醤dole un papel trascendental, como una componente esencial de su patrimonio natural y cultural.
• 12. Poner en valor el patrimonio natural y cultural de Sierra Nevada desde una 髉tica integrada, como recurso potencial en las pol韙icas de desarrollo sostenible, promoviendo su utilizaci髇 racional como instrumento de desarrollo cultural y econ髆ico siempre que no suponga un menoscabo o deterioro de los valores naturales y culturales.
• 13. Garantizar el papel del espacio como lugar de esparcimiento, con la finalidad de acercar a la poblaci髇 al conocimiento y disfrute de sus valores naturales y culturales, de una forma ordenada y segura, que garantice la conservaci髇 y difusi髇 de tales valores por medio de la informaci髇, la educaci髇 y la interpretaci髇 ambiental.
• 14. Garantizar un conjunto de programas, servicios y equipamientos de apoyo a las actividades y pr醕ticas recreativas, sociales, culturales y educativas, acordes con las tendencias del turismo de calidad en el medio rural y turismo activo.
• 15. Fomentar el desarrollo de la investigaci髇 sobre los valores del espacio, problem醫ica y posibles soluciones.
• 16. Ordenar la instalaci髇 de las diversas infraestructuras y edificaciones y garantizar la adaptaci髇 de los planeamientos urban韘ticos a la planificaci髇 ambiental de Sierra Nevada.

4. Propuesta de ordenaci髇 y zonificaci髇.

Establecidos los objetivos de ordenaci髇 para el macizo nevadense, se concretan a continuaci髇 las estrategias b醩icas propuestas para alcanzarlos. Estas estrategias, dado el car醕ter horizontal de la pol韙ica ambiental, van dirigidas a la ordenaci髇 de las distintas actuaciones y actividades con incidencia sobre los recursos naturales. Por otro lado, no hay que olvidar el papel del Plan de Ordenaci髇 de los Recursos Naturales como instrumento efectivo para la concreci髇 de la pol韙ica ambiental andaluza, estructurada a trav閟 del Plan de Medio Ambiente de Andaluc韆.

En esta l韓ea, el Plan de Ordenaci髇 de los Recursos Naturales est� llamado a aglutinar en el macizo de Sierra Nevada las estrategias de la pol韙ica ambiental andaluza, integrando igualmente la planificaci髇 sectorial y asumiendo sus objetivos y estrategias, con la finalidad de establecer un modelo de desarrollo sostenible para el espacio y su 醨ea pr髕ima.

4.1. Criterios y directrices generales.

Se enumeran a continuaci髇 un conjunto de directrices y criterios de aplicaci髇 general en el 醡bito territorial del plan, encaminadas a una mejor consecuci髇 de los objetivos perseguidos por la ordenaci髇 del mismo, as� como a orientar a los distintos organismos p鷅licos intervinientes.

Dichas directrices y criterios se articulan en torno a los siguientes aspectos generales:

• 1. Participaci髇 social.
• 2. Conservaci髇 de los recursos naturales.
• 3. Aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.
• 4. Uso p鷅lico y educaci髇 ambiental.
• 5. Turismo en el medio natural.
• 6. Patrimonio cultural.
• 7. Investigaci髇.
• 8. Creaci髇, mejora y mantenimiento de infraestructuras.
• 9. R間imen del suelo y ordenaci髇 urbana.
• 10. Construcci髇, mejora, mantenimiento y rehabilitaci髇 de edificaciones.

4.1.1. Participaci髇 social.

En esta materia se considera prioritario:

• 1. Reforzar la participaci髇 social en la gesti髇 del espacio natural a trav閟 del Consejo de Participaci髇.
• 2. Mantenimiento de un marco de relaciones fluidas con las poblaciones locales y la Administraci髇 Local para que la soluci髇 a las demandas y necesidades sean acordes a la realidad social.
• 3. Contar con un permanente asesoramiento cient韋ico en los procesos de toma de decisiones.

4.1.2. Conservaci髇 de los recursos naturales.

En materia de conservaci髇 de los recursos naturales, se considera prioritario:

• 1. El desarrollo de mecanismos de colaboraci髇 entre las Administraciones competentes para la ejecuci髇 de los deslindes del dominio p鷅lico hidr醬lico y la determinaci髇 de los caudales ecol骻icos en los planes hidrol骻icos de cuenca.
• 2. Regularizaci髇 y adaptaci髇 de las captaciones y concesiones del dominio p鷅lico hidr醬lico existentes, garantizando caudales ambientales adecuados, calidad de los retornos y vertidos acordes con la naturaleza del cauce receptor y sus ecosistemas asociados, as� como todos aquellos factores que influyen en el mantenimiento del buen estado ecol骻ico de los r韔s. En el Parque Nacional no se renovar醤 las concesiones existentes para la producci髇 de energ韆 el閏trica al t閞mino de su vigencia ni se conceder醤 nuevas concesiones de aguas para usos diferentes al abastecimiento humano.
• 3. El mantenimiento del caudal ecol骻ico de los r韔s, que ser� aplicable, igualmente, a todos los cauces sin excepci髇 y el mantenimiento o consecuci髇 del buen estado ecol骻ico de los mismos, adecu醤dose los medios oportunos para verificar el cumplimiento de estos objetivos.
• 4. El an醠isis detallado de la renovaci髇 de las concesiones de agua para instalaciones hidroel閏tricas, en funci髇 del resultado de estudios de car醕ter ambiental, apoy醤dose en la vocaci髇 pisc韈ola de los cauces, as� como en la informaci髇 aportada por asociaciones de pescadores, colectivos de protecci髇 de la naturaleza, y las distintas administraciones competentes, que deber醤 pronunciarse al respecto, sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 2.

  Los criterios de gesti髇 de los recursos h韉ricos del macizo deber醤 contemplar expresamente la determinaci髇 de la cuant韆 de los caudales ambientales en cada tramo de r韔 as� como su incorporaci髇 al contenido normativo de los planes hidrol骻icos de cuenca. Estos caudales deber醤 determinarse por metodolog韆s que tengan en cuenta las caracter韘ticas clim醫icas e hidrol骻icas de Sierra Nevada, que sean acordes con los reg韒enes de caudales naturales y que garanticen un correcto desarrollo de las comunidades presentes en los r韔s.

  El mantenimiento de este caudal ecol骻ico ser� aplicable a todos los cauces fluviales, procedi閚dose a la inscripci髇 en los correspondientes registros de aguas de aquellas captaciones susceptibles de regularizaci髇 adecuando su cuant韆 a los planes hidrol骻icos y actualizando sus condicionados con los valores de los caudales ecol骻icos establecidos. El respeto de los caudales ecol骻icos circulantes y de los caudales m醲imos concedidos se verificar醤 mediante la instalaci髇 de instrumentos registradores de medidas (caudal韒etros), as� como limitadores y otros dispositivos que se consideren id髇eos para tal fin.

• 5. Establecer un r間imen de funcionamiento de las centrales hidroel閏tricas existentes compatible con el mantenimiento de los caudales ecol骻icos que se determinen mediante los estudios preceptivos, y provisionalmente por los establecidos en los planes hidrol骻icos de cuenca.
• 6. El empleo de t閏nicas de vertido cero, mediante reutilizaci髇 de los efluentes. En el caso contrario, se tender� al vertido indirecto (aplicaci髇 al terreno, infiltraci髇, reutilizaci髇 con fines agr韈olas) cuando los efluentes no presenten riesgo de contaminaci髇 t髕ica de las aguas, o los medios implicados no sean vulnerables.

  Constituye un caso aparte las aguas residuales urbanas cargadas de salmueras procedentes de las salazones que no son aptas para el vertido indirecto y que deben ser objeto de atenci髇 preferente.

• 7. La limitaci髇 de vertidos en los medios acu醫icos singulares, tales como 醨eas salmon韈olas o de transici髇 y otros tramos fluviales de inter閟.

  La coordinaci髇 de las Administraciones para la eliminaci髇 progresiva de los vertidos sin depurar en los medios acu醫icos de los espacios protegidos.

• 8. La resoluci髇 de los d閒icits de saneamiento de aquellos n鷆leos de poblaci髇 que no disponen todav韆 de este equipamiento, o bien su funcionamiento es incorrecto.
• 9. El mantenimiento de la calidad del aire, para lo que habr醤 de efectuarse los oportunos an醠isis sobre impactos negativos y sus causas. Asimismo, se procurar� minimizar la intrusi髇 de luz artificial nocturna.
• 10. La protecci髇 de la geodiversidad, para lo que se crea el Inventario de Recursos Geol骻icos de Sierra Nevada, con car醕ter abierto, que queda integrado inicialmente por los siguientes elementos:
  • a) Los Cahorros de Monachil.
  • b) La falla de Nig黣las.
  • c) La Turbera de Padul.
  • d) El nacimiento del r韔 Andarax.
  • e) Los badlands del Alto Andarax.
  • f) El arrecife de Albodoluy.
  • g) Las cuencas altas de los r韔s Poqueira, Genil, Lanjar髇, Trev閘ez y Alhor�.
  • h) Los micaesquistos grafitosos con granate, albita y cloritoide del Pico el Veleta.
  • i) Las anfibolitas de albita y epidota de Trev閘ez y Pampaneira.
  • j) Los micaesquistos grafitosos del Pico y la Loma del Mulhac閚.
  • k) Los ortogneises del Prado del Cebollar.
  • l) Las ultram醘icas del cerro Almirez, Santillana y Montenegro.
  • m) Las eclogitas y anfibolitas de los afloramientos del Puntal de la Caldera, Camarate, Soport鷍ar y Lugros.
  • n) Las alternancias de m醨moles con ortogneises riol韙icos del Collado de las Sabinas.
  • �) Las tufitas y m醨moles conglomer醫icos de Soport鷍ar.
• 11. La conservaci髇 de la diversidad gen閠ica del patrimonio natural, adopt醤dose los siguientes criterios de ordenaci髇:
  • a) Dar preferencia a las medidas de conservaci髇 y preservaci髇 en el h醔itat natural de cada especie, considerando la posibilidad de establecer medidas complementarias fuera del mismo.
  • b) Evitar la introducci髇 y proliferaci髇 de cualquier especie o subespecie distinta a las aut骳tonas o que puedan producir hibridaci髇 con estas, as� como las instalaciones de cr韆 de animales que puedan suponer por fugas, riesgos de introducci髇 o hibridaci髇.
  • c) Conceder prioridad a las especies y subespecies end閙icas, as� como a aquellas otras cuya 醨ea de distribuci髇 sea muy limitada, y a las migratorias.
• 12. La recuperaci髇 de las especies amenazadas y sus h醔itats, dando preferencia a aquellas incluidas en los cat醠ogos de especies amenazadas y las contempladas en la normativa vigente.
• 13. Priorizar las medidas destinadas a la conservaci髇 integral de los ecosistemas, especialmente para asegurar la conservaci髇 de los h醔itats que est閚 incluidos en la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992.
• 14. La adopci髇 de las medidas destinadas a garantizar el paso de las aves migratorias y la reproducci髇 de las aves incluidas en el Anexo I de la Directiva 2009/147/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de noviembre de 2009.
• 15. El desarrollo de medidas que garanticen la interconexi髇 de los ecosistemas y las poblaciones de especies silvestres.
• 16. Promover las medidas necesarias para lograr los beneficios derivados de la inclusi髇 de este espacio en la Red Ecol骻ica Europea Natura 2000.
• 17. El fomento de la participaci髇 del sector privado y entidades sociales en materia de conservaci髇, a trav閟 del establecimiento de convenios, y acuerdos de colaboraci髇 y apoyo para la presentaci髇 de proyectos y solicitudes de ayudas ante la Uni髇 Europea u otros organismos competentes.
• 18. La conservaci髇 de la identidad paisaj韘tica del territorio, al amparo del art韈ulo 2 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, en el que se establece la conservaci髇 y preservaci髇 de la variedad, singularidad y belleza de los ecosistemas naturales, de la diversidad geol骻ica y el paisaje como uno de los principios inspiradores de dicha Ley.
• 19. El fomento de las medidas de prevenci髇, detecci髇 y extinci髇 de incendios, en virtud de lo dispuesto en la Ley 5/1999, de 29 de junio, de prevenci髇 y lucha contra incendios forestales.
• 20. La participaci髇 de los municipios en el desarrollo de los Programas de la Agenda 21 Local, as� como a la implantaci髇 de Sistemas de Gesti髇 Medioambiental municipal.

4.1.3. Aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.

Las actividades primarias tradicionales, vinculadas al aprovechamiento de los recursos naturales se consideran, con car醕ter general, elementos esenciales para garantizar la conservaci髇 de dichos recursos, siendo en muchos casos, el factor que ha modelado el paisaje y potenciado los valores naturales del espacio. En este sentido, se apuesta por su continuidad, y se considera prioritario:

• 1. En relaci髇 con las actividades forestales.
  • a) El mantenimiento del potencial biol骻ico y capacidad productiva del suelo en los terrenos forestales y agr韈olas con el empleo de t閏nicas que no impliquen degradaci髇 del mismo.
  • b) La ordenaci髇 integral de los montes.
  • c) La adopci髇 de medidas de restauraci髇 y regeneraci髇, en los terrenos forestales y zonas agr韈olas abandonadas que est閚 sometidos a procesos de desertificaci髇 y erosi髇 grave, con el fin de conducirlos a su recuperaci髇 y conservaci髇, potenci醤dose las repoblaciones, obras de correcci髇 hidrol骻ico-forestal, cuidados culturales de masas y obras complementarias precisas.
  • d) La realizaci髇 de labores selv韈olas con el objeto de prevenir los incendios forestales.
  • e) La consolidaci髇 legal de la propiedad en los montes de titularidad p鷅lica, mediante la realizaci髇 de deslindes y amojonamientos.
  • f) La ordenaci髇 y mejora de las producciones forestales en los montes p鷅licos, mediante los adecuados Proyectos de Ordenaci髇 y Planes T閏nicos, conforme establece la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes, as� como mediante planes dasocr醫icos u otros instrumentos de gesti髇 equivalentes.
  • g) El uso de determinados espacios de los montes p鷅licos para el desarrollo de actividades recreativas, educativas y culturales, compatibles con la conservaci髇 de los mismos.
• 2. Actividades ganaderas y agr韈olas.

  La adecuada cooperaci髇 y coordinaci髇 entre las Consejer韆s con competencias en materia de medio ambiente, agricultura y ganader韆 para alcanzar los siguientes objetivos:

  • a) La asignaci髇 correcta de la carga ganadera pastante, la cual atender�, a su vez, como factor primordial limitante, a la conservaci髇 y mantenimiento de los suelos frente a la erosi髇, as� como al equilibrio con la fauna salvaje y las comunidades vegetales.
  • b) El fomento de la ganader韆 ecol骻ica e integrada y el empleo de razas aut骳tonas de ganado, as� como de aquellas caba馻s que representen una menor incidencia para la degradaci髇 de los suelos y regeneraci髇 de la vegetaci髇.
  • c) La integraci髇 de los aspectos medioambientales en la actividad agr韈ola, en particular, la conservaci髇 de suelos, las pr醕ticas agron髆icas respetuosas con el medio biof韘ico y el paisaje, y el empleo eficiente del agua.
  • d) En determinadas 醨eas y en funci髇 de las caracter韘ticas generales del espacio, la reconversi髇 de los cultivos de escasa productividad o que se encuentren abandonados hacia un uso forestal, m醩 acorde con la vocaci髇 natural de los suelos que los soportan.
  • e) La introducci髇 de pr醕ticas de agricultura ecol骻ica e integrada.
  • f) La promoci髇 de la identificaci髇 de los productos agr韈olas locales con el entorno (Denominaciones de Origen, Marcas Geogr醘icas, etc.) y de la imagen de calidad con identidad propia del espacio.
• 3. En relaci髇 con las actividades cineg閠icas y la pesca continental.

  Los aprovechamientos cineg閠icos y la pesca continental, en aquellas zonas susceptibles de acoger dichos aprovechamientos, se desarrollar醤 de manera compatible con la conservaci髇 de los recursos naturales, garantizando el equilibrio de las poblaciones cineg閠icas y pisc韈olas, as� como el desarrollo de otras actividades compatibles que tengan lugar.

• 4. En relaci髇 con otras actividades.

  La cooperaci髇 entre las Consejer韆s con competencias en materia de energ韆, industria y medio ambiente para:

  • a) La divulgaci髇 de los beneficios que para el espacio puede tener la utilizaci髇 racional de las energ韆s renovables, as� como para la promoci髇 del uso de las mismas para los usos requeridos, teniendo en cuenta criterios del m韓imo impacto visual y su disponibilidad y desarrollo tecnol骻ico. Todo ello de acuerdo con los objetivos del Plan Andaluz de Sostenibilidad Energ閠ica (2007-2013) y la Estrategia Andaluza ante el Cambio Clim醫ico.
  • b) Garantizar un adecuado desarrollo de las actividades industriales que pudieran desarrollarse en el espacio, en armon韆 con la conservaci髇 de los valores naturales existentes en el mismo.
  • c) Integrar criterios de minimizaci髇 de impacto ambiental en el desarrollo de las propuestas del Plan Andaluz de sostenibilidad Eneg閠ica (2007-2013) en el 醡bito territorial del Plan.
  • d) Estudiar las explotaciones y concesiones mineras existentes con el fin de regular su actividad.

4.1.4. Uso p鷅lico y educaci髇 ambiental.

En el desarrollo de las actividades de uso p鷅lico y de educaci髇 ambiental se considera prioritario:

1. La planificaci髇 y gesti髇 del uso p鷅lico y la educaci髇 ambiental se har� de forma conjunta y coordinada entre el Parque Natural y Parque Nacional. Se redactar� un Plan Sectorial de Uso P鷅lico conjunto de ambos parques.

2. Se compatibilizar醤 los objetivos de conservaci髇 de los recursos naturales y culturales con su conocimiento y disfrute por parte de la poblaci髇.

3. Se establecer醤 las medidas oportunas para que el uso p鷅lico se desarrolle de forma segura para el visitante en general y de forma adecuada para los visitantes con necesidades especiales.

4. Se potenciar� el apoyo mutuo entre el uso p鷅lico y la educaci髇 ambiental, transmitiendo al visitante una visi髇 integrada de los procesos socioambientales que se dan en el territorio, con el apoyo de programas educativos y buscando f髍mulas innovadoras de interpretaci髇 ambiental. Se adoptar醤 medidas adecuadas que aseguren la formaci髇 de una conciencia ciudadana cr韙ica sobre los valores patrimoniales naturales y culturales.

5. Se fomentar� una educaci髇 ambiental especialmente dirigida a los habitantes de los municipios, siguiendo las directrices marcadas por la Estrategia Andaluza de Educaci髇 Ambiental.

6. La puesta en marcha de mecanismos que fomenten la participaci髇 social en los programas que se desarrollen.

4.1.5. Turismo en el medio natural.

1. Se promover� la cooperaci髇 entre las Consejer韆s con competencias en materia de medio ambiente, turismo y deporte, para el adecuado desarrollo del turismo en el 醡bito territorial del plan y su zona de influencia, as� como la participaci髇 social en los programas que se desarrollen.

2. La planificaci髇 y gesti髇 del turismo se basar� en la estrategia y plan de acci髇 de la Carta Europea de Turismo Sostenible, llev醤dose a cabo de manera coordinada con los diferentes actores y administraciones con incidencia en el turismo de Sierra Nevada.

3. Se buscar� la compatibilizaci髇 entre la conservaci髇 de los recursos naturales y un adecuado desarrollo de la actividad tur韘tica, que redunde, desde los puntos de vista social y econ髆ico, en beneficio de la poblaci髇 de la zona.

4. La b鷖queda del modelo tur韘tico m醩 adecuado ha de pasar por la implicaci髇 de la poblaci髇 local en el desarrollo y explotaci髇 de este recurso, ha de basarse en las Orientaciones Estrat間icas del Plan General de Turismo Sostenible de Andaluc韆 2008-2011 y ha de estar orientada por los siguientes principios:

• a) Equilibrar la oferta tur韘tica en lo que se refiere a los distintos segmentos de mercado.
• b) Potenciar la diversificaci髇 de la oferta como respuesta a las nuevas demandas, en especial las del turismo activo.
• c) Apoyar la implantaci髇 de una oferta tur韘tica de calidad compatible con los objetivos establecidos.
• d) Promover las iniciativas de car醕ter aut骳tono.

5. Las instalaciones destinadas a turismo en el medio rural deber醤 ajustarse a las normas establecidas en el Decreto 20/2002, de 29 de enero, de Turismo en el Medio Rural y Turismo Activo, as� como a la restante normativa sectorial aplicable.

6. Las iniciativas tur韘ticas deber醤 estar vinculadas, preferentemente, a edificaciones existentes, mediante su rehabilitaci髇 o acondicionamiento para tal fin, previa declaraci髇 de Inter閟 P鷅lico. Los establecimientos tur韘ticos se situar醤 con preferencia dentro de casco urbano.

7. Las edificaciones vinculadas a actividades de turismo deber醤 tener caracter韘ticas constructivas integradas en el entorno paisaj韘tico de la zona y respetar la normativa de ordenaci髇 de las edificaciones independientemente de la clasificaci髇 del suelo y la normativa de turismo vigente.

4.1.6. Patrimonio cultural.

1. Se promover� la cooperaci髇 y colaboraci髇 entre las Consejer韆s con competencias en materia de medio ambiente, cultura y la Administraci髇 Local, con el fin de alcanzar los siguientes objetivos:

• a) La conservaci髇 del patrimonio hist髍ico ante cualquier actuaci髇 que pueda producir deterioro o alteraci髇 de sus valores.
• b) La recuperaci髇 y puesta en valor del patrimonio cultural en general y, en particular, la rehabilitaci髇 y/o restauraci髇 de aquellos elementos de valor hist髍ico, art韘tico, arquitect髇ico, cultural y/o etnol骻ico.
• c) La inventariaci髇 de los bienes culturales.
• d) La integraci髇 de las v韆s pecuarias en rutas de inter閟 art韘tico, cultural y cient韋ico.
• e) La inclusi髇 de los recursos culturales dentro de los planes de investigaci髇, promoci髇 y divulgaci髇 relativos al espacio.
• f) El cumplimiento de los fines de la declaraci髇 del Sitio Hist髍ico de la Alpujarra Media y La Taha, as� como la integraci髇 en un 鷑ico procedimiento administrativo de las autorizaciones que se requieran en virtud de su r間imen jur韉ico cuando tengan por objeto actuaciones que conlleven la necesidad de autorizaci髇 por este Plan.

2. Se crea el Inventario de Bienes Culturales de Sierra Nevada cuyos elementos quedan protegidos con car醕ter espec韋ico en el 醡bito de este Plan y de los Planes Rectores de Uso y Gesti髇 correspondientes:

• a) Podr醤 formar parte de dicho Inventario aquellos muebles o inmuebles que est閚 protegidos por la normativa vigente as� como aquellos que por su estado de conservaci髇 y su significaci髇 hist髍ica, arquitect髇ica, arqueol骻ica o etnogr醘ica en el 醡bito del Parque Natural y Nacional lo merezcan.
• b) Dicho Inventario deber� definir como m韓imo la tipolog韆, localizaci髇 geogr醘ica, descripci髇 y diagn髎tico (estado de conservaci髇, titularidad, uso actual y usos potenciales compatibles, etc.) de los elementos que lo integren.

3. El Inventario de Bienes Culturales de Sierra Nevada tendr� car醕ter abierto y queda integrado por los bienes del patrimonio cultural ubicados en el Parque Natural y Nacional de Sierra Nevada, seg鷑 el Sistema de Informaci髇 del Patrimonio Hist髍ico Andaluz (SIPHA) y Cat醠ogo General del Patrimonio Hist髍ico Andaluz de la Consejer韆 de Cultura, as� como por los siguientes elementos:

4. La relaci髇 detallada de los elementos integrantes del patrimonio cultural ubicados en el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada seg鷑 el Sistema de Informaci髇 del Patrimonio Hist髍ico Andaluz (SIPHA) y Cat醠ogo General del Patrimonio Hist髍ico Andaluz, as� como la cartograf韆 a escala adecuada de los mismos, una vez elaborada por la Consejer韆 competente en materia de cultura, pasar� a formar parte del fondo documental del Inventario de Bienes Culturales de Sierra Nevada.

4.1.7. Investigaci髇.

1. Se promover醤 aquellos estudios que tengan por objeto temas en los que existan lagunas de informaci髇 y proyectos de investigaci髇 de alcance global, como los relacionados con el cambio clim醫ico.

2. Se priorizar� la investigaci髇 en aquellas materias que tengan una mayor relevancia para el espacio, ya sea en lo concerniente a la conservaci髇 de los recursos naturales como en el desarrollo sostenible.

3. Los trabajos de investigaci髇, las infraestructuras y las tareas necesarias para llevarlos a cabo deber醤 ser compatibles con la conservaci髇 de los recursos naturales.

4. Se facilitar� la creaci髇 de foros conjuntos de debate y coordinaci髇 entre investigadores y gestores.

5. Se incluir� entre los compromisos de la administraci髇 del espacio natural la realizaci髇 de tareas de difusi髇 y divulgaci髇 del resultado de las investigaciones.

4.1.8. Creaci髇, mejora y mantenimiento de infraestructuras.

1. Los proyectos de nuevas infraestructuras lineales, o la mejora y modificaci髇 de los trazados existentes, tratar醤 de reducir el recorrido de 閟tas por el espacio.

2. Como criterio general de ordenaci髇, la localizaci髇 de infraestructuras territoriales deber� ser objeto de estudios de alternativas que contemplen el valor ambiental de las diferentes propuestas de trazado o ubicaci髇 evitando, en cualquier caso, su localizaci髇 en el Parque Nacional as� como en los terrenos del Parque Natural que han sido calificados como Zona de Reserva y Zona de Regulaci髇 Especial, debiendo propiciarse su implantaci髇 en Zonas de Regulaci髇 Com鷑, preferentemente en aquellas que se encuentren m醩 transformadas.

3. Se priorizar� el uso de las infraestructuras existentes frente al establecimiento de nuevas.

4. En el establecimiento de nuevas infraestructuras o la remodelaci髇 de las existentes, se establecer醤 medidas de integraci髇 paisaj韘tica, as� como medidas correctoras y compensatorias. Asimismo, para las infraestructuras abandonadas o que vayan a abandonarse se promover醤 medidas correctoras.

5. Se procurar� que los caminos y pistas forestales que sea necesario construir eviten discurrir a lo largo de las fronteras de transici髇 ecol骻ica. Cuando esto no sea posible, se proyectar醤 de manera que su interferencia con los ecotonos sea m韓ima.

6. Junto con la Administraci髇 competente se promover醤 los estudios que permitan la ordenaci髇 de las instalaciones de telecomunicaciones, definiendo lugares de ubicaci髇 preferente donde puedan ubicarse estas instalaciones, as� como las zonas excluidas de este uso.

7. Se fomentar� el uso de tecnolog韆s de bajo impacto ambiental.

4.1.9. R間imen del suelo y ordenaci髇 urban韘tica.

1. La ordenaci髇 urban韘tica y el establecimiento del r間imen aplicable a cada clase y categor韆 de suelo en los municipios incluidos en el presente Decreto, que se realizar� de acuerdo con de las determinaciones recogidas en la Ley 7/2002, de 17 de diciembre, de Ordenaci髇 Urban韘tica de Andaluc韆, tendr� en cuenta:

• a) La zonificaci髇 establecida en el presente Plan.
• b) Zonas de protecci髇 de acu韋eros o captaciones de agua.
• c) Cauces p鷅licos y sus zonas de servidumbre y polic韆.
• d) V韆s pecuarias y caminos vecinales.
• e) Elementos de los Inventarios de Georrecursos y Recursos Culturales establecidos en este Plan.
• f) Los elementos incluidos en los inventarios que apruebe la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, en orden a garantizar su conservaci髇.

En este sentido, la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente facilitar� a los Ayuntamientos la informaci髇 que se encuentre disponible en la Red de Informaci髇 Ambiental de Andaluc韆.

2. Los planeamientos urban韘ticos deber醤 definir caracter韘ticas edificatorias fundamentalmente en lo que se refiere al concepto de arquitectura tradicional seg鷑 las peculiaridades de la zona, con el fin de conservar la arquitectura popular, independientemente de la clasificaci髇 del suelo.

3. Los Ayuntamientos deber醤 adoptar las medidas necesarias, tanto de planificaci髇 como de disciplina, al objeto de evitar la formaci髇 de n鷆leos de poblaci髇 en suelo no urbanizable. Asimismo, deber醤 desarrollar una ordenaci髇 adecuada de los asentamientos existentes actualmente o, en su caso, adoptar las medidas necesarias para evitar la consolidaci髇 de los mismos.

4. En las declaraciones de inter閟 p鷅lico, la protecci髇 ambiental deber� tener un valor preponderante entre los criterios de valoraci髇 social que permiten la construcci髇 en suelo no urbanizable.

5. La demanda de suelo para las construcciones distintas de las vinculadas a actividades agr韈olas, forestales, ganaderas, cineg閠icas o an醠ogas se resolver� preferentemente en los n鷆leos urbanos consolidados o en 醨eas contiguas, definidos como tales en las normas urban韘ticas correspondientes, favoreciendo su conexi髇 con los sistemas generales de abastecimiento y saneamiento.

6. La modificaci髇 de la clasificaci髇 del suelo no urbanizable se realizar� en el marco de lo establecido en el Plan de Ordenaci髇 del Territorio de Andaluc韆 y en el Plan de Ordenaci髇 del Territorio de la Aglomeraci髇 Urbana de Granada en aquellos municipios incluidos en su 醡bito, y deber� estar en todo caso justificada por considerarse cubierta la dotaci髇 de suelo urbano y urbanizable vacante disponible por el planeamiento vigente, siempre que no exista suelo disponible fuera del 醡bito territorial del Plan. En la modificaci髇 de la clasificaci髇 del suelo no urbanizable deber� evaluarse tanto las afecciones ambientales directas como las inducidas y sin閞gicas.

7. Se promover�, por parte de los Ayuntamientos, la tramitaci髇 de los Cat醠ogos de los Planeamientos Urban韘ticos como instrumento importante de protecci髇 del patrimonio cultural y natural a nivel local. Dichos cat醠ogos, que de conformidad con el art韈ulo 16 de la Ley 7/2002, de 17 de diciembre, podr醤 formar parte del planeamiento urban韘tico general o bien constituir instrumentos de planeamiento por s� mismos, deber醤 incluir los elementos culturales y naturales inventariados en el marco del plan y recogidos en los ep韌rafes 2.5.8, 4.1.2 y 4.1.6.

8. La Consejer韆 competente en materia de medio ambiente colaborar� con la Consejer韆 competente en materia de ordenaci髇 urban韘tica y con los Ayuntamientos para garantizar la correcta aplicaci髇 de la Ley 7/2002, de 17 de diciembre, de Ordenaci髇 Urban韘tica de Andaluc韆.

4.1.10. Construcci髇, mejora, mantenimiento y rehabilitaci髇 de edificaciones.

Como criterios b醩icos para la ordenaci髇 de la actividad edificadora se consideran los siguientes:

• 1. Adecuar las edificaciones en suelo no urbanizable, tanto las de nueva construcci髇 como las mejoras y rehabilitaciones, a las necesidades reales existentes, controlando la proliferaci髇 indebida de edificaciones en este tipo de suelo.
• 2. Minimizar la incidencia de las edificaciones sobre la calidad ambiental del entorno.
• 3. Priorizar la rehabilitaci髇 de las edificaciones ya existentes, frente a las de nueva construcci髇, respet醤dose en cualquier caso la tipolog韆 constructiva tradicional.
• 4. Fomentar la recuperaci髇 de construcciones con valor hist髍ico y patrimonial.
• 5. Garantizar la integraci髇 paisaj韘tica de los desarrollos de suelo previstos en el planeamiento urban韘tico de los municipios.

4.2. Zonificaci髇.

La zonificaci髇 propuesta para Sierra Nevada tiene como finalidad delimitar distintas zonas a efectos de establecer una ordenaci髇 de los usos y aprovechamientos espec韋ica para cada una de ellas, en cumplimiento de lo dispuesto en los art韈ulos 17 y 19 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre.

Esta zonificaci髇 se ha obtenido a partir de la valoraci髇 ambiental basada en criterios geol骻icos, valores faun韘ticos, unidades de vegetaci髇 y usos del suelo. Asimismo, ha constituido un elemento de obligada referencia la zonificaci髇 del Plan de Ordenaci髇 de Recursos Naturales anterior y la declaraci髇 del Parque Nacional de Sierra Nevada. De esta manera, se configura para el macizo de Sierra Nevada un sistema de protecci髇 con una zona n鷆leo, que se corresponde con el Parque Nacional, para la que se establece un r間imen jur韉ico de mayor protecci髇 y una zona perif閞ica, a modo de zona de amortiguaci髇, que incluye al Parque Natural.

La delimitaci髇 precisa de las distintas zonas es la que aparece recogida en el ep韌rafe 8, Cartograf韆 de Ordenaci髇.

4.2.1. Parque Nacional de Sierra Nevada.

De conformidad con lo dispuesto en la Ley 3/1999, de 11 de enero, y en el Plan Director de la Red de Parques Nacionales, aprobado por Real Decreto 1803/1999, de 26 de noviembre, se diferencian las siguientes zonas:

• a) Zona de reserva. Constituida por aquellas 醨eas que, al contener valores naturales de primera magnitud por su rareza, fragilidad, biodiversidad o inter閟 cient韋ico, requieren el m醲imo grado de protecci髇.

  Se incluyen en esta categor韆:

  • - La superficie cubierta por la l醡ina de agua de todas las lagunas:
    • Laguna del Caballo.
    • Laguna Cuadrada.
    • Laguna de Tajos Altos (Bola駉s).
    • Lagunillo Charca Pala
    • Laguna de Lanjar髇.
    • Lagunillo del Cartujo.
    • Lagunillos de la Virgen (Alto, Medio, Bajo y Grande).
    • Laguna de Aguas Verdes.
    • Lagunillo de las Cabras.
    • Lagunillos de R韔 Seco (Alto y Bajo).
    • Laguna de R韔 Seco.
    • Lagunillo del Cardenal.
    • Lagunillo de La Gabata.
    • Laguna Larga.
    • Laguna de La Caldera.
    • Laguna del Majano.
    • Laguna de la Mosca.
    • Laguna del Borreguil.
    • Laguna de Tajos Colorados.
    • Laguna Hondera.
    • Laguna de Pe耋n Negro.
    • Lagunillo de Pe耋n Negro.
    • Lagunas de las Calderetas (Alta, Media y Baja).
    • Laguna de Vacares.
    • Lagunillo del Lavadero de la Reina (Alto y Bajo).
    • Lagunillo de Juntillas.
  • - El Barranco del Espinar (Monachil).
  • - El robledal de la Dehesa del Camarate, finca p鷅lica del t閞mino municipal de Lugros, a excepci髇 de la pista que atraviesa la finca.
  • - Antiguo refugio forestal de Pe耋n Colorado.
  • - El barranco de los Alisos, valle del r韔 D鷕cal.

  Representan 0,35% (303 hect醨eas) de la superficie del Parque Nacional.

• b) Zona de uso restringido. Constituida por aquellas 醨eas que, aun sometidas hist髍icamente a una intervenci髇 humana de car醕ter no intensivo, presentan un elevado grado de naturalidad y s髄o pueden soportar un nivel de uso limitado.

  Las 醨eas que se incluyen en esta zona son, por exclusi髇, las que no est醤 contenidas en las restantes zonas.

  Representan 76,08% (65.339 hect醨eas) de la superficie del Parque Nacional.

• c) Zona de uso moderado. Constituida por 醨eas dominadas por un ambiente natural con mayor grado de humanizaci髇, y con capacidad para admitir mayores intensidades de uso y aprovechamientos que en los casos anteriores.

  Se incluyen en esta categor韆:

  • - Los pinares de repoblaci髇.
  • - Las zonas agr韈olas.
  • - La zona deportivo-recreativa del Puerto de la Ragua.
  • - La zona esquiable del Embalse de las Yeguas (D韑ar).
  • - Alberquillas-Puerto Molina (Bubi髇-Capileira).
  • - Jard韓 Bot醤ico de la Cortijuela (Monachil).
  • - 羠ea Recreativa La Tizn� (J閞ez del Marquesado).
  • - 羠ea Recreativa Las Chorreras (Alpujarra de la Sierra).
  • - 羠ea Recreativa R韔 Laroles (Nevada).
  • - 羠ea Recreativa Collado del Espino (Ohanes).
  • - Refugio Pe馻 Partida.
  • - Refugio Ventura.
  • - Refugio del Caballo.
  • - Refugio Elorrieta.
  • - Refugio de La Loma de C狁ar.
  • - Refugio Prado El Cebollar.
  • - Refugio vivac La Carihuela.
  • - Refugio de Loma Pelada (Villavientos).
  • - Refugio vivac La Caldera.
  • - Refugio El Horcajo.
  • - Refugio vivac Pe耋n de Polarda.
  • - Refugio vivac El Doctor.
  • - Refugio vivac Piedra Negra.
  • - Mirador del Ah� de Cara.
  • - Mirador del Marquesado (Venta Colilla).

  Representan 23,51% (20.193 hect醨eas) de la superficie del Parque Nacional.

• d) Zona de uso especial. Constituida por 醨eas de reducida extensi髇 en las que se ubican las construcciones e instalaciones mayores. Tambi閚 alberga, con criterios de m韓imo impacto y de concentraci髇 de servicios, las instalaciones que sea necesario establecer para el uso p鷅lico y para las actividades de gesti髇 y administraci髇. Adem醩, incluye aquellas instalaciones preexistentes que sea necesario mantener, as� como las que vayan a albergar servicios de inter閟 general conformes con la finalidad del Parque Nacional.

  Se incluyen en esta categor韆:

  • - Hoya de la Mora (Moj髇 de Trigo).
  • - Hoya del Portillo (incluye los siguientes equipamientos: aparcamiento, 醨ea recreativa, caseta y barrera de control).
  • - Puerto de la Ragua (incluye los siguientes equipamientos: aparcamiento, albergue, instalaciones deportivas autorizadas y punto de informaci髇).
  • - Mirador de los Alayos (incluye los siguientes equipamientos: aparcamiento, mirador, caseta y barrera de control).
  • - Embalse de las Yeguas.
  • - Poblado y antiguo vivero forestal del Posterillo.
  • - Albergue de la Sociedad Sierra Nevada.
  • - Refugio Loma del Puntal.
  • - Refugio del Poqueira (refugio de monta馻 guardado).
  • - Refugio Postero Alto (refugio de monta馻 guardado).
  • - Refugio Loma del Calvario.
  • - Carreteras p鷅licas y zonas de servidumbre, con excepci髇 del tramo de la antigua carretera GR-420 comprendido entre Carihuela del Veleta y Chorrillo.

En el caso de los Albergues y los Refugios, la zona de uso especial incluye asimismo una franja de 50 metros alrededor de la instalaci髇 principal.

Representan 0,06% (48 hect醨eas) de la superficie del Parque Nacional.

4.2.2. Parque Natural de Sierra Nevada.

4.2.2.1. Justificaci髇.

En virtud del art韈ulo 19 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, el Plan establece tres grados de protecci髇 de aplicaci髇 a las diferentes 醨eas del Parque Natural. La metodolog韆 seguida para asignar estos grados de protecci髇 a las distintas zonas del territorio del Parque Natural se ha basado en una ponderaci髇 de valores ambientales intr韓secos, tales como:

• a) Presencia de especies de flora y fauna que se encuentren amenazadas o bien sean end閙icas o sensibles a la acci髇 humana, prestando especial atenci髇 a aquellos h醔itats en los que la concentraci髇 de taxones es elevada.
• b) Singularidad de los h醔itats, prestando especial atenci髇 a aquellos exclusivos, o casi, del macizo nevadense.
• c) H醔itats protegidos por la legislaci髇 vigente.
• d) Diversidad de especies de las formaciones vegetales.
• e) Importancia de los distintos h醔itats para el mantenimiento y desarrollo de la fauna silvestre, as� como para la conexi髇 territorial, como zonas de cr韆 y nidificaci髇 o bien como 醨eas de descanso y alimentaci髇 durante los periodos migratorios.
• f) Valores geol骻icos y geomorfol骻icos.
• g) Uso actual de los terrenos.

Por otra parte, tambi閚 se ha tenido en cuenta la experiencia habida de la aplicaci髇 del Plan de Ordenaci髇 de Recursos Naturales precedente que ha generado una cultura y unas referencias que han servido como criterios de zonificaci髇 complementarios.

En aplicaci髇 de las determinaciones anteriores, se han definido las siguientes zonas:

4.2.2.2. Zonas de reserva A. Humedales y Turberas del Padul.

Representan el 0,36% (309 hect醨eas) de la superficie total del Parque Natural.

Se incluye en esta categor韆 una 鷑ica zona que engloba los humedales y turberas de Padul, restos de un sistema fluvial de inundaci髇 formado por subsidencia de una fosa tect髇ica. Se encuentra muy transformado desde anta駉, quedando las zonas acu醫icas restringidas a los canales de drenaje y a las surgencias de agua.

Constituye la 鷑ica zona h鷐eda de origen endorr閕co existente en la provincia de Granada y la mayor turbera de Europa meridional. Su importancia ecol骻ica radica, principalmente, en la gran cantidad de aves que la frecuentan, sobre todo acu醫icas, as� como en su inter閟 palinol骻ico, como registro de los cambios clim醫icos producidos en el sur de la Pen韓sula Ib閞ica.

Estos humedales y turberas se encuentran incluidos en el Inventario Andaluz de Humedales y, desde diciembre de 2005, en la Lista de Humedales de Importancia Internacional (Convenio RAMSAR).

En esta zona el criterio general de ordenaci髇 es la conservaci髇 de la biodiversidad, limitando y reduciendo progresivamente la intervenci髇 antr髉ica, de forma que los aprovechamientos adquieren un car醕ter secundario o residual, siendo orientados los existentes hacia sistemas integrados y respetuosos con el medio natural.

Prevalecer醤 los criterios de conservaci髇, investigaci髇 e interpretaci髇 de la naturaleza con el objetivo de la protecci髇 del sistema lagunar.

4.2.2.3. Zonas de regulaci髇 especial B.

Tienen esta consideraci髇 las 醨eas con importantes valores ecol骻icos, en las que es prioritaria su conservaci髇. Algunas presentan diversos tipos de aprovechamiento, principalmente forestal, ganadero y cineg閠ico, vinculados a recursos renovables, compatibles con los objetivos establecidos. La propia acci髇 del hombre ha coadyuvado en la conservaci髇 de los altos valores ambientales que estos ecosistemas albergan.

Se incluyen en esta categor韆 formaciones clim醕icas, vegetaci髇 con flora amenazada (Ley 8/2003, de 28 de octubre), 醨eas de inter閟 faun韘tico y alto valor paisaj韘tico.

El criterio general de ordenaci髇 es el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales. La conservaci髇 de la biodiversidad y la obtenci髇 de aprovechamientos quedan equiparados como objetivos. Se promueve la multifuncionalidad de los espacios forestales.

Con car醕ter general, la regulaci髇 en estas 醨eas persigue hacer compatibles los usos cient韋ico-did醕ticos, el uso p鷅lico controlado y los aprovechamientos primarios en r間imen extensivo. La rehabilitaci髇 o nueva construcci髇 de infraestructuras y edificaciones s髄o se permite cuando est� asociada a los usos compatibles (fundamentalmente ganadero y forestal) y a la conservaci髇 y gesti髇 del espacio. Se limitan los cambios de uso del suelo.

En el Parque Natural de Sierra Nevada se incluyen en este nivel de protecci髇 cuatro 醨eas diferenciadas.

4.2.2.3.1. Subzonas B.1. Arbolado aut骳tono y matorral de inter閟 ecol骻ico.

Representan el 25,06% (21.641 hect醨eas) de la superficie total del Parque Natural.

Se incluyen en esta categor韆 zonas de bosque aut骳tono y terrenos ocupados por formaciones vegetales de inter閟 ecol骻ico que no son de tipo arb髍eo y que, por su utilizaci髇 actual y/o por razones de vocaci髇 de uso, presentan alg鷑 aprovechamiento forestal (ganadero o cineg閠ico), y al mismo tiempo albergan flora, vegetaci髇 y fauna de inter閟 ecol骻ico para su conservaci髇 (especies y h醔itats amenazados).

En estas 醨eas la funci髇 ecol骻ica (conservaci髇 y mejora de los componentes bi髏icos y abi髏icos del sistema, y mantenimiento de la biodiversidad del Parque Natural) se considera una cuesti髇 prioritaria en el manejo de los recursos. Las funciones paisaj韘tica y recreativa son tambi閚 importantes, si bien se encuentran subordinadas a la primera.

Forman parte de esta categor韆 las siguientes unidades cartogr醘icas:

• a) Las unidades de bosque aut骳tono de car醕ter clim醕ico (encinares, robledales) y edafoxer骹ilo (pinar-sabinares).
• b) Pastizales psicroxer骹ilos de alta monta馻, los enebral-piornales, el matorral almohadillado de media-alta monta馻, los tom蚻lares dolom韙icos, las comunidades de tajos, roquedos y pedregales, y determinados romerales con especies amenazadas.

El criterio general de ordenaci髇 en estas 醨eas es el mantenimiento de los usos y aprovechamientos tradicionales con las limitaciones necesarias para garantizar la funci髇 eminentemente ecol骻ica de las formaciones.

En las masas arboladas, el criterio es la conservaci髇 y en su caso, recuperaci髇 de la funci髇 protectora del bosque, favoreci閚dose labores de diversa 韓dole encaminadas a la recuperaci髇 de ecosistemas funcionales de inter閟 que incluyan todos los estratos del bosque (arb髍eo, lianoide, liqu閚ico, ep韋ito, arbustivo, herb醕eo, muscinal).

En las masas de matorral, el criterio de ordenaci髇 es la conservaci髇 y potenciaci髇 de las mismas as� como de los endemismos que albergan, garantizando la conservaci髇 de los recursos gen閠icos y la funci髇 protectora de estas formaciones, as� como su evoluci髇 hacia estad韔s superiores.

En consecuencia, se mantienen los usos y aprovechamientos primarios actuales, y se restringen aquellas actuaciones que puedan ser incompatibles con los objetivos de ordenaci髇 de esta clase, fundamentalmente plantaci髇 o siembra con especies arb髍eas distintas de las del bosque aut骳tono. La rehabilitaci髇 o implantaci髇 de nuevas infraestructuras y edificaciones se autoriza 鷑icamente vinculada a los aprovechamientos del espacio forestal y a la gesti髇 y conservaci髇 del mismo.

4.2.2.3.2. Subzona B.2. Arbolado naturalizado.

Representan el 27,87% (24.068 hect醨eas) de la superficie total del Parque Natural.

Esta subzona est� integrada por las repoblaciones forestales realizadas con distintas especies de con韋eras (Pinus halepensis, Pinus nigra, Pinus sylvestris, Pinus pinaster y ocasionalmente Cedrus atlantica) y las formaciones de casta駉 (Castanea sativa), eminentemente forestales (fuera de las 醨eas de cultivo). Son siempre formaciones con una componente ecol骻ica y paisaj韘tica muy importante. En algunos casos, estas formaciones presentan en su composici髇 proporciones minoritarias de arbolado aut骳tono (sobre todo encina y roble).

El criterio de ordenaci髇 de estas zonas es el de garantizar su multifuncionalidad, favoreciendo una producci髇 sostenible de las masas compatible con el uso social y recreativo mediante la conservaci髇 y mejora del paisaje y la adecuaci髇 de zonas de ocio forestales. De igual importancia se considera la recuperaci髇 progresiva de las masas forestales aut骳tonas, compatibilizando el aprovechamiento con la diversidad y mejora de las especies forestales tanto arb髍eas, como arbustivas o del matorral.

Se limitan los cambios de uso del suelo. La rehabilitaci髇 o implantaci髇 de nuevas infraestructuras y edificaciones se autoriza 鷑icamente vinculada a los usos del espacio forestal, as� como a la gesti髇 y uso p鷅lico del mismo.

4.2.2.3.3. Subzonas B.3. Zonas con vegetaci髇 de medios higr骹ilos.

Representan el 2,01% (1.737 hect醨eas) de la superficie total del Parque Natural.

Esta categor韆 abarca todos los h醔itats ligados a cursos de agua, borreguiles, rezumes, acequias, y otros ambientes en donde la presencia permanente o temporal del agua ha generado ambientes de singular importancia ecol骻ica y paisaj韘tica.

Dado el car醕ter reliquia de las condiciones h鷐edas y fr韆s de estos h醔itats en Sierra Nevada, son, en general, zonas de gran importancia en el mantenimiento de especies de flora y fauna amenazadas o con distribuci髇 muy reducida. Son 醨eas de vital importancia en el funcionamiento general del ecosistema en Sierra Nevada por su alta productividad primaria, por el papel de refugio para las especies de otros ambientes y por contener especies exclusivas del medio acu醫ico muy sensibles a la acci髇 del hombre.

Incluye a un importante grupo de comunidades asociadas a cursos de agua en los que se encuentran saucedas, alamedas, fresnedas, zarzales, juncales, adelfares, tarayales, herbazales h鷐edos, borreguiles, etc., todas ellas con un alto inter閟 desde todos los puntos de vista, que es necesario preservar.

Como criterio general de ordenaci髇, se admiten aquellos usos y aprovechamientos que garanticen la integridad y calidad de las condiciones ecol骻icas que permiten el desarrollo de los h醔itats de cursos de agua, prestando, por tanto, especial inter閟 al mantenimiento de los caudales ecol骻icos (exigencia de cumplimiento de caudal m韓imo en extracciones y derivaciones de agua) y de los objetivos de calidad de los cauces (ordenaci髇 de actividades que generan vertidos l韖uidos). Se limitan aquellas actuaciones que pueden interferir en la din醡ica fluvial de estas 醨eas, como los encauzamientos o entubaciones, y alterar su calidad (vertidos) y, en especial se condicionan las actuaciones que afecten a la red de acequias de careo y tradicionales.

A pesar de la alta fragilidad de estas 醨eas frente a la acci髇 antrop骻ena (en particular a la contaminaci髇 qu韒ica) poseen una importante capacidad de recuperaci髇, por lo que admiten determinados trabajos silv韈olas sobre la vegetaci髇 riparia en el contacto con zonas de cultivos, o la limpieza de los cauces de acequias realizados a la manera tradicional.

4.2.2.3.4. Subzona B.4. Zona de amortiguaci髇 del 羠ea de esqu� alpino.

Representa el 0,12% (103 hect醨eas) de la superficie total del Parque Natural.

Este 醨ea, que posee un alto valor ambiental, representado por pastizales y matorral de inter閟 ecol骻ico, se delimita como zona de amortiguaci髇 de los impactos derivados de las instalaciones y usos desarrollados en la subzona C3 (羠ea de esqu� alpino), en particular la instalaci髇 de infraestructuras. Comprende una franja aproximada de 200 metros de ancho, entre el l韒ite oriental de la concesi髇 de CETURSA y las altas cumbres (l韒ites, a su vez, del Parque Nacional).

En ella se limitan al m醲imo las actividades transformadoras, admiti閚dose, con car醕ter excepcional, la instalaci髇 de remontes mec醤icos y otras instalaciones vinculadas a la pr醕tica del esqu�, siempre que resulten autorizables de acuerdo con los procedimientos de prevenci髇 y control ambiental previstos en la Ley 7/2007, de 9 de julio, las instalaciones desmontables (gradas y salidas para acontecimientos deportivos), as� como la se馻lizaci髇 de pistas y de l韒ite del dominio esquiable.

En esta zona se considera compatible la circulaci髇 de veh韈ulos y maquinaria de nieve vinculada a tareas de atenci髇 de accidentes y rescate, as� como para la retirada de nieve en caso de fuertes nevadas.

4.2.2.4. Zonas de regulaci髇 com鷑 C.

Tienen esta consideraci髇, aquellas 醨eas que exhiben un estado de naturalidad m醩 bajo, coexistiendo aprovechamientos muy diversos, en cuanto a calidad e intensidad. La actividad humana es importante, pero con grados de intensidad muy variable, y supone el factor principal que regula la din醡ica de esta porci髇 del ecosistema.

Se incluyen en esta categor韆, zonas con un grado de naturalidad variable, que abarca desde unidades fuertemente antropizadas o que albergan usos generales primarios intensivos y terciarios (asentamientos urbanos, equipamientos, infraestructuras, zona esquiable, cultivos, zonas mineras, etc.), hasta 醨eas de vegetaci髇 incipiente aparecida tras el abandono de la actividad humana, como son pastizales y tomillares de colonizaci髇 de cultivos abandonados, y matorrales seriales situados en las etapas intermedias de evoluci髇 vegetal y a repoblaciones forestales.

Como criterio general de ordenaci髇, en estas zonas son de aplicaci髇 las disposiciones generales del plan, en aras de garantizar el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y minimizar los impactos generados por las actividades que se desarrollan en estas 醨eas dentro del Parque Natural. Sin embargo, de acuerdo a la especificidad de las caracter韘ticas del territorio objeto de regulaci髇 com鷑, se han incorporado subcategor韆s de ordenaci髇 adicionales, con el fin de que la regulaci髇 de usos y actividades en cada zona o sector se produzca de acuerdo con la capacidad de acogida del mismo y sus potencialidades, integrando de esta forma las posibilidades de recuperaci髇 de las unidades que en esta categor韆 se encuentran m醩 naturalizadas.

En relaci髇 con los usos actuales del suelo y su vocaci髇, se establecen cuatro zonas de regulaci髇 com鷑.

4.2.2.4.1. Subzona C.1. 羠eas de matorral serial.

Representa el 24,08% (20.797 hect醨eas) de la superficie total del Parque Natural.

Tienen esta consideraci髇, espacios de vocaci髇 forestal que, aun contando con valores ecol骻icos, ambientales o paisaj韘ticos de relativa importancia, han sufrido modificaciones antr髉icas de diverso tipo y grado, o bien son zonas en estado incipiente de desarrollo dentro de la din醡ica vegetal. Si bien se trata, por lo general, de 醨eas con potencial de recuperaci髇 y valor ambientales menores que las zonas de regulaci髇 especial, constituyen una categor韆 con un grado de naturalidad todav韆 alto que debe intentar conservarse y mejorarse.

Se incluyen en esta subcategor韆 un amplio grupo de unidades vegetales, eminentemente forestales, que abarcan desde matorrales seriales que no presentan poblaciones importantes de flora o fauna protegida, hasta zonas que habiendo sido alteradas, se encuentran en las primeras fases de recuperaci髇. Dentro de este grupo de comunidades se han incorporado retamares, formaciones de rasca e hiniesta, romerales, espartales, bolinares, tomillares, yesquerales, pastizales anuales, pastizales nitr骹ilos, tierras agr韈olas marginales, 醨eas de escombreras y derrubios, taludes de carreteras, etc.

Como criterio general de ordenaci髇 se tender� a la recuperaci髇 y mejora ambiental de estas zonas encaminada a mejorar su naturalidad y vocaci髇 forestal. En consecuencia, los cambios de uso en estas 醨eas deber醤 quedar restringidos a aquellas circunstancias en las que la transformaci髇 no presente otra alternativa.

4.2.2.4.2. Subzona C.2. Cultivos agr韈olas.

Representa el 18,07% (15.608 hect醨eas) de la superficie total del Parque Natural.

Se incluyen en esta categor韆 espacios agrarios, principalmente de secano junto a peque馻s huertas, configurados por los suelos de mayor vocaci髇 agr韈ola del Parque Natural. Se trata de tierras que, junto a su aprovechamiento productivo, han conseguido integrarse como una variante m醩 en el paisaje. Tambi閚 se incluyen en esta clase cultivos abandonados que han sido colonizados por vegetaci髇 incipiente.

El criterio de ordenaci髇 en esta categor韆 es el mantenimiento de la capacidad agrol骻ica de los suelos, as� como de las actividades agrarias y de aquellas otras que, compatibles con 閟tas, aseguren la preservaci髇 de los ecosistemas y paisajes agrarios. Especial atenci髇 deber� dedicarse a controlar los procesos edificatorios y de implantaci髇 de infraestructuras que puedan alterar la identidad de los paisajes agrarios.

4.2.2.4.3. Subzona C.3. 羠ea de esqu� alpino.

Representa el 1,41% (1.215 hect醨eas) de la superficie total del Parque Natural.

Se aplica al espacio en que se desarrollan las actividades deportivas de esqu� y donde se extienden las infraestructuras que 閟tas requieren. Se corresponde con la superficie de la concesi髇 actual a CETURSA en los municipios de Monachil y D韑ar.

Como criterio general de ordenaci髇, en esta zona de uso intensivo consolidado, se promover� el desarrollo ordenado de los deportes de nieve y las infraestructuras que llevan asociadas, evitando la generaci髇 de d閒icits ambientales que se puedan presentar a medio o largo plazo, con relaci髇 a la producci髇 de vertidos al r韔 Monachil, las demandas de agua para abastecimiento y producci髇 de nieve, y la demanda de 醨eas de estacionamiento en relaci髇 a la oferta actual.

En esta zona se considera compatible la circulaci髇 de veh韈ulos y maquinaria de nieve vinculada a la gesti髇 y mantenimiento de la estaci髇 de esqu� alpino, a la pr醕tica de actividades deportivas compatibles, a tareas de atenci髇 de accidentes y rescate, as� como para la retirada de nieve en caso de fuertes nevadas, por motivos de seguridad.

4.2.2.4.4. Subzona C.4. 羠eas transformadas.

Representa el 0,46% (397 hect醨eas) de la superficie total del Parque Natural.

Se incluyen en esta categor韆 las agrupaciones de viviendas de cierta entidad, resultado del poblamiento hist髍ico del espacio y aquellas 醨eas que presentan una alto grado de intervenci髇 humana a consecuencia de las actividades extractivas, industriales o de otra 韓dole.

A esta categor韆 pertenecen, entre otras, las 醨eas de explotaci髇 de dolom韆s alpuj醨rides de los sectores de El Purche, Padul y D鷕cal, las canteras de conglomerados del cono de deyecci髇 de La Zubia, las zonas de extracci髇 de eclogitas en Cogollos de Guadix y pizarras en Laroles y Ohanes.

Los criterios de ordenaci髇 fundamentales para estas 醨eas se orientan a preservan la interacci髇 armoniosa entre el poblamiento hist髍ico y la naturaleza, promover actividades econ髆icas compatibles con el desarrollo sostenible del espacio, y fomentar la regeneraci髇 y recuperaci髇 de 醨eas degradadas.

En las 醨eas degradadas por la actividad humana, los criterios de ordenaci髇 son su regeneraci髇 y recuperaci髇 al objeto de, en la medida de lo posible, devolver la funcionalidad a los h醔itats naturales preexistentes en la zona. En caso de que esto no sea posible, estos espacios degradados se podr醤 dedicar a aquellas actuaciones que contribuyan a los objetivos de conservaci髇 del espacio.

4.2.2.5. 羠eas excluidas de la zonificaci髇 ambiental D.

Se incluyen aquellas 醨eas no incluidas en las categor韆s anteriores, en concreto, aquellos suelos urbanos y urbanizables cuyo desarrollo, a priori, se considera posible siempre que se determine su no afecci髇 a los h醔itats naturales y las especies que motivaron la inclusi髇 de este espacio natural en la Red Ecol骻ica Europea Natura 2000.

Representa el 0,56% (480 hect醨eas) de la superficie total del Parque Natural.

Plano 9. Zonificaci髇.

5. Normativa.

5.1. Vigencia, adecuaci髇 y evaluaci髇.

5.1.1. Vigencia.

El Plan tendr� una vigencia indefinida.

5.1.2. Adecuaci髇.

1. Durante su vigencia, el contenido del Plan podr� ser sometido a modificaci髇 de alguna o algunas de las partes que lo constituyen, o a un procedimiento de revisi髇 del conjunto del mismo.

2. Modificaci髇:

• a) La modificaci髇 del Plan supone cambios concretos de alguno o algunos de sus contenidos, trat醤dose de ajustes puntuales que no alteran sustancialmente la ordenaci髇 adoptada.
• b) Se considera modificaci髇 del Plan los ajustes puntuales que deban realizarse en relaci髇 con el Programa de Actuaci髇 contenido en el ep韌rafe 6 del PRUG del Parque Nacional y las L韓eas de Actuaci髇 contenidas en el ep韌rafe 6 del PRUG del Parque Natural por el cumplimiento de las actuaciones previstas o cuando del resultado de la evaluaci髇 del Plan, al que se refiere el apartado 5.1.3, se consideren necesarios para el cumplimiento de los objetivos establecidos.
• c) El Plan podr� ser modificado a propuesta de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, bien a iniciativa propia o bien por acuerdo motivado del Consejo de Participaci髇 y aprobado por mayor韆 absoluta de sus miembros. Se someter� al tr醡ite de informaci髇 p鷅lica y audiencia a los intereses sociales e institucionales implicados.
• d) La aprobaci髇 de la modificaci髇 corresponder� a la persona titular de dicha Consejer韆 cuando afecte 鷑icamente a materias de su competencia, y al Consejo de Gobierno en los dem醩 casos.

3. Revisi髇:

• a) La revisi髇 del Plan implica un examen del mismo en su conjunto, como consecuencia de la constataci髇 de nuevas circunstancias ambientales o socioecon髆icas, avances o nuevos descubrimientos cient韋icos u otras causas legalmente justificadas, y supone el establecimiento de una nueva ordenaci髇.
• b) El Plan podr� ser revisado por Acuerdo del Consejo de Gobierno de la Junta de Andaluc韆 a propuesta de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, bien a iniciativa propia o por acuerdo motivado del Consejo de Participaci髇 y aprobado por mayor韆 absoluta de sus miembros.
• c) La revisi髇 del Plan se llevar� a cabo siguiendo los mismos tr醡ites establecidos para su elaboraci髇 y aprobaci髇, correspondiendo esta 鷏tima al Consejo de Gobierno de la Junta de Andaluc韆.

5.1.3. Evaluaci髇.

El Plan se evaluar�, a partir de su entrada en vigor, cada diez a駉s. Para ello se tendr� en cuenta el sistema de indicadores establecidos en el ep韌rafe 7.

5.2. R間imen de autorizaciones.

1. La Ley 3/1999, de 11 de enero, por la que se crea el Parque Nacional de Sierra Nevada, la Ley 5/2007, de 3 de abril, de la Red de Parques Nacionales, as� como el Plan Director de la Red de Parques Nacionales, constituyen el marco de referencia para las disposiciones establecidas en el presente plan para el 醡bito del Parque Nacional.

2. De acuerdo con lo dispuesto en los art韈ulos 13.1 y 15.bis de la Ley 2/1989, de 18 de julio, toda nueva actuaci髇 en suelo no urbanizable que se quiera llevar a cabo en el Parque Natural deber� ser autorizada por la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, a excepci髇 de aquellas que, por no poner en peligro los valores objeto de protecci髇 del espacio, y por cumplir las condiciones establecidas en el presente Plan, quedan sometidas a comunicaci髇 previa o se permite su libre realizaci髇.

3. Las autorizaciones que se requieran en virtud del art韈ulo 13.1 de la Ley 2/1989, de 18 de julio, cuando tuvieren por objeto actuaciones sometidas a Autorizaci髇 Ambiental Integrada o Autorizaci髇 Ambiental Unificada (en adelante AAI y AAU), quedar醤 integradas en los citados instrumentos de prevenci髇 y control, de acuerdo con lo establecido en la Ley 7/2007, de 9 de julio, y sus normas de desarrollo y se solicitar醤 y tramitar醤 conforme a lo dispuesto en su normativa espec韋ica. En dichos procedimientos se tendr醤 expresamente en cuenta las repercusiones de tales actuaciones en los valores objeto de protecci髇 del espacio natural protegido.

4. La gesti髇, los usos y aprovechamientos forestales, las actividades cineg閠icas, la pesca continental, las actividades relacionadas con la flora y fauna silvestres, as� como las que se refieran a los usos del agua cuya competencia corresponda a la Comunidad Aut髇oma de Andaluc韆, se regir醤 por lo dispuesto en la normativa vigente sobre dichas materias. Las autorizaciones que se requieran en virtud del art韈ulo 13.1 de la Ley 2/1989, de 18 de julio, cuando tuvieran por objeto actuaciones relativas a dichas materias, quedar醤 integradas y se solicitar醤 y tramitar醤 conforme a los procedimientos que establecen las normas sectoriales que resulten de aplicaci髇 sobre las mismas, debi閚dose tener en cuenta para el otorgamiento de la autorizaci髇 exigida por dicha normativa sectorial las prescripciones establecidas en relaci髇 con las mismas en los instrumentos de planificaci髇 del Parque Natural y del Parque Nacional.

5. El r間imen de autorizaciones establecido en el presente Plan se entiende sin perjuicio de los permisos, licencias, autorizaciones o concesiones que sean exigibles de acuerdo con la normativa sectorial vigente. Las autorizaciones se otorgar醤 a salvo del derecho de propiedad y sin perjuicio de terceros.

5.3. Procedimiento.

5.3.1. Solicitud de autorizaci髇.

1. La solicitud de autorizaci髇 se dirigir� al Equipo de Gesti髇 del Espacio Natural, empleando un modelo normalizado para cada tipo de actuaci髇, que podr醤 obtenerse por las personas solicitantes en los servicios centrales y perif閞icos de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente y a trav閟 de Internet en la direcci髇 de la citada Consejer韆 (http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente).

2. La solicitud debidamente cumplimentada con los datos solicitados en el modelo normalizado, se acompa馻r� de la documentaci髇 especificada en cada uno de ellos. Cuando as� se indique en dichos modelos normalizados, podr� sustituirse la documentaci髇 que se requiera por una declaraci髇 responsable en la que manifieste que cumple con los requisitos establecidos en este Plan, para realizar el uso o actividad cuya autorizaci髇 se solicita, que dispone al tiempo de la solicitud de la documentaci髇 que as� lo acredita y se compromete a mantener su cumplimiento durante el per韔do de tiempo inherente a la ejecuci髇 o ejercicio de la actuaci髇 pretendida.

Asimismo, la persona solicitante podr� no presentar aquellos documentos que ya obren en poder de la Administraci髇 de la Junta de Andaluc韆, siempre que se indique el d韆 y el procedimiento en el que los presentaron.

Con el objeto de facilitar la aportaci髇 de la documentaci髇 requerida, as� como de agilizar la propuesta de resoluci髇, la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, a trav閟 de la Red de Informaci髇 Ambiental de Andaluc韆 (REDIAM), pondr� a disposici髇 de las personas interesadas la informaci髇 necesaria para la identificaci髇 de los condicionantes ambientales que inciden sobre el 醨ea de actuaci髇 o sobre la actividad que se pretende realizar. El uso por parte de las personas interesadas de dicha informaci髇 es de car醕ter voluntario.

3. La solicitud junto con la documentaci髇 necesaria para la obtenci髇 de la autorizaci髇 o la declaraci髇 responsable que la sustituya, se podr� presentar:

• a) En soporte papel, preferentemente en el registro administrativo de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, en el de la oficina del Espacio Natural, en el de las correspondientes Delegaciones Provinciales o en sus registros auxiliares, sin perjuicio de que pueda presentarse en los lugares previstos en el art韈ulo 38.4 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, as� como en el art韈ulo 82.2 de la Ley 9/2007, de 22 de octubre.
• b) Por medios telem醫icos, a trav閟 de las redes abiertas de telecomunicaci髇 y se cursar醤 por los interesados al Registro Telem醫ico 趎ico, en los t閞minos previstos en el Decreto 183/2003, de 24 de junio, por el que se regula la informaci髇 y atenci髇 al ciudadano y la tramitaci髇 de los procedimientos administrativos por medios electr髇icos (Internet), y dem醩 normativa de aplicaci髇, as� como el art韈ulo 83 de la Ley 9/2007, de 22 de octubre, mediante el acceso a la correspondiente aplicaci髇 situada en el Canal de Administraci髇 Electr髇ica de la web de la Junta de Andaluc韆 (http://www.juntadeandalucia.es), as� como en la de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente (http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente).

5.3.2. Instrucci髇 del procedimiento.

La instrucci髇 del procedimiento de autorizaci髇 corresponder� al Equipo de Gesti髇. En los casos en que la actividad o actuaci髇 que se pretenda realizar est� incluida en el 醡bito de aplicaci髇 del Decreto 356/2010, de 3 de agosto, de desarrollo de la Ley 7/2007, de 9 de julio, por entenderse que puede afectar de forma apreciable o no es inocua para los espacios incluidos en la Red Ecol骻ica Europea Natura 2000, en la instrucci髇 del procedimiento de autorizaci髇 se estar� a lo dispuesto en el ep韌rafe 5.3.4.

5.3.3. Resoluci髇 del procedimiento.

1. La resoluci髇 del procedimiento de autorizaci髇 corresponder� al Equipo de Gesti髇, que dictar� y notificar� la resoluci髇 en el plazo de dos meses a contar desde la fecha en que la solicitud haya tenido entrada en el registro del 髍gano competente para tramitar el procedimiento o en sus registros auxiliares. En los casos en que la actividad o actuaci髇 que se pretenda realizar est� incluida en el 醡bito de aplicaci髇 del Decreto 356/2010, de 3 de agosto, de desarrollo de la Ley 7/2007, de 9 de julio, por entenderse que puede afectar de forma apreciable o no es inocua para los espacios incluidos en la Red Ecol骻ica Europea Natura 2000, en la resoluci髇 del procedimiento de autorizaci髇 se estar� a lo dispuesto en el ep韌rafe 5.3.4.

2. Transcurrido dicho plazo sin que se haya notificado la resoluci髇 se podr� entender estimada la solicitud. No obstante, de acuerdo con lo dispuesto en el art韈ulo 17.2 de la Ley 2/1989, de 18 de julio y 62.1.f) de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, no podr醤 adquirirse por silencio administrativo facultades contrarias a las normas reguladoras del espacio natural o que transfieran a la persona solicitante facultades relativas al dominio p鷅lico o al servicio p鷅lico.

3. Las solicitudes de autorizaci髇 para realizar los usos y actividades previstos en el ep韌rafe 5.4.5.1 se instruir醤 y resolver醤 por el Equipo de Gesti髇 mediante un procedimiento abreviado, reduci閚dose a 15 d韆s el plazo para dictar y notificar la resoluci髇. Transcurrido dicho plazo sin que se haya notificado la resoluci髇 se podr� entender estimada la solicitud, con las excepciones previstas en el apartado 2.

4. Las actuaciones que sean autorizadas de conformidad con lo dispuesto en el presente Plan, exceptuando las reguladas en el ep韌rafe 5.4.5., deber醤 iniciarse en el plazo m醲imo de dos a駉s y estar finalizadas en el plazo m醲imo de cinco a駉s; dichos plazos se computar醤 desde el d韆 siguiente a la notificaci髇 de la correspondiente autorizaci髇 o desde el momento en que la misma deba entenderse otorgada por silencio administrativo. El inicio efectivo de las actuaciones autorizadas deber� ser puesto en conocimiento del Equipo de Gesti髇 del Espacio Natural, mediante escrito dirigido a la oficina del Espacio Natural que se presentar� en los lugares previstos en el ep韌rafe 5.3.1.

La falta de inicio de la actuaci髇 en el plazo establecido en el p醨rafo anterior, supondr� la caducidad de la autorizaci髇 otorgada.

5.3.4. Actuaciones con posible afecci髇 a la Red Ecol骻ica Europea Natura 2000.

1. Para aquellas actuaciones en el 醡bito del Espacio Natural que, por estar incluido en la Red Ecol骻ica Europea Natura 2000, deban someterse a decisi髇 de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, de acuerdo con lo dispuesto en el art韈ulo 27.1.d) de la Ley 7/2007, de 9 de julio, y los art韈ulos 2 y 8 del Decreto 356/2010, de 3 de agosto, por el que se regula la autorizaci髇 ambiental unificada, se establece el r間imen de organizaci髇 y funcionamiento del registro de autorizaciones de actuaciones sometidas a los instrumentos de prevenci髇 y control ambiental, de las actividades potencialmente contaminadoras de la atm髎fera y de las instalaciones que emiten compuestos org醤icos vol醫iles, y se modifica el contenido del Anexo I de la Ley 7/2007, de 9 de julio, se establece lo siguiente:

• a) Las personas interesadas formular醤 sus solicitudes de autorizaci髇 para actuaciones en suelo no urbanizable en la forma establecida en el ep韌rafe 5.3.1, utilizando para ello los modelos normalizados para cada tipo de actuaci髇, junto con la documentaci髇 que en cada caso se requiera. A dicha documentaci髇 la persona interesada podr� acompa馻r, la memoria explicativa de car醕ter ambiental prevista en el art韈ulo 8 del Decreto 356/2010, de 3 de agosto. Los modelos normalizados podr醤 obtenerse en los lugares previstos en el ep韌rafe 5.3.1.1.
• b) Recibida la solicitud de autorizaci髇 o, en su caso, remitida la misma por el Ayuntamiento en los supuestos de actuaciones sometidas a autorizaci髇 o licencia en materia urban韘tica, cuando de dicha documentaci髇 se deduzca que la actuaci髇 pueda afectar de forma apreciable al espacio incluido en la Red Ecol骻ica Europea Natura 2000, ya sea individualmente o en combinaci髇 con otros planes y proyectos, el Equipo de Gesti髇 dar� traslado de la misma a la persona titular de la correspondiente Delegaci髇 Provincial de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, la cual iniciar� el procedimiento establecido en el art韈ulo 27.1.d) de la Ley 7/2007, de 9 de julio. En tal caso se seguir醤 los tr醡ites regulados en el art韈ulo 8 del Decreto 356/2010, de 3 de agosto, con las siguientes especialidades:
  • 1.� El plazo para dictar y notificar la resoluci髇 quedar� en suspenso, hasta tanto se aporte la memoria explicativa de car醕ter ambiental, si no se hubiera ya aportado junto con la solicitud de autorizaci髇. Del requerimiento formulado al interesado para la presentaci髇 de la memoria explicativa ambiental y la suspensi髇 del plazo para resolver se dar� traslado, al Ayuntamiento, cuando se trate de actuaciones que requieran autorizaci髇 o licencia en materia urban韘tica.
  • 2.� Si la decisi髇 de la persona titular de la correspondiente Delegaci髇 Provincial de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente fuera someter la actuaci髇 a autorizaci髇 ambiental unificada, la autorizaci髇 prevista en este Plan se integrar� en aquella. En caso de que la actuaci髇 est� sujeta a licencia municipal se comunicar� dicha resoluci髇 al Ayuntamiento, advirti閚dole que no podr� resolver el procedimiento de la autorizaci髇 o licencia en materia urban韘tica solicitada, hasta tanto se resuelva el procedimiento de autorizaci髇 ambiental unificada.
  • 3.� En el supuesto de que, por decisi髇 de la persona titular de la correspondiente Delegaci髇 Provincial de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente no deba ser sometida la actuaci髇 a autorizaci髇 ambiental unificada, la resoluci髇 en la que se declare tal circunstancia contendr� la concesi髇 o denegaci髇 de la autorizaci髇 prevista en este Plan. Dicha resoluci髇 se producir� como informe cuando se trate de actividades que requieren autorizaci髇 o licencia en materia urban韘tica.
  • 4.� Cuando transcurran dos meses desde la entrada de la solicitud de autorizaci髇 en el registro del 髍gano competente para tramitarla, sin que se haya dictado y notificado la resoluci髇, podr� entenderse que la actuaci髇 no queda sometida a autorizaci髇 ambiental unificada. En tal caso, la persona interesada o el Ayuntamiento, en el supuesto de actividades que requieren autorizaci髇 o licencia en materia urban韘tica, podr� entender que queda estimada la solicitud de autorizaci髇 para la actuaci髇 en suelo no urbanizable o que el informe en relaci髇 con la misma es favorable, sin perjuicio de lo establecido en el ep韌rafe 5.3.3.1.

2. En el supuesto de actuaciones que excedan del 醡bito de una provincia la competencia para instruir el procedimiento regulado en el apartado anterior corresponder� a la Direcci髇 General competente en materia de prevenci髇 ambiental cuya persona titular decidir� sobre el sometimiento o no de la actuaci髇 a AAU conforme a lo dispuesto en el art韈ulo 8 del Decreto 356/2010, de 3 de agosto.

Si la decisi髇 fuera someter la actuaci髇 a autorizaci髇 ambiental unificada, la autorizaci髇 prevista en este Plan se integrar� en aquella.

Si se decide que la actuaci髇 no debe ser sometida a autorizaci髇 ambiental unificada, las personas titulares de las Direcciones Generales competentes en materia de prevenci髇 ambiental y de espacios naturales dictar醤 resoluci髇 conjunta que contendr� la declaraci髇 de tal circunstancia y la concesi髇 o denegaci髇 de la autorizaci髇 prevista en este Plan.

3. Quedan exceptuadas del procedimiento anteriormente establecido aquellas actuaciones excluidas del 醡bito de aplicaci髇 del Decreto 356/2010, de 3 de agosto, de desarrollo de la Ley 7/2007, de 9 de julio, por entenderse que no pueden afectar de forma apreciable o son inocuas para los espacios incluidos en la Red Ecol骻ica Europea Natura 2000.

5.3.5. Actuaciones sujetas a autorizaci髇 o licencia en materia urban韘tica.

1. De conformidad con lo dispuesto en el art韈ulo 16 de la Ley 2/1989, de 18 de julio, las autorizaciones previstas en el presente Plan que tuvieran por objeto actividades sujetas a autorizaci髇 o licencia urban韘tica, se tramitar醤 conforme a lo siguiente:

• a) Se instar醤 en el mismo acto de solicitud de 閟tas, a cuyo efecto la persona interesada presentar� ante el Ayuntamiento adem醩 de la documentaci髇 exigida para la concesi髇 de la autorizaci髇 o licencia en materia urban韘tica, la correspondiente solicitud en el modelo normalizado que proceda acompa馻do de la documentaci髇 que en el mismo se indique, o de la declaraci髇 responsable que la sustituya. Los modelos normalizados podr醤 obtenerse en los lugares previstos en el ep韌rafe 5.3.1.1.
• b) El Ayuntamiento, en el plazo de 10 d韆s, remitir� la documentaci髇 con su informe facultativo a la oficina del Espacio Natural. Dicho informe deber� pronunciarse expresamente sobre la compatibilidad de la actuaci髇 con el instrumento de planeamiento urban韘tico.
• c) Desde el Espacio Natural se evacuar� informe, que tendr� car醕ter vinculante. Si el informe fuese favorable, deber醤 incluirse en la autorizaci髇 o licencia urban韘tica las condiciones que se establezcan en el mismo. Dicho informe ser� remitido al Ayuntamiento en el plazo m醲imo de dos meses desde la recepci髇 de la solicitud.
• d) Transcurrido el plazo de dos meses sin que se hubiera emitido y notificado al Ayuntamiento dicho informe, se entender� informada favorablemente la actuaci髇 y podr醤 proseguir el procedimiento de la autorizaci髇 o licencia urban韘tica solicitada, sin perjuicio de lo establecido en el ep韌rafe 5.3.3.2.
• e) Los plazos establecidos para notificar la resoluci髇 de las autorizaciones o licencias en materia urban韘tica, quedar醤 en suspenso, en tanto se lleve a cabo la tramitaci髇 del informe conforme a lo dispuesto en el apartado anterior.

2. En los casos en que la actuaci髇 pretendida est� sujeta a autorizaci髇 o licencia en materia urban韘tica y a comunicaci髇 previa a al Equipo de Gesti髇 del Espacio Natural, una vez haya sido concedida, en su caso, dicha autorizaci髇 o licencia urban韘tica, corresponder� a la persona interesada realizar la comunicaci髇 previa, en los t閞minos establecidos en este Plan, acompa馻da de una copia de la autorizaci髇 o licencia otorgada o, en su caso, de la correspondiente certificaci髇 del silencio positivo.

5.3.6. Actuaciones que requieran autorizaciones ambientales de car醕ter sectorial o impliquen la ocupaci髇 de bienes de la Comunidad Aut髇oma.

1. Se integrar醤 en un 鷑ico procedimiento administrativo las autorizaciones que se requieran en virtud de este Plan, cuando:

• a) Tengan por objeto actuaciones que conlleven la necesidad de otras autorizaciones ambientales de car醕ter sectorial, conforme a lo dispuesto en el ep韌rafe 5.2.4.
• b) Requieran el otorgamiento de un t韙ulo de concesi髇 para la ocupaci髇 de bienes de la Comunidad Aut髇oma de Andaluc韆 o gestionados por la misma en virtud de las competencias que tenga atribuidas, as� como aquellas que, en su caso, afecten a zonas de servidumbre de protecci髇.

2. En la instrucci髇 del procedimiento por el 髍gano competente por raz髇 de la materia deber� emitirse, con anterioridad a la resoluci髇 administrativa que ponga fin al mismo, un informe por el Equipo de Gesti髇 sobre la conformidad de la actuaci髇 pretendida en relaci髇 con la normativa reguladora de las actividades en el Espacio Natural y la protecci髇 de sus valores ambientales. Dicho informe tendr� car醕ter vinculante cuando sea desfavorable as� como en relaci髇 con las condiciones que se establezcan, en su caso, cuando sea favorable.

5.3.7. Comunicaci髇 previa.

1. La comunicaci髇 deber� dirigirse al Equipo de Gesti髇 del Espacio Natural y deber� tener entrada en el registro de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, en el de la oficina del Espacio Natural, en el de las correspondientes Delegaciones Provinciales o en sus registros auxiliares con una antelaci髇 m韓ima de 15 d韆s a la fecha se馻lada en la comunicaci髇 para el inicio de la actuaci髇, pudi閚dose presentar en la forma prevista en el ep韌rafe 5.3.1.

Con el objeto de facilitar la aportaci髇 de la documentaci髇 requerida, la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, a trav閟 de la Red de Informaci髇 Ambiental de Andaluc韆 (REDIAM), pondr� a disposici髇 de los interesados la informaci髇 necesaria para la identificaci髇 de los condicionantes ambientales que inciden sobre el 醨ea de actuaci髇 o sobre la actividad que se va a realizar.

2. La persona interesada deber� presentar el documento de comunicaci髇 previa correspondiente a la actividad que se pretende desarrollar conforme a un modelo normalizado debidamente cumplimentado junto con la documentaci髇 requerida para cada supuesto. El modelo normalizado podr� obtenerse en los lugares previstos en el ep韌rafe 5.3.1.1.

Cuando se establezca en los modelos normalizados, podr� sustituirse la documentaci髇 que se requiera por una declaraci髇 responsable en la que manifieste, bajo su responsabilidad, que cumple con los requisitos establecidos en este Plan, que dispone al tiempo de la comunicaci髇 de la documentaci髇 que as� lo acredita y que se compromete a mantener su cumplimiento durante el per韔do de tiempo correspondiente a la ejecuci髇 o ejercicio de la actuaci髇 pretendida.

3. Cuando la comunicaci髇 se presente en un lugar distinto al registro de la oficina del Espacio Natural, o de los registros auxiliares, el plazo antes indicado se computar� a partir del d韆 siguiente al que tenga entrada en dichos registros. A tal efecto, el citado 髍gano competente comunicar� a la persona interesada la fecha de entrada de la comunicaci髇 en su registro, general o auxiliar.

4. En caso de que existan razones de conservaci髇 o protecci髇 de los recursos naturales que no hayan podido ser previstas por la persona interesada o se sobrepase la capacidad de acogida del equipamiento o de la zona de realizaci髇 de las actividades, el Equipo de Gesti髇, indicar� a la persona interesada, con una antelaci髇 m韓ima de 10 d韆s con respecto a las fechas previstas, la imposibilidad de realizar la actuaci髇 propuesta en dichas fechas.

5. Sin perjuicio de lo que se establece en el apartado anterior, en las actuaciones sometidas al r間imen de comunicaci髇 previa al ejercicio de la actividad, el 髍gano competente al que debe dirigirse la comunicaci髇 conforme a lo establecido en este Plan no tendr� el deber de pronunciarse sobre la actividad pretendida, ni la falta de pronunciamiento tendr� efectos de silencio administrativo.

5.3.8. Presentaci髇 de la comunicaci髇 previa por medios electr髇icos.

La presentaci髇 de la comunicaci髇 previa por medios telem醫icos a trav閟 de las redes abiertas de telecomunicaci髇 se cursar� por los interesados al Registro Telem醫ico 趎ico, en los t閞minos previstos en el Decreto 183/2003, de 24 de junio, y dem醩 normativa de aplicaci髇, as� como el art韈ulo 83 de la Ley 9/2007, de 22 de octubre, mediante el acceso a la correspondiente aplicaci髇 situada en el Canal de Administraci髇 Electr髇ica de la web de la Junta de Andaluc韆 (http://www.juntadeandalucia.es), as� como en la de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente (http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente).

V閍se O [ANDALUC虯] 12 diciembre 2011, por la que se aprueban los modelos normalizados de solicitud de autorizaci髇 y comunicaci髇 previa para la realizaci髇 de determinadas actuaciones en el espacio natural Sierra Nevada (獴.O.J.A.� 11 enero 2012).LE0000471596_20120112

5.4. Normas generales.

Las presentes normas generales ser醤 de aplicaci髇 al Parque Nacional, as� como a las zonas de reserva (A), zonas de regulaci髇 especial (B) y zonas de regulaci髇 com鷑 (C) del Parque Natural, sin perjuicio de lo dispuesto para cada una de ellas en su respectiva normativa particular.

5.4.1. Sobre actividades y aprovechamientos forestales.

1. Quedan sujetas a la obtenci髇 de autorizaci髇 conforme al procedimiento regulado en este Plan las siguientes actuaciones:

• a) La forestaci髇 de terrenos agr韈olas cuando no cumplan las condiciones establecidas en el apartado 2.
• b) Los tratamientos fitosanitarios a閞eos en terrenos forestales en el Parque Natural.
• c) Los tratamientos fitosanitarios en terrenos forestales en el Parque Nacional, que s髄o podr� realizarse con medios a閞eos extensivos en circunstancias excepcionales.
• d) En el Parque Nacional, la recolecci髇 de ramas, flores, frutos o tallos, seg鷑 el caso, de las especies recogidas en el ep韌rafe 5.1.2.3.a) del PRUG del Parque Nacional, siempre que no se realice por arranque de los ejemplares ni suponga esquilmaci髇.

2. Queda exceptuada del r間imen de autorizaci髇, la forestaci髇 de terrenos agr韈olas cuando se realice con especies aut骳tonas, no conlleve la eliminaci髇 de la vegetaci髇 forestal preexistente y la pendiente media del 醨ea de actuaci髇 no supere el 15%. A efectos de control y seguimiento, dichas actuaciones deber醤 ser comunicadas a la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente previamente al inicio de su ejecuci髇 en la forma y plazo previstos en el ep韌rafe 5.3.7.

3. Quedan prohibidos:

• a) Los nuevos aterrazamientos o abancalamientos en las labores de preparaci髇 del suelo.
• b) Los desbroces con remoci髇 del terreno en pendientes medias del 醨ea de actuaci髇 superiores al 15%, salvo los realizados en labores de prevenci髇 de incendios.
• c) La recolecci髇 de elementos vegetales en el Parque Nacional, salvo las excepciones que se establezcan en el Plan Rector de Uso y Gesti髇 de dicho Parque.

4. La Consejer韆 competente en materia de medio ambiente puede limitar, circunscribir a determinados per韔dos, o establecer otras condiciones espec韋icas que estime oportunas para la realizaci髇 de determinadas actuaciones de aprovechamiento forestal en los montes incluidos en el 醡bito del Plan, cuando las condiciones clim醫icas y otras circunstancias excepcionales as� lo aconsejen.

5.4.2. Sobre actividades y aprovechamientos ganaderos.

1. Quedan sujetas a la obtenci髇 de autorizaci髇 conforme al procedimiento regulado en este Plan las siguientes actuaciones:

• a) El aprovechamiento ganadero en el Parque Nacional, conforme lo dispuesto en el ep韌rafe 5.1.3 del PRUG del citado Parque.
• b) La ejecuci髇, en el Parque Nacional, de peque馻s instalaciones de apoyo en campo (abrevaderos, portillos, encerraderos, entre otros).

2. En aquellas fincas dedicadas a la ganader韆 donde se hayan detectado problemas de sobreexplotaci髇 de la vegetaci髇 o de erosi髇 del suelo, la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente podr� limitar la carga ganadera y establecer un acotamiento temporal hasta que se alcancen valores que no pongan en peligro el mantenimiento de estos recursos. No se considerar醤 estas medidas cuando las circunstancias climatol骻icas hayan sido adversas para la producci髇 de pastos y los da駉s no se consideren irreparables.

3. Queda prohibido:

• a) La quema de vegetaci髇 para la obtenci髇 de nuevos pastos.
• b) La instalaci髇 de mallas de doble torsi髇, mallas gallineras y el doble mallado en el Parque Nacional, salvo para las aves de corral y cercados concretos destinados a labores de manejo de ganado menor.

5.4.3. Sobre actividades y aprovechamientos agr韈olas.

1. Quedan sujetas a la obtenci髇 de autorizaci髇 conforme al procedimiento regulado en este Plan, las siguientes actuaciones:

• a) Los proyectos no sometidos a AAU, cuyo objeto sea destinar a la explotaci髇 agr韈ola intensiva terrenos agr韈olas.
• b) Los nuevos regad韔s y la consolidaci髇 y mejora de los existentes no sometidos a AAU.
• c) La eliminaci髇 de los setos vivos en lindes, caminos y de separaci髇 de parcelas que podr� otorgarse exclusivamente por motivos de protecci髇 de cultivos y cuando no exista otra alternativa.
• d) La introducci髇 del cultivo de nuevas especies agron髆icas en el Parque Nacional.
• e) El desarraigo de cultivos le駉sos en el Parque Nacional.
• f) Los tratamientos fitosanitarios a閞eos (terrenos agr韈olas) en el Parque Nacional.

2. Quedan exceptuadas del r間imen de autorizaci髇, las actuaciones que a continuaci髇 se relacionan cuando se realicen en las condiciones establecidas en este Plan. A efectos de control y seguimiento, dichas actuaciones deber醤 ser comunicadas a la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente previamente al inicio de su ejecuci髇 en la forma y plazo previstos en el ep韌rafe 5.3.7.

• a) El manejo de los setos de vegetaci髇 en lindes, caminos y de separaci髇 de parcelas, entendi閚dose como tal las podas de formaci髇 y mantenimiento, as� como las podas de saneamiento.
• b) El desarraigo de cultivos le駉sos en el Parque Natural. En todo caso, cuando la pendiente media del 醨ea de actuaci髇 sea mayor de 15%, se deber� cumplir lo siguiente:
  • 1.� El cultivo deber� ser sustituido, en un plazo no superior a 1 a駉, por otro cultivo arb髍eo o le駉so que permita una cobertura vegetal del suelo igual o superior a la existente.
  • 2.� Hasta que la nueva plantaci髇 aporte suficiente cobertura al suelo, deber醤 adoptarse medidas que impidan de la erosi髇 del terreno, las cuales deber醤 ser puestas de manifiesto en la comunicaci髇 previa.
• c) Los tratamientos fitosanitarios a閞eos (terrenos agr韈olas) en el Parque Natural.

3. Quedan prohibidos:

• a) Los proyectos sometidos a AAU, cuyo objeto sea destinar a la explotaci髇 agr韈ola intensiva terrenos agr韈olas, as� como el empleo de cualquier tipo de protecciones artificiales para los cultivos. 趎icamente podr醤 emplearse estructuras cortavientos y sistemas de entutorado de naturaleza vegetal (restos vegetales o plantas cultivadas) o materiales que lo imiten en cuanto a forma y colorido.
• b) Los nuevos aterrazamientos o abancalamientos en las labores de preparaci髇 de suelo.
• c) El laboreo agr韈ola siguiendo las l韓eas de m醲ima pendiente, salvo en situaciones excepcionales relativas a la configuraci髇 de la finca, que requerir醤 autorizaci髇 expresa.
• d) La roturaci髇 de terrenos forestales para uso agr韈ola, as� como la eliminaci髇 y modificaci髇 de los abancalamientos tradicionales, en el Parque Nacional.

5.4.4. Sobre actividades cineg閠icas y la pesca y acuicultura continental.

1. De acuerdo con lo dispuesto en el apartado 3.5.b) del Plan Director de la Red de Parques Nacionales y en el art韈ulo 10 de la Ley 3/1999, de 11 de enero, se proh韇e la caza y la pesca continental en el Parque Nacional de Sierra Nevada.

2. Son actividades prohibidas:

• a) La introducci髇 de especies acu韈olas aut骳tonas de caracter韘ticas gen閠icas diferentes a las de los cauces de Sierra Nevada, salvo las que resulten oportunas por motivos de conservaci髇 y gesti髇.
• b) Los cotos intensivos y escenarios deportivos de pesca.

5.4.5. Sobre actividades de uso p鷅lico, turismo activo y ecoturismo.

1. Quedan sujetas a la obtenci髇 de autorizaci髇 conforme al procedimiento regulado en este Plan, las siguientes actividades de uso p鷅lico, turismo activo y ecoturismo:

• a) Las actividades que se relacionan a continuaci髇 cuando se realicen por caminos, pistas forestales u otros espacios donde exista limitaci髇 de acceso o de uso:
  • 1.� La observaci髇 de la fauna y flora y la observaci髇 geoatmosf閞ica.
  • 2.� Las actividades de filmaci髇, grabaci髇 sonora y fotograf韆.
  • 3.� Alpinismo o escalada cl醩ica.
  • 4.� Cicloturismo.
  • 5.� Esqu� de traves韆.
  • 6.� Pirag黫smo en el Parque Natural.
  • 7.� Ruta ecuestre.
  • 8.� Senderismo.
  • 9.� Circulaci髇 con veh韈ulos a motor.
  • 10.� Traves韆 de monta馻.
• b) El vivaqueo y la acampada nocturna vinculados a traves韆 de monta馻 para grupos superiores a 15 personas o que utilicen m醩 de 3 tiendas de campa馻.
• c) Las actividades de filmaci髇, grabaci髇 sonora y fotograf韆 que impliquen el uso de equipos auxiliares, tales como focos, plantallas reflectoras, generadores el閏tricos u otros.
• d) Las actividades de uso p鷅lico que se citan a continuaci髇 cuando se realicen fuera de los lugares previamente designados mediante resoluci髇 de la persona titular de la Direcci髇 General competente en materia de espacios naturales de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, o en lugares designados que tengan alguna limitaci髇 de uso.
  • 1.� Descenso de barrancos en el Parque Natural.
  • 2.� Descenso en bote en el Parque Natural.
  • 3.� Escalada deportiva.
  • 4.� Espeleolog韆.
  • 5.� Esqu� alpino.
  • 6.� Esqu� n髍dico.
  • 7.� Globo aerost醫ico.
  • 8.� Hidrobob en el Parque Natural.
  • 9.� Hidrotrineo.
  • 10.� Motos de nieve.
  • 11.� Mushing.
  • 12.� Snowboard.
  • 13.� Trineos.
  • 14.� Vuelo libre (parapente, ala delta, etc.).
  • 15.� Vuelo sin motor (velero).
• e) En el Parque Natural, las romer韆s, fiestas populares, eventos deportivos y otras concentraciones con menos de diez a駉s de antig黣dad y aquellas de m醩 de diez a駉s de antig黣dad en las que se produzcan modificaciones de las condiciones establecidas en la 鷏tima autorizaci髇 otorgada por el Equipo de Gesti髇 del Espacio Natural. Queda exceptuada la realizaci髇 de cualquier tipo de competici髇 deportiva, prueba o exhibici髇 organizada de esqu� en cualquiera de sus modalidades que se realicen dentro de la Subzona C3, 羠ea de esqu� alpino, del Parque Natural.

2. Las acampadas y campamentos juveniles se regir醤 por lo dispuesto en el Decreto 45/2000, de 31 de enero, sobre organizaci髇 de acampadas y campamentos juveniles en Andaluc韆 y por la normativa espec韋ica dictada por la persona titular de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente sobre acampadas para la realizaci髇 de actividades de educaci髇 ambiental. La relaci髇 de las zonas donde podr醤 llevarse a cabo dichas actividades y las condiciones en que deber醤 desarrollarse se establecer醤 mediante resoluci髇 de la persona titular de la Direcci髇 General competente en materia de espacios naturales.

3. Las actividades sometidas a autorizaci髇 deber醤 ejercerse de manera que no conlleven repercusiones negativas sobre el medio natural, no alteren el normal funcionamiento de los equipamientos e infraestructuras u obstaculicen la realizaci髇 de estas actividades por otras personas usuarias.

4. Quedan exceptuadas del r間imen de autorizaci髇, las actuaciones que a continuaci髇 se relacionan cuando se realicen en las condiciones establecidas en este Plan. A efectos de control y seguimiento, dichas actuaciones deber醤 ser comunicadas a la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente previamente al inicio de su ejecuci髇 en la forma y plazo previstos en el ep韌rafe 5.3.7.

• a) En el Parque Nacional los eventos deportivos y las romer韆s que se determinan en el ep韌rafe 5.2.3.1 y en el ep韌rafe 5.2.5.1, respectivamente, del Plan Rector de Uso y Gesti髇 del citado espacio. Para dichas actividades la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente establecer� cada a駉 las condiciones espec韋icas para su desarrollo.
• b) En el Parque Natural las romer韆s, fiestas populares, eventos deportivos y otras concentraciones con m醩 de diez a駉s de antig黣dad cuando no se produzcan modificaciones de las condiciones establecidas en la 鷏tima autorizaci髇 otorgada por el Equipo de Gesti髇 del Espacio Natural que, en todo caso, ser醤 de obligado cumplimiento durante la realizaci髇 de la actividad. Queda exceptuada la realizaci髇 de cualquier tipo de competici髇 deportiva, prueba o exhibici髇 organizada de esqu� en cualquiera de sus modalidades que se realicen dentro de la Subzona C3, 羠ea de esqu� alpino, del Parque Natural.
• c) Las acampadas y campamentos para la realizaci髇 de actividades de educaci髇 ambiental en las zonas a las que se refiere el apartado 2, que deber醤 cumplir los siguientes requisitos:
  • 1.� La comunicaci髇 ir� acompa馻da de los documentos acreditativos de que se cumplen las condiciones establecidas mediante orden de la persona titular de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente sobre acampadas para la realizaci髇 de actividades de Educaci髇 Ambiental en Espacios Naturales de Andaluc韆, o declaraci髇 responsable cuando as� se establezca en los modelos normalizados, de acuerdo con lo establecido en el ep韌rafe 5.3.7.2.
  • 2.� Salvo autorizaci髇 expresa en contrario del Equipo de Gesti髇 del Espacio Natural las actividades complementarias a la acampada, y especialmente las carreras de orientaci髇, se desarrollar醤 dentro del recinto de la zona de acampada.
  • 3.� En caso de instalaci髇 de equipamientos o infraestructuras no permanentes o desmontables, 閟ta se realizar� en el recinto de la zona de acampada, debiendo ser desmontados tras la actividad, dejando el lugar en las mismas condiciones a las previamente existentes a su montaje.
  • 4.� Los residuos generados durante la actividad deber醤 ser recogidos y depositados en los lugares habilitados para ello.
  • 5.� No podr� excederse el n鷐ero m醲imo de personas establecido para cada zona de acampada.
• d) El vivaqueo y la acampada nocturna vinculados a actividades de traves韆 de monta馻 para grupos menores de 15 personas y que utilicen menos de 3 tiendas de campa馻 y cumplan las siguientes condiciones:
  • 1.� A efectos de lo dispuesto en el presente Plan se entiende por vivaquear, dormir o descansar durante la noche al raso o intemperie, usando o no elementos de abrigo, como saco de dormir, funda de vivac o los medios que proporciona el entorno sin alterarlo.
  • 2.� A efectos de lo dispuesto en el presente Plan se entiende por acampada nocturna, la modalidad de pernocta que consiste en instalar una tienda de campa馻 ligera (la que sirve exclusivamente para dormir) al anochecer, una hora antes de la puesta de sol, hasta el amanecer, una hora despu閟 de su salida al d韆 siguiente.
  • 3.� En la comunicaci髇 para la realizaci髇 de esta actividad deber� indicarse el n鷐ero m醲imo de personas e instalaciones, o materiales, utilizados para pernoctar, as� como el itinerario y las zonas en que se prev� realizar el vivaqueo.
  • 4.� No est� permitido el vivaqueo ni la acampada nocturna, a menos de dos kil髆etros de un n鷆leo urbano, de un establecimiento de alojamiento tur韘tico o de un refugio, salvo que 閟te 鷏timo estuviera completo, ni pernoctar m醩 de una noche en el mismo lugar.
  • 5.� Las personas participantes ser醤 responsables de la recogida de los residuos generados por la actividad, debiendo depositarlos en los lugares habilitados para ello.

5. Para las actividades indicadas en el apartado 4 y sin perjuicio de las limitaciones establecidas en la normativa espec韋ica en materia de prevenci髇 de incendios forestales, s髄o se permite el uso del fuego para la preparaci髇 de alimentos y exclusivamente en los lugares habilitados para ello, debiendo adoptarse las medidas preventivas adecuadas para evitar la propagaci髇 del mismo. En todo caso, los aparatos productores de calor mediante gases o l韖uidos inflamables se colocar醤 en zonas limpias de vegetaci髇 en una franja de, al menos, 5 metros de radio alrededor de aquellos.

6. Actividades de libre realizaci髇:

• a) Ser醤 de libre realizaci髇 las actividades de uso p鷅lico, turismo activo y ecoturismo no sometidas a r間imen de autorizaci髇 o comunicaci髇 previa, cuando se realicen en equipamientos p鷅licos, caminos, pistas forestales u otros espacios donde no exista limitaci髇 de acceso o de uso o en los lugares, fechas y condiciones previamente determinados para cada espacio conforme a lo dispuesto en el apartado b). Para el Parque Nacional se estar� tambi閚 a lo dispuesto en el PRUG del citado espacio.
• b) Las limitaciones de acceso o de uso, as� como la determinaci髇 de los lugares, fechas y condiciones, se establecer醤 mediante resoluci髇 de la persona titular de la Direcci髇 General competente en materia de espacios naturales. Las condiciones espec韋icas, as� como las determinaciones locales y temporales que se establezcan, para el Espacio Natural respetar醤 las de car醕ter general que se regulen conforme a lo dispuesto en el apartado 10.
• c) En todo caso, las actividades deber醤 ejercerse de manera que no conlleven repercusiones negativas sobre el medio natural, no alteren el normal funcionamiento de los equipamientos e infraestructuras, ni obstaculicen la realizaci髇 de estas actividades por otras personas usuarias.

7. En particular no se podr醤 realizar las siguientes actividades de uso p鷅lico, turismo activo y ecoturismo:

• a) En el Parque Natural, el cicloturismo campo a trav閟 y en senderos de uso p鷅lico exclusivamente peatonal. En todo el Parque Nacional, salvo por pistas forestales abiertas al uso p鷅lico y carreteras.
  V閍se la Res. 13 octubre 2022, de la Direcci髇 General de Espacios Naturales Protegidos, por la que se regula el acceso con bicicletas a la pista de la Dehesa del Camarate del t閞mino municipal de Lugros (Granada) dentro del Parque Nacional de Sierra Nevada (獴.O.J.A.� 15 noviembre).LE0000741517_20221116
• b) Heliesqu�, heliexcursi髇, paracaidismo y vuelo con ultraligero y en general las actividades recreativas que empleen aeronaves con motor. Excepcionalmente la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente podr� autorizar, con motivo de eventos deportivos relacionados con actividades aeron醬ticas, actividades de paracaidismo y vuelo con ultraligero.
• c) Las actividades aeron醬ticas con motor por debajo de los 1.000 metros de altura sobre la vertical del terreno, as� como en las zonas de restricci髇 a閞ea establecidas en la Orden PRE/1841/2005, de 10 de junio, por la que se modifica parcialmente la Orden de 18 de enero de 1993, del Ministerio de Relaciones con las Cortes y de la Secretar韆 del Gobierno, sobre zonas prohibidas y restringidas al vuelo.
• d) Las actividades de vuelo libre y globo aerost醫ico en las Zonas de Reserva y Zonas de Uso Restringido del Parque Nacional, en la Zona de Reserva (A) del Parque Natural y en los sectores de nidificaci髇 de rapaces (del 1 de enero al 15 de julio). Asimismo, el globo aerost醫ico en las Zonas de Regulaci髇 Espec韋ica (B) del Parque Natural en 閜oca de peligro alto de incendios seg鷑 la normativa vigente.
• e) El establecimiento de 醨eas de despegue y aterrizaje en el Parque Nacional y en Zona de Reserva A.
• f) Las rutas ecuestres en senderos de uso p鷅lico exclusivamente peatonal.
• g) Las actividades n醬ticas.
• h) Todoterreno a motor campo a trav閟, en cortafuegos y fajas auxiliares, en v韆s forestales de extracci髇 de madera, en cauces secos o inundados, en servidumbres del dominio p鷅lico hidr醬lico, caminos de anchura inferior a 2 metros y en senderos, salvo en aquellos tramos de los mismos en los que est� expresamente permitido, por la persona titular de la Direcci髇 General competente en materia de espacios naturales de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, el uso de veh韈ulos a motor.
• i) Circular con motocicletas, cuatriciclos y veh韈ulos asimilados, excepto si circulan por carreteras o caminos asfaltados.
• j) Cualquier pr醕tica o competici髇 deportiva con veh韈ulos terrestres a motor por caminos rurales, pistas forestales o carreteras.
• k) La instalaci髇 de v韆s ferratas.
• l) La utilizaci髇 del fuego salvo en las zonas habilitadas y se馻ladas a tal efecto.
• m) Las que impliquen el uso de aparatos de megafon韆 exterior con alteraci髇 de las condiciones de sosiego y silencio.
• n) El estacionamiento, para pernoctar, de caravanas y autocaravanas fuera de los lugares expresamente habilitados a tal fin.

8. No obstante lo establecido en el apartado 7, excepcionalmente el Equipo de Gesti髇 del Espacio Natural podr� autorizar eventos tur韘ticos, deportivos o culturales en el Parque Natural relacionados con las actividades relacionadas en el citado apartado 7.

9. Adem醩 de lo dispuesto en el apartado 7, se proh韇e en el Parque Nacional:

• a) El tiro en cualquiera de sus modalidades.
• b) El barranquismo y los deportes acu醫icos, en cualquiera de sus modalidades.
• c) Los deportes de nieve en cualquiera de sus modalidades, a excepci髇 de lo dispuesto en el ep韌rafe 5.2.2.c) del PRUG del Parque Nacional.
• d) La circulaci髇 de veh韈ulos a motor de cualquier tipo, salvo por los caminos habilitados para ello.
• e) La circulaci髇 de motocicletas, cuatriciclos y veh韈ulos asimilados en actividades vinculadas al uso p鷅lico, excepto si circulan por carreteras o caminos asfaltados.
• f) El levantamiento de mapas para pruebas de orientaci髇 y la realizaci髇 de las mismas en las Zonas de Reserva y Zonas de Uso Restringido.
• g) La celebraci髇 de competiciones y pruebas deportivas, salvo las se馻ladas con car醕ter excepcional en el apartado 1 del ep韌rafe 5.2.3 del PRUG del Parque Nacional.
• h) La introducci髇 de perros y animales de compa耥a sueltos a excepci髇 de perros de rescate, perros gu韆 y perros ganaderos en labores de compa耥a y vigilancia del ganado.
• i) El uso de cometas, liberaci髇 de globos y la pr醕tica del aeromodelismo.
• j) El buceo y el uso de embarcaciones o cualquier otro tipo de artilugios flotantes en las aguas del Parque Nacional, as� como el ba駉 en las lagunas.

10. La persona titular de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente podr�, mediante orden, limitar, condicionar o someter a autorizaci髇, de forma cautelar e inmediata, por un tiempo determinado, el desarrollo de cualquier tipo de actividad en un determinado lugar, cuando se detecte que el desarrollo de dicha actividad afecta negativamente a la conservaci髇 de los valores naturales que motivaron la declaraci髇 del Espacio Natural Sierra Nevada.

11. Las actividades de turismo activo que se desarrollen por empresas quedar醤 sujetas a los requisitos que, para su ejercicio, se establecen en el Decreto 20/2002, de 29 de enero, obligaciones y condiciones medioambientales para la pr醕tica de las actividades integrantes del turismo activo.

12. Las actividades de ecoturismo desarrolladas por empresas se sujetar醤 a los requisitos establecidos para las de turismo activo en la norma referida en el apartado anterior.

La observaci髇 de especies de fauna y flora y la observaci髇 geoatmosf閞ica tienen la consideraci髇 de actividad de ecoturismo.

5.4.6. Sobre actividades de investigaci髇.

1. Quedan sujetas a la obtenci髇 de autorizaci髇 conforme al procedimiento regulado en este Plan, las siguientes actuaciones:

• a) Las actividades cient韋icas y de investigaci髇 que impliquen el montaje de infraestructuras permanentes o desmontables. En el Parque Nacional no podr醤 tener car醕ter permanente.
• b) La difusi髇 de informaci髇 derivada de investigaci髇 cient韋ica desarrollada en el interior del Espacio Natural que pueda facilitar la localizaci髇 de especies, poblaciones o recursos naturales, cuando con ello se ponga en peligro la conservaci髇 de los mismos.

2. Quedan exceptuadas del r間imen de autorizaci髇, las actividades cient韋icas y de investigaci髇 que no impliquen el montaje de infraestructuras. A efectos de control y seguimiento, dichas actuaciones deber醤 ser comunicadas a la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente previamente al inicio de su ejecuci髇 en la forma y plazo previstos en el ep韌rafe 5.3.7.

5.4.7. Sobre creaci髇, mejora y mantenimiento de infraestructuras e instalaciones.

1. Quedan sujetas a la obtenci髇 de autorizaci髇 conforme al procedimiento regulado en este Plan, las siguientes actuaciones cuando no est閚 sometidas a AAI o AAU:

• a) Construcci髇 de l韓eas para el transporte o suministro de energ韆 el閏trica en el Parque Natural.
• b) Infraestructuras de telecomunicaciones en el Parque Natural.
• c) Instalaciones de producci髇 de energ韆 el閏trica solar, termoel閏trica o fotovoltaica en el Parque Natural, salvo las fotovoltaicas de potencia no superior a a 10 kilovatios que se incluyen en el apartado 3, as� como las instalaciones para la utilizaci髇 de la fuerza del viento para la producci髇 de energ韆.
• d) Oleoductos y gaseoductos en el Parque Natural.
• e) Obras de conservaci髇, acondicionamiento y mejora de caminos, salvo las incluidas en el apartado 3.b).
• f) La mejora de instalaciones para la captaci髇 y conducci髇 de agua y la construcci髇 de dichas instalaciones que, en el Parque Nacional, s髄o podr醤 estar destinadas al abastecimiento de agua potable a las poblaciones locales existentes.
• g) La modificaci髇 del trazado, secci髇 o caracter韘ticas de las acequias existentes en el Parque Natural y la restauraci髇 y reparaci髇 de las mismas en el Parque Nacional.
• h) Construcci髇 de instalaciones destinadas a retener agua o almacenarla, tales como abrevaderos, albercas, balsas o dep髎itos en el Parque Natural y la ejecuci髇 de peque馻s instalaciones de apoyo en campo, como abrevaderos, ligadas a las actividades tradicionales en el Parque Nacional.
• i) Cualquier actuaci髇 en los cauces, en las zonas de servidumbre, las de polic韆 y los per韒etros de protecci髇.
• j) La instalaci髇 no permanente o la adecuaci髇 de infraestructuras vinculadas al desarrollo de actividades de uso p鷅lico y tur韘ticas en todo el 醡bito del Plan, as� como la construcci髇 o instalaci髇 permanente de las mismas en el Parque Natural.
• k) Instalaci髇 de cercas, vallados y cerramientos no cineg閠icos no incluidos en el apartado 3.e) y la ejecuci髇 de peque馻s instalaciones de apoyo en campo, como cercas de protecci髇 de cultivos agr韈olas, portillos y encerrados, entre otras, ligados a las actividades tradicionales en el Parque Nacional.
• l) Los caminos rurales en el Parque Natural no incluidos en el apartado 3.d).
• m) Las obras de conservaci髇 y mejora de infraestructuras de comunicaci髇, obtenci髇 y distribuci髇 de energ韆 u otros servicios no sometidos a AAU en el Parque Nacional.

2. Las instalaciones e infraestructuras relacionadas con la pr醕tica del esqu� s髄o ser醤 autorizadas en la Zona de Regulaci髇 Com鷑, Subzona C3, 羠ea de esqu� alpino.

3. Quedan exceptuadas del r間imen de autorizaci髇, las actuaciones que a continuaci髇 se relacionan cuando se realicen en las condiciones establecidas en este Plan. A efectos de control y seguimiento, dichas actuaciones deber醤 ser comunicadas a la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente previamente al inicio de su ejecuci髇 en la forma y plazo previstos en el ep韌rafe 5.3.7.

• a) Las instalaciones de producci髇 de energ韆 el閏trica fotovolt醝ca no superior a 10 kilovatios en el Parque Natural.
• b) Las obras de conservaci髇, acondicionamiento y mejora de caminos en las que concurran los siguientes requisitos:
  • 1.� No supongan una modificaci髇 de la planta o secci髇.
  • 2.� No supongan una alteraci髇 de desmontes y terraplenes.
  • 3.� No precisen de la construcci髇 de obras de drenaje.
  • 4.� No afecten a especies de flora amenazada.
  • 5.� El firme sea terreno natural compactado o los aportes externos sean de zahorra, que deber� tener una tonalidad similar a la del terreno circundante.
• c) La instalaci髇 de cercas, vallados y cerramientos no cineg閠icos, en el Parque Natural, cuando concurran los siguientes requisitos:
  • 1.� Su finalidad sea la protecci髇 de cultivos, manejo de ganado o protecci髇 de edificaciones.
  • 2.� La malla a emplear sea de tipo ganadero, con una ret韈ula que tenga, al menos, hasta los 60 cent韒etros de altura, una superficie m韓ima de 300 cent韒etros cuadrados, siendo el lado menor siempre superior a 12 cent韒etros. En los cercados destinados a labores de manejo de ganado con cr韆, donde sea necesario para la protecci髇 contra depredadores, se podr� emplear malla con ret韈ulo romboidal. Asimismo, cuando la malla se utilice con funciones de protecci髇 de cultivos, podr� emplearse malla de tipo cineg閠ico.
  • 3.� La altura m醲ima de la malla sea de 1,40 metros, excepto para la protecci髇 de cultivos y edificios, que podr� tener hasta 2,10 metros.
  • 4.� Los postes no sean reflectantes, ni met醠icos con procesos electroqu韒icos de oxidaci髇 forzada (anonizados), galvanizados o cincados, ni sean anclados al suelo con hormig髇.
  • 5.� La superficie m醲ima a vallar sea inferior a 1 hect醨ea y no suponga el cerramiento total de la finca.
  • 6.� Los vallados de protecci髇 de edificios dispongan de un apantallamiento vegetal realizado con especies propias del entorno.
  • 7.� No se empleen materiales procedentes de derribos, desechos o chatarra ni fijarse a elementos naturales.
  • 8.� No afecte a dominio p鷅lico.
• d) La reposici髇 o reparaci髇 de cercas, vallados y cerramientos cuando afecte a una longitud igual o superior a 20 metros lineales.
• e) La apertura de caminos rurales en explotaciones agrarias en activo, en el Parque Natural, que cumplan las siguientes condiciones:
  • 1.� La anchura m醲ima de la plataforma sea de 3 metros.
  • 2.� La longitud m醲ima sea de 100 metros y no suponga continuidad con otros tramos realizados mediante el procedimiento de comunicaci髇 previa.
  • 3.� El firme ser� el del propio terreno compactado o los aportes externos sean de zahorra, que deber� tener la tonalidad del terreno circundante.
  • 4.� No se generen desmontes ni terraplenes superiores a 50 cent韒etros de altura en una longitud m醲ima de 10 metros.
  • 5.� No implique el arranque de especies arb髍eas o arbustivas ni afecci髇 a flora amenazada catalogada.
  • 6.� No afecte a dominio p鷅lico.
• f) Las obras de conservaci髇 y mejora de carreteras no sometidas a AAU.
• g) La conservaci髇 y mejora, no sometida a AAU, de cualquier otra infraestructura distinta de las relacionadas en el apartado 1, cuando no supongan una modificaci髇 de las caracter韘ticas de las mismas tales como el aumento de su capacidad, la eliminaci髇 de vegetaci髇, movimientos de tierra o cambios en su finalidad.

4. Quedan prohibidas:

• a) De acuerdo con lo dispuesto en el art韈ulo 4.2 de la Ley 3/1999, de 11 de enero, el nuevo establecimiento en el Parque Nacional de cualquier tipo de infraestructuras permanentes, tales como caminos, edificaciones, tendidos el閏tricos, instalaciones de tr醘ico terrestre o a閞eo o remontes mec醤icos, salvo los necesarios para una adecuada gesti髇 del espacio.
• b) La renovaci髇 de la concesi髇 para las infraestructuras de telecomunicaciones en el pico del Veleta.
• c) De acuerdo con lo establecido en el apartado 3.5.a) del Plan Director de la Red de Parques Nacionales, la renovaci髇 de las concesiones o autorizaciones de los aprovechamientos hidr醬licos.
• d) La instalaci髇, en el Parque Nacional, a鷑 cuando sea con car醕ter temporal, de casetas, chozas y parasoles, arrastres mec醤icos, ca駉nes de nieve o cualquier elemento que produzca contaminaci髇 lum韓ica, visual y ac鷖tica.
• e) La construcci髇 de aeropuertos, aer骴romos y helipuertos, salvo las instalaciones aeron醬ticas destinadas a los servicios p鷅licos esenciales, las urgencias m閐icas y la lucha contra incendios.
• f) La instalaci髇 de centrales hidroel閏tricas en todo el 醡bito del Plan, as� como de cualquier otra explotaci髇 de las aguas superficiales o subterr醤eas, as� como el incremento de las existentes, y en general cualquier trabajo susceptible de modificar el r間imen hidrol骻ico del Parque Nacional, con excepci髇 de las necesarias para el abastecimiento de agua potable de las poblaciones locales.
• g) La modificaci髇 de m醨genes y riberas de cursos naturales de aguas.
• h) La instalaci髇 de parques e髄icos.
• i) La instalaci髇 de transformadores a la vista, debiendo alojarse los mismos en casetas de obra.
• j) La construcci髇 de pozos ciegos para el saneamiento de viviendas o de cualquier tipo de instalaci髇.
• k) Las instalaciones fijas para la realizaci髇 de actividades de gesti髇 de residuos de cualquier naturaleza, salvo aquellas que por razones de utilidad p鷅lica est閚 previstas en los planes territoriales de gesti髇 de residuos. En el Parque Natural el Equipo de Gesti髇 del Espacio Natural, previo informe del Consejo de Participaci髇, podr� autorizar instalaciones m髒iles de gesti髇 de residuos, con arreglo al procedimiento que en cada caso corresponda por raz髇 de la actividad de gesti髇 y la tipolog韆 de los residuos, siempre que no exista una alternativa econ髆icamente viable fuera del Parque Natural.
• l) Los cercados y vallados cineg閠icos de gesti髇 electrificados.

5. Las infraestructuras deber醤 ejecutarse de modo que se integren en todo lo posible en el paisaje, evitando colores destacados o discordantes con los tonos naturales, excepto cuando sea necesario realzar la visibilidad de dichos elementos por razones de seguridad e identificaci髇.

5.4.8. Sobre construcci髇, conservaci髇, rehabilitaci髇 y reforma de edificaciones.

1. La construcci髇, conservaci髇, rehabilitaci髇 y reforma de las edificaciones se realizar� conforme a la Ley 7/2002, de 17 de diciembre, dem醩 normativa vigente, a las disposiciones del presente Plan y de los respectivos Planes Rectores de Uso y Gesti髇.

2. Conforme a lo dispuesto en la Ley 3/1999, de 11 de enero, se proh韇e en el Parque Nacional el establecimiento de cualquier tipo de edificaci髇, salvo las necesarias para una adecuada gesti髇 del espacio.

3. Sin perjuicio de las determinaciones establecidas en los planes de ordenaci髇 del territorio, los instrumentos de planeamiento urban韘tico de los municipios incluidos dentro de los l韒ites del Espacio Natural deber醤 establecer el siguiente contenido para los distintos usos previstos en suelo no urbanizable:

• a) Las parcelas m韓imas para las edificaciones y construcciones. Para ello se tendr� en cuenta que las mismas han de justificar su necesidad para el desarrollo de la actividad agraria, de acuerdo con las determinaciones establecidas en el art韈ulo 52 de la Ley 7/2002, de 17 de diciembre, y normas de desarrollo, y en los Planes de Ordenaci髇 del Territorio.
• b) Las distancias m韓imas que deber醤 guardas las edificaciones y construcciones respecto a otras edificaciones, construcciones, linderos, carreteras y caminos, cauces de agua y suelo urbano, en aras de evitar el deterioro de los recursos naturales y paisaj韘ticos, as� como la posible formaci髇 de n鷆leos urbanos.
• c) Las caracter韘ticas edificatorias externas de los edificios y construcciones que deber醤 ser adecuadas a su ubicaci髇 para garantizar su integraci髇 en el entorno y armonizar con la arquitectura popular preexistente.

4. Igualmente se contemplar醤 en los planeamientos urban韘ticos, las caracter韘ticas o condiciones espec韋icas para la implantaci髇 de las edificaciones y construcciones de inter閟 p鷅lico en suelo no urbanizable, correspondientes a los distintos usos susceptibles de autorizaci髇 o de realizaci髇 mediante comunicaci髇 previa de acuerdo con este Plan.

5. A los efectos de lo establecido en el apartado 3, en caso de explotaciones con m醩 de una finca, todas ellas dentro del Espacio Natural, se podr醤 agrupar las necesarias a efectos de justificar la parcela m韓ima exigida, siempre que se encuentren en el mismo t閞mino municipal o, en t閞minos municipales colindantes. De dicha agrupaci髇 se efectuar� la correspondiente constancia registral mediante nota marginal que especifique la vinculaci髇 de las fincas agrupadas a efectos de edificabilidad.

En caso de que parte de la finca estuviera fuera de los l韒ites del Espacio Natural, las actuaciones se deber醤 realizar, preferentemente, en dichos terrenos.

6. Asimismo, los planeamientos urban韘ticos deber醤 reconocer e incorporar los correspondientes elementos incluidos en el Inventario de Recursos Geol骻icos y en el Inventario de Bienes Culturales, no inscritos en el Cat醠ogo General del Patrimonio Hist髍ico Andaluz, ubicados en suelo no urbanizable, y recogidos en los ep韌rafes 2.5.8, 4.1.2.10 y 4.1.6.2. El planeamiento municipal delimitar� un 玡ntorno de protecci髇� y establecer� la regulaci髇 de usos y actividades encaminada a garantizar la preservaci髇 del enclave o elemento protegido, con independencia de la clasificaci髇 urban韘tica de los suelos.

7. Sin perjuicio de lo establecido en la normativa urban韘tica, se entender醤 por construcciones y edificaciones vinculadas a las explotaciones agrarias las instalaciones o dependencias que a continuaci髇 se relacionan:

• a) Las naves agr韈olas y forestales vinculadas al almacenamiento y manipulaci髇 de productos o residuos, agr韈olas y forestales, naves para maquinaria, aperos e infraestructuras m髒iles.
• b) Las construcciones ganaderas destinadas al manejo y mantenimiento de la caba馻 ganadera, tales como naves de estabulaci髇, apriscos, refugios, almacenamiento de forrajes, saneamiento.
• c) Las construcciones destinadas a la actividad cineg閠ica, tales como cuadras, perreras, almacenes o c醡aras de refrigeraci髇 de canales.
• d) Las casetas de aperos y construcciones auxiliares para el establecimiento de peque馻s instalaciones de servicio, como bombas, generadores o transformadores y tanques de oxigeno o combustible.

8. La tipolog韆 constructiva y programa arquitect髇ico de las nuevas construcciones y edificaciones vinculadas a las explotaciones agrarias, deber醤 ser adecuados a su car醕ter, no pudiendo en ning鷑 caso incluir dependencias ni soluciones arquitect髇icas propias de viviendas.

9. En el suelo no urbanizable, solamente se podr醤 construir nuevos edificios para vivienda unifamiliar aislada cuando est� vinculada a las explotaciones agrarias y exista una necesidad justificada de su implantaci髇, en los t閞minos y con los tr醡ites establecidos en el art韈ulo 52 de la Ley 7/2002, de 17 de diciembre. Se entender� por vivienda familiar vinculada a la explotaci髇 de los recursos primarios de la finca la destinada a la residencia de la persona titular de la explotaci髇, persona responsable de su administraci髇 o al personal bajo su dependencia.

10. En las nuevas construcciones la vinculaci髇 de dichas construcciones con la explotaci髇 deber� ser acreditada, en los t閞minos establecidos por las normas que resulten de aplicaci髇 sobre ordenaci髇 territorial y urban韘tica, al tiempo de la solicitud de autorizaci髇 o de la comunicaci髇 previa.

11. Quedan sujetas a la obtenci髇 de autorizaci髇 conforme al procedimiento regulado en este Plan, las siguientes actuaciones:

• a) Las nuevas edificaciones y construcciones en el Parque Natural no incluidas en el apartado 12.a).
• b) Las obras de conservaci髇, rehabilitaci髇 o reforma de las edificaciones existentes, no incluidas en al apartado 12.b).
• c) Los cambios de uso de las edificaciones y construcciones existentes.

12. Quedan exceptuadas del r間imen de autorizaci髇, las actuaciones que a continuaci髇 se relacionan cuando se realicen en las condiciones que se establecen en este Plan. A efectos de control y seguimiento, dichas actuaciones deber醤 ser comunicadas a la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente previamente al inicio de su ejecuci髇 en la forma y plazo previstos en los ep韌rafes 5.3.5.2 y 5.3.7.

• a) Las casetas auxiliares para peque馻s instalaciones de servicio de las explotaciones agr韈olas en el Parque Natural, cuando concurran los siguientes requisitos:
  • 1.� La superficie de la explotaci髇 sea superior a 0,5 hect醨ea. A estos efectos, la superficie de la misma deber� encontrarse bajo una 鷑ica parcela catastral o de varias, cuando se trate de parcelas colindantes e integradas en una misma explotaci髇 o propiedad y todas ellas en el interior del Espacio Natural.
  • 2.� La superficie construida no exceda de 6 metros cuadrados y no suponga suma o agregaci髇 a otras obras realizadas conforme al procedimiento de comunicaci髇 previa.
  • 3.� La altura m醲ima a cumbrera no exceda de 2,5 metros.
  • 4.� La cubierta sea plana o a una o dos aguas, con una pendiente m醲ima del 40% y mantenga la tipolog韆 tradicional del entorno.
• b) Las obras de conservaci髇, rehabilitaci髇 o reforma de edificaciones y construcciones cuando concurran los siguientes requisitos:
  • 1.� No supongan aumento del volumen edificado.
  • 2.� No suponga la alteraci髇 de las caracter韘ticas edificatorias externas o dicha alteraci髇 no requiera proyecto t閏nico de obra.
  • 3.� No suponga un cambio de uso de la edificaci髇 o construcci髇 existente.

13. Las actuaciones recogidas en los apartados 11 y 12 resolver醤 los par醡etros exteriores acabados a modo de fachada, con colores y texturas que no supongan una ruptura del tono dominante en las edificaciones del entorno. En cualquier caso, no se permite el empleo de materiales de alta capacidad reflectante.

14. Queda prohibido:

• a) De acuerdo con lo dispuesto en el art韈ulo 4.2 de la Ley 3/1999, de 11 de enero, el establecimiento, en el Parque Nacional, de cualquier tipo de edificaciones, salvo las adecuadas para una adecuada gesti髇 del espacio.
• b) La colocaci髇 o instalaci髇 de edificios port醫iles y 玞ontainers� con car醕ter permanente, as� como la colocaci髇 con car醕ter permanente de caravanas fuera de los campamentos de turismo.
• c) El empleo, colocaci髇 o instalaci髇 de materiales de deshecho a modo de construcci髇 o edificaci髇.

5.4.9. Sobre otras actividades.

1. Quedan sujetas a la obtenci髇 de autorizaci髇 conforme al procedimiento regulado en este Plan, las siguientes actuaciones cuando no est閚 sometidas a AAI o AAU:

• a) La extracci髇 de launa y piedra de taco para uso vecinal, destinada al mantenimiento de las caracter韘ticas constructivas tradicionales.
• b) Los proyectos de restauraci髇 de explotaciones mineras.
• c) La investigaci髇 de los yacimientos minerales y dem醩 recursos geol骻icos.
• d) La instalaci髇 de se馻les, salvo las exigidas en disposiciones legales y, en general, cualquier tipo de publicidad.
• e) Cualquier actuaci髇 que afecte a los recursos culturales no inscritos en el Cat醠ogo General del Patrimonio Hist髍ico Andaluz e inventariados en el ep韌rafe 4.1.6.3, o a su entorno, (constituido tanto por los bienes inmuebles colindantes inmediatos como por los no colindantes, siempre que una alteraci髇 de los mismos pudiera afectar a los valores propios del bien, a su contemplaci髇, apreciaci髇 o estudio) y muy especialmente para los siguientes casos:
  • 1.� La realizaci髇 de cualquier obra interior o exterior que afecte directamente a los bienes, a su entorno o a cualquiera de sus partes integrantes o pertenencias.
  • 2.� Cualquier cambio de uso u obra menor que se lleve a cabo en los bienes catalogados o su entorno.
  • 3.� La colocaci髇 en fachadas o en cubiertas de cualquier clase de artefacto, cable, antena y conducciones aparentes.
• f) La utilizaci髇 de aditivos qu韒icos para la nieve.
• g) Las actividades cinematogr醘icas y fotogr醘icas desarrolladas por empresas o con motivo del ejercicio profesional, como el rodaje de pel韈ulas, reportajes gr醘icos o anuncios publicitarios.
• h) En general, la difusi髇 de informaci髇 por cualquier medio que pueda facilitar la localizaci髇 de especies, poblaciones o recursos naturales en el interior del Espacio Natural cuando con ello se ponga en peligro la conservaci髇 de los mismos.

2. Son actividades prohibidas:

• a) El aprovechamiento de los yacimientos minerales y dem醩 recursos geol骻icos, sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 1.a) y, a excepci髇 de aquellas explotaciones que actualmente desarrollen su actividad de acuerdo a la normativa vigente y hasta la caducidad de sus autorizaciones y concesiones en vigor. No se conceder醤 ni renovar醤 nuevos permisos o concesiones para este tipo de actividad.
• b) Las industrias relacionadas con la actividad minera o extractiva, salvo las ya consolidadas.
• c) La instalaci髇 de carteles informativos, elementos conmemorativos o de publicidad apoyados o construidos sobre elementos naturales de paisaje, como roquedos, 醨boles, laderas, 醨eas o enclaves de inter閟 paisaj韘tico singular, as� como las pintadas y similares en elementos naturales (rocas, suelo, 醨boles, etc.), a excepci髇 de determinada simbolog韆 relacionada con el uso p鷅lico del espacio.
• d) En la antigua carretera GR-420, a partir de los 2.500 metros de altitud, la realizaci髇 de pruebas de veh韈ulos a motor, as� como filmaciones y reportajes fotogr醘icos con fines publicitarios vinculados a las mismas.
• e) La alteraci髇 de las condiciones de sosiego y silencio mediante el uso de aparatos de megafon韆 exterior.
• f) Cualquier nueva actuaci髇 que suponga un grave deterioro de los valores paisaj韘ticos del espacio.

3. Adem醩 de lo dispuesto en el apartado anterior, en el Parque Nacional se proh韇e:

• a) De acuerdo con lo establecido en el apartado 3.5.a) del Plan Director de la Red de Parques Nacionales, la renovaci髇 de las concesiones o autorizaciones de los aprovechamientos hidr醬licos.
• b) La recolecci髇 de elementos minerales y f髎iles a cualquier escala y, en general, cualquier nueva actuaci髇 que suponga deterioro de los valores geomorfol骻icos asociados a la morfolog韆 glaciar.
• c) La liberaci髇 de globos o artefactos que contengan productos incendiarios, t髕icos o peligrosos y la utilizaci髇 de petardos y cohetes de artificio.
• d) La entrada en el Parque Nacional portando armas de cualquier tipo, excepto el personal autorizado en ejecuci髇 de controles poblacionales sobre especies cineg閠icas previstos y los Cuerpos de Seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones. Se except鷄 asimismo el transporte en veh韈ulo de armas enfundadas y no municionadas, por carreteras o pistas de acceso a terrenos fuera del Parque Nacional donde dicha actividad est� permitida.
• e) La actividad militar, salvo lo dispuesto en la legislaci髇 vigente para los estados de guerra, excepci髇 o sitio, y las pr醕ticas, en grupos reducidos, de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado espec韋icos para el salvamento y rescate en monta馻. En todo caso requerir醤 autorizaci髇 de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente.
• f) La venta ambulante y el anuncio de servicios no autorizados.
• g) La circulaci髇, estacionamiento o detenci髇 de veh韈ulos con mercanc韆s peligrosas, entendi閚dose por tales aquellas materias u objetos cuyo transporte por carretera est� prohibido o autorizado s髄o bajo las condiciones del Acuerdo Europeo sobre el Transporte de Mercanc韆s Peligrosas (Real Decreto 551/2006, de 5 de mayo, por el que se regulan las operaciones de transporte de mercanc韆s peligrosas por carretera en territorio espa駉l), o la normativa espec韋ica sobre transporte de mercancias peligrosas, en v韆s distintas de las carreteras locales y comarcales.

5.5. Normas particulares.

5.5.1. Parque Nacional Sierra Nevada.

5.5.1.1. Zona de reserva.

1. Quedan excluidos los aprovechamientos de todo tipo, incluidos los de car醕ter tradicional. No obstante lo anterior, se considera compatible el manejo forestal por motivos de conservaci髇 y la presencia de ganado cuando est� ligada a actividades de gesti髇 o de investigaci髇. Se permite la recogida de agua de las lagunas para autoconsumo.

2. El acceso est� limitado al personal del Parque Nacional en el ejercicio de sus actividades de gesti髇, al personal ligado a proyectos de investigaci髇 debidamente autorizados y a los Cuerpos de Seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones.

3. Se considera compatible el emplazamiento de peque馻s instalaciones relacionadas con la conservaci髇 y seguimiento de los recursos naturales o con la investigaci髇, siempre que resulten imprescindibles y de car醕ter temporal.

5.5.1.2. Zona de uso restringido.

1. Se consideran compatibles los aprovechamientos agr韈olas, forestales y ganaderos tradicionales.

2. La circulaci髇 peatonal es libre cuando est� relacionada con los aprovechamientos tradicionales debidamente autorizados, y en los restantes casos estar� limitada a los caminos, pistas y senderos existentes. En cotas superiores a los 2.000 metros se podr� circular tambi閚 por las v韆s de acceso tradicionales actualmente existentes aunque no constituyan senderos. En condiciones invernales se podr醤 realizar recorridos a pie y esqu� de traves韆 sobre los terrenos nevados.

3. La circulaci髇 utilizando medios de transporte no motorizados queda limitada a las v韆s que a tal fin se dise馿n o se馻licen en cumplimiento de lo establecido en el PRUG del Parque Nacional (ep韌rafe 6.2.4) o en su desarrollo sectorial.

4. El tr醤sito motorizado queda limitado a los caminos y pistas existentes y s髄o en actividades relacionadas con la gesti髇, la vigilancia y seguridad, el rescate y auxilio en monta馻, la investigaci髇 y los aprovechamientos tradicionales debidamente autorizados y, en su caso, a los accesos a las instalaciones de uso p鷅lico.

5. La instalaci髇 de se馻les, barreras, instrumentos y artefactos se limitar� a aquellas que obedezcan al control, orientaci髇 o seguridad de los visitantes, o a estudios cient韋icos y actividades de manejo.

6. No est� permitida la construcci髇 de edificios u otras instalaciones permanentes. Se podr醤 autorizar, sin embargo, los trabajos de mantenimiento, restauraci髇 o modernizaci髇 de las instalaciones existentes ligadas a aprovechamientos tradicionales compatibles con los fines del Parque Nacional, siempre que guarden el m醲imo respeto al entorno, utilicen materiales y tipolog韆s tradicionales y no impliquen un aumento de volumen o superficie.

5.5.1.3. Zona de uso moderado.

1. Se consideran compatibles los aprovechamientos agr韈olas, forestales y ganaderos tradicionales.

2. La circulaci髇 peatonal, sin perjuicio de los derechos del r間imen de propiedad, es libre.

3. El tr醤sito utilizando cualquier medio de locomoci髇 (incluyendo veh韈ulos motorizados o de tracci髇 animal y artefactos mec醤icos) queda limitado a las carreteras, caminos y pistas que al efecto se dise馿n y/o se se馻licen en cumplimiento de lo establecido en el PRUG del Parque Nacional (ep韌rafe 6.2.4). Se except鷄 de esta limitaci髇 el tr醤sito ligado a las actividades de gesti髇 e investigaci髇, a los aprovechamientos tradicionales debidamente autorizados y al ejercicio de las funciones de los Cuerpos de Seguridad del Estado, as� como el esqu� de traves韆.

4. Se permite la construcci髇 de instalaciones vinculadas al uso p鷅lico (醨eas recreativas y zonas de reposo, elementos interpretativos y otras instalaciones menores destinadas al uso p鷅lico), la gesti髇 del espacio y actividades de investigaci髇 debidamente autorizadas. Se proh韇e la construcci髇 de edificios u instalaciones permanentes de gran envergadura.

5. Se consideran compatibles los trabajos de mantenimiento, restauraci髇 o modernizaci髇 de las instalaciones existentes ligadas a aprovechamientos tradicionales compatibles con los fines del Parque Nacional, que estar醤 sometidos a las mismas limitaciones que en el caso de la zona de uso restringido.

6. En la zona esquiable del Puerto de la Ragua y el Embalse de las Yeguas no se permite, el movimiento de tierra para el acondicionamiento de las pistas, la instalaci髇 de remontes provisionales ni cualquier otro tipo de infraestructuras auxiliares.

5.5.1.4. Zona de Uso Especial.

1. El acceso p鷅lico es libre, sin perjuicio de la prestaci髇 de servicios complementarios no gratuitos.

2. Las construcciones e instalaciones que se autoricen deber醤 minimizar el impacto ambiental, asegurando su integraci髇 paisaj韘tica mediante la utilizaci髇 de los materiales y la tipolog韆 tradicional, al menos en partes vistas. Asimismo, utilizar醤, en la medida de lo posible, fuentes de energ韆s renovables.

5.5.2. Parque Natural Sierra Nevada.

5.5.2.1. Zona de reserva A. Humedales y Turberas del Padul.

1. Con arreglo a los objetivos y criterios de ordenaci髇, se consideran compatibles los siguientes usos y actividades:

• a) La actividad agraria actualmente existente, que no altere los ecosistemas circundantes.
• b) La explotaci髇 de la turba actualmente existente, dentro del marco legal establecido.
• c) El uso p鷅lico bajo la modalidad de senderos peatonales ofertados por la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente, pudi閚dose hacer restricciones espec韋icas por motivos de conservaci髇 y actividades controladas de educaci髇 ambiental.
• d) La realizaci髇 de actividades de educaci髇 ambiental, basadas en la interpretaci髇 de los recursos naturales y culturales de la Laguna del Padul.
• e) La rehabilitaci髇 de las construcciones existentes, para actividades cient韋icas, did醕ticas y de conservaci髇 ligadas a los recursos naturales de la laguna.
• f) Los trabajos de investigaci髇 y actividades cient韋icas.

2. Con arreglo a los objetivos y criterios de ordenaci髇, se consideran incompatibles los siguientes usos y actividades:

• a) La actividad cineg閠ica y la pesca deportiva.
• b) Cualquier actuaci髇 que conlleve la destrucci髇, quema, tala o corte de la vegetaci髇 de la laguna.
• c) Cualquier actuaci髇 que ponga en peligro la fauna de la laguna.
• d) El acopio temporal de residuos de cualquier naturaleza.
• e) La construcci髇 de edificaciones de nueva planta.
• f) El establecimiento de cualquier infraestructura o edificaci髇 permanente, salvo las que sean necesarias para una adecuada gesti髇 del Parque Natural.
• g) La instalaci髇 de soportes de publicidad, salvo los que la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente considere necesarios para el correcto desarrollo de la gesti髇 del espacio.
• h) Cualquier otra actuaci髇 que el correspondiente procedimiento de autorizaci髇 determine como incompatible, en los t閞minos establecidos en la normativa que resulte de aplicaci髇.

5.5.2.2. Zonas de regulaci髇 especial B.

Les ser醤 de aplicaci髇 las normas particulares de las Zonas de regulaci髇 especial (B), a los islotes de vegetaci髇 forestal situados en el interior de las Zonas de regulaci髇 com鷑 (C), aunque no se vean representados en la cartograf韆 de ordenaci髇 por su peque駉 tama駉.

5.5.2.2.1. Subzona B.1. Arbolado aut骳tono y matorral de inter閟 ecol骻ico.

1. Con arreglo a los objetivos y criterios de ordenaci髇, se consideran compatibles los siguientes usos y actividades:

• a) Los aprovechamientos forestales.
• b) Las actuaciones destinadas a la conservaci髇, mejora y regeneraci髇 de las formaciones vegetales.
• c) La actividad cineg閠ica y la pesca continental.
• d) La ganader韆 extensiva.
• e) Las actividades y equipamientos de uso p鷅lico y educaci髇 ambiental.
• f) Los trabajos de investigaci髇 y actividades cient韋icas.

2. Con arreglo a los objetivos y criterios de ordenaci髇, se consideran incompatibles los siguientes usos y actividades:

• a) Los cambios de uso del suelo.
• b) La plantaci髇 de especies forestales arb髍eas distintas de las del bosque aut骳tono de car醕ter clim醕ico o subclim醝co (encinares, robledales) y edafoxer骹ilo (pinar-sabinares).
• c) Cualquier actuaci髇 (corta, arranque o quema) que pueda suponer la destrucci髇 del matorral de inter閟 ecol骻ico como son los pastizales psicroxer骹ilos de alta monta馻, los enebral-piornales, el matorral almohadillado de media-alta monta馻, los tomillares dolom韙icos, las comunidades de tajos, roquedos y pedregales, y determinados romerales con especies amenazadas, a excepci髇 de las labores relacionadas con la prevenci髇 de incendios.
• d) La instalaci髇 de soportes de publicidad, salvo los que la Consejer韆 con competencia en materia de medio ambiente considere necesarios para el correcto desarrollo de la gesti髇 del espacio y en particular las actividades de uso p鷅lico.
• e) Cualquier otra actuaci髇 que el correspondiente procedimiento de autorizaci髇 determine como incompatible.

5.5.2.2.2. Subzona B.2. Arbolado naturalizado.

1. Con arreglo a los objetivos y criterios de ordenaci髇, se consideran compatibles los siguientes usos y actividades:

• a) Los aprovechamientos forestales.
• b) Las actuaciones destinadas a la conservaci髇, mejora y regeneraci髇 de las masas vegetales.
• c) La actividad ganadera extensiva.
• d) Las actividades cineg閠icas y la pesca continental.
• e) Las actividades y equipamientos de uso p鷅lico y educaci髇 ambiental.
• f) Los trabajos de investigaci髇 y actividades cient韋icas.
• g) Cualquier otra actuaci髇 que el correspondiente procedimiento de autorizaci髇 determine como compatible.

2. Con arreglo a los objetivos y criterios de ordenaci髇, se consideran incompatibles los siguientes usos y actividades:

• a) Los cambios de uso del suelo.
• b) La instalaci髇 de soportes de publicidad, salvo los que la Consejer韆 con competencia en materia de medio ambiente considere necesarios para el correcto desarrollo de la gesti髇 del espacio y en particular las actividades de uso p鷅lico.
• c) Cualquier otra actuaci髇 que el correspondiente procedimiento de autorizaci髇 determine como incompatible.

5.5.2.2.3. Subzona B.3. Zonas con vegetaci髇 de medios higr骹ilos.

1. Con arreglo a los objetivos y criterios de ordenaci髇, se consideran compatibles los siguientes usos y actividades:

• a) La actividad agr韈ola y ganadera extensiva que no altere los ecosistemas h韉ricos circundantes.
• b) Los trabajos silv韈olas sobre la vegetaci髇 riparia en el contacto con zonas de cultivos, o la limpieza de los cauces de acequias realizados a la manera tradicional, y previa autorizaci髇 expresa de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente.
• c) Las actuaciones de mejora y conservaci髇 de la vegetaci髇, as� como de los ecosistemas asociados a los medios higr骹ilos.
• d) El aprovechamiento maderero del casta駉 para viga.
• e) Las actividades cineg閠icas y la pesca continental.
• f) Las actividades de uso p鷅lico y educaci髇 ambiental.
• g) Los trabajos de investigaci髇 y actividades cient韋icas.
• h) Cualquier otra actuaci髇 que el correspondiente procedimiento de autorizaci髇 determine como compatible.

2. Se consideran incompatibles los siguientes usos y actividades:

• a) Los cambios de uso del suelo.
• b) Las talas de 醨boles aut骳tonos o naturalizados, en especial casta馻res y 醨boles de ribera, salvo cuando se trate de aprovechamientos ordenados, tareas limpieza o regeneraci髇 de vegetaci髇 riparia, y previa autorizaci髇 de la Consejer韆 competente en materia de medio ambiente.
• c) La realizaci髇 de cualquier actuaci髇 que pueda suponer deterioro de los elementos natural韘ticos m醩 singulares de la zona, fundamentalmente saucedas, alamedas, fresnedas, zarzales, juncales, adelfares, tarayales, herbazales h鷐edos, borreguiles, etc.
• d) La realizaci髇 de cualquier actuaci髇 que afecte directa o indirectamente a la din醡ica fluvial del 醨ea, y/o que pueda alterar la diversidad de h醔itats del ecosistema acu醫ico, en particular las obras de encauzamiento y/o entubaci髇 del cauce.
• e) La realizaci髇 de cualquier actuaci髇, salvo las contempladas por la normativa vigente, que pueda interferir o alterar en su estructura y formas tradicionales las tomas de la red de acequias, as� como la red de drenaje natural.
• f) El establecimiento de cualquier tipo de infraestructura y/o edificaci髇 permanente
• g) Cualquier otra actuaci髇 que el correspondiente procedimiento de autorizaci髇 determine como incompatible.